Una larga tradición de Tikún Olam
Por LPI
Sin embargo este proyecto, no es el único que busca aportar -inspirado en el valor del Tikún Olam- a mejor el acceso y la calidad de la salud para las poblaciones más vulnerables de Chile. Lo cierto es que los judíos chilenos tenemos una larga tradición de acción social en el ámbito de la salud, y que es mucho anterior a la inauguración del consultorio en San Bernardo en el 2013. Y que se podría decir que comenzó en 1922 con la fundación del Policlínico Israelita, actual Centro Médico Israelita (CMI), que hoy entrega atención médica y dental a más 50.000 personas en su sede de Nataniel Cox 1558.
Ligado al crecimiento y consolidación del Policlínico Israelita estuvo, en sus primeros años, el médico y ex Diputado Natalio Berman Berman (1908-1957), quien fuera Director Médico de la Institución desde 1949 hasta su fallecimiento. En ese período, como lo consigna el historiador Moshé Nes El en el prólogo del libro “Berman, hombre de acción” (1941), el “Poli”, como lo llamaba el ex parlamentario, atendía “desde hace 18 años un promedio de mil obreros cada mes”.
Otra obra fundamental en el área de la salud, en el ámbito de la rehabilitación, es el Instituto Teletón. Cuenta la historia que Mario Kreutzberger, “Don Francisco”, en 1977 y en una cena en su casa, le dijo a Enrique Rosenfeld Lustbader -Presidente de la Sociedad de Ayuda para el Niño Lisiado y luego fundador de la Clínica Las Condes- que creía que se podían reunir tres millones de dólares en una jornada de solidaridad. Rosenfeld reaccionó, como señala el mismo Kreutzberger en una entrevista con Ximena Torres Cautivo, con incredulidad. El plan era recaudar los fondos necesarios para remodelar la sede de la sociedad ubicada en calle Huérfanos, en el Barrio Yungay, y con ese objetivo se realizó, en 1978 y en una transmisión simultánea de los canales chilenos de televisión, la primera Teletón.
Hoy la Fundación Teletón tiene 14 institutos a lo largo y ancho del país, y -según datos de su sitio web- atiende a 97% de la población infanto juvenil con discapacidad motora de Chile, ingresando cada año más de 3.000 nuevos pacientes y realizando más de 729.000 atenciones médico terapéuticas.
Educación diferencial, salud reproductiva, transplantes y epidemiología
Pocos años antes de la transmisión de la primera Teletón, nacería otra institución fundada por un miembro de la comunidad judía chilena y que buscaría compensar la ausencia de un centro de educación terapéutica para niños con Síndrome de Down y otras discapacidades mentales. Se trató de la Fundación Donnebaum, creada en 1961 por Leopoldo Donnebaum Beck.
En la sede de la fundación se instaló, en 1965, la primera escuela diferencial del país, administrada por la Universidad de Chile. En ella también funcionaba un hogar, que acogía a niños con capacidades diferentes que no tenían familiares cercanos o no podían vivir con sus familias. Hasta el día de hoy esta fundación forma para el trabajo y es un espacio laboral para jóvenes con deficiencias mentales.
En el ámbito de la salud reproductiva, en tanto, cabe destacar la labor del doctor Jaime Zipper Abragán, el “Anillo de Zipper”. Como se consigna en el sitio web del Museo de la Medicina, de la Universidad de Chile, el doctor Zipper creó un anillo de nylon “en la década de los ‘50, basándose en el principio de que este hilo sintético produce cambios en el tejido endometrial, con lo que se modifica la eficacia de los espermios en su trayectoria a través del útero. Fue ampliamente usado en varios países del mundo además de Chile, entre ellos Cuba, y fue el predecesor de lo que sería la T de cobre”.
“Un tema primordial es la eficacia y seguridad del método, además de la posibilidad de planificar la familia que hasta el día de hoy siguen aportando en forma muy significativa la disminución de los abortos y mortalidad materna a nivel mundial, siendo Chile el primer país en ser beneficiado con su trabajo”, se agrega en el sitio del museo.
Gracias a su trabajo, el Doctor Jaime Zipper fue distinguido como uno de los quince líderes mundiales de la anticoncepción por el Centro Latinoamericano de Salud de la Mujer en el año 2000.
En el ámbito de los transplantes, en tanto, un pionero fue el Doctor Jorge Kaplan Meyer, autor junto a su equipo médico del primer transplante de corazón, realizado en el año 1968. Kaplan realizó la intervención en el Hospital Naval Almirante Neff en Viña del Mar. La paciente era María Elena Peñaloza, una modesta costurera de 24 años que padecía de vulvopatía congénita con dilatación del miocardio. Éste, además de ser el primer transplante de corazón en Chile, fue el tercero que se realizó en el mundo.
Finalmente, como parte de esta muestra de aportes destacados de la comunidad judía de Chile a la salud, cabe destacar la labor del Doctor Werner Apt, quien se especializó en la epidemiología y en la investigación de la Enfermedad de Chagas. Esta patología afecta a más de 120.000 personas en el país y es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre las diez patologías "desatendidas" en el mundo. Según la OMS, en el mundo hay entre 6 y 7 millones de infectados con el "Trypanosoma cruzi", el parásito causante de la enfermedad, que se distribuye en 21 países de América Latina, transmitida principalmente por las heces u orina del insecto conocido como vinchuca.
Unos estudios realizados en Chile por Francisco Rotthammer y Werner Apt, en 1988, evidenciaron que un grupo de personas infectadas, pertenecientes a la etnia diaguita del Valle de Elqui, en el norte del país, eran los únicos que no manifestaban compromiso cardíaco, la principal causa de mortalidad en este tipo de pacientes. Este estudio fue uno de los primeros a nivel internacional en que se planteó la hipótesis de que la patogenia de esta parasitosis no estaba centrada sólo en el parásito transmisor, sino también en las características genéticas de los infectados.
Estos son, en definitiva, sólo algunas de las contribuciones que miembros de la comunidad judía chilena han hecho a diversos ámbitos de la salud. Definitivamente, una labor enmarcada en el principio de Tikún Olam y digna de destacar.