Construyendo la sociedad ideal
Por Gachi Waingortin
Un mundo ideal se gatillará, según la escatología judía, cuando el pueblo de Israel viva en la tierra de Israel de acuerdo con la Torá de Israel generando una sociedad tan armónica que llegue a ser modelo para todo el mundo. ¿Cuál es, entonces, la propuesta judía? El mundo ideal se construye con un ser humano equilibrado que conforma una sociedad equilibrada. Cuando, tres veces al día los judíos pedimos a D-s que nos ayude a hacer Tikún Olam, lo hacemos delineando a ese ser humano, esa sociedad, ese mundo.
Los primeros cuatro pedidos de nuestra Amidá dibujaron al ideal de ser humano: una persona que puede pensar y es capaz de analizar y tomar decisiones; alguien que sabe qué es lo bueno y qué es lo malo, y trata de decidir lo mejor. Alguien que sabe que si se equivoca, puede arrepentirse y será perdonado y por lo tanto, alguien que está tranquilo y en paz consigo mismo. Con un ser humano así, podemos empezar a delinear una sociedad más justa y correcta para todos.
El primer pedido nacional de nuestra Amidá tiene también algo de personal, pues la primera brajá de cada grupo es una bisagra que empalma con el grupo anterior y vale para ambos. Lo que pedimos es salud. “Refaeinu venerafé, oshieinu venivashea”. Sánanos y estaremos sanos, sálvanos y seremos salvados. Cuando pedimos por la salud estamos haciendo un pedido personal. Nuestros sabios fueron conscientes de ello y es por eso que la brajá contempla la intercalación de un pedido especial para nuestros enfermos amados. Pero, como bien sabemos en esta época de crisis sanitaria, la salud es también un asunto social. Una sociedad necesita individuos sanos para funcionar de manera efectiva. Sin embargo, no es suficiente que los miembros de la sociedad estén sanos: hay otros factores que también son necesarios.
Nuestro siguiente pedido es por un buen año, o sea, por abundancia económica. “Barej aleinu et hashaná hazot”, Bendice este año para el bien. Pedimos lluvia, rocío y bendición para nuestros campos. Una nación necesita, además de gente sana para que trabaje la tierra, lluvias y fertilidad de los campos, es decir, además de gente sana para que produzca riqueza, condiciones externas para que el trabajo dé sus frutos. Podemos entender mejor esto si pensamos en cuánto depende cada país de la estabilidad de todos los demás, no solo de sus vecinos sino también de países distantes en espacio y cultura. El pedido por un buen año es diferente en invierno y en verano. El Talmud establece que no debemos pedir a D-s cosas que Él no puede cumplir. Y da algunos ejemplos para que nadie sospeche de una falla en la omnipotencia divina: cuando recibimos una carta no podemos pedir a D-s que traiga buenas noticias. La carta ya está escrita, lo que cuenta ya sucedió, D-s no puede cambiar eso. El clima en Jerusalem es similar al de Santiago, con un verano seco y un invierno lluvioso. Es por eso que no podemos pedir a D-s que llueva en verano pues D-s no puede cambiar las reglas de la naturaleza que Él mismo estableció (y no es menor que cuando llueve fuera de época las consecuencias suelen ser desastrosas). La brajá por abundancia económica, entonces, tiene dos versiones: en invierno pedimos por lluvias, en verano solo pedimos bendición. Como el modelo social es para la tierra de Israel nos referimos siempre a las estaciones en Israel. ¿Es razonable que nosotros, que vivimos en el hemisferio Sur, pidamos por lluvia en enero y no en junio? Sí, si pensamos que un pueblo que durante dos mil años de dispersión ha rezado por lluvias en su tierra perdida será merecedor de recuperarla.
Vamos diseñando, entonces, como sociedad ideal, a aquella cuyos miembros son sanos y cuyas condiciones externas permiten el bienestar. Pero como estamos hablando de la sociedad del pueblo de Israel en la tierra de Israel, nuestro siguiente pedido es “Teká beshofar gadol lejeruteinu, vesa nes lekabetz galuioteinu”, Toca el shofar de nuestra liberación y reúne a nuestros dispersos. Pedimos que D-s reúna a los judíos en la Tierra de Israel, requisito necesario e imprescindible para conformar una nación judía que cumpla con el requisito mesiánico. Así, con nuestra salud y las lluvias que D-s nos mande, podremos construir nuestra nación en nuestra tierra.
El último pedido nacional es “Hashiva shofteinu kebarishoná”, Haz que volvamos a tener jueces y consejeros como antaño. Una nación puede ser pujante económicamente hablando, pero ningún bienestar económico tendrá sentido si no hay una justicia administrada de manera confiable y eficaz. La justicia aparece como un requisito esencial a la hora de conformar una sociedad modelo.
Cerramos así nuestros pedidos nacionales. La sociedad ideal se conforma con individuos racionales e inteligentes, capaces de pensar, analizar y tomar decisiones, individuos éticos, que pueden dar y recibir el perdón y por lo tanto están en paz interior; La sociedad ideal necesita una población sana y condiciones favorables para el desarrollo, sin exiliados impedidos de retornar y con jueces y consejeros que hagan justicia. Con estos requisitos podremos aspirar a que D-s pueda también reinar sobre nosotros con justicia, por lo que ya estamos en condiciones de pedir por el bienestar del mundo entero.