Renacer en casa: la Aliá de Ari Agosin, un acto de amor, coraje y pertenencia

Hacer Aliá nunca es solo mudarse de país. Es una decisión que nace del corazón, que se construye con renuncias y que se sostiene con convicción. La historia de Ari Agosin es una de esas Aliot que no siguen el manual, pero que encarnan el sentido más profundo de volver a casa.Durante años, Ari vivió en Chile, donde fundó Yad Experience, una empresa dedicada al transporte premium de niños y familias, además de turismo especializado y gestión de viajes personalizados, trabajando estrechamente con extranjeros judíos que visitan el país para matrimonios, celebraciones y experiencias comunitarias. Yad Experience sigue funcionando y Ari la continúa manejando a distancia, demostrando que la Aliá también puede dialogar con la continuidad laboral y el emprendimiento. Pero su vida no se definía solo por el trabajo: era, ante todo, padre de Yair, un niño de 11 años que estudió en el Colegio Hebreo y que es —en sus palabras— “un niño hermoso”.La vida de Ari cambió radicalmente cuando Yair se fue a vivir con su madre a Matanzas. Hasta entonces, había construido una rutina marcada por la presencia: llevarlo al colegio todos los días, compartir fines de semana alternos, jaguim y vacaciones. La distancia transformó ese vínculo en algo fragmentado y agotador: viajes cortos, encuentros cansados, despedidas demasiado frecuentes. “Finalmente entendí que así no podía ser”, dice. Y entonces tomó la decisión más importante de su vida: cumplir un sueño que llevaba años postergando y hacer Aliá, no solo por sí mismo, sino además para entregar esa experiencia a Yair.Yair vendrá dos veces al año, en vacaciones de invierno y verano. Ari, en cambio, decidió renacer en Israel.Aunque había visitado el país en su juventud, nunca había vivido la experiencia completa. En febrero de este año regresó gracias a Taglit, el voluntariado. Esa estadía fue decisiva. “La felicidad que sentí estando acá, en nuestra casa, fue indescriptible”, recuerda. Su llegada coincidió con un alto al fuego por la entrega de rehenes. También fue testigo directo de la historia reciente: estuvo en Kikar HaJatufim, la Plaza de los Secuestrados, durante una liberación, viviendo en carne propia la emoción colectiva, el silencio contenido, los abrazos y las lágrimas compartidas. Sin internet en el celular, caminó sin rumbo por las calles, observando rascacielos en construcción, grúas gigantes, el tren aéreo avanzando en plena guerra. Lloró. De emoción, de pertenencia, de verdad. Y también de incredulidad frente a las mentiras: “El apartheid no existe. Vi gente de todos los colores, de todas las culturas, viviendo juntos”.Ari hizo Aliá el 4 de septiembre. Lo hizo solo, sin red, sin Mercaz Klitá. No por elección ideológica, sino por realidad económica y cultural. Pasó por Haifa, por hostales, por días difíciles, por fiestas importantes en soledad —Rosh Hashaná, Yom Kipur, incluso su cumpleaños—, sosteniéndose con fe y determinación. Buscó trabajo sin dirección fija, sin hebreo fluido, sin garantías.Y entonces, como suele pasar en Israel, apareció la vida. Una conversación casual, una recomendación, una oportunidad inesperada. Hoy Ari trabaja en un gan, rodeado de niños, aprendiendo otra cultura, otro ritmo, otra forma de educar y de vivir. No fue fácil. Fue intenso. Fue real.Israel también le regaló algo inesperado: el amor. Ari conoció a Emmanuel, su pololo. “Otra de las razones por las que me vine es que acá el mundo gay es mucho más amplio, con más posibilidades”. Se conocieron a través de una aplicación, poco después de Yom Kipur. Emmanuel, de 26 años, es licenciado en lenguaje, habla cerca de diez idiomas. La relación creció con naturalidad, hasta que Ari fue invitado a pasar Shabat con su familia.Emmanuel ha sido un apoyo clave en su proceso de arriendo y asentamiento, una compañía amorosa que marcó su experiencia reciente.Actualmente está a punto de firmar por su propio departamento: pequeño, en un sótano, pero suyo. A una cuadra del trabajo. Un comienzo humilde y profundamente significativo.“La Aliá está pensada de manera inteligente”, reflexiona, “pero para seguirla como está diseñada se necesitan recursos que muchos no tenemos”. Su historia es distinta. No idealizada. No cómoda. Pero profundamente verdadera.La Aliá de Ari Agosin no es solo un cambio de país. Es un acto de amor por su hijo, un compromiso con su identidad y una declaración silenciosa pero firme: incluso en la dificultad, Israel sigue siendo casa.

publicado hace 13 días

Janucá: se acerca la Fiesta de las Luminarias

Janucá es la Fiesta de las Luminarias, por un lado, por la historia del cántaro encontrado en un templo profanado, un pequeño cántaro que alcanzaba para un día, pero duró para ocho días, permitiendo que se fabrique nuevo aceite para que la luz eterna pueda estar encendida.Según otras fuentes, se debe a que ocho lanzas fueron encendidas y colocadas en el Templo oscuro al momento de su reconquista. Pero más allá de ello, Janucá es la Fiesta de las Luminarias porque la luz de esta historia trasciende a la anécdota histórica y se transforma en un paradigma de la respuesta judía frente a la crisis.Cuando analizamos Janucá, tenemos que verlo desde varias ópticas.Por un lado, el intento del pueblo judío por tener su autonomía religiosa e ideológica. Por otro, el aspecto militar, que relata cómo un pueblo se levanta en armas bajo el liderazgo de Matitiahu, y de sus cinco hijos.Pero Janucá también representa un ascenso espiritual.Hay una discusión en el Talmud, en Masejet Shabbat, donde se pregunta “¿Qué es Janucá?”, y la respuesta recuerda el milagro, y no la gesta militar. En el párrafo siguiente se describe una discusión entre las casas de Hillel y Shamai sobre cómo debía encenderse la Janukía. Shamai planteaba que la sorpresa mayor del milagro se daba en el primer día, por lo tanto, en el primer día debían encenderse ocho velas e ir disminuyendo hasta llegar a una el último día. Hillel en cambio, decía, “maalim vakodesh ve lo moridim”, se crece en santidad y no se debe decrecer. Esa idea - no sé si la más lógica pero sí la con mayor sentido- es la que prosperó y llegó hasta nuestros días. Por eso en el primer día encendemos una vela y así sucesivamente hasta que en el último encendemos la Janukía completa. Entonces Janucá representa no solamente una anécdota en la historia del pueblo judío, que tiene varias fuentes, como el libro de los “Macabeos”, “Antigüedades Judías”, e incluso “La Guerra de los Judíos” de Flavio Josefo, sino que simboliza un arquetipo que se repite en la historia del pueblo judío. Ante una crisis, la respuesta judía es el atrevimiento. Así como los Macabeos se atrevieron a encender una luz, sabiendo que no era suficiente el aceite, y después se produjo el milagro, así el pueblo de Israel sigue creando milagros. Como decía David Ben-Gurión: "En Israel, para ser realista, debes creer en los milagros". Y así se estableció el Estado de Israel. Cuando se declaró la independencia no había suficiente “aceite” como para resguardar las fronteras y crear un Estado. Sin embargo, cuando se tomó la iniciativa, se produjo el milagro.No siempre el milagro fue fácil de alcanzar.En los guetos, el milagro consistía en salvaguardar la honra del pueblo judío. Así, los héroes de las revueltas, de guetos y campos de exterminio quedaron en la memoria colectiva como un antecedente vital de que la sangre de Israel no debe fluir como el agua. En síntesis, la Fiesta de las Luminarias —Jag Urim— así se la denomina en hebreo (de muchos “or”, de muchas luces), tiene distintas facetas y acá describimos solamente una parte de ellas.El resto aparecerá durante la historia de nuestro pueblo. Que siempre sean para bendición, para resguardar la identidad judía, para preservar nuestra particularidad y para que la honra de Israel sea eterna.Jag Urim Sameaj. Una hermosa y significativa celebración de Janucá para toda nuestra comunidad y para todo el pueblo de Israel.

publicado hace 20 días

Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina

Eric Kandel nació en Viena el 7 de noviembre de 1929, antes de la Segunda Guerra Mundial. Sus padres eran comerciantes y se aseguraron de que recibiera una sólida educación primaria. A medida que la influencia nazi crecía, también lo hacía la persecución de la población judía de Austria, que entonces incluía a muchos líderes en ciencia y medicina. Su familia se mudó a los Estados Unidos justo después de la anexión nazi. Asistió a la Yeshiva de Flatbush y se hizo fluente en hebreo y Jumash, además de una educación secular de primera clase. A lo largo de su vida, atribuyó esto como la base de su curiosidad intelectual. Kandel se sintió atraído por la Historia, y obtuvo su primer título en la Universidad de Harvard con una disertación sobre la actitud ante el nacional socialismo de tres escritores alemanes: Carl Auckmayer, Hans Carossa y Ernst Jünger. Bajo la influencia de una compañera de estudios y de los padres de ella, ambos psicoanalistas, Kandel se interesó por la biología de la motivación y por los procesos conscientes e inconscientes de la memoria. Luego fue a la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. Tenía la intención de practicar psicoanálisis, pero su carrera dio un giro cuando se inscribió en un laboratorio que trabajaba en neurociencia celular. Luego fue al NIH, a las universidades de Nueva York y Columbia, investigando la base biológica del aprendizaje y la memoria. Se dio cuenta de que para hacerlo necesitaba el modelo animal más simple y básico y eligió el caracol marino Aplysia Su formación posterior se repartió entre la Neurofisiología y la Psiquiatría en las universidades de Massachusetts, Harvard y París. En 1965 fue nombrado director del Centro de Neurobiología de la Universidad Columbia, en cuyo laboratorio concentró su actividad investigadora sobre neurotransmisores.El cerebro está compuesto por numerosas células nerviosas que se comunican entre sí mediante el envío de señales eléctricas y químicas, las que controlan nuestro cuerpo y nuestro comportamiento. Eric Kandel estudió cómo se almacenan los recuerdos en estas células nerviosas. Su descubrimiento más importante se produjo en 1970, mientras estudiaba el Aplysia, con un sistema nervioso simple, en que, a medida que el caracol aprendía, las señales químicas modificaba la estructura de las sinapsis, donde se envían y reciben dichas señales. Posteriormente, demostró que la memoria a corto y largo plazo se forma mediante señales diferentes. Esto se cumple en todos los animales que aprenden, desde los moluscos hasta el ser humano. Kandel relaciona algunos de sus hallazgos con las ideas básicas acerca del conocimiento propuestas por el empirismo y por el racionalismo durante el siglo XVII. Así, mientras Locke sostenía que no había conocimiento innato y que todo se debía al aprendizaje, Kant sostenía que nacemos con ciertos esquemas innatos. La realidad les da la razón en parte a los dos. La anatomía del circuito neural es un ejemplo sencillo del conocimiento a priori kantiano, mientras que las modificaciones de las conexiones particulares dentro de ese circuito reflejan la influencia de la experiencia.Miembro de numerosas academias, Kandel recibió el Premio Nobel de Medicina el año 2000. A lo largo de su carrera, identificó su experiencia con el antisemitismo y su educación judía como un componente formativo de su vida. De 96 años, está casado con Denise y tienen dos hijos.

publicado hace 20 días

Jánuca en la Municipalidad de Lo Barnechea

Lo Barnechea es una comuna caracterizada por su diversidad y por la convivencia armoniosa de distintas tradiciones religiosas. En sus calles conviven sinagogas, iglesias y templos de distintas denominaciones, todos acompañados por una municipalidad que promueve activamente la libertad de culto y el respeto entre comunidades.Con este espíritu nació la Oficina Municipal de Asuntos Religiosos (OMAR), encargada de gestionar y fortalecer las políticas comunales en materia religiosa, brindando asesoría técnica para la obtención de personalidad jurídica, acompañando a líderes comunitarios, orientando postulaciones a fondos concursables y actuando como puente entre las entidades religiosas locales y la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos. También lidera y apoya la realización de celebraciones y eventos religiosos que requieren coordinación con el municipio, espacios públicos u otras instituciones del Estado.La OMAR de Lo Barnechea es la única en el país dirigida por una persona de la comunidad judía, lo que ha permitido fortalecer el diálogo interreligioso. Este año se han realizado dos desayunos de encuentro, encabezados por el alcalde Felipe Alessandri y representantes de todas las religiones, incluidos rabinos del Círculo Israelita y de Aish HaTorá.En este contexto, se celebrará por segunda vez Jánuca en Lo Barnechea, una festividad que convoca tanto a vecinos judíos como no judíos en un gesto de luz, encuentro y comunidad. Este evento refleja el compromiso permanente del municipio, de la OMAR y del alcalde con crear las condiciones necesarias para que cada vecino pueda vivir su fe con tranquilidad, respeto y plena libertad, avanzando en temas prácticos como el uso del espacio público, estacionamientos y otras gestiones que mejoran la vida religiosa de todos.Invitamos a toda la comunidad a participar en esta ceremonia para compartir y encender juntos la luz de la diversidad y la amistad.Jueves 18 de diciembre a las 18:30 hrs.

