Mantener la memoria de los sobrevivientes y de la Shoá, nuestro deber
Por LPI
Encabezó la ceremonia de este año, que además marcó el 75° Aniversario de la liberación de Auschwitz por parte de los Aliados, el Ministro de RR.EE., Teodoro Ribera, que en su discurso señaló: Hoy recordamos los guetos, el trabajo forzado y los campos de concentración y de exterminio; a las más de seis millones de personas a quienes les fue cruelmente arrebatada la vida, entre ellos, a cerca de un millón de niños. Rememoramos, también, a aquellos hombres y mujeres que muchas veces, de manera anónima, estuvieron dispuestos a arriesgar su propia vida para salvar la de los demás", aseguró el Canciller Ribera. Recordó entonces a los chilenos María Edwards McClure y Samuel del Campo, "reconocidos como 'Justos entre las naciones', quienes con excepcional valentía y desinteresadamente salvaron tantas vidas inocentes".
En tanto, el Presidente de la CJCh, Gerardo Gorodischer, hizo un homenaje a Elie Alevy, Z.L., y David Feuerstein, Z.L., sobrevivientes de la Shoá fallecidos en el último año. Además, planteó que debemos “asumir la responsabilidad colectiva de educar y fortalecer la resiliencia contra las ideologías del odio. Recordar también es transmitir. Pensar en el pasado es proteger el futuro. La historia es algo que debe contarse siempre. La cadena nunca debe romperse. Nuestros hijos y nietos deberán guardar en lo más profundo de su corazón la conciencia de ocurrido. Somos la última generación que podrá escuchar el testimonio en vida de los sobrevivientes y la primera generación que deberá educar sin ellos (…) Es necesario enseñar, reflexionar, aprender, trabajar con la conciencia social y la responsabilidad civil, aprender a convivir y a resolver situaciones sin apelar a la violencia”.
Luego del encendido de las seis velas en honor a los seis millones de víctimas judías del Holocausto, se encendió una séptima luminaria en memoria de los grupos étnicos y minorías que también fueron víctima de los nazis, como masones, gitanos y diversidades sexuales, y los rabinos Gustavo Kelmeszes, del Círculo Israelita de Santiago; Daniel Zang, de la Comunidad Israelita Sefaradí, y Pablo Gabe, de la Comunidad NBI, pronunciaron la tefilá El Maalé Rajamim.
A continuación, se escuchó el testimonio de Marta Neuwirth, sobreviviente de Auschwitz y Bergen-Belsen. Con sentidas palabras, Marta recordó la traumática vivencia de los campos de concentración, el trabajo asignado, la pérdida de su madre y hermano, y la liberación y posterior llegada a Chile. Luego de la liberación, relató, “me enfermé y me llevaron al hospital. Cuando desperté, una enfermera con una gran capa me atendía en mi cama, una cama con sábanas. Hablaba un idioma que no conocía, hoy sé que es inglés. Me entrego un huevo, en ese momento pensé que era el manjar más grande que había comido en vida. Completamente sola, me llevaron en un barco de la Cruz Roja a Suecia. Desnuda, cubierta de una frazada y cubierta en un grueso polvo blanco. Nos atendieron y cuidaron. Por primera vez en mucho tiempo fui al colegio, me alimenté de a poco, hice amistades. Hasta que un día dos hombres de una organización judía, pasaron recopilando nombres de familiares que alguna de nosotras tuviese en algún país del mundo para poder contactar. Fue así como en una radio chilena leyeron el nombre de un tío mío que había emigrado muchos años antes para acá. Mi tío se convirtió en un nuevo padre para mí, y Chile en mi nuevo país. Un país que me recibió con los brazos abiertos, y que me permitió construir una vida y una familia”.
Al finalizar la ceremonia, se entregó el Premio Luz y Memoria al actor y director teatral, Nissim Sharim, fundador de la compañía Teatro ICTUS, en virtud de su trabajo por la cultura y los Derechos Humanos, en especial durante los oscuros días del régimen militar en Chile. “Esto honra e ilumina mi existencia”, señaló Sharim, emocionado, y destacó la inspiración profundamente judía de su carrera en las artes escénicas.