publicado hace 12 días
Dora Altbir ingresó a la galería de los grandes inventores del mundo
Hace pocos días, la destacada doctora en Física Dora Altbir, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019, fue premiada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en Ginebra, por ser una actora clave en el sistema de innovación en Chile.La doctora en Física, patentó el desarrollo de hormigón con aislación térmica con nanotecnología. En esta edición, conversamos con Dora para conocer su trayectoria y los desafíos para la innovación en Chile.- ¿Cómo se gestó su interés en la ciencia, y en la física en particular? - “Nací con una curiosidad enorme. Quería entenderlo todo, desde por qué crecían las plantas, hasta cómo funcionaba una radio. Tuve la suerte de crecer en un entorno donde mis preguntas siempre fueron bienvenidas por mis padres y donde el encontrar una respuesta, por pequeña que fuese, era celebrado, sin importar mi total incapacidad de reconstruir lo que desarmaba. Ese ambiente de descubrimiento permanente, lleno de preguntas y asombro, me llevó a estudiar ciencias. La física me la presentó Madame Curie cuando yo tenía cerca de 10 años. Leí su biografía y recuerdo un capítulo donde ella se enferma por trabajar mucho y no comer. Entonces pensé que, si algo podía despertar tanto entusiasmo, valía la pena hacerlo. Y en ese momento, aunque no sabía que era, decidí estudiar física.Creo que mis padres y algunos de mis profesores fueron fundamentales en mi vocación y en mi decisión. Ellos, con su apoyo y entusias-mo, me animaron a atreverme incluso, a hacer algo que no tenía claro que significaba. Y creo que no me he arrepentido ningún día de lo que elegí”.- ¿Cómo ha avanzado la nanociencia y la nanotecnología en Chile y en el mundo? ¿Es posible llegar a curar el cáncer o generar energía renovable?- “La nanociencia y la nanotecnología han experimentado un desarrollo asombroso en las últimas décadas, en todo el mundo y en Chile en particular. Hoy, gracias a partículas que no logramos ver, podemos crear soluciones que hace algunos años hubiéramos creído imposibles. En medicina, por ejemplo, estamos investigando estructuras a escala nanométrica que permiten la detección temprana y el tratamiento del cáncer, con muy escasos efectos secundarios. Estos tratamientos ya son accesibles en algunos países, y en unos años más serán parte de los tratamientos usuales contra el cáncer también en nuestro país. En el ámbito de la energía, los avances en materiales y métodos para generar y almacenar energías renovables nos acercan cada vez más a un futuro sustentable, donde la tecnología podría ayudarnos a coexistir en armonía con el medio ambiente”.- En relación con el reconocimiento recibido por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, ¿Cuéntenos su impresión tanto en lo profesional como en lo personal?- “Recibir el Premio Nacional OMPI para Inventores fue una tremenda sorpresa para mí. Es un honor inesperado que me llena de orgullo y gratitud profunda. Es también un reconocimiento al trabajo que hacemos muchos científicos, transformando el conocimiento en aplicaciones que permiten resolver problemas relevantes del país y del mundo. Creo que sin ciencia no habrá tecnología disruptiva, y este premio lo considero una confirmación de que la innovación de frontera parte en el conocimiento. Es también un tremendo impulso a nuestro trabajo, al esfuerzo colectivo de muchas personas que, con su dedicación y compromiso, impulsan el avance de la ciencia y la tecnología en Chile. A nivel personal, es un recordatorio de que el trabajo constante y la colaboración abren enormes oportunidades, y espero pueda inspirar a las muchas mujeres que están redefiniendo el horizonte científico y tecnológico en Chile. Dora Altbir Drullinsky, Un orgullo comunitario.Sin duda, que la trayectoria de la Premio Nacional de Ciencias Exactas (2019), es motivo de orgullo para nuestra comunidad, por lo mismo, quisimos saber un poco de su vida judía.“Viví hasta los 16 años en Arica. Crecí en un entorno que me permitió vivir profundamente la vida comunitaria y la cultura judía. En Arica, con mi familia y en los espacios comunitarios conocí tradiciones y valores que se convirtieron en pilares fundamentales de mi identidad, enseñándome a valorar mis raíces. Hoy, aunque la familia, la ciencia y la academia ocupan gran parte de mi tiempo, siempre busco estar presente en las festividades más importantes, para disfrutar nuestras fiestas en familia y reconectarme con lo que soy. Y por ello soy socia de la Comunidad Israelita de Santiago y asisto, con alguna regularidad, al Mercaz”.