publicado hace 4 días
Isaac Caro: La victoria de Donald Trump en Estados Unidos 2024
El martes 5 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones presidenciales estadounidenses, en un clima de máxima polarización política, y en medio de encuestas que vaticinaban un empate técnico entre el expresidente Donald Trump y la actual vicepresidenta Kamala Harris. Sin embargo, la victoria de Trump fue contundente, no solo en los representantes electorales, 292 frente a 224 de Harris, faltando todavía algunos Estados por contabilizar, sino también en el voto popular, obteniendo un 51% frente al 47,5% de la vicepresidenta. El éxito del candidato republicano podría iniciar, lo mismo que en su administración anterior, un periodo de incertidumbre y divisiones, no solo a nivel nacional, sino también a nivel global. Su agenda electoral se centró fuertemente en los temas migratorios, prometiendo una deportación masiva en caso de que resultara electo. También prometió medidas proteccionistas, tendientes a aplicar aranceles a las importaciones, es-pecialmente las provenientes de China, lo que podría abrir una guerra comercial entre Washington y Pekín. Su victoria tiene también un impacto global, probablemente hoy más importante que en 2016, debido a los conflictos internacionales no resueltos, marcados por un enfrentamiento entre potencias globales, una crisis del multilateralismo y del sistema de Naciones Unidas. Son especialmente significativas las guerras en Ucrania y Medio Oriente. En el caso ucraniano, no resulta del todo claro cuál será la posición de Trump una vez que asuma la Presidencia, existiendo cierto escepticismo sobre la continuidad del apoyo militar a Kiev y la relación con la OTAN y la Unión Europea. Existe la posibilidad de un aumento en las tensiones noratlánticas, como ya ocurrió anteriormente. En enero de 2017, Trump colocó en duda la participación de Estados Unidos en la OTAN, y en febrero de 2024 advirtió a la OTAN que alentaría a Rusia “a hacer lo que quisiera” con aquellos países que no estaban cumpliendo con sus gastos militares. En lo que se refiere al Medio Oriente, Trump ha sido un firme defensor de Israel y de mantener la alianza militar bilateral, algo que también defiende el Partido Demócrata. Sin embargo, a diferencia del presidente Biden y de la vicepresidenta Harris, con una relación más distante con el primer ministro Netanyahu y más sensibles a la crisis humanitaria generada en la franja de Gaza, Trump probablemente dará un firme respaldo a Netanyahu, enfocándose en contrarrestar la influencia de Irán en la región. Para concluir, cabe mencionar que el presidente electo fue uno de los principales impulsores de los Acuerdos de Abraham, firmados a partir de septiembre de 2020, que significaron el reconocimiento y establecimiento de relaciones diplomáticas de cuatro Estados árabes con el Estado de Israel: Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos. Para completar estos acuerdos, sería fundamental una normalización de relaciones entre Arabia Saudita e Israel, un tema presente antes de la masacre de Hamás del 7 de octubre de 2023. El presidente Trump tiene la oportunidad histórica de avanzar, junto con Israel, para la materialización de este acuerdo. Para ello, sería fundamental reconocer la solución de dos Estados.