publicado hace 3 días
Imre Kertesz, Premio Nobel de Literatura
Nacido en Budapest, Hungría, el 9 de noviembre de 1929 en el seno de una modesta familia judía, Imre Kertész sufrió tempranamente las consecuencias de la barbarie del nazismo. Su libro “Sin destino”, con cierto contenido autobiográfico, es para muchos la mejor novela sobre el Holocausto y una de las grandes obras de la literatura contemporánea. En el verano de 1944 casi medio millón de judíos magiares fueron deportados a Auschwitz; entre ellos Imre Kertész, un muchacho de apenas quince años; creía que llegaba a Alemania a trabajar. Lo tomaba como una aventura que le permitiría conocer mundo y practicar la lengua, porque hablaba un poco de alemán. Y eso le salvó la vida. En la estación de Auschwitz unos seres extraños en uniforme de preso y con la cabeza rapada subieron para recoger las pertenencias de los recién llegados y le advirtieron que, en lugar de quince años, diga que tenía dieciséis. El joven no entendía nada, pero cuando le tocó pasar delante de un oficial médico que les preguntaba la edad, por algún impulso misterioso él dijo que dieciséis. Sus compañeros, que no tuvieron esa iluminación fueron enviados directamente a las cámaras de gas.Después de Auschwitz y Buchenwald, al ser liberado en 1945, volvió a Budapest, donde se encontró en medio de un nuevo horror. Para el recién instaurado régimen estalinista él era hijo de un pequeño burgués, un decadente, un enemigo del pueblo, pero al menos no querían aniquilarlo. Terminada la escuela secundaria, empezó a trabajar como periodista, y cuando en 1950 lo despidieron, sólo encontró trabajo en una fábrica. El año siguiente le tocó el servicio militar, y cuando en 1953 se reincorporó a la vida civil se dedicó a escribir piezas cómicas para un cabaret. A partir de los años setenta, se forjó cierta reputación como traductor de Nietzsche, Freud, Canetti y Joseph Roth entre otros, pero no cambió su esencial condición de marginado. Y eso que para mediados de los años setenta, ya había publicado su primera novela.Trece años tardó en terminar “Sin destino”, la que finalmente se editó en 1975, pero su publicación no atrajo la atención de la crítica, ni tampoco tenía lectores. Sólo algunos años después, un pequeño grupo de intelectuales se enteró de la existencia de esta obra capital de la narrativa contemporánea. Cabe señalar que durante treinta y cinco años Kertész vivió en un piso de 29 metros cuadrados. Allí escribió por las noches y en la mesa de la cocina sus tres grandes novelas: “Sin destino”, “El fracaso”, y “Kaddish por el hijo no nacido”. En la etapa que siguió a la caída del muro de Berlín publicó el “Diario de galera”, “La bandera británica”, “Acta notarial”, y los ensayos incluidos en “Un instante de silencio en el paredón”. En los años noventa seguía siendo un autor desconocido para la mayoría de los lectores, e incluso rechazado por las autoridades culturales húngaras, que a menudo intentaron impedir su incipiente carrera internacional acusándole de que no era húngaro sino judío.Pocos han contribuido tanto y de manera tan radical como Kertesz a tener una conciencia viva del Holocausto. La concesión en 2002 del Premio Nobel de Literatura fue la compensación más esplendorosa por una larga vida de marginación. Se casó dos veces y falleció en Budapest el 31 de marzo de 2016.