publicado hace 19 días
Israel en la encrucijada
Algunos hablan de crisis. Otros de anarquismo. Las opiniones se enfrentan, pero lo que es claro es que Israel está inmerso en una crisis política. La causa también es evidente: la Reforma Judicial que impulsa en la Knesset la coalición de Gobierno. En palabras simples, esta reforma busca limitar la inferencia del Poder Judicial en el Poder Legislativo (el parlamento), pero considera la atribución de la facultad de nombrar jueces a la Knesset (actualmente los nombra el Poder Judicial) y la disminución de la incidencia de los asesores legislativos jurídicos, entre otros aspectos. Para el escritor y académico argentino israelí Gustavo Perednik, la reforma viene a corregir una anomalía instalada en las últimas décadas, que afectaba la separación de los poderes del Estado, con una “constante invasión del Poder Judicial sobre los otros dos, de modo sistemático y muchas veces engañoso. Hoy en día Israel es una democracia bastante defectuosa por el hecho de que el Poder Judicial tiene poder absoluto, no hay nada que lo controle y ni que lo detenga. Y sí, suena muy extrema esta definición. Pero me permito darte algunos ejemplos. Han incorporado jueces por decisión propia y toman decisiones que no están basadas en la ley, lo que han estandarizado por medio de lo que llaman el Criterio de la Razonabilidad. Es decir, que un juez no dictamina en base a la ley, sino en base a lo que le parece razonable. No existe ninguna democracia en este mundo en donde ocurra algo así”.A lo que se refiere Perednik, constituye una particularidad del sistema israelí. El llamado “Criterio de razonabilidad” permite a una corte cuestionar una ley dictada o revertir una decisión tomada por la Knesset. Por ejemplo, recientemente la Corte Suprema juzgó inapropiado el nombramiento de Arye Deri como ministro porque había sido condenado por corrupción. Arye Deri fue elegido en las últimas elecciones por Shas, partido ortodoxo que integra la coalición gobernante, y su designación fue aprobada por mayoría legislativa. Sin embargo, la objeción de la corte estuvo basada en el criterio de “razonabilidad” porque no existe legislación que le impida a Deri asumir su puesto. Respecto de la designación de los jueces, el conflicto está en la facultad exclusiva de las cortes de nombrar a los jueces. “En ningún país democrático en el mundo”, afirma Gustavo Perednik, “los jueces se designan a sí mismos como en Israel. Hay una comisión de la corte que designa a los jueces y lo que ha ocurrido en las últimas décadas es que han replicado a los jueces fotocopias, son todos iguales, responden siempre a la misma línea (de izquierda) y limitan a los gobiernos que no son de izquierda”.Por otra parte, está el cuestionado rol de los asesores legales que, para el académico, “se han constituido en una especie de gobierno paralelo, por no decir en un gobierno superior. Toda cartera del Gobierno en Israel tienen un asesor legal, cuyo rol es asesorar al ministro sobre cómo implementar mejor una política para que no genere problemas legales. Lentamente, estos asesores legales han pasado a ser rectores del Ministerio, ya no dan asesoramiento, sino que le van diciendo al Gobierno qué tiene que hacer. Y cuando el Gobierno dice “No estoy de acuerdo en que esto contradice” ahí aparecen los jueces y dicen “No, es obligación del Gobierno aceptar lo que el asesor legal está diciendo”. Esto es fundamental, porque la corte dictaminó que no solamente el gobierno tiene la obligación de aceptar como norma lo que el asesor legal le imponga, sino que tienen prohibido consultar con otro asesor legal externo”. La amenaza democráticaPara Gabriel Colodro, chileno nacionalizado israelí y encargado de Director del Área Hispanoparlante para Yesh Atid, el segundo partido más fuerte en la Knesset después del Likud, esta reforma amenaza las bases de la democracia israelí. Gabriel ha participado en las movilizaciones ciudadanas en contra de la Reforma Judicial, que considera más adecuado llamar “Golpe Judicial”, porque “no es solamente una reforma, es un conjunto de leyes que le permite al Gobierno tomar el control completo de los tres poderes del Estado”. “La reforma le permitiría al gobierno no solamente elegir a los jueces de la Corte Suprema, sino que elegir a jueces de las cortes menores”, explica Colodro, “con lo que se podría reemplazar toda la burocracia judicial”. Esto es, en su opinión, de vital importancia en el contexto en que el Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, enfrenta un juicio por tres cargos de corrupción.En otro aspecto, otro de los elementos cruciales que considera la reforma es la llamada “Cláusula de superación” que plantea que con 61 votos en la Knesset, es decir, mayoría simple en el parlamento, el Poder Legislativo podría sortear un dictamen del Poder Judicial. Esto implica la derogación del actual “Criterio de razonabilidad”, el que se fundamentaba en el hecho de que Israel no tiene Constitución política, sino que un conjunto de Leyes Básicas que norman el funcionamiento del sistema político, a lo que se suma que la reforma busca establecer que, en la Corte Suprema, se requiera del voto de 13 de 15 jueces para vetar una ley. “Este tipo de cosas les permitiría hacer absolutamente lo que quieran y dejan al descuido los derechos básicos de la ciudadanía”, expresa Gabriel. A esto se suma la redefinición de los asesores legales, que -como explica Colodro- son enviados por el Ministerio de Justicia para asesorar tanto en las comisiones de la Knesset como en el Gobierno, con el objetivo de aconsejar y guiar, de acuerdo a las leyes existentes, que es legal y que no es lega, siendo sus opiniones vinculantes. “La reforma busca anular directamente lo vinculante de los asesores jurídicos”.Dadas las características del sistema israelí, para Gabriel la reforma afecta los contrapesos de los poderes del Estado, en un régimen en el que el Ejecutivo además cuenta con la mayoría en el Legislativo. “Con esto, controlarían también absolutamente el Poder Judicial”. La ciudadanía en la calle “Hace 10 semanas que hay manifestaciones a lo largo de todo el país, de una envergadura que nunca antes se habían visto”, relata Sivan Gobrin, periodista chileno-israelí. Como explica, “esta reforma estaba en la agenda del Likud desde antes de las elecciones, se sabía que iba a venir, pero no se sabía los puntos que iba a tocar”.La periodista comenta que actualmente se vive un ambiente tenso, en las calles, incluso en los lugares de trabajo, a lo que se suma la incertidumbre económica. “Si me preguntas a mí, yo creo que sí hay que hacer una reforma, pero no así”. Además, la posibilidad de acercar a las partes, las diversas facciones políticas, se aleja cada vez más, incluso a pesar de los esfuerzos del Presidente Isaac Herzog por llamar al diálogo. “Todo el mundo está pidiendo diálogo, Yair Lapid (líder de Yesh Atid y de la oposición) pidió que se pare la tramitación por 60 días para poder dialogar, pero ellos no la quieren parar. Ojalá que haya alguna salida, porque las movilizaciones se van intensificando. Israel se está polarizando y no podemos darnos el lujo de descuidar el país ni su seguridad”.