publicado 21 Noviembre 2025

Nombres que nos cuentan: Raíces, identidad y memoria judía

El nombre es mucho más que una designación: es herencia, pacto y memoria. En la tradición judía, lleva la fuerza de generaciones, el eco de los antepasados y la conexión con D-os. Sin embargo, la historia muestra que los nombres también han debido transformarse, adaptarse y, a veces, ocultarse. A lo largo de los siglos, millones de judíos —desde los conversos de la España medieval hasta las familias en la diáspora moderna— debieron negociar entre la identidad espiritual y las exigencias sociales o legales de su entorno.Hoy, en comunidades como la chilena, esa dualidad sigue viva: nombres que cambian de idioma, apellidos que conservan historias de exilio y decisiones que, más allá del sonido, hablan de pertenencia.El origen sagrado del nombreDesde las primeras generaciones bíblicas, el cambio de nombre tuvo un sentido espiritual. Abram pasó a ser Abraham, Sarai se transformó en Sara y Jacob se convirtió en Israel. En todos esos casos, el nuevo nombre representaba un pacto, una misión, una identidad renovada ante D-os. No era un simple gesto lingüístico: era una transformación del ser.Esa importancia trascendental se mantuvo en los siglos siguientes. Los nombres hebreos —Moshé, Rivka, Yaakov, Sarah— se acompañaban con “ben” o “bat”, marcando la filiación: Yaakov ben Yosef, Rivka bat Leah. Cada nombre era un puente entre lo individual y lo colectivo, entre la persona y su linaje.Sin embargo, con la diáspora y la dispersión del pueblo judío, los nombres comenzaron a convivir con otros idiomas y culturas. Surgió así la costumbre de tener un nombre hebreo y otro secular, adaptado al contexto local. En la comunidad se usaba el hebreo; afuera, el nombre que permitía integrarse. Esa dualidad se convirtió en una estrategia de supervivencia identitaria.La doble onomástica: entre la fe y la necesidadEl fenómeno de la “doble onomástica” —el uso simultáneo de un nombre judío y otro público o local— fue una herramienta de adaptación ante presiones políticas, religiosas y sociales. Ya en tiempos antiguos, Saulo se hacía llamar Pablo para moverse entre comunidades romanas. En la Europa medieval, Moshé podía figurar como Moses en los documentos latinos, o como Maurice en Francia. No era sólo una traducción: era, muchas veces, un acto de protección.En la península ibérica, durante los siglos de persecución, los judeoconversos se vieron obligados a adoptar nombres cristianos para sobrevivir. Esa doble identidad —un nombre para la comunidad, otro para el registro civil— era un delicado equilibrio entre memoria y adaptación. El cambio no significaba olvido, sino resistencia silenciosa.El mismo fenómeno se observó en el Imperio Otomano, donde los sefardíes adaptaron sus nombres según el idioma que usaran. Un hombre podía ser Yitzhak en hebreo, Ishak en turco e Isaac en ladino. Según estudios históricos, era común que una persona tuviera hasta cuatro nombres distintos, dependiendo de si hablaba con su rabino, un comerciante o un funcionario estatal. En todos los casos, el nombre hebreo quedaba reservado para el espacio íntimo, comunitario o espiritual.Apellidos impuestos: control estatal y pérdida de elecciónDurante siglos, los judíos no usaron apellidos fijos como los que hoy conocemos. Eso cambió a fines del siglo XVIII, cuando varios gobiernos europeos —entre ellos el del emperador José II en el Imperio Austriaco— decretaron que todos los judíos debían adoptar un apellido permanente. Fue un cambio forzado, parte de un proceso de control administrativo y fiscal.Algunos eligieron nombres poéticos o naturales —Rosenbaum (“árbol de rosa”), Goldstein (“piedra de oro”)—, mientras que otros recibieron apellidos impuestos, a veces ridículos o despectivos, asignados por burócratas que no comprendían la dimensión identitaria del acto. La onomástica se convirtió así en un instrumento de registro y también de subordinación.Identidad, leyes y discriminaciónEn la España cristiana, el cambio de nombre fue una condición necesaria —aunque nunca suficiente— para acceder a derechos legales o sociales. Los estatutos de “limpieza de sangre” excluían a los conversos y sus descendientes de cargos públicos, universidades y órdenes religiosas, incluso si llevaban nombres plenamente cristianos. El nuevo nombre abría puertas, pero no borraba la sospecha.Los problemas iban más allá de lo simbólico. En testamentos y documentos legales, los nombres múltiples o cambiantes causaban confusión. Había disputas hereditarias, propiedades sin sucesión reconocida, e incluso familias perseguidas por usar nombres “ambiguos”. La Inquisición vigilaba de cerca a quienes, pese a su nombre cristiano, mostraban signos de judaizar. Cambiar de nombre era, en muchos casos, cuestión de vida o muerte.Esa tensión entre la identidad íntima y la identidad pública acompañó a generaciones. Muchos conversos conservaron nombres hebreos en secreto, transmitidos de padres a hijos, mientras en la esfera oficial usaban otros. La historia del pueblo judío está llena de esa dualidad: sobrevivir sin renunciar del todo.Migraciones y nuevas adaptacionesCon las grandes migraciones judías hacia América —desde fines del siglo XIX—, los nombres viajaron, se transformaron y, en algunos casos, se simplificaron. En puertos de entrada como Ellis Island en Estados Unidos, muchos judíos optaron voluntariamente por adaptar sus nombres: Shlomo se volvió Sam, Yitzhak se transformó en Isaac, Katznelson se acortó a Katz.Contrario al mito popular, las investigaciones de la Biblioteca Pública de Nueva York demuestran que los funcionarios no “cambiaban” apellidos al azar. Fueron los propios inmigrantes quienes decidieron adaptarse para integrarse mejor, buscando una pronunciación más simple o una grafía más cercana al idioma local.Esos cambios, sin embargo, no significaron pérdida de identidad. En los nuevos países, los nombres judíos siguieron siendo una marca de pertenencia y un puente con la tradición.Hebraización: volver al origenCon la creación del Estado de Israel en 1948, muchos judíos decidieron hebraizar sus nombres como acto de orgullo nacional. Fue una inversión simbólica de siglos de ocultamiento. David Grün se convirtió en David Ben-Gurión; Golda Mabovitch en Golda Meir; Yitzhak Rabinovich en Yitzhak Rabin. Renombrarse ya no era una imposición externa, sino una elección voluntaria: un retorno al idioma del Tanaj y a la raíz ancestral.Esa tendencia continúa hasta hoy, especialmente entre quienes hacen aliá. Adoptar un nombre hebreo no implica renegar del pasado, sino reconectarse con la historia colectiva del pueblo judío.Nombres como memoria y resistenciaCambiar o mantener un nombre nunca ha sido una decisión trivial en la historia judía. A veces fue una cuestión legal; otras, un acto espiritual; muchas, una estrategia de supervivencia. Pero siempre, en el fondo, un recordatorio de pertenencia.Cuando en Chile escuchamos apellidos como Perelmuter, Toiber, Mizrahi o Benarroch, escuchamos más que fonemas extranjeros: escuchamos ecos de exilio, de fe, de adaptación y de continuidad. Cada nombre guarda una historia de desplazamiento y arraigo, de persecución y esperanza.Los nombres —como los pueblos— evolucionan. Algunos cambian de idioma, otros de sonido; algunos se esconden, otros se proclaman con orgullo. Pero todos cuentan lo mismo: la capacidad infinita del pueblo judío para sostener su identidad, aun cuando el mundo le exigió transformarla.Porque cada nombre, en hebreo o en español, en la calle o en la sinagoga, dice quiénes somos, de dónde venimos y, sobre todo, hacia dónde queremos seguir caminando.----Apellido Origen / SignificadoCohen: “Sacerdote” (linaje levítico bíblico)Levy: Tribu de Leví, también sacerdotalGoldberg: Alemán, “montaña de oro” (posible descripción geográfica o prestigio)Mizrahi: “Oriental” o “del este”, usado para judíos de Medio Oriente / norte de ÁfricaAl-Fassi: Alude a Fez (ciudad en Marruecos), típico en comunidades Magrebíes----¡Historias, secretos y curiosidades que esconden siglos de identidad!1. “Ben” y “Bat” siguen vivosAún hoy, en ceremonias religiosas, se mantiene la fórmula ancestral: David ben Yosef o Lea bat Miriam. Es un eco directo de cómo se nombraban los antepasados hace más de 2.000 años.2. Apellidos que nacieron por decretoMuchos “apellidos típicamente judíos” —como Rosenberg, Goldstein o Katz— no son bíblicos. Fueron impuestos en el siglo XVIII por los gobiernos del Imperio Austriaco y Ruso para registrar y controlar a las comunidades.3. Un mismo nombre, muchos idiomasUn mismo judío podía tener varios nombres según el idioma del lugar:Moshe → Moses → MauriceYitzhak → Ishak → IsaacRivka → Rebecca → Rebeca¡Una identidad políglota antes de que existiera el pasaporte!4. En América, el cambio fue elecciónEl mito dice que los funcionarios de Ellis Island “anglicanizaban” los nombres, pero no es cierto: la mayoría eligió voluntariamente adaptarlos al llegar, buscando oportunidades o evitar discriminación.5. Hebraizar: un acto de orgulloCon el nacimiento del Estado de Israel, muchos adoptaron nombres hebreos para reconectar con sus raíces:David Grün → David Ben-GuriónGolda Mabovitch → Golda MeirYitzhak Rabinovich → Yitzhak Rabin¡No fue moda, fue identidad nacional!6. Doble nombre, doble vidaDurante siglos, los judíos mantuvieron un nombre “externo” y uno “interno”. En los registros podía decir Juan Pérez, pero en casa seguía siendo Yojanán ben Itzjak. Una forma silenciosa de resistencia cultural. 7. El nombre como herencia espiritualEn la tradición ashkenazí se acostumbra poner el nombre de un familiar fallecido; en la sefardí, de uno vivo. Ambas formas honran la continuidad familiar, una manera simbólica de decir: “tu historia sigue conmigo”.8. En Chile, una identidad pluralEn la comunidad judía chilena actual es común usar un nombre hebreo dentro de la sinagoga y otro español o inglés en la vida civil. Esa dualidad mantiene viva la tradición, adaptada al contexto moderno.9. Nombres con historia, no modasLo que hoy suena “típicamente judío” en realidad es fruto de siglos de exilio, adaptación y resistencia. Cada nombre cuenta una travesía, un hogar perdido y otro reconstruido.----Recuadro destacado:“Los nombres no eran solo algo que llevamos: son ventanas al exilio, a la adaptación, a la forma en que fuimos vistos por otros… y cómo nos vimos nosotros.” — reflexión de @UnpackedMedia

publicado 31 Octubre 2025

Vitaly Lazarevich Ginzburg, Premio Nobel de Física

Vitaly Lazarevich Ginzburg nació en Moscú el 4 de octubre de 1916 en una familia judía. Su padre era ingeniero y su madre médica. Cuando Vitaly cumplió 11 años, fue enviado a una escuela francesa. En 1931, cuando terminaba su séptimo curso, fue enviado a escuelas de formación profesional, pero renunció a incorporarse. A sus 15 un amigo consiguió entrar como ayudante de un laboratorio de rayos X. En 1933 decidió presentarse a la Universidad Estatal de Moscú, pero tendría que completar los tres cursos de enseñanza secundaria que no había estudiado, que completó en tres meses, pero no fue admitido porque no era miembro de la Liga de Jóvenes Comunistas, ni obrero, ni sus padres eran proletarios. Vitaly tuvo que asistir como oyente a las clases de Ciencias Físicas. Al año siguiente consiguió incorporarse como alumno regular, pero fueron capacitados como oficiales. En 1937 se casó con una compañera de estudios, con quien tuvo una hija; en 1946 la pareja se divorció. En el cuarto curso Ginzburg eligió Óptica. En 1940 defendió su tesis de grado y, en calidad de posgraduado, fue admitido en el Instituto Lébedev de Física. El 22 de junio de 1941 los nazis invadieron Rusia y el Instituto Lébedev fue evacuado a Kazan. En 1942 defendió su tesis doctoral en la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad de Moscú. Cuando los nazis alcanzaron el Volga, se afilió al Partido Comunista. En 1945, la Universidad de Gorki propuso a Ginzburg como profesor invitado, lo que aceptó. Enseñó propagación de ondas de radio en la ionosfera. Ese año conoció a Nina Ermakova, con quien se casó en 1946. Ginzburg deseaba ser profesor en la Universidad Estatal de Moscú y enviaba frecuentes solicitudes, que siempre fueron denegadas al provenir de un judío casado con una contrarrevolucionaria. En 1947, dentro de la campaña antisemita del gobierno, el Ministerio de Educación anuló su nombramiento en la Universidad de Gorki. Paradójicamente, sería la bomba de hidrógeno la que le salvaría la vida. En 1948 se creó un grupo de alta seguridad con la misión de fabricar una bomba termonuclear. Las primeras propuestas fueron de Sájarov y Ginzburg, consistentes en el uso de Litio-6 como combustible, lo que haría posible la bomba de hidrógeno soviética. Ginzburg formuló también la teoría de la propagación de ondas electromagnéticas en plasmas, la del origen de la radiación cósmica, la de emisión de radio de los púlsares y la de la superconductividad.En 1953 Ginzburg fue elegido miembro de la Academia de Ciencias de la URSS, recibió los Premios Estatal y Lenin y entre 1989 y 1991 fue diputado del Soviet Supremo. En 1991 la Real Sociedad de Astronomía le otorgó una Medalla de Oro. Fue galardonado con el Premio Wolf y la Medalla de Oro Lomonósov. Fue también elegido miembro extranjero de nueve Academias de Ciencias. En noviembre de 2001, Ginzburg se jubiló y en 2003 recibió el Premio Nobel de Física por sus contribuciones a la teoría de los superconductores y superfluidos. Ginzburg escribió centenares de artículos científicos y más de una docena de libros. Formó parte del Congreso Ruso-Judío, combatiendo el antisemitismo y defendiendo el Estado de Israel. Falleció el 8 de noviembre de 2009 en Moscú y fue sepultado donde reposan los restos de ilustres políticos, escritores y científicos rusos.

