“Queremos nivelar la cancha hacia arriba y que ningún niño se quede atrás”
Por LPI
Creado en el año 2000, Colegium nació con el objetivo de mejorar la gestión global y el desempeño de los colegios, desarrollando herramientas tecnológicas diseñadas para mejorar el trabajo de los profesores y el equipo administrativo; mejorar la supervisión del colegio por parte de los directivos, y mejorar la comunicación entre el colegio y las familias. Desde el año 2009, es parte de Endeavor, que como explica Ariel “es una organización sin fines de lucro, fundada en Nueva York con la idea de agrupar a países que están en vías de desarrollo y ayudarlos desarrollarse a través de emprendimientos de alto impacto, que generen buenas condiciones para el país, empleos y relaciones con clientes y proveedores de calidad, y que sean escalables, que puedan estar en muchos países”.
“Lo que hace”, agrega, “es ayudar, a través de mentorías, a que los emprendedores se puedan desarrollar mejor. Pero no cualquier emprendedor, en este caso emprendedores de alto impacto que pasan por un proceso de selección súper difícil. En 20 años han seleccionado, en unos 25 países, a unas 2.000 personas, y a esas personas los ayudan a que se desarrollen y tengan mejor resultado sus emprendimientos, y así le va mejor a los países. Cada país tiene un directorio que, en general, es formado por parte de los principales empresarios del país. Son los mismos emprendedores los que votan y pueden elegir miembros nuevos para el Directorio, y me votaron”.
Es, para ti, una actividad honorem, tal como es la misión de la organización.
-Es como en la comunidad, el tiempo que uno le dedica es parte del tiempo personal, en que uno deja de hacer otra cosa, deja de trabajar o deja de hacer algo con su familia por ayudar a esta misión, que -sobre todo en estos momentos, en esta situación complicada en que la gente se ve medio agobiada- busca ver cómo ayudamos a que Chile sea un mejor país para vivir. Necesitamos trabajar, que haya trabajo de calidad, que la gente se puede desarrollar profesionalmente y que pueda pensar globalmente, y que pueda generar riqueza para Chile. Eso es súper interesante y eso es lo que hace Endeavor.
¿Les ha tocado analizar cómo se siguen desarrollando estas empresas en esta contingencia y cómo va a impactar?
-Para Chile va a ser súper difícil, pero no imposible salir adelante. Pero sí va a ser algo súper duro. Nosotros decidimos ser parte de la solución, entonces estamos conversando con gente, tuvimos una ronda de conversaciones con senadores y diputados. No queremos conversar sólo entre nosotros mismos, los emprendedores. Y estamos viendo varias cosas relacionadas con buenas prácticas, no solamente con temas salariales, sino de calidad de trabajo, de Home Office, para entre todos ver cómo manejar esta situación tan difícil para mucha gente. A veces uno no se da cuenta, pero si una persona se demoraba 25 minutos o media hora en llegar a trabajar, ahora llega después de dos horas de viaje, ya llega al trabajo cansada. Y ahí tenemos que ver cómo lo recibimos, cómo le damos cariño, cómo los ayudamos, porque más encima está preocupado de que los niños no están en el colegio, de lo que está pasando en su casa. Esto tiene distintos focos, antes sólo tenía el foco en trabajo y después se iba a una vida organizada, y se desorganizó todo.
La gente que trabaja con nosotros en otros países también está súper preocupada, porque ven en la tele los saqueos, ellos saben que nuestra oficina está cerca de Plaza Italia y está súper asustados. Mucha de la gente que está fuera pregunta qué pasa con ustedes, con el manejo de crisis y esta situación especial, y la verdad que no ha sido difícil para nosotros, porque le hemos dedicado tiempo a cada persona y todo el equipo ha estado súper unidos.
“Más tiempo para educar”
Ariel Gringaus sabe que una de las áreas más conocida de Colegium es Schoolnet, pero comenta que ésta es parte de una idea mayor, que es “tratar de resolver los problemas de los colegios a través de tecnología e innovación. Nosotros motivamos a que los profesores se dediquen a lo que importa, que es enseñar, les sacamos todo el tema de atrás, qué son las calificaciones, la asistencia, etc. También tenemos un área que ve las recaudaciones de los colegios y además tenemos un sistema de comunicaciones, que en estos días ha sido súper útil. Tenemos, también, una parte de orientación, de seguimiento de talentos, y otra de biblioteca de recursos digitales. Entonces, es un sistema que de alguna manera transforma digitalmente el colegio, y lo más importante es que el profesor tenga ese tiempo, que es el que puede estar haciendo tareas rutinarias, que tenga más tiempo para para estar con los alumnos”.
