Chile se luce con delegación histórica en la 21a Maccabiah
Ya terminó la Maccabiah número 21, una de las maccabiadas mundiales más significativas. Por una parte, por el retraso que sufrió debido a la pandemia (estaba programada originalmente para realizarse en julio de 2021). También, por la situación sanitaria mundial, con nuevas variantes y peaks de casos, que obligan a los países a ir renovando sus medidas de contingencia. Y, en tercer lugar, por tratarse de la Maccabiah más multitudinaria en la historia de este evento deportivo judío nacido en 1932, incluso antes de la creación del Estado de Israel, con 10.000 deportistas judíos provenientes de más de 60 países en el mundo.Todos estos factores hicieron de este un evento inolvidable, que tuvo su ceremonia inaugural el pasado 14 de julio, en el Estadio Teddy de Jerusalem, con la presencia del Presidente de Israel, Isaac Herzog; el Primer Ministro, Yair Lapid, y el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien se encontraba en su primera visita oficial en el país. En ese evento, la comitiva chilena, del Estadio Israelita Maccabi, se lució desfilando con su delegación más grande de la historia, 207 deportistas de todas las edades, que contagiaron de energía a todos los presentes en la apertura. Chile volvió con recuerdos que quedarán en la memoria de los deportistas, organizadores, delegados, médicos y otros miembros de la delegación, para siempre, y un récord de 15 medallas, ubicándose en el puesto 14 del ránking general. Por esto, quisimos pedirle a algunos de los protagonistas de este evento extraordinario que compartieras sus impresiones, para conocer más de lo que fue esta vivencia en primera persona.—-Jessica Kanonitsch, Gerenta General EIM:“Es uno de los proyectos más importantes de mi vida”En términos gruesos, la delegación de Chile estaba compuesta por 207 personas. Es un número histórico para nosotros y, como país, somos el único que llevó una delegación que superó el 1% del total de la población judía de su país. Ni siquiera Canadá, Estados Unidos, Sudáfrica, Brasil, Argentina o Australia, que eran las delegaciones más grandes. Este número se compone, aproximadamente, en un 35% de personas de la categoría Junior (hasta 18 años), 30% de Open (entre 18 y 35 años) y 35% de Máster (35 años). Los deportes las categorías también son un récord histórico para nosotros, porque llevamos básquetbal junior, básquetbol 3x3; vóleibol junio, open y máster; fútbol junior, open y máster; natación máster; tenis junior, open y máster, futsal y gimnasia junior, y squash. Nunca habíamos llevado tantas disciplinas, ni tantas personas de distintas edades. Básicamente, la diferencia está en el número, que duplicamos, y en la cantidad de disciplinas que llevamos, así como en la diversidad de las edades de los y las deportistas. También en la participación femenina, que es casi un 30% del total de la delegación, lo que también es histórico. Y en el contingente médico que llevamos, un grupo de 10 personas entre médicos, kinesiólogos, masoterapeutas, enfermeros, un equipo tremendamente completo. Finalmente, destaca el nivel de voluntariado, llevamos adultos a cargo de los niños, porque llevamos más de 70 juniors, y teníamos un papá delegado para cada equipo, lo que nos ayudó mucho. En total, fueron cinco papás delegados, que fueron de manera voluntaria, para los casos de vóleibol, fútbol, gimnasia, básquetbol y futsal junior. La pandemia, obviamente, nos asustó mucho; sin embargo, nos ayudó también. Se dio un fenómeno a nivel global, en especial a los paíse latinoamericanos, en que la gente estaba deseosa por viajar y por ir a una Maccabiah, cosa que no había pasado antes. La pandemia empujó a la gente a disfrutar la vida, a disfrutar las experiencias y a disfrutar el momento, y eso hizo que muchos países llevaran delegaciones enormes. En términos generales, mi opinión del evento es que fue extraordinario. Fue una Maccabiah que superó con creces el número de participantes que se esperaban y eso fue un poco debordante, a última hora tuvieron que contratar