publicado 03 Octubre 2025

Cuatro Conversaciones del Judaísmo Moderno

Esta serie forma parte del segundo semestre del programa Mercaz Lemida, dirigido por el Rabino Ari Sigal. El Dr. Rodrigo Garrido, Doctor en Teología, exploró encuentros entre pensadores judíos del siglo XX: algunos fueron amigos que rompieron, otros colaboradores hasta la muerte, y algunos que, aunque contemporáneos, no dejaron registro de diálogos directos.Lapide-Panikkar: Tender puentesPinchas Lapide huyó de Austria en 1938 a los quince años. Raimon Panikkar nació entre dos mundos: hindú y catalán. Ambos dedicaron sus vidas al diálogo interreligioso. Lapide insistía en el “silencio reverente” ante lo sagrado. Panikkar respondía que Dios solo aparece en el encuentro directo. Ambos parafraseaban la máxima talmúdica: toda discusión tiene tres caras —la tuya, la mía y la verdadera.Scholem-Arendt: La rupturaAmigos durante décadas, Gershom Scholem y Hannah Arendt, rompieron en 1963 por el libro sobre Eichmann. Ella escribió que el mal era “banal” - Eichmann era un burócrata, no un monstruo. Él la acusó de falta de amor al pueblo judío. Arendt respondió: “No amo pueblos, amo personas. Amar abstracciones es la raíz del mal político.”En 1964 intentaron reconciliarse. Scholem reconoció: “Somos dos marginales. Esa es nuestra conexión real.”Buber-Rosenzweig: La traducción imposibleMartin Buber y Franz Rosenzweig tradujeron la Biblia hebrea preservando su extrañeza. En 1925, Rosenzweig ya estaba paralizado, comunicándose letra por letra. Discutían si la Torá era ley o poesía, práctica o encuentro místico.En sus últimos escritos, Rosenzweig reflexionó sobre la experiencia de ser “extranjero en toda lengua”—una idea central de su filosofía sobre la traducción y el exilio. Murió en 1929, y Buber tardó 35 años más en terminar solo el proyecto.Levinas-Derrida: Ética primeraEmmanuel Levinas, cuya familia fue asesinada en Lituania, enseñaba que el rostro del otro dice “no matarás” antes que cualquier filosofía. Su discípulo Jacques Derrida, expulsado de la escuela en Argelia por ser judío, objetaba que incluso nombrar al “otro” es violencia.Cuando Levinas murió en 1995, Derrida lloró: “Me enseñó que decir ‘aquí estoy’ ante otro ser humano es más fundamental que pensar.”El fuego que no se apagaEstos encuentros revelan las tensiones vitales del judaísmo moderno: ¿Particularidad o universalidad? ¿Ley o experiencia? ¿Memoria o futuro? No son heridas para sanar, sino paradojas que dan vida al pensamiento."Esh Tamid" (Fuego Eterno) no es la llama del Templo, sino el calor del desacuerdo productivo. En tiempos de polarización, estos diálogos enseñan que se puede discrepar sin destruir, que pensar juntos duele, que a veces la reconciliación es parcial.Mercaz Lemida demuestra que estos encuentros siguen resonando porque plantean preguntas que cada generación debe reformular. El judaísmo no es museo, sino laboratorio, donde el fuego eterno arde entre voces que dialogan, discuten y vuelven a dialogar, manteniendo viva la llama de la pregunta en un mundo que prefiere las respuestas definitivas. Nuestros participantes opinanPeppy Rubinstein: “Hacer estas 4 clases se me despertaron muchas inquietudes que tenía en mis 20 años, en que era todo pregunta y las respuestas se me dieron algunas con los años, tus clases perfectas, elaboradas con lenguaje simple y los diálogos entre los distintos filósofos y su pensamiento me encantaron. Agradezco al Mercaz esta oportunidad de crecer desde el alma y por la capacidad de lograr comunicar el “Pensamiento Judío”.Shlomit Cabello: “Para mí fue un espacio de aprendizaje significativo, me dio impulsos para seguir estudiando. Además, las clases tenían un objetivo claro y una secuencia adecuada. Rodrigo explica los conceptos difíciles con un lenguaje claro y didáctico. Excelente uso del tiempo. Sentí que aprendí mucho”.Roberto Berrios: “Fueron sesiones muy fructíferas en las cuales entregaron una reseña y línea de pensamiento de filósofos que ciertamente son muy conocidos a nivel académico. Esta aproximación permite iniciar el conocimiento de Hannah Arendt de una línea muy vigente por toda la problemática y coyuntura mundial, también me permitió conocer más a Martín Buber, también a Emmanuel Levinas. Inició una apertura a conocimiento que permitirá seguir estudiando estos temas y eventualmente seguir profundizando para entender estas líneas filosóficas”.Juan Fco. Riquelme: “Primero, agradecer a Rodrigo Garrido y a Mercaz Lemidá, por el curso del Pensamiento Judío en Diálogo, para mí fue un descubrimiento de otra faceta desconocida de algunos filósofos y en otros casos empezar su conocimiento. Esta no fue una clase de filosofía o historia, fue revivir su pensamiento en diálogos, principalmente en contraposición en temas filosóficos, místicos, históricos, sociales, donde la profundidad, el respeto y la fraternidad entre ellos marcan un apasionante y ejemplificador ejercicio que tanta falta hace hoy en día. Este curso es una puerta que invita a conocer a la persona y su pensamiento, que en mi caso siguen resonado, como Raimon Panikkar, Pinchas Lapide, Hannah Arendt, Gershom Scholem, Emmanuel y Martin Buber”.

publicado 26 Septiembre 2025

Capellán judío de La Moneda, en el Te Deum Ecuménico del 18 de septiembre.

Elokei Harujot Lejol. BasarD-os que anidas en el alma de todo ser.Te pedimos una bendición para Chile, nuestra patria querida.Para sus habitantes desde el norte al sur de esta loca geografía.Para los hombres y mujeres laboriosos y creativos que componen esta nación plural, sin dejar a nadie de lado, porque sabiendo que todos sus habitantes cuentan, la patria no estará completa si alguno faltara.Te pedimos una bendición de progreso y desarrollo para sus valles, ríos y montañas, para su mar fecundo y sus islas.Sabiendo que las palabras crean realidades, te rogamos que nos des inteligencia, para proferir palabras que unan y no separen, palabras que integren y no dividan.Que podamos abrazarnos como hermanos que somos, por sobre las lógicas diferencias de pensamientos que nos hacen humanos.Que Tu amor reine sobre todos nosotros y que podamos construir una sociedad en la que quieras habitar.Que todos los hombres y mujeres del mundo prioricen la paz, el diálogo y el entendimiento.Y que todo hijo de Chile se sienta seguro y querido, y no discriminado por su origen o elección de vida, en esta patria, porción de cielo, que Tú nos regalas.Bendice A-donai a Chile, tierra generosa y buena con Tu bendición de amor.Ki Ata Shomea tefila, porque Tú escuchas nuestras oracionesAmén

publicado 19 Septiembre 2025

Teshuvá, tefilá y tzedaká ¿Qué prácticas de arrepentimiento y perdón recomienda para estos días?

Cuando llegan estos días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, no venimos a pedir que borren lo que fuimos, sino a atrevernos a ser quienes podemos llegar a ser. Nuestros sabios dicen que “la teshuvá, la tefilá y la tzedaká anulan los malos decretos” (Unetané Tokef). No es magia. Es trabajo interior.Teshuvá es volver. Volver a la versión de nosotros que dejamos olvidada entre el ruido. Rambám enseña que la teshuvá verdadera es cuando uno se enfrenta a la misma situación y actúa diferente (Hiljot Teshuvá 2:2). No es cargar con culpa: es mirar de frente lo que no funcionó, asumirlo, y decidir qué vamos a hacer distinto. A veces basta con una conversación pendiente, con dejar de justificarse, con decir: “Sí, eso fue un error, y quiero hacerlo mejor”.Tefilá es hablar con D-os, pero sobre todo escucharte a ti mismo. El Talmud cuenta que Jana “oró desde lo profundo de su corazón” (Berajot 31a). Eso es tefilá: palabras que no tienen que sonar bonitas, solo sinceras. Puede ser el rezo tradicional, o puede ser quedarte en silencio unos minutos al día para preguntarte: “¿Qué necesito? ¿Qué agradezco? ¿Qué deseo soltar?”. No oramos para cambiar a D-os, oramos para que Dios nos cambie a nosotros.Tzedaká es justicia. Isaías dice: “Parte tu pan con el hambriento… no te escondas de tu hermano” (Isaías 58:7). Es elegir no vivir solo para uno. Ayudar no solo con dinero, sino con tiempo, atención, escucha, contactos, abrazos. Cada acto de bondad reordena un poco el mundo.Teshuvá limpia el pasado. Tefilá ilumina el presente. Tzedaká abre el futuro. Y juntas, nos recuerdan que no estamos atados a lo que fuimos: podemos volver a empezar, con más verdad, más fe y más amor.

publicado 29 Agosto 2025

Por qué Israel no puede abandonar a los drusos de Siria

Como nueva inmigrante en Israel, me asaltaba una pregunta incómoda: ¿por qué debemos intervenir en Siria para defender a los drusos? ¿Acaso no tenemos ya suficientes frentes abiertos —Gaza, Líbano, Irán, Yemen, Irak, Judea y Samaria—? Nuestros soldados están exhaustos, y, sin embargo, drusos israelíes piden enviarlos a otra guerra, que no es nuestra.Buscando respuestas, viajé hasta Abu Snan, una aldea drusa en Galilea. Allí me recibió Julia Hazima, periodista y profesora de inglés de 28 años. Desde el primer instante me habló con la calidez de quien visualiza en ti a una hermana perdida. Me presentó a sus padres, y pronto la casa entera se transformó en un ejemplo de hospitalidad. “Quiero que el mundo sepa lo que está pasando”, me dijo la joven antes de empezar nuestra conversación.Un pueblo milenario, siempre perseguidoHoy existen alrededor de un millón y medio de drusos en el mundo; la mitad reside en Siria. Su religión es monoteísta e incorpora elementos del judaísmo, el cristianismo, el islam y la filosofía griega. Creen en la reencarnación y valoran la lealtad entre hermanos por encima de todo. No es posible convertirse al druzismo ni está bien visto asimilarse. La mayoría desconoce los detalles profundos de su propia fe. Al no ser sunitas ni chiitas, y mantener ocultas sus creencias, han sido considerados herejes y por lo mismo perseguidos.La relación entre Israel y los drusos tiene raíces antiguas: los drusos consideran a Jetró, suegro de Moisés, uno de sus profetas fundadores. En tiempos modernos, ese vínculo tomó forma concreta a partir de 1948, cuando líderes drusos e israelíes sellaron un pacto de cooperación que muchos llaman “el pacto de sangre”.En la Guerra de los Seis Días, junio 1967, Israel ocupó los Altos del Golán, territorio que pertenecía a Siria, allí vivían muchos drusos sirios y quedaron bajo control israelí. Por décadas no tuvieron contacto con sus familias, al no poder cruzar las fronteras. La voz de una drusa israelí—¿Cuál es tu percepción de la situación actual en Siria?—Es como un rompecabezas incompleto —responde Julia—. El contacto con nuestros hermanos se cortó. Sueño con poder cruzar la frontera y conocer las tierras donde vivieron mis abuelos.—¿Qué hace especiales a los drusos?—Respetamos al ser humano por lo que es, no por su religión. Somos fieles a nosotros mismos y a los demás. Amamos nuestra tierra. Te doy un ejemplo: en Hurfeish, una aldea drusa de la Alta Galilea, Hezbollah la atacó con dureza, pero nadie quiso abandonar su hogar, aunque sus vidas corrían peligro.—¿Cómo te sientes como drusa en Israel?—Es un privilegio. Estoy orgullosa de ser drusa israelí, aquí soy yo misma. A veces nos llaman “drusos palestinos” y me disgusta. Acá me siento segura, no temo practicar mi religión. Puedo estudiar, desarrollarme y trabajar. En la comunidad drusa hay igualdad entre hombres y mujeres: podemos heredar bienes, entrar en política o en la policía, incluso pedir el divorcio. Si no fuera por los prejuicios de la sociedad árabe chovinista, podría llegar a ser guía espiritual. Agradezco a Israel todo lo que me ha dado.Bajo amenazaLa conversación cambia de tono cuando Julia recuerda la situación en Siria. Me muestra fotos y videos que circulan en secreto por las redes sociales. Me advierte que son fuertes. Tenía razón. Veo imágenes que me transportan al 7 de octubre: aldeas arrasadas, cadáveres, mucha sangre vertida, la misma brutalidad de Hamas.— Bashar al-Assad, aunque dictador, no intentó masacrarlos. Todo cambió con la llegada de Abu Mohammad al-Julani, excombatiente de Al Qaeda e Isis. Se presenta como moderado, con su traje y corbata, pero sus actos lo delatan. Es un extremista y un asesino. Ha impulsado una verdadera limpieza étnica.—Han secuestrado a cien mujeres, quinientos hombres y once niños —continúa Julia con los ojos vidriosos—. A las mujeres las venden como esclavas sexuales por sumas superiores a los 16.000 dólares. Hubo un caso estremecedor: un beduino compró a una drusa solo para devolverla a Suwayda. Aún existen hombres buenos, pero son excepciones. Los beduinos se han unido al régimen, en su intento de aniquilar a los drusos.La humillación también es un arma:—En muchos casos —agrega Julia—, los Sheiks fueron rapados, les cortaron barba y bigote a la fuerza, como señal de burla. Para nosotros eso es un símbolo de dignidad. Fue un acto denigrante.Con voz entrecortada relata lo siguiente:—Violar a una niña de cinco años en un centro de oración y luego decapitarla… ¿qué clase de animal hace algo así? También asesinaron a un joven y exhibieron su cabeza para culpar a los drusos. Una familia reconoció en esa imagen atroz a su propio hijo.Los relatos se suceden: han conquistado más de treinta aldeas, cortaron la luz y el agua, la gente tiene que caminar kilómetros hasta llegar a un hospital que está desprovisto de insumos y medicinas, cadáveres tirados por doquier en las carreteras, es desolador.El pacto de sangreCuando le pregunto por la relación entre drusos e israelíes, su mirada se ilumina.—Durante la Guerra de Independencia, se selló un pacto. Cuentan que en una batalla murieron juntos un soldado israelí y uno druso, y que sus respectivas sangres se mezclaron en la tierra. Ese símbolo representa nuestra lealtad mutua.Desde entonces, los drusos han servido en las Fuerzas de Defensa de Israel y han sido parte activa en la construcción del país. Por eso, dice Julia, la ayuda no es caridad: es una obligación moral.—Si Israel no los ayuda, nadie lo hará.Una petición urgenteLos drusos israelíes pidieron a Netanyahu que interviniera. Las FDI se movilizaron al rescate. También se les envió ayuda humanitaria en helicópteros, y algunos heridos fueron tratados en el hospital de Zfat. “Sin la intervención de las FDI, habrían masacrado a 40.000 drusos”, afirma Julia. Aun así, insiste en que se necesita más: un corredor humanitario desde Galilea hasta Suwayda y más presión internacional.Antes de despedirme, le pregunto cómo imagina el futuro.—Sueño con un reencuentro entre hermanos, con que los drusos sirios recuperen sus derechos. Quiero que sepan que Israel no es un estado de apartheid, que no crean las mentiras que lo demonizan. Y deseo que no tengamos que cruzar de nuevo la frontera con mil drusos israelíes dispuestos a morir defendiendo a nuestros hermanos.Salí de su casa con el corazón apretado. La pregunta inicial que me hice ya tiene respuesta. Israel no está peleando “otra guerra”: está honrando un pacto de sangre, un vínculo sagrado de lealtad compartida y sacrificio mutuo.--Nota del editorLamentamos no poder incluir todas las imágenes compartidas por la autora. Estas fueron obtenidas en condiciones de gran riesgo para quienes las capturan y hacen circular, y constituyen un testimonio gráfico de enorme valor. Sin embargo, por su crudeza, hemos optado por no publicarlas en su totalidad.

