Y el “boom” de los juegos de mesa
Por ejemplo, la revista Forbes reportó en su sitio web en español, que hay países en los que el auge de los juegos “está siendo espectacular”, entre ellos España, donde “la venta de juegos de mesa ha crecido un 20% entre enero y septiembre de 2016 y, cada año, se incrementan las ventas un 40% con respecto al año anterior”.
Esto porque ya se había instalado como una tendencia la ampliación de la fanaticada estos juegos, con la proliferación de las tiendas especializadas, de las reseñas online y de las empresas que los fabrican y distribuyen, también en Chile. Una de ellas es Fractal Juegos (www.fractaljuegos.com), editorial chilena especializada en la distribución y comercialización de juegos de mesa de producción propia y “localizados”, que son los que se publican en otros países pero son editados de manera local. Así lo explica el sociólogo y diplomado en Fotografía y Proyecto Editorial, Simón Weinstein, co-fundador de Fractal, que relata que ya desde el mes de octubre del año pasado el mercado para los juegos de mesa se vio alterado, por una parte por el cierre de las tiendas físicas y el paso a la venta y distribución online, y también por el aumento de la demanda, especialmente desde el comienzo de la pandemia en Chile.
Simón -que fue Pehil de Hashomer Hatzair Chile- llegó a Fractal juegos por una coincidencia. De vuelta de un período viviendo en el exterior y sin trabajo, recibió la oferta de amigos de ella de integrarse a una empresa de juegos de mesa en creación. “Pensé “Suena entretenido” y me tiré de piquero. Y ahí empezamos a trabajar con estos tres socios, obviamente sin un peso de por medio, montando todo el proyecto. Me fui involucrando, leyendo y jugando cada vez más, aprendiendo del proyecto y de los juegos, porque mis socios tenían mucho conocimiento y ludotecas de 50 juegos o más, entonces hablaban un lenguaje muy ajeno a mí y me tuve que poner al día”.
Suena cómico que tu preparación para meterte en este negocio haya sigo jugando.
-Sí, mucha gente me dice eso, que envidian mi pega, porque creen que es ir a jugar todo el día. Y esa frase es más o menos verdad, porque parte de nuestro trabajo es jugar, conocer juegos nuevos y recibir a autores de juegos para probar sus creaciones, pero también otra parte es todo lo lleva una Pyme, distribuir, calcular los costos de ventas, hacer el marketing de lo juegos. Tiene un tras bambalinas que es más duro.
¿Uds. editan sus propios juegos y distribuyen los de otros?
-Yo creo que la analogía más fácil para entenderlo es con los libros. Lo que más hemos hecho nosotros es localizar juegos extranjeros, eso quiere decir que una editorial francesa, saca un juego francés que le va bien, que pega, y nosotros nos ponemos en contacto con esa editorial para hacer una versión en español de ese mismo juego. Es como un libro que una editorial chilena quisiera traer y no está en español. Entonces ahí hacemos un contrato, que en general incluye un territorio, un idioma y un lapso de tiempo, y se manda a imprimir el juego en imprentas especializadas, pero tratando que sea la misma imprenta que usó la editorial madre, porque así uno se ahorra un montón de costos y se asegura de que va a ser la misma calidad. Eso es localizar un juego. Y ahí el mayor trabajo viene de traducir y maquetear digitalmente los juegos. El juego llega a Chile, un par de meses después, y ahí viene el marketing.
Al año se lanzan unos 3.000 juegos nuevos, y de esos los que son en español son un a fracción muy pequeña, entonces nuestro esfuerzo es nutrir el catálogo, que lleguen más juegos a Chile, y respetar siempre el precio internacional.
La segunda línea tiene que ver con editar juegos originales. Se nos han acercado autores o bien nosotros nos hemos acercado a ellos y ahí lo que hacemos es editar la idea que tienen ellos. Muy similar, también, a una figura de editorial de libros. El autor tiene una idea concreta, un prototipo de juego que funciona, y si la editorial lo acepta, entra en un proceso de edición, se afinan las reglas y se trabaja el tema gráfico, el arte y la temática que va a tener la estética del juego. También se definen los componentes, si va a tener cartas, dados o fichas. Y cuando ya se está avanzando a la etapa final, se testea el juego para ver detalles, como si funciona con la cantidad de jugadores indicada o hay que modificarla, si se entiende el manual de reglas. Una vez que está full testeado, se manda a imprimir y se buscan editoriales extranjeras que quieran, a su vez, localizarlos.
¿Cuántos proyectos tienen en carpeta en estos momentos?
-Estamos trabajando en cuatro en la línea de los juegos originales y, de esos, ya hay dos que están súper avanzados. Y esperamos que puedan lanzarse este año.
Hay una tercera línea, que es más experimental, que son curiosidades que hemos hecho. Ahí está “Memoria oculta”, que un juego que desarrollamos con el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y con el Goethe Institut, y fue un proyecto que desarrollamos más bien por encargo, ellos se no acercaron hace un año y medio, y nos propusieron realizar un juego de mesa en base a una aplicación que habían desarrollado y que contenía la georeferenciación en la ciudad de testimonios en audios de víctimas de violencia política. Ellos querían llevar eso a un juego de mesa para llevarlo a la sala de clases. Es un juego bien distinto, porque está pensado para el aula y para entablar conversación y debate, y trabajar la memoria.
Y el segundo proyecto en esta línea se llama “Crónicas del estallido”, que lanzamos después de octubre del año 2019, pero que es de libre distribución, se descarga por Internet, y que además fue ilustrado a través de una convocatoria abierta, por lo que hay ilustraciones de personas que se dedican a eso, profesionales, y aficionados o personas que no dibujan, que son casi “anti ilustraciones”.
También tienen un juego ilustrado por Guillermo Galindo, alias “Mala Imagen”.
-Sí, y es una segunda edición. En Chile pasa mucho que alguien tiene una idea de un juego y lo autoedita. Eso pasó con “Corruptia”, sus autores lo editaron, lo ilustró Mala Imagen y les fue súper bien, porque es un juego que trata de la política y la corrupción. Los autores se acercaron a nosotros, ofreciéndonos que incorporáramos ese juego a nuestro catálogo, y lo hicimos, pero en una segunda edición, con algunos cambios.
De todos los juegos del catálogo de Fractal, ¿cuál es el que recomendarías?
-Depende de que juego le gusta a cada persona. Son tantos los juegos y tipos de juego, que al igual que con los libros, cada uno tiene que ir desarrollando el gusto. Existen familias de juegos, están los juegos competitivos y los colaborativos. Están los que son de colocar trabajadores, los que son de bluffear, o los que son más “party”, de diversión y risas. Están los euros, que son los más abstractos y de estrategias. Pero personalmente recomendaría, de los juegos localizados de nuestro catálogo, uno que se llama “The mind” y que me gusta porque es muy disruptivo, porque la premisa es muy loca: es un juego que apela a la telepatía entre los participantes. Es un juego colaborativo, tiene cartas números del 1 al 100, y es un juego por niveles, por ejemplo en el nivel 1 cada participante tiene una carta, y el objetivo es ir poniendo las cartas al centro en orden ascendente, pero no hay turnos definidos, los participantes no pueden hablar ni comunicarse de ninguna manera, básicamente el que sienta que tiene la carta más baja, tiene que dejarla en la mesa. Es un juego de conocerse, de saber coordinación grupal, de calcular el tiempo de tus compañeros, entonces es un juego muy entretenido porque lo que va pasando es que cuando se juega varias veces en un grupo, los participantes ya se empiezan a conocer y coordinar.