¡Cerrando y celebrando un exitoso 2019 para el CIS!
Por LPI
Hablamos con algunos de los protagonistas de este exitoso 2019 para conocer de ellos, de primera fuente, sus impresiones, cómo evalúan este período y que proyectan para el año calendario que viene.
La consolidación del programa de Jupot
Para el Rabino Eduardo Waingortin, la reformulación del programa para Jupot es resultado de que “siempre hemos pensado que los hitos del ciclo de vida judía no deben ser tomados como meramente ritos ni tampoco como trámites, sino que en todos ellos hemos intentado crecientemente incorporar experiencia para los que participan y conocimiento de lo que están haciendo. Y eso fue lo que nos motivó a crecer en el tema de las Jupot”.
Gran motor de este nuevo programa de Jupot, que se consolidó durante el año 2019, fueron el Rabino Gustavo Kelmeszes y Myriam Dulfano, su asistente. Myriam, a partir de su experiencia, se preocupa de dar un acompañamiento personalizado a los novios. La idea, dice, es “co-construir con ellos una Jupá significativa, donde no sólo llevemos la calendarización de todos los eventos relacionados, sino más bien que encuentren en mí un partner”. Esto implica reuniones preparatorias, clases con los rabinos y puesta en valor de las diversas etapas del camino hacia la Jupá, como por ejemplo la Mikve, en la que “trasladamos esta tradición al siglo XXI y vemos qué significado tiene”, o por ejemplo en el asesoramiento en la elección de una Ketuvá, contando incluso con una especialmente desarrollada por el CIS.
Nuevo plan de contenidos de Talmud Torá
En cuanto a Talmud Torá, el rabino Waingortin señala que “con la cantidad de inscritos que tiene, tiene un récord histórico, pero también un desafío histórico. El récord tiene que ver con los números, que son indesmentibles, que hablan de el curso es exitoso y que es atractivo para los niños, también para los padres, y eso se debe a que en gran medida el área de Talmud Torá es como si fuera una comunidad en sí misma. Porque si hay 100 niños, hay 100 familias involucradas. Son los que más van a estar involucrados y más interesados durante un año. Y por eso se transforma en un desafío récord, porque nuestro objetivo sería brindarle a esos niños y a esos padres un sello de judaísmo masortí tan importante que los transforme en miembros muy activos de la comunidad. Queremos que todos esos jóvenes generen continuidad en el Pueblo Judío y que todos esos padres se involucren en el cumplimiento de mitzvot, en el estudio de Torá, en la celebración del calendario judío y del Shabat”.
Por su parte, el rabino Kelmeszes plantea que, con este nuevo plan de contenidos, “tenemos todo un año para trabajar junto a las familias en diferentes actividades, incluso con los abuelos, en las cuales nosotros hacemos mucho hincapié en que el Bar o la Bat Mitzvá sea un catalizador o una catalizadora de muchas de las vivencias y tradiciones judías que ya están en la familia, pero que a partir de ahí se puedan profundizar. Eso, sumado a que el programa tiene una visión muy actitudinal, de Tikún Olam, de Tzadaká, hay una invitación hacia la acción, a que ellos entiendan qué tipo de judaísmo quieren vivir, y a que sean protagonistas”.
En este marco, comenta, para el año 2020 y durante el servicio de Kabalat Shabat, la sinagoga diaria del Mercaz va a ser la sinagoga de Talmud Torá, de manera que los talmidim puedan oficiar junto a sus familias.
La rebetzin y Coordinadora General de Talmud Torá, Vivi Kremer, explica que “este año hubo todo un cambio de programa. Como cada talmid que entra, entra a ser parte de la comunidad, queremos acompañarlos en este crecimiento significativo, con un enfoque más integral de cada persona, individualizando a cada joven, estando atentos a su implicación en este recorrido que empiezan en Talmud Torá, de sentirse cada vez más responsables y que tengan la capacidad de tomar decisiones respecto de su vida y su judaísmo”.
El rabino Lucas “Pato” Lejderman, en tanto, comenta que “Talmud Torá hizo un gran cambio en el programa y en los objetivos que se propuso, y estamos capacitando a todo niño para poder ser Sheliaj Tzibur y poder guiar los servicios en cualquier comunidad judía en el mundo, además de buscar que más que contenidos y más que respuestas, nuestro proceso está buscando las preguntas que los niños tienen que hacer, y las respuestas ellos se las van dar con las herramientas que les vamos a entregar, para tener un judaísmo más significativo para ellos, muy conectado con la comunidad”.