Adam Riess, Premio Nobel de Física

Adam Riess  nació en Washington el 16 de diciembre de 1969; su padre Michael sirvió en la Marina, y su madre Doris era sicóloga; su abuela emigró de Polonia. El creció en un hogar con fuertes lazos judíos, celebrando Januka y otras tradiciones judías, participando en eventos culturales y familiares. Riess se graduó en el MIT en 1992, y se doctoró en Física por la Universidad de Harvard en 1996. En su tesis presentó los resultados en las medidas de alrededor de una veintena de estrellas supernova clase Ia situadas en el universo profundo, realizando un método para calcular distancias, así como su calibración; de esa forma, ayudó a corregir la extinción lumínica como consecuencia de la densidad de polvo estelar, midiendo inhomogeneidades en el tejido cosmológico y, en consecuencia, llegó a la conclusión de que el universo en expansión está siendo acelerado desde hace al menos diez mil millones de años. Riess fue becario en la Universidad de California antes de ingresar al Space Telescope Science Institute en 1999, llegando en 2005 a su posición actual en la Universidad Johns Hopkins. Riess inició sus investigaciones en 1998 en el equipo de investigación High-Z Supernova, donde aportó evidencias de que la expansión del universo se está acelerando, corroborada posteriormente por el proyecto Supernovae Cosmology Proyect; lideró el equipo de investigación antes mencionado para trabajar con el telescopio espacial Hubble para obtener datos de una veintena de las supernovas más distantes. Su equipo indagó hasta profundidades de más de 10.000 millones de años-luz. El objetivo fue encontrar y detectar en una fase temprana algún decaimiento en la expansión cósmica a través de la observación de estrellas supernovas distantes para comparar sus brillos relativos y la extinción del brillo de estas. De esta forma se confirmó la interpretación del modelo teórico sobre la existencia de energía y materia oscura.El proyecto Calan-Tololo hizo aportes significativos a la medición de distancias en el Universo, contribuyendo a que en 1998 se descubriera la aceleración de la expansión del Universo. Como consecuencia de este descubrimiento, el 4 de octubre de 2011 recibieron el premio Nobel de Física los astrónomos Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam Riess. Algunas de las consecuencias de la observación de las supernovas tipo I-a son que el Universo está en aceleración y la expansión continuará por siempre; existe un tipo de fuerza “repulsiva” en la naturaleza cuyo origen aún permanece desconocido, el experimento de las supernovas produjo una revolución en la astrofísica contemporánea, y que la cantidad de energía asociada a esta fuerza constituye el 70% de toda la energía del Universo, la que se denomina energía oscura.Saul Perlmutter, Adam Riess y Brian Schmidt fueron galardonados con el premio Shaw 2006 en astronomía, el Galardón Trumpler de la Sociedad Astronómica del Pacífico, los premios Bok de la Universidad de Harvard, de la Sociedad Astronómica Americana,  Sackler de Raymond y Beverly, Shaw de Astronomía, Mención como "Genio" del Premio MacArthur, y elegido para la Academia Nacional de Ciencias de USA. Riess provocó una controversia por la publicación de los datos recopilados por el equipo Calán-Tololo, quien hizo un uso indebido de estos, publicándolos en forma previa, sin conocimiento ni permiso de los demás autores. Adam Riess está casado con Nancy Joy Schondorf y tiene dos hijos.

Lápidas de Sarajevo

El pasado domingo 14 de diciembre mientras Chile celebraba con alegría de una gran jornada electoral, el pueblo judío iniciaba la festividad de Janucá que conmemora, con el encendido de un candelabro de 9 brazos, un milagro ocurrido hace 2.200 años. Entonces, como tantas veces en su historia, los habitantes de Judea estaban bajo ocupación, en este caso, del Imperio seléucida, y tras una exitosa rebelión recuperaban su independencia y purificaban el profanado Templo de Jerusalén. Janucá es por ello la fiesta en que la luz se enciende cuando la historia se oscurece. La fiesta que celebra la libertad y la obstinación de una llama frágil que resiste apagarse. Aquel domingo ese símbolo resonó con especial fuerza. El ataque terrorista que costó la vida de 15 civiles celebrando Janucá en la playa de Bondi en Sídney confirmó que el antisemitismo ha vuelto a cruzar fronteras. Ochenta años después del Holocausto, los judíos vuelven a descubrir que ningún lugar es definitivamente seguro. Lo ocurrido fue consecuencia de la persistente crítica política a Israel y su gobierno, mediante el uso de un lenguaje que los deshumaniza y deslegitima, liberando un odio tribal e identitario, aplaudido especialmente en sectores de extrema izquierda. El uso de consignas como “desde el rio hasta el mar Palestina será libre” o los llamados a una “intifada global” no han apuntado a una solución de dos estados para dos pueblos- uno árabe y otro judío- sino que, a exaltar el propósito genocida de destruir al Estado de Israel, aniquilar o expulsar a su población judía y atacar comunidades judías en todo el mundo. Esa reiterada conducta antisemita, también ha sido promovida y agitada en Chile por el presidente Gabriel Boric. Su vejatorio trato será recordado como el período más oscuro en la historia de la vida judía de nuestro país, la que se remonta a lejanos tiempos de la colonia. Por lo mismo, ahora que deja su cargo, haría bien en leer el cuento “En el cementerio judío de Sarajevo” de Ivo Andrić. En él, este describe un pequeño camposanto judío, silencioso y resistente, rodeado por una ciudad atravesada por siglos de violencia. Las lápidas, golpeadas por el tiempo y los imperios, permanecen en pie como testigos mudos de una presencia judía que nunca fue central ni poderosa, pero sí persistente. No desafían al mundo con estruendo; simplemente siguen allí. En palabras de Andric, “Aquí la estrella de seis puntas de Salomón esta dañada [..]Son el rastro de los ocupadores o ustachas, de su odio enfermizo y tenebrosa estupidez…”.Como las lápidas de Sarajevo, la luz de Janucá no domina el paisaje, pero lo realza. No niega la oscuridad que la rodea, pero la atraviesa. Nuestro candelabro encendido es una forma de memoria activa. Esa luz discreta y obstinada nos permite decir que ni atentados como el de Sídney, ni gobiernos antisemitas como el de Boric, podrán jamás apagar nuestra fe, borrar nuestra historia, ni someter nuestro futuro. 

Jánuca 2025: cuando la luz se enciende en los espacios de Chile

Jánuca es, ante todo, una afirmación: la decisión de encender una luz cuando el entorno parece oscurecerse. La historia que recordamos cada año —la perseverancia de un pueblo, el reencuentro con la libertad religiosa y el milagro de un aceite que alcanzó más de lo esperado— no pertenece solo a un pasado remoto. En Chile, esa misma idea cobra vida cuando la festividad se celebra de cara al país, en espacios públicos que representan nuestra convivencia democrática, nuestra diversidad y la libertad de culto.Al igual que en años anteriores, la Comunidad Judía de Chile vivió un Jánuca marcado por encuentros significativos: en el Congreso Nacional, en el Palacio de La Moneda, en la Embajada de Estados Unidos, en municipios que albergan a buena parte de nuestras instituciones —como Vitacura y Lo Barnechea— y en un emotivo Jánuca intercomunitario junto al Orfeón Nacional de Carabineros de Chile. Señales concretas de que la coexistencia puede seguir siendo parte del corazón de la vida republicana.La celebración de Jánuca en el Congreso Nacional, con la presencia de José Manuel Ossandón, presidente del Senado, volvió a reunir a autoridades, parlamentarios y representantes de la comunidad en torno al encendido de las velas. Un gesto sencillo, pero cargado de simbolismo: la fe no se esconde; se vive con respeto y sin temor.La ceremonia de Jánuca en el Palacio de La Moneda tuvo este año un eco especial. En palabras del ministro del Interior, Álvaro Elizalde, se destacó el carácter laico del Estado y su rol fundamental en garantizar el libre ejercicio de la fe.En esa misma instancia, la Comunidad Judía de Chile entregó el reconocimiento “Espíritu Macabí” a la embajadora de Alemania, Susan Fries-Gaier, como una forma de destacar convicciones morales, coraje cívico y compromiso con la memoria. En su discurso, la embajadora agradeció la amistad y la buena acogida de la Comunidad Judía hacia ella y su marido, y señaló con claridad: “Mi pueblo infligió el crimen más inimaginable contra los judíos, algo que no tiene comparación con nada”.Por segundo año consecutivo, la celebración de Jánuca en la Embajada de Estados Unidos fue un espacio de cercanía y amistad, que se suma a una relación histórica basada en el diálogo, la colaboración y el trabajo conjunto en la lucha contra el antisemitismo.En tiempos complejos, estos gestos importan: porque transmiten que la convivencia se defiende no solo con discursos, sino también con presencia, coherencia y compromiso.Jánuca también se vivió en espacios locales donde transcurre buena parte de la vida comunitaria. En Lo Barnechea, Vitacura y Las Condes, se remarcó el valor de que una municipalidad impulse instancias concretas donde distintos credos puedan expresarse con respeto, y donde la tradición judía se comparta como parte del tejido social del país.Uno de los momentos más emotivos de este Jánuca fue el tradicional Concierto Intercomunitario junto al Orfeón Nacional de Carabineros de Chile: una invitación abierta a celebrar, encender la tercera vela y encontrarnos en torno a la música como lenguaje transversal.Jánuca 2025 demostró que la luz no se impone; se comparte.Encender una vela en el Congreso, en La Moneda, en una embajada, en una municipalidad o en un concierto intercomunitario no cambia por sí solo las tensiones del mundo. Pero sí transforma algo más cercano: nuestra disposición a convivir. Y en estos tiempos, esa disposición es una responsabilidad democrática.

La crisis de los secuestrados en Israel se acerca a su fin

251 hombres, mujeres y niños fueron secuestrados por terroristas de Hamás hace más de 800 días. Una magnitud inédita. La mayoría eran israelíes, pero también hubo ciudadanos latinoamericanos, europeos, estadounidenses y tailandeses, entre otros. El menor: Kfir Bibas, de 9 meses. El mayor: Arye Zalmanovich, de 85 años. Ambos del kibutz Nir Oz, uno de los mayores símbolos de la masacre, donde más de un cuarto de sus miembros fueron secuestrados o asesinados. No fue la primera vez que organizaciones terroristas palestinas utilizan los secuestros como método de presión política y militar. En 2014, tres jóvenes israelíes fueron secuestrados por miembros de Hamás en el cruce de Gush Etzion: Eyal, Gilad y Naftalí, cuyos cuerpos sin vida fueron hallados 18 días después. Años antes, el soldado Gilad Shalit fue secuestrado en un ataque –también de Hamás– contra una base militar israelí cerca de Kerem Shalom. Pasó más de cinco años cautivo en Gaza, hasta ser liberado en 2011 en un intercambio por 1.027 prisioneros palestinos que cumplían condenas en cárceles israelíes. Sin embargo, nunca antes en la historia de Israel un ataque masivo había culminado con cientos de secuestrados: la mayor crisis de este tipo que ha entrentado el Estado judío. A nivel global, pocos episodios del siglo XXI pueden considerarse comparables en escala. Entre ellos, el secuestro de más de 250 niñas por Boko Haram en Chibok (Nigeria) en 2014; las tomas de rehenes masivas de ISIS en Siria e Irak; o los secuestros colectivos realizados por las FARC en Colombia que en los 2000 seguían ocurriendo.Volviendo al caso israelí, el presidente Isaac Herzog reiteró en numerosas ocasiones que el retorno de los secuestrados era una obligación nacional ineludible. El 6 de marzo de 2025, cuando aún quedaban casi 60 rehenes retenidos en Gaza, Herzog aprovechó una ceremonia oficial en el Monte Herzl dedicada a los soldados caídos cuyos cuerpos no han sido recuperados para subrayar que Israel tenía un “imperativo moral supremo” de traerlos de vuelta, afirmando que “no debemos descansar ni guardar silencio hasta que todos regresen a casa, tanto los rehenes vivos como los muertos”. Días después, el 25 de marzo de 2025, en una conferencia en la Universidad de Tel Aviv, expresó su preocupación porque la sociedad comenzaba a perder la urgencia que el tema exigía, señalando que estaba “bastante sorprendido de cómo, de pronto, el asunto de los rehenes dejó de estar en la cima de la lista de prioridades”, insistiendo en que el país no podía permitirse apartar la mirada de esa responsabilidad histórica.Por su parte, el primer ministro Benjamín Netanyahu sostuvo durante toda la guerra que la liberación de los secuestrados era un objetivo nacional inseparable de la derrota de Hamás. Ya el 23 de noviembre de 2023, al anunciarse la primera pausa humanitaria que permitió la liberación inicial de secuestrados, afirmó que “traerlos a todos es una misión sagrada” y que el gobierno estaba comprometido tanto con “traer a nuestros secuestrados a casa como con eliminar a Hamás”. Sin embargo, esta postura fue objeto de un debate creciente dentro de Israel. Mientras Netanyahu insistía en que la presión militar era indispensable para debilitar a Hamás y aumentar las posibilidades de rescatar a los secuestrados, numerosas voces —incluidas familias de rehenes, ex jefes de seguridad y parte de la oposición política— cuestionaban si las operaciones militares realmente acercaban el retorno de los cautivos o, por el contrario, los exponían a un mayor riesgo. El dilema se volvió central: ¿la fuerza o la negociación? En la práctica, Israel terminó aplicando ambas vías de manera simultánea.Entre las 251 personas secuestradas, tras algunas liberaciones unilaterales en octubre de 2023, el primer gran acuerdo se produjo durante la tregua de finales de noviembre de ese mismo año, cuando 105 rehenes fueron liberados, en su mayoría mujeres y niños. Los combates se reanudaron, pero nuevas extensiones del acuerdo y negociaciones puntuales, mediadas principalmente por Estados Unidos, Catar y Egipto, permitieron la liberación de cautivos adicionales en varias ocasiones pero en cantidades reducidas. En paralelo, Israel llevó a cabo varias operaciones militares de rescate, aunque complejas y con resultados acotados. En total, solo siete rehenes fueron liberados con vida por las FDI mediante acciones directas. Entre ellos, los argentinos Luis Har y Fernando Marman, además de Noa Argamani y un grupo de hombres que habían sido secuestrados durante la fiesta Nova.Sus testimonios y los de otros sobrevivientes pusieron de relieve la enorme dificultad de ejecutar operaciones de rescate de este tipo sin poner en riesgo a los cautivos, un factor que alimentó el debate interno en Israel sobre los límites y la viabilidad de la presión militar como vía prioritaria. Ese dilema quedó expuesto con especial crudeza con el caso de seis secuestrados que en un túnel subterráneo en Rafah, al sur de Gaza, fueron “asesinados a sangre fría por sus captores poco antes de que nuestras fuerzas llegaran al lugar”, según informó el entonces portavoz de las FDI, contralmirante Daniel Hagari, el 1 de septiembre de 2024. Con el paso de los meses se produjeron liberaciones adicionales mediante acuerdos parciales y extensiones negociadas, incluidas las últimas entregas en septiembre de 2025. Ese momento marcó un punto de inflexión: el cierre de la etapa con secuestrados vivos en Gaza y un hito seguido con atención a nivel internacional. Una veintena de hombres israelíes que sobrevivieron 738 días en manos de terroristas fueron finalmente intercambiados por casi 2.000 prisioneros palestinos, entre ellos más de 250 condenados a cadena perpetua por actos de terrorismo. En total, de las 251 personas secuestradas durante la masacre del 7 de octubre, alrededor de 180 fueron liberadas con vida mediante negociaciones, 7 fueron rescatadas por las FDI y unos 60 fueron devueltas en forma de restos mortales, completando una secuencia que combinó acuerdos, rescates puntuales y la recuperación gradual de cuerpos a lo largo de casi dos años.En este momento, solo el cuerpo de un secuestrado permanece en manos de terroristas en Gaza. Se trata de Ran Gvili, agente de la Policía de Israel, quien el 7 de octubre salvó a decenas de personas que huían del festival Nova y combatió para proteger el kibutz Alumim, hasta ser asesinado por terroristas de Hamás. Su cuerpo fue posteriormente secuestrado y trasladado a Gaza, donde permanece desde hace más de 800 días.Su caso se ha convertido en el último pendiente dentro de la crisis de los secuestrados y en un símbolo para las familias de las víctimas y para amplios sectores de la sociedad israelí, que continúan exigiendo su devolución para permitir un entierro digno.La crisis de los secuestrados se aproxima así a su cierre formal, aunque no necesariamente a su cierre histórico. La experiencia acumulada a lo largo de casi dos años dejó al descubierto los límites de la fuerza militar, el peso de la negociación y el costo humano de decisiones tomadas bajo presión extrema. En una región marcada por conflictos prolongados, este episodio quedará como un antecedente central para comprender cómo Israel, su sociedad y sus instituciones enfrentaron uno de los dilemas más complejos de su historia reciente.* Al momento del envío de este artículo desde Israel, el cuerpo de Ran Gvili aún no ha sido devuelto.-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Netanyahu solicita indulto presidencial a Herzog en medio del proceso judicial en su contraDesde 2020, el primer ministro Benjamín Netanyahu enfrenta un proceso judicial sin precedentes para un jefe de gobierno en funciones, acusado en tres causas por soborno, fraude y abuso de confianza. Netanyahu niega todos los cargos y sostiene que se trata de una persecución política, mientras el juicio avanza lentamente en los tribunales de Jerusalén y sigue siendo uno de los ejes más divisorios de la política israelí. En ese marco, el propio Netanyahu afirmó que “el actual juicio nos está desgarrando desde dentro, alimenta feroces desacuerdos y profundiza las divisiones.”En este contexto, a fines de noviembre Netanyahu solicitó un indulto al presidente Isaac Herzog, quien aún no ha tomado una decisión. Al referirse al tema, Herzog señaló que considerará “únicamente los mejores intereses para el Estado de Israel y la sociedad israelí.”El pedido recibió también respaldo desde el exterior. En una carta distribuida por el portavoz del presidente de Israel, el presidente estadounidense Donald Trump escribió: “Por la presente, les pido que indulten completamente a Benjamin Netanyahu, quien ha sido un primer ministro formidable y decisivo en tiempos de guerra, y que ahora está guiando a Israel hacia una era de paz.”La solicitud generó fuertes críticas desde distintos sectores políticos internos. El líder de la oposición, Yair Lapid, sostuvo que “no se puede conceder un indulto a Netanyahu sin una admisión de culpabilidad, una expresión de remordimiento y una retirada inmediata de la vida política”. En la misma línea, Yair Golan, jefe del partido Demócratas, declaró: “Solo alguien culpable pide un indulto, después de ocho años de juicio y cuando los casos en su contra no se han derrumbado.”A la espera de una definición presidencial, el eventual indulto se suma a un proceso judicial que, más allá de su desenlace legal, continúa marcando el debate público en Israel y profundizando una división política e institucional.

