El modelo comunitario de respuesta rápida ante emergencias
Hatzalah en Chile:
Por LPI
Hatzalah no reemplaza a ningún servicio de ambulancias, sino que busca acortar el tiempo -que puede ser vital- entre que ocurre unaemergencia y la llegada de ambulancia o de personal profesional. “La mayoría de las personas suponen que los sistemas de atención prehospitalaria funcionan a la perfección y que en caso de emergencia aparecerán en unos instantes. Lamentablemente esto no es así. Si bien, en el sector Oriente hay respuesta de parte de las ambulancias privadas, en general tardan entre 12 a 35 minutos. Cuando se presenta un caso de emergencia real, cada minuto vale.
Por ejemplo, en el caso de un paro cardiorrespiratorio, por cada minuto que pasa sin atención, se reduce 10% de probabilidad de sobrevivencia”, nos explica el Doctor Shmuel Schacher, Director de Hatzalah en Chile, agregando que “en el sector de las principales instituciones de la comunidad judía, Hatzalah tiene un tiempo promedio de respuesta de sólo cuatro minutos”.
“Actualmente contamos con 14 técnicos en emergencias médicas, dos médicos, cinco telefonistas, un equipo creciente de voluntarios de “back office” y 10 desfibriladores. Hasta la fecha, hemos atendido a más de 300 llamados en la comunidad. El último año duplicamos la cantidad de voluntarios y triplicamos el volumen de atenciones, recibiendo entre una y dos llamadas al día”, comenta.
¿En qué modelo se inspiraron para la creación de Hatzalah?
-El modelo tiene como principal objetivo dar una respuesta rápida frente a una emergencia para estabilizar al paciente antes de la llegada de la ambulancia, para lo cual se apalanca de la naturaleza misma de la red de voluntarios. Como los voluntarios son gente de la comunidad que vive y trabaja en distintos lugares, casi siempre se encuentra alguno cerca del lugar de la emergencia, a diferencia de un servicio de ambulancias público o privado, donde tienen uno o dos centros de despacho donde se encuentran las ambulancias y deben luchar con el tráfico vehicular y largas distancias para llegar a la escena. Actualmente, el modelo que más nos inspira es el israelí que se asocia con Maguén David Adom.
¿Cómo se han vinculado con entidades chilenas que abordan la respuesta sanitaria de emergencias y qué feedback han recibido de ellas?
-Desde nuestros comienzos hemos tenido excelente relación con SAMU, en donde además hemos hecho simulacros y bastantes turnos en sus ambulancias para ganar experiencia en la realidad chilena. Actualmente tenemos acuerdos con la Seremi de Salud y formamos parte del Plan de Emergencia Comunitario. Hemos iniciado relación con la Bomba Israel, Clínica Las Condes y Clínica Universidad de Los Andes, y seguimos trabajando por ampliar los vínculos para obtener conocimientos y aportar a las demás instituciones, quienes han manifestado mucha admiración por el modelo prehospitalario israelí, y nos ven como la puerta de entrada para implementarlo en Chile. Nosotros creemos que parte de nuestro rol es aportar con nuestro conocimiento y nuestros modelos para combatir el antisemitismo.
¿Qué necesidades tiene para sus planes futuros?
-El desafío actual radica en conseguir voluntarios comprometidos para poder capacitar y equiparlos adecuadamente, para lo que requerimos de la colaboración en donaciones de parte de los miembros de la Comunidad. Cada voluntario tiene un costo de USD $ 6.000, considerando capacitación y equipamiento. Si queremos disminuir el tiempo de respuesta y aumentar nuestra zona de cobertura, necesitamos aumentar la red de voluntarios.