hoteles que no tenían contemplados. La organización tuvo desafíos importantes y, para nosotros, como delegación fue una Maccabiah dura, justamente por estos desajustes que hubo, pero logramnos salir adelante y fue una experiencia inolvidable y maravillosa para quien le preguntes, algo único e indescriptible que todos quieren volver a vivir y quieren que sus hijos vivan. Una Maccabiah es algo que no se puede llevar a palabras. Yo no creía cuando la gente me decía “No, es que una Maccabiah es lo máximo, es increíble”, hasta que fui por primera vez el año 2013 y comprobé que es una experiencia maravillosa, única, y que tenemos el privilegio de poder vivir quienes somos judíos. Cantar el Hatikva con 30 mil personas de todos los países, desde Azerbaiyán hasta Hong Kong, es realmente muy lindo. Además, en términos generales, la calidad humana y profesional de la gente que llevamos fue tremenda. El apoyo de todos los delegados y embajadores que tuvimos para sacar adelante los equipos fue un lujo, y la cantidad de medallas habla por si sola del nivel deportivo que tenían nuestros participantes. Los highlights fueron, sin duda, la ceremonia de inauguración, el estar todos juntos como delegación, cantar juntos, abrazarnos. Y el hecho de que el Embajador de Chile en Israel haya ido a apoyar una delegación, con la bandera de Chile y acompañado por su señora, saliéndose de todo protocolo, lo que demuestra la importancia que tiene este evento en Israel. Por supuesto, uno de los momentos más emotivos fue el desfile, cantando “Vamos chilenos”, con energía, una delegación muy vibrante y que hizo bailar a todo el estadio. Fue un desfile histórico. En lo personal, vuelvo con un nivel de agradecimiento infinito. Este trabajo, que fue muy largo y exigente, tratando de destrabar los problemas y coordinando con la organización para que la gente no tuviera problemas, fue posible gracias al apoyo de todos los capitanes y delegados que llevamos. Los profesores tuvieron un compromiso increíble y mucha gente nos ayudó a lograr llevar esta delegación a la Maccabiah, donando dinero, proocupándose en todo momento. Y, por supuesto, la comisión organizadora, que estuvo dos años trabajando para llevar esto adelante. Mis palabras son de agradecimiento, orgullo y satisfacción (y cansancio) por haber logrado este proyecto, que sin duda es uno de los más importantes de mi vida. —-Álvaro Rosenblut, Chairman del Comité Internacional de Deporte de la Maccabiah y Vicepresidente EIM:“Vuelvo con un sentimiento de orgullo y mucha satisfacción”Esta delegación fue realmente una cosa inédita en la historia de lo que ha sido la participación de Chile en la Maccabiah. Primero que nada, el número de participantes es un absoluto récord, es casi el doble de lo que había sido nuestra delegación más grande en la historia. En segundo lugar, la participación de deportistas de categoría junior, menores de edad, es inédita. En tercer lugar, la participación de deportistas mujeres fue un récord. Luego, el upgrade absoluto que nos dio el haber llevado el staff médico liderado por el Doctor Alfredo Mizrahi, donde teníamos 10 profesionales de la salud de distintas especialidades, distribuidos entre las principales, que estuvo siempre acompañando a nuestro equipo y, afortunadamente, con un trabajo impecable, que nos permitió prácticamente no tener incidentes y, los pocos que tuvimos, ser atendidos de manera fantástica. Otro hito relevante fue la compañía del equipo de prensa de Hola Deportes, que estuvo transmitiendo casi sin parar durante las dos semanas, de sol a sol, acompañando a todos nuestros deportistas y dándoles cobertura no solamente para los medios comunitarios, sino también para un canal de televisión y un medio radial, generando una gran difusión de lo que es la Maccabiah y lo que hace el estadio, lo que fue inédito. Finalmente, el resultado deportivo. La cantidad de medallas que nos traemos a Chile en esta oportunidad es el equivalente al total de las medallas que habíamos conseguido en las últimas 10 Maccabiah en conjunto. La pandemia fue relevante