"Pintar es sanador. Me ayuda a transformar heridas en crecimiento personal".

Telas grandes y medianas, grabados en formatos pequeños. Colores intensos, naturaleza, sentidos, memoria visible y ausente, letras hebreas.  Así se define la obra de la artista visual Vivian Werbin Rosenberg, quien hace doce años decidió dedicarse a la pintura y encontró en el arte abstracto un lenguaje para expresarse y un proceso constante de sanación.  Destacada en el arte contemporáneo a nivel nacional e internacional, su creación se nutre de estados emocionales, la historia personal y colectiva y la fuerza transmitida por sus ancestros. Tras la muerte de su padre, el arte la ayudó a despedirlo y transformar el duelo en homenaje. ¿Cuándo y cómo fue tu acercamiento inicial al arte? Soy diseñadora gráfica y durante mucho tiempo trabajé en decoración. Hace doce años me acerqué a la pintura y descubrí que el arte abstracto era el lenguaje que mejor expresaba mi interior. Antes había vivido momentos tristes y de soledad y el arte me acompañó, ayudó a sanar y a encontrar la alegría. ¿Cómo fue tu primera exposición? La primera fue en 2013, en una casa con cien personas. Ahí vendí mis primeras obras.  ¿Cómo definirías tu estilo? Es abstracto con un matiz mágico. De las manchas surgen figuras y sensaciones ligadas a los cinco sentidos. Muchas veces no sé qué voy a pintar, pero dejo que la obra se exprese con el tiempo. ¿Qué técnicas y materiales utilizas? Trabajo con técnica mixta: acrílicos, tinta, acuarela y lápices. Me gusta experimentar con formatos diversos, desde cuadros grandes apaisados hasta rectángulos largos, pero pueden tener mayor o menor tamaño dependiendo del tema, demanda o inspiración. También realizo grabados pequeños, que pueden instalarse como cuadros o cajas decorativas. Además, he plasmado mis pinturas en objetos como pañuelos, carteras, mascarillas y mesas. ¿Dónde has expuesto internacionalmente? Toqué muchísimas puertas con mi dossier hasta que una galería en Miami se quedó con cinco de mis obras. En 2016 participé en Red Dot Art de Miami y, más tarde, en Spectrum de esa ciudad. También estuve en World Art Dubai, donde mis piezas permanecieron dos años en la Embajada de Chile. De forma posterior, expuse en el Carrusel du Louvre, en el Ateneo de Madrid y en el Metro de Nueva York. Y en Chile, ¿cómo ha sido tu trayectoria? Desde un inicio expuse en Talca, en la galería de Paloma Alba. Para mí era importante empezar en regiones. En 2021 participé en Santiago en Espacio en Tránsito. En 2022 hice mi primera exposición individual en Chile, seguida por otras en 2023 y 2024. Hoy participo en colectivos como Manifiesto Gallery y Zoco, entre otros. ¿Tus obras reflejan tus estados emocionales? Sí. Por ejemplo, Navegación se relaciona con el agua y las emociones. Visiones es un homenaje a mi padre, fallecido hace justo un año, donde lo represento calmado y desconectado del mundo terrenal. Siento que su fuerza me acompaña. ¿Qué valor encuentras en tu arte? Pintar es sanador. El color transmite alegría, amor y valores humanos. Mi arte está ligado a la espiritualidad, a la conexión con el cosmos y la naturaleza, y me ayuda a transformar heridas en crecimiento personal.  ¿Cuál es tu relación con el judaísmo y cómo influye en tu obra? Soy judía y amo serlo. Celebro algunas fiestas y es parte de mi identidad espiritual. Me atraen las letras hebreas, que he incorporado en mis obras. El judaísmo me conecta con la resiliencia y con la capacidad de empezar de nuevo. De hecho, parte de mi familia es sobreviviente del Holocausto. ¿Qué estilo de vida llevas y cómo influye en tu obra? Me gusta caminar y bailar, son mis formas de hacer ejercicio y de conexión. Paseo sola, observo la naturaleza y dejo que las sensaciones me inspiren. Siempre llevo conmigo papel o algodón, que me gusta por su textura, para plasmar ideas, sentimientos, colores.  Dado que te marca la naturaleza, ¿qué significa para ti las estaciones? La primavera es especial, porque nací en esa época. Además, renace una nueva etapa, donde me vuelvo más productiva y creativa. El invierno también me inspira: aunque es más oscuro, me impulsa a usar el color para animarme. ¿Cómo te sientes cuando una obra está en manos de otra persona? Una obra debe enamorar al espectador, conmoverlo y generar identificación. Esas personas se conectan con lo que transmito y se llevan un pedazo de mí a los espacios donde instalarán las obras. Entre ellos, hay varios coleccionistas que me han comprado diversas obras.¿Has explorado otras disciplinas además de la pintura? Por ahora, me he dedicado a telas y papeles, pero me interesa la escultura. Quizás más adelante trabaje con arcilla y otras técnicas manuales. ¿Qué proyectos tienes a futuro? En 2027 expondré en el Mercaz. Cada exposición requiere casi un año de trabajo. He vendido 270 obras en 12 años: es momento de repensar el futuro. El verano, en calma, es un buen momento para proyectar nuevas ideas. Contáctala al +569 93379904 o a su mail vwerbin@live.cl 

Ataque en Sídney durante Janucá: crónica de un ataque anunciado

El fin de semana la diáspora judía debió lamentar una nueva tragedia: quince personas fueron asesinadas y otras cuarenta resultaron heridas tras un ataque armado dirigido contra la comunidad judía que celebraba Janucá en Sídney. Como expresara el American Jewish Committee (AJC), esta masacre se produce tras reiteradas advertencias sobre las consecuencias de ignorar la retórica y las manifestaciones antisemitas. Según la institución: “Este ataque era previsible, dado que durante dos años se han registrado manifestaciones antisemitas en las calles de Australia”.No pueden olvidarse hechos como el incendio de la sinagoga Adass Israel en Melbourne (diciembre de 2024); la vandalización de dos sinagogas en Sídney con intentos de incendio (enero de 2025); la filtración de datos personales de más de 600 creativos y académicos judíos en Australia,  por parte de grupos pro-palestinos, exponiéndolos a amenazas y hostigamiento (febrero de 2024). En términos cuantitativos, el Executive Council of Australian Jewry (ECAJ) documentó 2.062 incidentes antijudíos entre octubre 2023 y septiembre 2024, un nivel sin precedentes.Como indica el AJC, era un ataque previsible.Las autoridades australianas, líderes mundiales y ONG judías condenaron el ataque, calificado formalmente como un acto de terrorismo con motivación antisemita.Declaración de las autoridades locales y testimonios El primer ministro australiano, Anthony Albanese, condenó el hecho como "un acto de malvado antisemitismo, terrorismo, que ha golpeado el corazón de nuestra nación".El jefe de Gobierno de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, declaró que el objetivo fue la comunidad judía, afirmando que "fue un ataque horrendo" que destruyó una noche de paz y celebración (El Mercurio, Swissinfo/EFE).La policía activó unidades antiterroristas y confirmó el hallazgo de artefactos explosivos improvisados en un vehículo asociado a uno de los sospechosos.Testimonios de sobrevivientes recogidos por Associated Press describieron la escena como una "absoluta carnicería" con cuerpos esparcidos por todas partes. Un abogado que asistía a la ceremonia con su familia comentó que "fue como revivir el 7 de octubre". The Jerusalem Post destacó el creciente antisemitismo en Australia desde la masacre del 7 de octubre de 2023 en Israel, y subrayó que se produjo en una zona de alta concentración de la comunidad judía en Sídney.La prensa internacional reportó el refuerzo inmediato de la seguridad en lugares de culto judíos en países como Francia, ante la "persistente amenaza terrorista" después del ataque, señalando que el objetivo fue golpear a la comunidad durante una celebración religiosa.Acto de heroísmo y contextoSe destacó el heroísmo de un ciudadano desarmado, identificado como Ahmed al Ahmed, ciudadano australiano de origen sirio, de 43 años, quien forcejeó con uno de los atacantes y logró desarmarlo, acción que, según el jefe de la policía, salvó muchas vidas. Aunque Ahmed permanece hospitalizado por múltiples heridas de bala, su condición es estable. Los reconocimientos han llegado desde todas las latitudes.El incidente ha sido calificado como el segundo tiroteo masivo más mortífero en la historia de Australia y el ataque terrorista más letal en el país, lo que subraya la gravedad y el impacto del antisemitismo violento en el contexto post-octubre de 2023.Reacciones Comunidad Judía de Chile (CJCh)“Este hecho nos recuerda una verdad que no podemos ignorar: la incitación al odio nunca es inofensiva. El antisemitismo mata. Cuando el odio se normaliza, se transforma en violencia real con consecuencias trágicas”.American Jewish Committee (AJC)“Esta masacre se produce tras reiteradas advertencias, incluso de la propia comunidad judía australiana. Cuando el director ejecutivo del AJC, Ted Deutch, visitó Australia en septiembre, nos hicimos eco de esas advertencias: permitir que la retórica y las manifestaciones antisemitas pasen desapercibidas puede, y de hecho lo hace, conducir a la violencia y la muerte. En aquel entonces, la comunidad judía australiana ya había sufrido atentados con bombas incendiarias, grafitis, agresiones físicas y amenazas. Las advertencias de la comunidad se han convertido ahora en una realidad devastadora”.Anti-Defamation League (ADL)“Estamos conmocionados y devastados por el ataque antisemita. Lamentamos el asesinato del emisario de Jabad, el rabino Eli Schlanger, y de todas las víctimas de este acto de antisemitismo atroz y violento”.Cancillería de Chile“El Gobierno de Chile transmite su más sentido pésame al Gobierno y al pueblo de Australia, y envía sus condolencias a las familias de las víctimas, así como su solidaridad con los heridos y a todos quienes se han visto afectados. También expresa su solidaridad con la comunidad judía, tanto en Australia como en el resto del mundo. Asimismo, Chile condena enérgicamente este acto de violencia injustificado y rechaza cualquier forma de extremismo y expresión de odio”.Secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres “Estoy horrorizado y condeno el atroz ataque mortal perpetrado hoy contra familias judías reunidas en Sídney para celebrar Janucá. Mi corazón está con la comunidad judía de todo el mundo en este primer día de Janucá, una festividad que celebra el milagro de la paz y la luz que vence a la oscuridad”.Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen “Europa se solidariza con Australia y las comunidades judías de todo el mundo. Estamos unidos contra la violencia, el antisemitismo y el odio”.Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio“Estados Unidos condena enérgicamente el ataque terrorista en Australia dirigido contra una celebración judía. El antisemitismo no tiene cabida en este mundo”.

