Netzaj y Jaimi se juegan el todo
Por Bet El
Dafna Jodorkovsky, segundo año de escuela:
“En esta práctica me tocó dirigir octavos hombres con Martín Pizarro. Esto fue un desafío para mí porque nunca había dirigido hombres, pero al final, junto con mi co-madrij pudimos hacer una práctica increíble y disfrutar mucho el sábado con nuestros janijim.
Junto a mi kvutzá estamos terminando segundo año de Escuela de Madrijim, y esta fue nuestra última práctica antes de la de majané.
Siento que cada práctica ha sido una muy buena instancia para ir creciendo e ir aprendiendo nuevas herramientas para poder ser buenos madrijim en un futuro cercano, he visto como junto a mis compañeros, hemos ido madurando y mejorando en cada práctica para poder graduarnos de madrijim este majané.
Como mensaje, me gustaría decirle a la kvutzá de primer año (Netzaj) y a todas las futuras kvutzot de Escuela de Madrijim de Bet El, que se esfuercen y pongan el corazón en Escuela y en cada práctica para que puedan aprender, mejorar y ser buenos madrijim en un futuro. Y a mi kvutzá, me gustaría decirle que he visto todo el esfuerzo que cada uno ha puesto durante todo Escuela, he visto que nos hemos unido y hemos crecido mucho y que no queda nada para graduarse, así que disfrutemos lo último que nos queda como kvutzá y pongamos nuestro último esfuerzo para poder ser en menos de dos meses Madrijim de Leolam”.
Carolina Calderon, primer año de escuela:
“El sábado fue mi segunda práctica de escuela, y tuve la gran oportunidad de dirigir séptimos mujeres, con la Martina Schlesinger como co-madrijá. En un principio, cuando me entregaron la kvutzá, estaba nerviosa y asustada. No es una kvutzá muy grande y tenía miedo de que no llegara ninguna janijá ese sábado, o que fueran pocas y no lo pasaran bien. Pero con mi co- madrijá trabajamos con mucho entusiasmo; trajimos a tres janijot nuevas y reintegramos a una janijá que no venía hace meses, logrando activar con siete janijot, ¡estábamos muy orgullosas de tener a tantas! Verlas llegar a todas nos motivó mucho y nos hizo comenzar muy feliz el sábado, nos dio seguridad que habíamos hecho un gran esfuerzo durante la semana y con eso nos motivamos a tener un sábado de práctica increíble. Además ellas estaban muy contentas de haber logrado un número mayor que la paralela, por lo que nuestra alegría fue aún mayor.
Durante el sábado lo pasamos increíble, tuvimos la suerte de conocer a cada una de las janijot, dándonos cuenta de que lo importante no era la cantidad, sino la esencia y motivación de cada una de ellas. En las prácticas se crean relaciones que en ningún otro lugar se pueden lograr, se crea una especie de hermandad y cercanía, lo que en estos minutos podría decir que tengo con mis janijot. Lo pasé muy bien el sábado, ¡todavía me queda un año entero de escuela donde espero poder seguir aprendiendo muchísimo para ser madrijá!”.