Unos Iamim Noraim muy especiales
Por Mario Kiblisky, Director General CIS
Siempre estuvimos esperanzados de poder realizar nuestras Altas Fiestas como todos los años, en forma presencial, con nuestras Sinagogas repletas con todos ustedes rezando en kavaná, pero a medida que pasaban las semanas la situación no cambiaba y había que tomar la decisión, y eso significó partir de cero. Tuvimos que investigar, asesorarnos y aprender para poder adaptarnos; fue un trabajo arduo y de mucha tensión.
Contábamos tan solo con un dato duro, que conocíamos: la calidad de nuestros Servicios desde el punto de vista religioso, de profundidad y espiritualidad, ya que contamos con un equipo de Rabinato de lujo. El resto era todo una incertidumbre y desconocido, ya que de alguna manera dependíamos de factores externos fuera de nuestro control, pero esa era la realidad y debíamos adaptarnos en forma rápida, halájica y lo más seguro posible.
En esa línea comenzamos a delinear los pasos a seguir y, con el apoyo de mi staff, que, con un compromiso, predisposición y profesionalismo increíble fuimos cumpliéndolos uno a uno.
Todo era nuevo, avanzábamos un paso y se nos habrían dos interrogantes; aclarábamos esas y se presentaban dos más. Pero las fuimos sorteando cada una de ellas, hasta que llegó la fecha.
Claramente nuestra primera prueba fueron los días Rosh Hashaná, la respuesta de ustedes fue maravillosa y masiva, en varios momentos teníamos más 3.500 personas conectadas y tal vez harto más. A la semana siguiente, ya estábamos con nuestro hermoso Iom Kipur, en donde se conectaron más de 5.800 personas, números nunca vistos: recordemos que para Neilá, en forma presencial, albergamos a alrededor de 3.200 personas.
Podría estar dándoles estadísticas de cifras en cada servicio, de cuánta gente estaba participando, pero lo relevante aquí es que toda nuestra Comunidad, a la distancia, estaba vibrando con solemnidad en nuestros Iamim Noraim.
Sin duda la tensión fue grande, pero cuando sonaba el Shofar y luego mostrábamos nuestro Mercaz desde el aire con nuestra hermosa Menorá encendida -con la que quisimos dar una señal de unión, de que los estábamos a todos acogiendo a la distancia- me vino el relajo y la hermosa sensación de la tarea cumplida. Cumplimos, una vez más, a la altura que lo sabe hacer el Círculo Israelita de Santiago y de lo que ustedes, por sobre todo, se merecen.
Hay mucho que agradecer: al Directorio que me apoyó en todo momento, en donde delineó los mejores pasos de inclusión a toda la comunidad judía para que nadie se quedara fuera; a los Rabinos, que una vez más llegaron al alma de todos con sus prédicas y plegarias; al Jazán, que con su voz maravillosa hizo a todos vibrar; a mi staff profesional, que sacó lo mejor de sí para que estos Iamim Noraim tan especiales fueran todo un éxito, a Andrés Vilensky y su equipo, pero por sobre todo, a ustedes, sí, a ustedes, que escucharon nuestro llamado a participar. El compromiso y generosidad de ustedes con nuestra Comunidad emociona, muchas gracias.
Rabino Eduardo Waingortin: “Fue un regalo de D-s fue que gente, desde lugares lejanos, se pudiera conectar a las Tefilot”
Me gustaría hablar de estos Iamim desde dos partes: una, desde mí, y la otra, desde la opinión de los demás. Desde mí, personalmente, fue un Kipur donde sentí un acercamiento increíble hacia la gente, porque que -como ningún año- estábamos todos en la misma sintonía, literalmente, porque estábamos todos con cierta tristeza de no estar presentes físicamente, y por otro lado todos increíblemente dispuestos a ayudar con el clima que tiene que haber en una Tefilá de Iom Kipur.
Entonces, por un lado mucha gente nos escribió a todos los Rabinos y a mucha gente que participó en todos los cursos y en todos los grupos, y los comentarios fueron muy lindos. Esto no tiene que ver no con el resultado de lo que hicimos, sino con el deseo de que saliera todo bien, la expectativa y la necesidad de la gente de conectarse con su comunidad en Iom Kipur.