El CEO de Colegium comenta que “ahora, además, tenemos ciertas herramientas de diagnóstico para ayudar a que los niños aprendan mejor matemáticas y lenguaje. Hace unos años se decía siempre que los chilenos no entienden lo que leen y es verdad, entonces dijimos “Bueno, cómo vamos a ser un país desarrollado si los niños no entienden”. Nosotros tenemos un grupo de niños afortunados que van a colegios espectaculares, como el Instituto Hebreo o el Maimónides, que tienen un nivel de profesores y directores espectacular, pero hay muchos niños que están en un colegio público, por ejemplo, que muchas veces el niño pasó del curso pero tiene una carencia en lectura. Pasa de segundo a tercero Básico y el profesor de tercero parte con la materia de ese año, no está preocupado de ayudarlo. Y después ese niño pasa a cuarto, a quinto, y de pronto ese niño tiene que empezar a estudiar de manera autónoma, leyendo un libro de ciencia y no entiende nada. Entonces, estamos trabajando en todos estos temas para que los niños lean bien, queremos nivelar la cancha hacia arriba y que ningún niño se quede atrás por un tema de lectura, porque eso al final a ese niño lo va a perjudicar para siempre, le va a ir peor en la universidad, va a tener un peor empleo. Es algo de muy largo plazo, pero creemos que por ahí va. Los países desarrollados lo han hecho, tú lo ves en Finlandia, en Singapur, en Estados Unidos”.
¿Qué te motivó a trabajar desarrollando tecnologías para la educación?
-20 años atrás yo estaba estudiando ingeniería en la Universidad de Chile y, en esa época, te formaban no para ser un emprendedor, sino ser un ejecutivo, ojalá de alguna empresa destacada. En ese momento decidimos, con mi socio, emprender y era muy raro, nos decían “Por qué quieren emprender si tienen un título, si son ingenieros, pueden tener un trabajo digno, un buen sueldo”. Nosotros creíamos que el emprendimiento en una forma de vida que nos gustaba. Empezamos a buscar un negocio, una idea, justo era el boom de las .com. Y yo me di cuenta de que los colegios estaban en ese proceso de digitalización, tenían registro de la información pero no le comunicaban a los papás, ellos estaban fuera de los procesos educativos de sus hijos. Dije “Hay una oportunidad de conectar a colegio con los papás, ese papá debiera estar dentro el proceso educativo, no fuera”. Pensé en hacer Schoolnet y vi que habían colegios que ya tenían un sistema que se llamaba School track, entre ellos el Instituto Hebreo. Fui a ver el creador, lo encontré genial y nos asociamos.
¿Tienes una idea de cuántos son los colegios que están trabajando con ustedes actualmente?
-Son miles, miles, no te puedo decir, y todos los días hay más colegios.
¿Están trabajando en alguna línea nueva de desarrollo?
-Nosotros estamos todo el tiempo inventando cosas, y ahora estamos muy enfocados en el tema calidad, que en el fondo es cómo ayudar a que los alumnos a que realmente aprendan. Lo que pasa es que hay una diferencia generacional super importante, tú tienes los libros de texto y la forma en que enseñan los profesores, como nos enseñaron a nosotros, a nuestros papás, a nuestros abuelos, etc. Pero los niños ahora aprenden distinto, entonces nosotros tenemos que hacer la interfaz que ayude a que un niño que nació en el Siglo 21 pueda aprender mejor. El problema es que los profesores son espectaculares, pero un niño tiene conversaciones simultáneas entre el Instagram, el Whatsapp, la abuela, la polola… Tiene problemas de lectura, no sabe leer bien y tiene mala nota en comunicación, pero el niño se puede comunicar con un montón de gente simultáneamente, se coordina hasta para ir a una manifestación. Pero llega la prueba de lenguaje ¡y no se saben comunicar! Entonces algo está pasando entre la forma en que estamos enseñando y como ellos reciben lo que estamos enseñando. Nuestra misión es ahora es ayudar a acortar ese gap. Y está todo el tema de cómo hacer las tareas en línea. Entonces estamos pensando en un sistema que sea fácil, para que el profesor pueda corregir, así ayudar a la calidad de vida del profe y sobre todo al aprendizaje de los alumnos. Estamos tratando de apuntar ahí.