porque, primero, se tuvo que atrasar la Maccabiah en un año, y segundo porque hace poco menos de un año atrás todavía era una duda si es que se hacía o no se hacía, tanto para la gente en Israel como para nosotros. Y recién en el mes de marzo de este año fue cuando, en definitiva, confirmamos que todo estaba OK. Nosotros siempre trabajamos bajo la idea de que la Maccabiah se iba a realizar y Chile iba a participar, y afortunadamente eso fue así y pudimos llevar esta delegación histórica. Los mejores momentos varían dependiendo a quién le preguntes. Pero, como grupo, el desfile inaugural es algo que a todos les va a quedar en la memoria. Lo mismo las ceremonias de Bar y Bat Mitzvá que hicimos en Jerusalem, con distintas personas de la delegación, fue un momento muy importante. La visita que hicieron todos los juniors a una aldea de absorción cerca de Haifa, donde hicimos una actividad de Tikún Olam, de acción social, que también es parte de nuestro proyecto y fue liderada por Tea Guthmann (fundadora de Reshet). Y, en particular, para mí, después de varias Maccabiah, tener la posibilidad de desfilar con mi hijo y de verlo jugar en Israel también fue algo muy especial. En lo personal, vuelvo con un sentimiento de orgullo y mucha satisfacción. Fue especialmente difícil preparar esta delegación por la pandemia, por la situación económica, por la cantidad de gente que estábamos llevando, y creo que nuevamente superamos las expectativas en todos los ámbitos, por lo tanto, vuelvo muy contento, sobre todo porque -como siempre decimos- “Después de una Maccabiah viene otra” y creo que cada persona que vuelve a Chile va a ser un embajador de este proyecto y va a motivar a los que no fueron y lo vieron por las redes sociales y las transmisiones para que no se pierdan la oportunidad en la próxima Maccabiah y eso es lo que nosotros queremos, que este proyecto movilice a nuestra comunidad. —Daniela Baytelman, seleccionada vóleibol categoría máster:“No solo volvería a una Maccabiah, sino que voy a ir a todas”Participé en las maccabiadas latinoamericanas de Chile (2003 y 2015) y México (2019), y esta fue mi primera Maccabiah en Israel. Tuvimos la suerte en alojarnos en Tel Aviv, en un hotel frente a la playa, lo que fue un plus gigante. Fue una tremenda experiencia, tanto en lo deportivo como en lo social. Sacamos medalla de bronce y nos tocó jugar con equipos difíciles, como Israel y Brasil, fue muy competitivo. Esta fue una de las Maccabiah que más participantes tuvo, y eso es extraordinario, porque uno conoce gente de todo el mundo: había más de 60 países participando, lo que permite interactuar con muchos deportes y personas de diversas nacionalidades. No solo volvería a una Maccabiah, sino que voy a ir a todas las que pueda mientras pueda caminar y atacar la pelota. Para mí es una máxima admiración Marcos Kaplun, que con sus 82 años fue representando a Chile jugando a squash, y lo hizo perfecto. Se lo recomendaría cualquier amante del deporte, es una experiencia única, inigualable. —-Andrés Tunik, jugador y delegado fútbol open:“Es la mejor experiencia que uno puede tener en su vida”Fui uno de los 21 jugadores de fútbol open en esta delegación y jugué de lateral izquierdo casi todos los partidos. Nunca había participado de una capacidad mundial, solo de dos latinoamericanas, 2011 en Brasil y 2019 en México. Me pareció una experiencia increíble, nunca había visto una cantidad tan grande de gente enfocada en el deporte, en la visa sana, en ser competitivos, pero en un buen sentido, todos venían por la medalla, igual que nosotros, pero eso junto a la buena onda. Lo más desafiante fue la preparación, estábamos a las siete de la mañana entrenando, seis veces a la semana, teníamos un preparador físico, cambiamos nuestros hábitos. Y los otros equipos hacían lo mismo, y mucho más.Volvería a una Maccabiah, con toda la motivación que puso el estadio y que tenía la gente en su casa, de todas maneras. Es la mejor experiencia que uno puede tener en su vida. Es lo más cercano a ser profesional, pero al mismo tiempo disfrutando.