Paul Krugman, Premio Nobel de Economía

Paul Krugman nació el 28 de febrero de 1953 en  Nueva York en el seno de una familia judía. Sus abuelos paternos emigraron a los Estados Unidos desde Polonia. Se graduó en la Kennedy High School en Bellmore, se licenció en la Universidad de Yale en 1974, se doctoró tres años después en el MIT y, entre 1996 y 2015, fue catedrático de Economía en la Universidad de Princeton, la que dejó en 2015 para unirse al Graduate Center de la City University of New York como profesor distinguido de Economía. También ha impartido clases en el MIT y en la Universidad de Stanford.Destacado por sus contribuciones en el campo de la economía internacional, el comercio y la teoría económica en general, es especialmente conocido por su trabajo en macroeconomía y por su enfoque en la economía de los países en desarrollo. Fue uno de los fundadores de la New Trade Theory, una revisión de la teoría del comercio internacional, por la cual le concedieron la medalla John Bates Clark, que la Asociación Americana de Economistas otorga cada dos años al economista menor de cuarenta años que haya realizado la contribución más importante a las ciencias económicas. Miembro del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca con el presidente Ronald Reagan, asesor del Banco Mundial, del FMI, de la Comisión Trilateral y de la ONU, fue considerado por la revista The Economist como el “economista más notable de su generación”. Desde 2000 escribió para el New York Times, donde ha tratado una amplia variedad de temas económicos y políticos. Sus artículos son traducidos y reproducidos en medios de comunicación de todo el mundo. Autor prolífico, que irrumpió en el panorama literario con “La edad de las expectativas limitadas”, criticó la afición por las recetas milagrosas en “Vendiendo prosperidad”. Con “El gran engaño”, denuncia la sumisión del sistema político, judicial y económico estadounidense a la extrema derecha. En 2012 publicó “Acabad ya con esta crisis”, donde expone las causas de la crisis económica y analiza las medidas para salir de ella. En 2004, fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en reconocimiento a sus contribuciones a la teoría sobre las crisis cambiarias y al análisis de la política monetaria. En octubre de 2008 ganó el Premio Nobel de Economía por su análisis de los patrones de comercio y la localización de la actividad económica.Paul Krugman ha promovido el libre comercio; señala que, aunque ha perjudicado a las industrias, a las comunidades y a algunos trabajadores, es un sistema en el que todos ganan y que enriquece a ambas partes del acuerdo. En su opinión, el déficit comercial no importa, y no se debería a la falta de protección comercial sino a la falta de ahorro interno. Además, los aranceles y las restricciones comerciales no reducen realmente el déficit comercial global. También escribió el libro titulado “La globalización no es culpable: virtudes y límites del libre comercio”, en el que promueve el libre comercio, diciendo que representa la paz económica, ya que el comercio es mutuamente beneficioso. También señaló que en el libre comercio, los salarios reales de los trabajadores menos educados disminuyen debido a la competencia de las importaciones a bajo precio.Su segunda esposa fue Robin Wells, economista que colaboró en algunos de sus libros.

El 2025 desde la juventud judía

Se acaban dos años de construcción identitaria y comienza una nueva etapa de desarrollo comunitario. Durante este tiempo, la continuidad fue el eje esencial de cada proyecto: si no aseguraba un futuro, no había razón de hacerlo. Esa convicción, de construir algo que durara más que nosotros, fue la base del puente que empezamos a levantar. Hoy, tener jóvenes listos y dispuestos a tomar los cargos de la próxima FEJJ es la mejor prueba de que la juventud volvió a creer en su propio camino.Sin embargo, construir ese puente fue un trabajo lleno de obstáculos e incertidumbres. Desde el inicio fue difícil ver el final; a veces el camino se sintió demasiado largo, otras demasiado incierto. Pero avanzamos porque confíamos en que, incluso en tiempos de odio e indiferencia, aún sobrevivía el entendimiento, la empatía y la humanidad. Gracias a esa certeza surgieron iniciativas como el voluntariado en conjunto con Taglit y proyectos como Big FEJJ, donde acompañamos a quienes hoy son los líderes de esta nueva etapa. Sin embargo, el puente exigía algo más; abrirnos por completo. Por eso, confiando en nuestra lucha, nos paramos frente a cientos de representantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile y presentamos la moción de diálogo, llevamos a cabo la visita universitaria al Museo Judío, salimos a La Alameda exigiendo la liberación de los secuestrados y nos paramos frente a La Moneda para el 7/10; iniciativas que marcaron un precedente de apertura y diálogo inimaginable. Todo el trabajo tomó más fuerza cuando, gracias al apoyo comunitario, llevamos a Israel a ocho líderes jóvenes no judíos, quienes vivieron lo que muchas veces nos cuesta poner en palabras. Fue el acercamiento más real y humano que la juventud chilena ha experimentado con nuestro pueblo, donde pudimos bajar por completo nuestra guardia y abrir las puertas del puente, siempre seguros de nuestra lucha. Es esa convicción la que nos demuestra que hoy la juventud judía no es espectadora: es el futuro que comienza a cruzar el puente que construimos juntos.

Presidenciales: chilenos votan en Tel Aviv

En el marco de las elecciones presidenciales de Chile, ciudadanos chilenos residentes en Israel concurrieron a votar en el local habilitado en Tel Aviv. El proceso fue supervisado por Hernán López, delegado de la Junta Electoral, quien estuvo a cargo de la instalación y cierre de las mesas, además de asistir a los votantes y velar por el orden y el correcto funcionamiento del proceso.Según López, el crecimiento del padrón ha sido gradual pero sostenido, reflejando una mayor conciencia sobre el derecho y la importancia de votar. Detalla que entre las principales dificultades para participar se encuentran el hecho de que la votación se realiza en un día laboral en Israel (domingo), la distancia hasta el local y la necesidad de contar con la documentación y la inscripción consular al día, requisitos que no todos cumplen. Este análisis lo comparte el presidente de la Comunidad Chilena en Israel, Daniel Weinstein.Sobre el rol de la institución, Weinstein explica que el apoyo que entregan consiste en la difusión del proceso a través de sus redes, además de brindar soporte, orientación e información a los votantes.Respecto de los resultados, que favorecieron por amplia mayoría a José Antonio Kast, señala que “eran absolutamente previsibles, dado que la candidata Jeanette Jara había señalado que pondría término a las relaciones con Israel”.Finalmente, el delegado, Hernán López destaca que “el ambiente en la Embajada de Chile en Israel es cordial y cercano. Al tratarse de una comunidad pequeña, muchos se conocen entre sí, lo que transforma la jornada electoral en un espacio de encuentro: café, galletas y conversación acompañan el acto cívico. Para muchos, no se trata solo de votar y retirarse, sino de compartir y reencontrarse, dentro y fuera del lugar de votación”.¡Felicitaciones a la Comunidad Chilena en Israel!

Daniela Márquez Colodro: “Escribo para acompañar a los jóvenes en los silencios donde nadie los escucha”

Como periodista, debo confesar que entrevistar a una colega y, además, a una novelista de gran trayectoria no es tarea fácil. Existe cierta aprensión —una mezcla de admiración y respeto— que puede volver difícil mantener la distancia necesaria para preguntar y escuchar. Pero con Daniela, todo fluyó con naturalidad. Su calidez, su mirada luminosa sobre el mundo y su forma de entender la literatura hicieron que la conversación se convirtiera en un encuentro por el amor a las palabras y la necesidad de contar historias.En un mundo acelerado y ruidoso, donde los jóvenes a menudo se sienten solos o incomprendidos, Daniela ha encontrado una manera única de acompañarlos: a través de la literatura. Periodista de profesión y autora de cinco novelas juveniles publicadas en Chile, México y Estados Unidos, combina oficio, sensibilidad y una profunda humanidad para abordar temas como la identidad, el duelo, las adicciones, abusos, amistad y la búsqueda de sentido. Su mirada está impregnada de valores que provienen de su historia familiar y de su judaísmo, donde la centralidad del hogar y la memoria tienen un rol esencial. Su obra ha recorrido colegios de todo el país, generando espacios de reflexión, empatía y diálogo en una etapa tan decisiva como la adolescencia. En esta conversación con La Palabra Israelita, Daniela comparte su camino, su método de creación y la emoción de encontrarse cara a cara con quienes leen sus libros.InspiraciónP: Daniela, cuéntanos un poco de tu historia personal y profesional.R: Nací en Santiago y soy trilliza, la única mujer de este particular equipo de tres. Crecer así fue un desafío y un privilegio. Tuve la suerte de hacerlo en un entorno profundamente intelectual: mis padres (Tita Colodro y Antonio Márquez Z”L) trabajaron mucho en comunicaciones y en el mundo académico, y en mi casa siempre hubo libros y música clásica sonando de fondo. Ese ambiente marcó mi infancia y sembró en mí el amor por la lectura, la curiosidad por las historias y la sensibilidad hacia el arte.Tengo dos hijos que están terminando la universidad y que han crecido viéndome multiplicar mis tiempos entre el trabajo, la escritura y el grabado. Y ya los veo replicando el modelo. Los dos estudian y trabajan en lo que les apasiona. Ellos son mi gran orgullo.En lo profesional, estudié periodismo y desde hace más de diez años trabajo en el Ministerio de las Culturas, donde lidero las comunicaciones internas y las relaciones institucionales. En paralelo, llevo 17 años dedicada a la literatura juvenil, con cinco novelas publicadas en Chile, México y Estados Unidos, con Planeta y Zig-Zag. Además, soy grabadora desde hace más de dos décadas y hace unos días estuve en una exposición colectiva con el Taller Lautaro en Casa Plan, en Valparaíso.Entre mi familia, el ministerio, la escritura y el grabado, siempre estoy en movimiento, y siempre voy a encontrar la manera de robarle horas al reloj.P: ¿Por qué comenzaste a escribir y por qué escogiste hacerlo para adolescentes?R: Cuando estaba en 5° básico, me costaba enganchar con lo que nos daban como lectura en el ramo de Castellano, que se llamaba así en ese entonces. Mi primer colon irritable fue cuando no pude terminar de leer “Perico trepa por Chile”. ¡Perdón Marcela Paz y Alicia Morel! Me costó terminarlo, y para mi sorpresa, no fui la única del curso. Entonces, un día le dije a una de mis amigas, con las que compartía el banco, “Cuando sea grande, voy a ser escritora”, pensando en crear historias más cercanas y de lectura más ágil. Lo decreté, y cumplí esa promesa. Primeras novelas y motivacionesP: En tus libros siempre hay un trasfondo humano muy fuerte. ¿Cuál fue el punto de partida para tu primera novela?R: Desde el comienzo tuve claro que quería acompañar a los adolescentes en sus temas más profundos. Mis libros son, para mí, una especie de “literatura de acompañamiento”. No quería solo entretenerlos o llenarles la cabeza de fantasías. Quería meter los pies en el barro y ver qué salía de ahí. Así, salieron temas como bullying, trastornos alimentarios, sexualidad, conflictos familiares, abandono, incomunicación con los padres, enfermedades crónicas, identidad de género, abusos, duelos, traiciones. El desafío ha sido siempre cómo narrarlos sin convertir la historia en un drama insoportable. Mi fórmula es el humor, la música y los referentes culturales de los propios jóvenes. Los protagonistas suelen ser amables y entrañables, un equilibrio necesario frente a la dureza de lo que enfrentan.P: ¿Tienes rituales o métodos de trabajo a la hora de escribir?R: Nada de rituales, ni planificación rígida. Lo que tengo es un enano que vive en mi cabeza. Él me va dictando ideas de posibles historias, sus giros, sus personajes, familias, y conflictos. Y cuando una idea se instala de verdad, investigo, leo, entrevisto a gente, hasta que la historia toma forma. Mientras tanto, el enano insiste desde su mecedora. Y cuando ya está insoportable y no me deja ni leer, me siento a escribir. La verdad es que él dicta y yo transcribo, jaja.Identidad y creación literariaP: ¿Tu historia familiar o tu judaísmo se reflejan en tus libros?R: Mi biografía personal no aparece en mis novelas. Me impuse no escribir sobre mí misma. ¡A quién podría interesarle mi vida! Lo que me apasiona es inventar mundos completos.El judaísmo, en cambio, atraviesa todo lo que hago, sobre todo en la centralidad de la familia en la vida. Desde mi primera novela decidí que cada historia incorporaría una colonia distinta, como reflejo del mestizaje chileno: en Si tú me miras y Si tú me escuchas, la alemana; en Sin recreo, la italiana; en Sin azúcar, la china; en Tal como soy, la judía; y la próxima será la japonesa.Tal como soy, publicada en enero, ocurre en plena pandemia, como una manera de no olvidar lo que vivimos y a quienes perdimos. Una de sus protagonistas es Malki (Malkat Ester), una chica judía sefaradí que enfrenta la muerte de su madre a los 12 años. En sus capítulos se respira judaísmo: las cenas de Shabat, la jalá de los viernes, la comida sefaradí y, como homenaje a mi padre —gran amante de la música clásica—, incorporé piezas musicales que los lectores pueden escuchar a través de códigos QR. Ha sido increíble ver que muchos adolescentes escucharon por primera vez un aria, un concierto o un movimiento, gracias a la novela.La otra protagonista es Alicia, quien vive un conflicto de identidad de género. Ese tema lo abordamos con mucha responsabilidad —lo digo en plural porque lo trabajamos el enano y yo—. Finalmente, Alicia acude a un especialista en trastorno de identidad de género, porque quise que el proceso se narrara desde el respeto y la responsabilidad que hay que tener con estos casos, y no desde mis conclusiones personales.Personajes y estilos narrativosP: En Si tú me miras y Si tú me escuchas trabajaste el primer amor desde miradas distintas. ¿Cómo fue ese proceso?R: Fue mi primera novela y quise jugar con la estructura. Catalina cuenta un año escolar desde marzo a diciembre, y luego Gabriel narra el mismo periodo, desde su perspectiva. Así se ve lo distintas que son las percepciones de hombres y mujeres en una misma situación. El desafío era en la forma, pero además en el fondo. Crear otros personajes que se relacionaran con los protagonistas, con otros conflictos propios de la edad, como el primer deseo, el desarrollo, la incipiente aparición de trastornos mentales en algunos personajes, la relación con los padres, la amistad, eran decisivos. Además, era mi primera novela. Fue genial, y lo pasé muy bien. Escribir sobre el primer amor, además, fue un homenaje a todos los primeros amores de todos los tiempos.P: En tu obra más reciente, Tal como soy, se percibe más madurez. ¿Qué cambios notas en tu escritura?R. Han pasado 17 años desde mi primera novela, y en ese tiempo he recorrido muchos colegios, he conversado con cientos de jóvenes y he leído sin parar. Toda esa experiencia me transformó también como autora. Hoy escribo con más profundidad, con más matices y con la certeza de que los adolescentes merecen ser retratados en toda su complejidad. En Tal como soy los personajes son más honestos, los padres más reales —lejos de la versión idealizada—, porque me interesa mostrar la vida como es, sin disfraces. Mi propuesta ha sido derribar esa imagen edulcorada que nos impuso Disney y acercarme a una literatura que acompañe de verdad.P: Tus personajes suelen ser complejos, con silencios y contradicciones. ¿Cómo los construyes?R: Primero elijo la historia que quiero contar. A partir de ahí, creo personajes verosímiles, coherentes con el conflicto. No puedes inventar una víctima de bullying que lo tenga todo resuelto, porque no se sostiene. Trabajo mucho el mundo interior: dudas, miedos, silencios. Hace años que leo literatura japonesa, a Haruki Murakami, Banana Yashimoto, Yukio Mishima, Yasunari Kawabata, y tantos otros, y de todos ellos rescato que los personajes piensan, reflexionan y sienten, más de lo que dicen. La primera vez que leí a Murakami entendí que el acento estaba en el mundo interior de sus protagonistas, más que en la historia. Fue el clic que necesitaba para lanzarme con mi primera novela. Compromiso con los jóvenesP: Eres muy activa en la difusión de la lectura en colegios. ¿Qué te impulsa a estar ahí, frente a los alumnos?R: Porque ahí ocurre la verdadera magia. La publicación y luego la adopción de mis novelas en los colegios son parte de la cadena, pero el círculo se cierra en la visita. Lo hago desde mi primera novela y he recorrido todas las regiones del país escuchando a mis lectores. Me importa mucho estar con ellos, hacer la bajada, saber qué les pasó con los personajes, las historias, los giros, pero en persona, mirándonos a los ojos, y responder sus preguntas, escuchar qué les preocupa, en qué escena lloraron o se enamoraron. Ahora que te lo digo, me emociona.P: ¿Qué experiencias en esos colegios te han marcado más?R: Han sido años de visitar mundos muy distintos. Y si tuviera que definir qué es lo que más me ha conmovido, lo primero es la soledad. Esa soledad que se ve desde el chico que llega a su casa y está la nana para atenderlo, porque sus padres están muy ocupados, hasta el chico que lleva la llave de su casa en el bolsillo de la mochila, y no hay nadie esperándolo, y que desde pequeño se atiende solo. Estamos hablando de una soledad profunda, que cala los huesos. De esa soledad mala compañera.Ahora, es un hecho que mientras más vulnerable es el colegio, hay vidas más difíciles. Niños que solo comen cuando van al colegio, porque en su casa no hay; que viven hacinados, con padres con adicciones, sin recursos para tratarse, o con problemas de salud mental, sin ser atendidos. Esos entornos son bastante más violentos de lo que podemos imaginar. Niños cuyos padres están presos, muertos, o simplemente se fueron. Que viven con abuelos, vecinas, o con alguien que se hizo cargo de ellos. Muchas veces separados de sus hermanos. He estado con chicas embarazadas en séptimo básico. Chicos que me cuentan que no saben cómo hablar de su homosexualidad con sus padres. Chicas que me abrazan y me dicen “tía” y lloran en mis brazos porque no saben cómo terminar con parejas que las maltratan. Y tienen 12, 13 años. Son realidades que he podido conocer gracias a este hermoso oficio de escribir. Realidades que superan la ficción. Ha sido un camino lleno de emociones, y me siento bendecida de estar ocupando este espacio. De haberlo creado para acompañarlos, aunque sea con una novela que van a leer una vez, y en una visita que ocurrirá una sola vez. P: ¿Cómo reaccionan los estudiantes al verte en persona?R: Ese momento para mí es muy especial. La mayoría de las veces, la charla ocurre en la biblioteca. Imagino que esperan que llegue una señora con moño, traje de dos piezas y maletín. Y llego yo. Y cuando me ven llegar… los ojitos les brillan, te muestran el libro, te saludan con la mano, muy emocionados. Me ha pasado llegar y ver un muro pintado con una de mis portadas, o una puerta; llenan los pasillos con exposiciones hechas por ellos, hacen marcadores de libros, en fin. Las mamás preparan un queque, o alfajores de regalo hechos por ellas, y siento un cariño y un agradecimiento enormes. Lo mejor es cuando la charla se vuelve catártica. Eso pasa mucho con Sin recreo. Víctimas y victimarios se reconocen y se comprometen a cambiar. En Sin azúcar logramos empatía hacia los compañeros con enfermedades crónicas. En fin… ese contacto es lo más valioso. Al final, no escribo para mí, ni para que me elogien: escribo para acompañar a los adolescentes en esa etapa tan compleja, pero a la vez esperanzadora.Futuro y cierreP: ¿Qué proyectos literarios tienes en camino?R: El enano sigue sin soltarme. La próxima novela abordará las adicciones y el espectro TEA. La colonia será japonesa y tendrá guiños al manga, después de mi viaje reciente a Japón, donde además de conocer fui a estudiar esa cultura, a sus jóvenes. Pero antes, debo terminar las obras de la exposición de grabado. Non stop.P: Además de todo lo que haces, das talleres literarios. ¿Cómo lo haces?R: Comencé a hacer talleres literarios en pandemia y desde entonces me enamoré de esa experiencia. Este año, por primera vez no pude realizarlos: entre la promoción de Tal como soy, la exposición de grabado y todo lo que estoy leyendo e investigando para la próxima novela, simplemente no hubo espacio. ¡Además, trabajo 44 horas semanales en un ministerio! Es una verdadera locura. Para el 2026 quiero retomarlos con fuerza. Mis talleres son semanales, pequeños, de 5 a 10 personas como máximo, porque me interesa acompañar de cerca la evolución de cada uno. Ver a alguien que nunca había escrito, pero que siempre soñó con hacerlo, entregar sus primeros textos, es una maravilla. Ese es el regalo más grande. El día debería tener 28 horas, ¿no crees?P: Si pudieras dejar un mensaje a los jóvenes, ¿cuál sería?R: No me gusta dar “mensajes”. Prefiero decir que escribo para acompañar. Vivimos tiempos difíciles, con padres ausentes o sobre exigidos, en medio de violencia, inseguridad y presión social. Si mis historias ayudan a que un joven se reconozca, se quiera, se respete y sienta que no está solo con sus problemas, me siento realizada. Daniela Márquez Colodro no escribe desde la distancia, sino desde la cercanía y la escucha. En cada historia, en cada encuentro en un colegio, reafirma su convicción de que la literatura puede ser un refugio y una herramienta de transformación. Su compromiso con los jóvenes y su sensibilidad artística —nutrida de su historia familiar, su judaísmo y su mirada sobre el mundo— la convierten en una voz imprescindible dentro de la literatura chilena contemporánea. Como ella misma dice, no busca entregar mensajes, sino acompañar. Y en tiempos donde tantas voces se apagan, eso ya es un acto de amor y resistencia.Crédito del fotógrafo Foto de Daniela Márquez: David Gómez