Como un agregado, pero el principal, a la gente que me llamaba por teléfono le preguntaba “Pero, ¿pudiste hacer Tefilá?”, y me decían en la mayoría de los casos que sí, y que más otros años. Entonces eso también nos dejó tranquilos, yo no tenía preocupaciones de que fuera a salir mal desde lo técnico; íbamos a hacer todo lo posible, pero fuera de eso no podemos hacer nada más. Y lo que para mí era una pregunta era si, hiciéramos lo que hiciéramos, la gente iba a sentir conexión con D-s, y con el objetivo de lograr santidad y pedir perdón. Esa era mi pregunta, más allá de lo que pudiéramos hacer. Y la respuesta que he recibido de la gente es que pudieron, y eso me pone muy, muy feliz.
Por otro lado, la parte logística fue gigantesca, fue como para tres Iamim Kipurim, porque exigió mucha organización, mucha organización, como no estábamos acostumbrados antes. Y nos llevó mucho tiempo, pero no se notaron dificultades, estuvimos tranquilos, y los Rabanim y el Jazán nos mostramos muy afiatados, fluyó natural.
Y lo que fue un regalo de D-s fue que gente, desde lugares lejanos, se pudiera conectar a las Tefilot. Me escribió gente desde Estados Unidos diciendo que qué lindo haber podido volver a nuestra casa, otros decían “Era como sentirme en CasaPiedra”, y desde distintos países del mundo se conectaron. Esa es la magia tiene la tecnología: es un plus para muchos que nunca pensaron que iban a poder volver a su casa, o gente mayor que no podía ir a la sinagoga, y las emociones que manifiestan son hermosísimas.
Lily Nissim: “La experiencia fue sin duda como para repetirla”
Fue un Kipur diferente pero mucho mejor de lo que suponía. Nos juntamos con hijos y nieta a participar del servicio de Kol Nidrei, y al día siguiente permanecimos conectados casi todo el día. Pudimos concentrarnos, tal vez más que rodeados de tanta gente, dio pie para interesantes conversaciones luego de cada prédica y finalmente todos nuevamente unidos para un cierre espectacular.
Sólo nos faltaron los niños en Neilá, pero la experiencia fue sin duda como para repetirla.
Agradecemos que todas las comunidades y al Círculo Israelita en particular se hayan preocupado hasta en los más mínimos detalles para que cada uno en la intimidad de su casa sintiera la espiritualidad de Iom Kipur.
Daniel Rappoport: “Se notó el gran valor de los rabinos que tenemos”
Creo que el servicio, a pesar de lo digital, fue muy cálido, logró conectarnos a todos con la espiritualidad de Iamim Noraim, tanto en Rosh Hashaná como en Iom Kipur. Logró, además, ser una alternativa para muchas personas que tienen miedo de salir o no pueden salir, una forma de reunirnos aunque no se pueda reunir tanta gente de manera presencial y una puerta para recibir a gente que está muy alejada de la comunidad, ya sea físicamente, porque vive lejos o es gente de regiones que no tiene dónde hacer Iamim Noraim y que de esta manera se sintió en comunidad, a pesar de las distancias y las adversidades.
Por lo mismo, abrir el servicio no sólo a los socios sino a cualquier persona que quisiera participar, de alguna manera ayuda al sentimiento de abrirle las puertas a todo el que quiera rezar y ser parte, y es lo que debiéramos hacer en todas las instituciones, apoyarnos y darnos la mano en este minuto para sentirnos como una gran familia.
Y además se notó el gran valor de los rabinos que tenemos, los cuales pudieron darnos sus mensajes y reflexiones para poder lograr la introspección y la espiritualidad que estos días merecían, y que son tan bienvenidos y felicitados en este año, lo que claramente nos muestra su riqueza y la riqueza de nuestro judaísmo, y nos ayuda a mantener el norte en estos tiempos que han sido tan difíciles para muchas personas y para la comunidad entera.
Eleazar Israel: “Estamos súper contentos y agradecidos por la oportunidad que el CIS nos brindó”
Me pareció muy bonito, la verdad que el rezo, de esta forma digital, fue mejor de lo que yo pensaba, y recojo también las impresiones de gente de la Comunidad Israelita de Concepción, que también me manifestó que les pareció un acto muy bonito, muy bien organizado, no hubo problemas técnicos, se veía muy bien y fue fácil el acceso.
Así que estamos súper contentos y agradecidos por la oportunidad que el CIS nos brindó, y poder conectar y judaísmo desde regiones, que muchas veces es complicado, hay mucha asimilación, pero lo importante es que estamos presentes y, gracias a ustedes, pudimos hacer Iom Kipur como corresponde.