“Nuestro colegio es una vitrina y una proyección de la comunidad y el judaísmo hacia la sociedad”
Por LPI
¿Qué te motivó a asumir la presidencia de la comunidad?
Son varios aspectos. En esta comunidad somos pocos pero con mucha actividad, y debemos mannerla viva y activa para todos los judíos de nuestra región. Sabemos que tenemos una situación desde el punto de vista laboral en que muchos de nuestros hijos de socios se van a Santiago a estudiar o a trabajar, y hacen sus vidas posteriormente allá. Eso hace que la comunidad se vaya desmembrando y vamos quedando menos, pero muy identificados con nuestra Comunidad. Entonces, como somos pocos, tenemos que hacer mucho. Tenemos que estar involucrados, tenemos que mantener la comunidad. Debemos preservar todo el sacrificio y trabajo de nuestros antepasados, la gran mayoría que llegó escapando del nazismo a esta región y pudieron construir esta Comunidad. Mi visión es que no va a ser en nuestra generación, que nuestra comunidad vaya a estar en riesgo, por lo cual como equipo del Directorio tenemos que trabajar lo máximo posible para seguir activos, y que se proyecte la Comunidad en el tiempo, por el judaísmo, por nosotros y en gratitud a nuestros antepasados.
Aparte de esto, ¿qué otros desafíos enfrentan? Sabemos que la mantención del colegio por sí misma es muy desafiante.
Siempre ha sido un desafío el Colegio. El colegio tiene como primera misión la educación judía para sus alumnos, pero también hoy día vemos que nuestro colegio es una vitrina y una proyección de la Comunidad y el judaísmo hacia la sociedad. Hoy en día aproximadamente un 25% o 30% de los alumnos son judíos, por ende la mayoría no son judíos. Y hay personas que prefieren que sus hijos estudien en el Colegio Hebreo por varias razones, entre ellas la calidad académica que tiene la educación. Y con esto también nosotros podemos mostrarnos como comunidad y como pueblo hacia la sociedad y nos sirve para tener embajadores, para que haya personas no judías que nos conozcan y no se dejen llevar por las noticias falsas y mal intencionadas que aparecen habitualmente.
De hecho, este año se hizo el primer viaje de estudios a Israel, y fueron todos los alumnos, judíos y no judíos, con el rabino Yonatan Szewkis y la profesora Andrea Morales. Fue una gran experiencia.
¿Y esta modalidad mixta de alumnos hace que el colegio tenga continuidad?
-Claro, estamos siempre buscando estar por sobre el punto de equilibrio de alumnos para que el colegio pueda subsistir, y desde ese punto de vista, es imperante que nuestra educación sea muy buena para que haya personas que quieran traer a sus hijos a nuestro colegio, y así cumplir con el objetivo número uno que es brindar educación judía a los niños y jóvenes de la región.
¿Cómo han vivido este período de pandemia en la comunidad de Viña?
-Hoy en día, desde el punto de vista del COVID19 en sí, han existido personas que han estado contagiadas y, por suerte, se han podido recuperar. Pero tenemos cerrada nuestra comunidad -la sinagoga, el cementerio y el colegio- desde que como Comunidad Judía de Chile se tomó la decisión. Eso ha tenido un impacto fuerte, en especial en cuanto a nuestros colaboradores, de quienes nos sentimos responsables y hemos seguido cumpliendo con ellos.
Y también la responsabilidad con nuestros socios, por eso hemos tenido que mutar la forma de hacer las actividades que teníamos siempre. Pero dentro de todo lo malo, han aparecido cosas buenas. Hoy en día hemos podido tener havdalot con jazanim de Buenos Aires, Argentina, actividades con charlistas que están en diferentes países, y a los mismos Shabatot nuestros asisten desde distintas partes, no solamente de Viña y varios de quienes eran de acá se conectan a nuestros Shabatot. Hemos ganado y estamos viendo lo bueno que es para nuestra comunidad. Sin lugar a dudas, nuestra Comunidad y sus actividades sirve como parte de la contención que se requiere para sobrellevar de mejor forma esta pandemia.