La Ficción de la “Nueva Siria”

El 8 de diciembre de 2024 marcó el fin de una era. La caída del régimen de Bashar al-Assad, largamente pronosticada y finalmente ejecutada con una celeridad asombrosa, abrió una ventana de incertidumbre estratégica. Un año después, bajo la presidencia de transición del yihadista Ahmed al-Sharaa, Siria no ha encontrado la paz. Ha entrado, en cambio, en una fase peligrosa de “estabilidad de la inestabilidad”, un equilibrio precario que representa un desafío de seguridad más volátil e inmediato para Israel que la amenaza del Estado baazista que lo precedió.La comunidad internacional, y Washington en particular, ha apostado por la figura de al-Sharaa, como un intento de evitar el vacío de poder total y fomentar un diálogo con Israel que podría llevar a un acuerdo de seguridad en la frontera sur. No obstante, esta apuesta ignora la realidad material del nuevo liderazgo sirio.Al-Sharaa, líder de un régimen que aún lucha por consolidar su autoridad sobre una red de 130 milicias reempaquetadas como un “nuevo ejército sirio”, enfrenta enemigos letales, siendo el más peligroso el que reside en casa. La amenaza de golpe o asesinato contra Al-Sharaa es alta, según indican análisis de seguridad. Los elementos más extremistas dentro de su círculo, muchos de ellos con antecedentes yihadistas, consideran la apertura a Occidente y, crucialmente, las negociaciones de un acuerdo de seguridad con Israel bajo el auspicio de EE. UU. como una “bandera roja” ideológica inaceptable.El riesgo estratégico no es, por lo tanto, la intención de al-Sharaa, sino su potencial fracaso. Un golpe de Estado o un magnicidio detonaría el escenario más temido: el colapso, la desintegración y el caos total.En este “Día Después” del líder de transición, Siria se convertiría en un campo de batalla de todos contra todos, permitiendo el resurgimiento de grupos como ISIS y, lo que es directamente relevante para Jerusalén, la rápida revitalización de las infraestructuras terroristas pro-iraníes y palestinas como Hamas y la Yihad Islámica en el sur.La amenaza más sensible y compleja para Israel es, sin embargo, la humanitaria. La caída de la autoridad central en Damasco expondría a las minorías sirias a una ola de venganza sectaria y masacres. En particular, la población Drusa, concentrada en la región de Suwayda y en las laderas del Monte Hermón, se convertiría en un objetivo primordial para los grupos islamistas extremistas. Los incidentes de marzo y julio de 2025 contra las poblaciones alauita y drusa por parte de fuerzas del nuevo régimen sirvieron como una prueba de capacidad que podría escalar dramáticamente en el caos.El destino de los cerca de medio millón de drusos sirios es un imperativo ético y estratégico para Israel. El colapso obligaría al país a adoptar una política proactiva inmediata, que incluiría planes operativos para la defensa, la evacuación y la asistencia humanitaria, potencialmente requiriendo el control o la creación de zonas de seguridad en el lado sirio de la frontera. Esto, inevitablemente, aumentaría la fricción con las poblaciones civiles sunitas locales, algunas de las cuales ya ven con recelo las incursiones tácticas de las Fuerzas de Defensa de Israel en la zona fronteriza.La política de Israel desde la caída de Assad se ha centrado en dos pilares: la prevención del atrincheramiento terrorista y la consolidación de la zona fronteriza desmilitarizada a lo largo del Golán, con incursiones como la ocurrida en Beit Jinn el 27 de noviembre de 2025. Sin embargo, este enfoque se ve limitado por la diplomacia.La negociación de un acuerdo de seguridad bajo patrocinio estadounidense con Al-Sharaa es una limitación operacional. Israel está siendo disuadido de realizar el necesario “cortar el pasto” estratégico —es decir, ataques aéreos y operativos preventivos contra las células terroristas chiitas y palestinas restantes— por temor a desestabilizar a al-Sharaa, el único interlocutor viable. Esta contención táctica, dictada por la conveniencia diplomática de la Casa Blanca, corre el riesgo de permitir que los grupos hostiles refuercen sus plataformas de ataque, dejando a Israel más vulnerable el día que el régimen de al-Sharaa inevitablemente se fracture.Siria no se está curando. El país sigue sumido en una profunda crisis de gobernabilidad, economía colapsada y una fragmentación política sin precedentes. La comunidad internacional, al centrarse en la retórica de la “normalización” con al-Sharaa, está abrazando una ficción e Israel debe prepararse para la realidad: que la estabilidad siria es fugaz y que el caos, cuando llegue, exigirá una respuesta de defensa, rescate y contención coordinada, asumiendo los costes operacionales y diplomáticos de ser el garante final de la seguridad en la región. El reto ya no es sólo contener a Irán, sino gestionar el pandemónium en su puerta.

Harold Kroto, Premio Nobel de Química

Harold Walter Kroto nació en Inglaterra el 7 de octubre de 1939 en una familia de inmigrantes judíos polacos y alemanes que huyeron de la Alemania nazi en la década de 1930. Desde su infancia, mostró una curiosidad insaciable por el mundo que lo rodeaba. Creció en un entorno donde la educación y el aprendizaje eran valorados a pesar que su padre era sastre y su madre ama de casa. Esta familia trabajadora le inculcó la importancia de la educación, lo que lo motivó a sobresalir en sus estudios. A lo largo de su vida escolar, Kroto se destacó en materias científicas, especialmente en química y física. Después de completar sus estudios secundarios, Kroto estudió química en la Universidad de Sheffield. Se graduó en 1961 y continuó su formación realizando un doctorado en química, donde comenzó a explorar las propiedades de las moléculas de carbono. Tras completar su doctorado, Kroto comenzó su carrera académica en la Universidad de Sussex en 1967. Después realizó estudios postdoctorales en Canadá y en los Laboratorios Bell de USA. Durante este tiempo, trabajó en varios proyectos que lo llevaron a investigar la química del carbono en profundidad. Su enfoque innovador y su capacidad para pensar de manera creativa lo distinguieron en el campo de la química. A medida que avanzaba en su carrera, comenzó a recibir reconocimiento internacional por sus contribuciones a la ciencia. Uno de los hitos más significativos en su carrera fue el descubrimiento de los fullerenos en 1985. Este descubrimiento se produjo durante un experimento en el que Kroto y su equipo utilizaron un láser para vaporizar carbono, creando una nube de átomos de carbono; a medida que estos átomos se enfriaban, comenzaron a unirse en estructuras esféricas, formando los fullerenos. Estos son moléculas que tienen una forma similar a un balón de fútbol y están compuestos por 60 átomos de carbono. Este descubrimiento fue revolucionario, ya que abrió nuevas áreas de investigación en química, física y materiales. La estructura única de los fullerenos les confiere propiedades excepcionales, en aplicaciones que van desde la medicina hasta la nanotecnología. Estas moléculas fueron nombradas a propuesta de Kroto con el nombre de backminsterfullerene (abreviado fullerene) en honor del arquitecto Richard Backminster Fuller, quién creó la cúpula geodésica. En 1996, fue galardonado con el Premio Nobel de Química por su descubrimiento de los fullerenos. Además, ha recibido numerosos otros premios y distinciones a lo largo de su carrera. Entre ellos se encuentran el Premio Copley de la Royal Society y el Premio de la Royal Society of Chemistry. En 1990 fue nombrado miembro de la Royal Society de Londres y en 1996 fue nombrado Sir por la reina Isabel II. Harold Kroto no solo se ha destacado en la investigación, sino que también ha dedicado gran parte de su carrera a la educación y la divulgación científica. Su conexión con el arte y la cultura ha influido en su enfoque creativo hacia la ciencia. Kroto ha compartido su vida con su esposa Margaret Hunter, con quien ha criado a sus hijos, a quienes Kroto ha tratado de transmitirles la importancia de la educación y la curiosidad intelectual. Aunque fue criado como judío, ha afirmado que la religión nunca tuvo ningún sentido para él, y se autodenomina como un devoto ateo. Harold Kroto falleció en Inglaterra el 30 de abril de 2016.

