“Mishnateinu”: conociendo los pilares ideológicos del Movimiento Masortí
Por Rabino Lucas "Pato" Lejderman
Inspirados en esto, tomamos los seis pilares que contiene el “Mishnateinu” y los transformamos en cuatro charlas: la primera sobre D-s; la segunda sobre Torá, el estudio y la transmisión; la tercera con los temas de Halajá, género y el desarrollo de la ley que nos obliga como masortim a vivir el judaísmo halájico, y la última sobre el sionismo y sus desafíos futuros. Participamos en las charlas los cuatro rabanim del Círculo Israelita de Santiago, CIS, y rabinos invitados de la comunidad de Chile y de las sinagogas hermanas de México, Argentina y Brasil, de manera de tener un espectro amplio, un arcoíris de ideas y de comentarios de cómo cada uno se relaciona con ese documento. Porque lo lindo dentro de la ideología masortí es que, dentro del marco del pluralismo halájico, te permite tener diferentes visiones, puedes estar un poco más a un lado o al otro.
Comenzaron el ciclo el Rabino Eduardo Waingortin, del CIS, y el Rabino Leonel Levy de Bet El México, quienes abordaron la idea de D-s, haciendo mucho hincapié en este D-s como un padre, pero también como un “amante” que nos protege, que nos cuida, que nos quiere y que -junto a nosotros, porque también es un socio- tiene un propósito, un proyecto más grande que nos transciende, que es ser sus aliados en el Tikún Olam. Ambos rabanim dijeron que muchas veces nos complicamos en teorías, en procesos y en buscar la vuelta, y nos falta lo más sencillo: no hay nada más importante en el Movimiento Masortí que el Irat Hashem, el temor reverencial de creer en D-s, en que Él nos dio este mundo y en que junto a Él tenemos una misión.
En lo que respecta a la Torá y su estudio, el Rabino Fabián Skornik de Lamroth Hakol, nuestro Rabino Gustavo Kelmeszes del CIS y el Rabino Daniel Zang, de la Comunidad Israelita Sefaradí, abordaron las diferentes formas de entender la revelación, desde la idea de que D-s entregó al Pueblo Judío una Torá completa, hasta la de un pueblo que fue desarrollando -con inspiración divina- el texto, lo que no quita su divinidad ni obligatoriedad. Sin embargo, más importante que la revelación en sí, en cómo fue el acto y qué plantea la verdad científica, lo importante es el impacto de eso nuestras vidas, es cómo de este producto de la revelación se generó un texto que nos obliga a buscar un judaísmo más serio, más de futuro; que existe un pacto de esta revelación continua -o por lo menos de una interpretación continua- para que el texto permanezca vigente. Si no unimos texto con contexto, se pierde gran parte de la potencia del texto y de los objetivos del mismo. En ese sentido, el Movimiento Masortí sería como la bandera de esta continuidad de interpretaciones, como siempre hubo en el judaísmo, para mantener nuestra fe siendo relevante en los días de hoy.
En la tercera charla, que dieron el Rabino Ariel Sigal del CIS y el Rabino Yonatán Szewkis de Viña del Mar, trataron todos los temas a partir de los dilemas de una comunidad judía que quiere que hombres y mujeres, al mismo tiempo, puedan rezar juntos, y cómo construir el marco comunitario para esto, las mujeres en el judaísmo, la homosexualidad y lo que dice la Halajá al respecto. Esto también tiene que ver con esta interpretación continua que mencioné antes, en que un vaad de rabanim se queda estudiando y mezclando la ciencia, la sociología y las diferentes áreas del saber, con las fuentes judías, para construir la Halajá, que es el marco que nos obliga a tener determinado comportamiento.
Y por último, en la charla de sionismo se abordó cómo el Movimiento Masortí siempre fue sionista, defendiendo a Israel y al Estado de Israel como algo central en su identidad, como el lugar al que los judíos tienen que anhelar un día llegar o por lo menos aportar. Y de este lugar también impactar la identidad judía en los días de hoy. A diferencia de lo que pasa en muchos lugares -especialmente con jóvenes, que no quieren identificarse más con Israel- el Movimiento Masortí dice lo opuesto: no hay cómo ser judíos sin tener a Israel como algo central en nuestra identidad.
Este ciclo tuvo como principal objetivo que las miles de familias que van a nuestras kehilot, que se emocionan, que rezan, que viven la viva judía en nuestra kehilá, entiendan el Movimiento Masortí. A través de este proyecto de vanguardia, que no existe en ningún lugar de América Latina, pudimos explicar nuestra ideología a nuestro público, para poder tener una identidad masortí mucho más fuerte, entender quiénes somos desde adentro, para así potenciar el quehacer judío de nuestra comunidad.