Prioridad: el crecimiento en juventud
En el área de juventud, el rabino Ari Sigal nos cuenta que “en Arkavá, tuvimos un año particular por la contingencia, algunas clases debieron posponerse. No obstante, fue el año con mayor cantidad de horas de estudio en el Mercaz. Fuimos articulando y potenciando las ganas de conocer sobre la tradición judía y sus fuentes con un leve decline respecto a la comida atractiva que convocaba originalmente. Esta decisión, no sólo para cuidar presupuestos, responde también en perspectiva educativa para no articular una generación de consumo basada en beneficios. Estamos satisfechos por haber colocado al Mercaz como un centro neurálgico para el desarrollo de vida judía entre los jóvenes. Las clases ocurren ahí, los rezos, las convocatorias para Shabat. Distintos grupos de identidades y caminos, sienten en el espacio de Arkavá, su forma de preservar su cultura y religiosidad. Con distintos rabanim, seguiremos abordando el espacio de Arkavá en calidad y profundidad. Cerramos el año lectivo con una expectativa muy alta por el viaje a Israel, en enero de 2020, con más de 20 selectos talmidim”.
Diversificando el área de Culto
El rabino Eduardo Waingortin explica que “para nosotros el año termina en Rosh Hashaná, pero de todas formas en el ciclo entre marzo y diciembre hemos tenido récord de participación en Iamim Noraim, en inscritos en Talmud Torá y en otras áreas, hemos incorporado más grupos, hemos remodelados las currículas tanto de Talmud Torá como de Kivún y Kesher (grupos de juventud), hemos afiatada el área rabínica, hemos trabajado muy coordinadamente con Mario Kiblisky, Director Ejecutivo del CIS, y toda el área administrativa, a los que les agradecemos muchísimo por tanta colaboración y facilitación de la tarea, que es muy valorada”.
Mismo diagnóstico comparte el Jazán del CIS, Ariel Foigel, quien señala estar “feliz, porque pude desarrollar mi vocación de estar en alegrías y tristezas. Nuestra comunidad tiene el cementerio y eso hizo que tuviera que acompañar a las familias en el dolor, y hemos hecho un trabajo muy bonito que ha tenido mucha aceptación. Antes teníamos una participación pasiva en cuanto al “Shloishim”, ahora tenemos una participación activa, llamamos por teléfono para saber como están esos dolientes, y los invitamos a realizar la ceremonia. Tenemos una actitud más de consuelo hacia las familias. En la Shivá, siempre hay alguien del voluntariado, de Nijum Aveilim, que se encarga de ir a la casa, de llevarles algún alimento redondo (que simboliza la continuación de la vida) y sobre todo hacer un acompañamiento en representación de la comunidad”.
Y en cuanto a los jaguim, “cada una de las actividades fue récord en cuanto participación. Purim, Pesaj, Iamim Noraim, Jánuca, estamos muy contentos con nuestro trabajo, sabemos que siempre se puede hacer mejor, pero los números y las estadísticas están muy bien, y eso nos pone muy contentos”.
Un potente voluntariado
Para Vivi Kremer, Coordinadora del Voluntariado del CIS, TuComunidad, es tan amplia la labor que desarrollan los miembros de los distintos grupos, y tan numerosos éstos, que se hace difícil nombrarlos a todos sin dejar a alguno fuera. Pero sin embargo, puede definir rápidamente cuál fue el mensaje movilizador de este 2019: “Pensar comunidad”.
“En general, los equipos de trabajo, como llevan varios años, se han ido consolidando. A partir de Sinergia, se rearmó un grupo de Bikur Joilim y eso fue un gran desafío”, explica.
Cabe destacar, también, a realización del segundo viaje Travesía, con la consolidación de ese proyecto en sí mismo.
“El voluntario tuvo el kavod y la gran oportunidad de contar con personas híper comprometidas, que potenciaron cada proyecto, dedicando muchas horas de trabajo, con mucha entrega, con mucho cariño, la verdad es impresionante como trabaja el voluntariado”, agregó.
Cultura: diversidad de actividades y públicos
Para el Departamento de Extensión, el año 2019 fue uno de múltiples actividades, que se desarrollaron con una gran afluencia de público. Y aun cuando en los últimos meses del calendario la contingencia obligó a modificar las fechas y horarios de algunos eventos programados, se logró cerrar el año con una exitosa VIII versión del Concurso de Arte de CIS, con más de 80 obras participantes de una altísima calidad, consolidando la relevancia de esta convocatoria en el mundo artístico y cultural nacional.
Adulto mayor, 28 años de
continuidad
Como explica Rosy Vainroj, Coordinadora de Centro de Encuentro del Adulto +70, el objetivo del CEA es proporcionar un lugar de encuentro para las personas mayores, dándoles un espacio judío y la oportunidad de compartir con personas de su misma generación.
“A través de los 28 años de vida del CEA, hemos podido constatar con certeza la importancia que tiene un grupo, sobre todo en esta etapa etárea, donde muchas veces los mayores se sienten solos, sus hijos tienen sus propios problemas, sus propias actividades y poco tiempo, el estar con sus pares, saberse escuchados, tener los mismos intereses, tener la posibilidad de encontrarse los fines de semana, reencontrarse con otros a los que no veían hace 60 años, hacerse de nuevos amigos, es una manera de darle mayor sentido a sus vidas”, agrega Rosy.