El Fondo Kychenthal Hecht del Archivo Judío de Chile ingresa al Registro Nacional del Programa “Memoria del Mundo” de UNESCO

El patrimonio documental de Chile sumó un nuevo capítulo relevante: el Fondo Kychenthal Hecht, custodiado por el Archivo Judío de Chile, fue oficialmente incorporado al Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO. El reconocimiento destaca el valor histórico y humano de esta colección, que reúne la memoria de una familia judía que encontró refugio en el país tras huir del nazismo.El Programa Memoria del Mundo, creado por la UNESCO en 1992, busca proteger y garantizar el acceso al patrimonio documental mundial. Su labor se centra en la preservación de acervos históricos, la promoción de buenas prácticas archivísticas y la difusión de estos materiales para que puedan ser utilizados por investigadores y la ciudadanía. En Chile, la iniciativa es impulsada por el Comité Nacional Memoria del Mundo (MoWChile), dependiente del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, encargado de evaluar y postular fondos que contribuyen a ampliar la memoria histórica del país.Chile ya cuenta con varios fondos reconocidos en instancias nacionales, regionales e internacionales del programa. Entre ellos figuran el Fondo de los Jesuitas de América, los Archivos de Derechos Humanos vinculados al periodo de dictadura y la emblemática publicación Lira Popular. Todos estos acervos dan cuenta de la diversidad de expresiones, épocas y experiencias que conforman la memoria documental del país.En ese panorama, el Fondo Kychenthal Hecht destaca por la profundidad de su testimonio. La colección reúne más de 3.000 documentos producidos entre 1897 y 1972, entre ellos cartas, fotografías, certificados, pasaportes, autobiografías, material audiovisual y cuadernos de notas, dibujos. Los documentos retratan la vida de la familia Kychenthal–Hecht, quienes llegaron a Chile en 1939 escapando de la persecución nazi, y se convirtieron en parte de la comunidad judía chilena que reconstruyó su vida lejos de Europa.El acervo fue donado al Archivo Judío de Chile en 2018. Desde entonces, el equipo de la institución ha trabajado en su organización, digitalización y descripción, permitiendo que hoy sea accesible y consultado tanto por especialistas como por quienes buscan comprender la historia de las migraciones y del exilio en Chile.Su incorporación al Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo marca un paso importante en el reconocimiento del patrimonio documental de la inmigración judía en el país. También reafirma la importancia de preservar testimonios que permiten reconstruir historias familiares atravesadas por la violencia, la pérdida y la resiliencia, pero también por la integración y el aporte cultural.El reconocimiento, además, compromete al Archivo Judío de Chile a asegurar la preservación a largo plazo del fondo, garantizar su accesibilidad y continuar impulsando su puesta en valor. Esto permitirá que sus documentos sigan siendo una fuente clave para estudios sobre migración, memoria del Holocausto y procesos de asentamiento de comunidades judías en América Latina.Con esta incorporación, el Registro Nacional Memoria del Mundo en Chile amplía su diversidad y reafirma la necesidad de proteger memorias que, aunque surgidas de experiencias dolorosas, forman parte esencial de la historia colectiva. El Fondo Kychenthal Hecht se consolida, así como un testimonio invaluable de desplazamiento, reconstrucción y memoria.Agradecemos a la Familia Kychenthal-Bab por su generosidad al compartir este valioso material. Les invitamos a apoyar y ser parte de una institución única, Archivo Judío de Chile.

Gabriel Dukes: “Vivimos rodeados de gente, pero profundamente solos, desnudos”

Gabriel Dukes cuenta que empezó a escribir casi por accidente. En el diario La Segunda le pidieron una columna sobre el duelo: “Me pareció aburridísima, así que preferí contar historias”, dice. Durante dos años escribió una cada semana: relatos sobre la angustia, la depresión, la enfermedad, el divorcio. “Ahí nació el doctor Lev”, recuerda.En 2017, una de esas historias se convertiría en su primera novela, “MalaMente”, que alcanzó tal impacto que fue seleccionada por el Consejo Nacional de la Cultura, las Artes y las Letras para la distribución de libros en las bibliotecas públicas del país.Dukes ha ejercido roles de liderazgo en salud mental a nivel nacional y ha realizado un trabajo comunitario activo: fue vicepresidente del Vaad Hajinuj —institución que coordina la educación judía en Chile— y ha participado en seminarios sobre el Holocausto en Israel.Tras la buena recepción de “MalaMente”, lanza “El psicoanalista desnudo”, también protagonizada por el doctor Lev, quien se describe con una fuerte identidad judía, y que vuelve para compartir su devenir con el lector: la relación distante con su hija, la enfermedad de su padre, el suicidio de un paciente y la muerte de su único hermano. Una novela que combina profundidad psicológica con crítica social.Para Fernando Araos, psicoanalista y expresidente de la Asociación Psicoanalítica de Chile, “Lev invita a entrar en su consultorio, en su vida y en las instituciones que matizan la su existencia… Desamparos y mezquindades, altruismo, miserias; por ahí va el protagonista con su historia, que es también la nuestra”. Ese es precisamente uno de los elementos distintivos de la novela. El autor dice que cada persona hace su lectura y que le sorprende qué cosas destacan: “Algunos terminan llorando, otros con rabia, otros con pena. Lo importante es que no solo entiendan el relato, sino que lo sientan. Quiero que lo vivan afectivamente, que se identifiquen con Lev”, explica Dukes.Lo confirma el escritor y periodista, Marcelo Simonetti: “Una de las premisas de una buena historia consiste en hacer que esta le importe al lector. Y Gabriel se las arregla bastante bien en hacer que el relato nos importe, empatizamos con Lev desde el inicio, porque de algún modo le pasan las cosas que nos pasan a nosotros”.¿Por qué Lev?“Lev significa corazón en hebreo. Yo creo que un psicoanalista, para ejercer su oficio, necesita sentir con el paciente. La empatía es por el corazón, no por la razón. Por eso Lev es humano: se contradice, se equivoca, arrastra cosas a su vida personal, transgrede límites, llega tarde. Es un psicoanalista, pero por sobre todo, un ser humano con fortalezas y vulnerabilidades, sensible al devenir de la vida”.¿Y usted, es así en su práctica?“Uno trata de hacerlo lo mejor posible. Con los años uno aprende que los modos de funcionamiento de las personas están muy arraigados. Una buena terapia no transforma a alguien en otra persona: lo ayuda un poco, lo alivia, lo hace entenderse más y llevar una mejor vida. Ayudar un poco es siempre mucho. Aceptar eso es un gran alivio para el terapeuta”.¿Cuánto tienen sus personajes de usted o de sus pacientes?“Inevitablemente algo mío hay. Pero más bien, la estructura que propongo en la novela me permite reflexionar sobre temas que me interesan. Por ejemplo, al doctor Lev lo construí como un hombre muy solo. La soledad lo vuelve frágil. Quise que estuviera expuesto a la intemperie emocional. Eso permite que los acontecimientos lo golpeen más. Además, Lev arrastra un duelo antiguo y terrible que determina su manera de ser”. ¿Es la soledad la mayor fragilidad humana?“Creo que la soledad deja a las personas desnudas y expuestas frente a la vida. El título del libro —El psicoanalista desnudo— lo pensé en ese doble sentido: la desnudez como intimidad, como una invitación a mirar lo privado de un oficio muy íntimo, pero también como vulnerabilidad. Hoy vivimos en una sociedad donde el hombre está muy solo”.¿Cómo lee la soledad a nivel sociológico, desde el psicoanálisis?“Los fenómenos sociales son multidimensionales y altamente complejos: se pueden comprender desde la sociología, la filosofía o el psicoanálisis. El psicoanálisis aporta al entendimiento de los fenómenos sociales, pero se requiere una mirada multidisciplinaria. La sociedad entendida como un grupo de personas hace exactamente lo contrario de lo que propone el psicoanálisis. Mientras esta disciplina invita a sesiones frecuentes, silencios largos, pensamiento pausado, la gente valora lo inmediato y privilegia la acción por sobre el pensamiento. Y eso tiene consecuencias”.¿En qué se nota que actuamos más de lo que pensamos?“En que muchas veces las personas apuradas toman malas decisiones. Muchas acciones requieren reflexión, quietud, tiempo. Hoy, sobre todo por las redes sociales, pensar se vuelve difícil. Entonces las personas se equivocan en aspectos fundamentales de la vida. El psicoanálisis ofrece un espacio donde la acción está suspendida para que el pensamiento pueda aparecer. Eso cambia mucho las cosas”.¿Cómo detener la acción para dejar entrar el pensamiento?“Ese es uno de los motivos por los que escribo. El acceso al psicoanálisis es limitado, pero un libro puede acercar a la gente al modo de pensar del psicoanalista. La novela está escrita en primera persona y en tiempo presente, lo que permite que el lector se tome de la mano del doctor Lev y se convierta, de algún modo, en psicoanalista. Claro que, al poco tiempo el lector comienza, estimulado por la lectura, a hacer su propia reflexión sobre temas que lo van tocando. En cierto sentido se transforma en paciente.En Chile, donde los problemas de salud mental son profundos, ¿cómo ve la situación un psicoanalista?“Freud, al observar el crecimiento del nazismo, dijo que el ser humano tiene impulsos que pujan por expresarse, que la cultura viene a domesticar los impulsos; pero que ésta a su vez, es muy frágil, como una piel que se desprende con facilidad. Hay que recordar que Freud vivió la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Hoy la sociedad está muy polarizada, la gente anda enojada, con rabia y con una carga agresiva muy alta. Existe un descontento asociado a la idea de resolver rápido problemas tremendamente complejos que requieren tiempo. La subjetividad propia está imponiéndose a los intereses de los demás. Esto contribuye al sentimiento de soledad.¿Cómo invitaría a leer esta nueva historia del doctor Lev?“Es entretenida, pero también profunda. El desafío es descubrir lo que está detrás de la narración. Es una invitación a viajar junto al doctor Lev. Busco que los lectores vivan con el corazón —lev— la gama de sentimientos que atraviesan la historia, y que puedan conmoverse con ella”.“El psicoanalista desnudo” está disponible en www.editorialforja.cl y en librerías de todo el país y también en Buscalibre. 

Desde el desierto de Yehudá: y la construcción de un hogar en Israel

De Santiago al corazón del desiertoCuando Michelle Saraga, Haichelis de soltera, recuerda su infancia en Chile, lo hace con gratitud. Creció rodeada de comunidad, impregnada del espíritu sionista que marcó a toda una generación de jóvenes judíos. “Crecimos insertos en una kehilá maravillosa”, cuenta. “A través de las tnuot y el colegio hebreo se nos enseñó un amor por Israel muchas veces más grande que el de los propios israelíes”.Ese vínculo, sembrado desde niña, floreció con fuerza años más tarde, durante su viaje de estudios a Israel. “Sentí que este era mi lugar”, confiesa. “Me tomó tiempo tomar la decisión, pero poco a poco mi familia fue viniendo: primero mi hermana, luego mi mamá y mis otros hermanos. Eso me dio el empujón final para hacer Aliá”.En 2009, Michelle dejó atrás Santiago y comenzó una nueva vida en el Medio Oriente. Hoy vive en Cfar Eldad, un pequeño ishuv enclavado en Gush Etzion, en pleno desierto de Yehudá. Allí, junto a su esposo colombiano y sus dos hijos —Avital, de 12 años, y Gabriel, de 9—, ha construido no solo su hogar, sino también su propio emprendimiento familiar: una empresa dedicada a la construcción y el diseño.Adaptarse y reconstruirseEl camino no fue fácil. “El proceso es duro, lleno de desafíos”, reconoce. Aunque había estudiado en el Colegio Hebreo y contaba con una base en el idioma, enfrentarse a la vida cotidiana en Israel fue una historia completamente distinta. “Tenía un hebreo básico que me sirvió para empezar, pero me tomó varios años sentirme segura para trabajar en mi profesión”.Durante ese tiempo, Michelle hizo de todo: limpió casas, trabajó en restaurantes, abrió un pequeño gan (jardín infantil) y poco a poco retomó su carrera como arquitecta. “Comencé con proyectos pequeños, y con el tiempo, a punta de perseverancia, fui creciendo. Hasta el día de hoy sigo construyendo mi camino”, dice con una sonrisa que mezcla orgullo y humildad.La vida en Israel, asegura, es intensa. “El israelí es apasionado, directo, fuerte. Todo se vive con intensidad. Pero al mismo tiempo, hay un sentido de comunidad y de propósito que no se compara con nada. Acá realmente me siento en casa”.Pertenecer a una tierra y a un puebloEl entorno donde vive refuerza esa conexión. Gush Etzion es una zona profundamente simbólica, marcada por la historia del pueblo judío y su retorno a la tierra ancestral. “Vivimos en un ishuv donde el amor por Israel es lo principal. Mis hijos crecen día a día amando esta tierra. El respeto y agradecimiento hacia los jayalim (soldados) que dan su vida para que podamos vivir es incondicional. Todo eso nos da un sentido de pertenencia muy fuerte”, relata.Para Michelle, criar hijos israelíes es una de las mayores satisfacciones de su vida. “No hay nada más gratificante que verlos amar su país, sentirse parte de su historia, hablar su idioma y crecer sabiendo que están construyendo el futuro de Am Israel”, dice con emoción. “Siento que formar mi familia aquí es el logro más importante que he tenido”.Desafíos cotidianos y resilienciaLa adaptación cultural también ha tenido sus momentos difíciles. “El israelí es gritón, muchas veces no le interesa darte un buen servicio, y caer en el hospital ha sido toda una prueba de paciencia”, confiesa riendo. Pero rápidamente añade: “Al final uno se adapta. Uno aprende a entender que detrás de ese tono fuerte hay un corazón enorme”.Los desafíos, explica, son constantes: “Partiendo por el idioma, que el de mis hijos no es el mismo que el mío”, dice entre risas. Pero a pesar de todo, siente que el país acoge y acompaña a quienes llegan. “Israel está cada día más comprometido con los olim jadashim. Hay una red de apoyo que te sostiene. El israelí, cuando ve que luchas, te tiende la mano”.Una fe compartida en el futuroMichelle no ignora los tiempos difíciles que vive el país, marcados por tensiones internas y amenazas externas. Pero en su voz hay esperanza. “Me gusta sentir que acá pertenecemos, que tenemos algo muy fuerte por lo que luchar. Israel atraviesa momentos duros, con mucha división interna, pero creo que el sentido de pertenencia nos va a ayudar a salir adelante. Solo si estamos unidos podremos enfrentar los desafíos como pueblo”.Su mirada se ilumina cuando habla de la vida diaria en Israel: “Es un país pequeño, pero lleno de vida. Hay una energía única, una mezcla de idiomas y culturas que se siente en cada esquina. Israel es un poco de cada olé jadash, un mosaico donde cada persona que llega aporta algo de sí misma”.“Israel es nuestro hogar”A quienes sueñan con hacer Aliá, Michelle les deja un mensaje simple pero profundo: “Que se vengan. Este es su hogar. Israel es un lugar tan pequeño y tan hermoso, y aquí pertenecemos”.Y concluye con una frase que resume su historia y su sentir: “Israel no es solo un país. Es una historia viva que elegimos habitar cada día, con esfuerzo, con amor y con fe”.Ficha de la EntrevistadaNombre completo: Michelle Saraga (Haichelis de soltera)Profesión: Arquitecta – especializada en diseño y construcción residencialLugar de residencia: Cfar Eldad, ishuv en Gush Etzion, Desierto de Yehudá, IsraelAño de aliá:2009Familia: Casada, madre de dos hijos: Avital (12) y Gabriel (9)Emprendimiento: Cofundadora de una empresa familiar dedicada a la construcción y el diseño arquitectónico en IsraelFormación: Título de Arquitectura obtenido en Chile, Estudios en el Colegio Hebreo, donde aprendió hebreo y desarrolló su vínculo con el sionismo y la identidad judía, diversos cursos de diseño y gestión de proyectos en IsraelIdiomas: Español, hebreo e inglésValores que la inspiran: Amor por Israel, unidad del pueblo judío, esfuerzo personal y sentido de pertenenciaFrase destacada: “Israel no es solo un país. Es una historia viva que elegimos habitar cada día, con esfuerzo, amor y fe”.