publicado 29 Enero 2021
Ana María Wahrenberg, sobreviviente del Holocausto, se reencuentra con su mejor amiga después de 80 años
En 1997, cuando Betty Grebenschikoff dio su testimonio al USC Shoah Foundation 54 años después de haber emigrado de Alemania tras la Noche de los Cristales Rotos, no pudo evitar contarle al entrevistador acerca de una amiga que recordaba con mucho cariño. De hecho, siempre que Betty hablaba sobre su vida sentía la necesidad de mencionar a su compañera para saber si había sobrevivido a la guerra. Esa amiga especial era Ana María Wahrenberg, sobreviviente del Holocausto que llegó a Chile a los 8 años edad. “¿Puedo decirlo aquí? Su nombre es Anna Marie Wahrenberg. Nunca supe lo que pasó con ella y siempre me pregunto si algún día escuchará esto. Ella era mi amiga, fuimos al colegio juntas desde muy pequeñas y jugábamos juntas. En 1939 nos tuvimos que despedir; mi familia se iba a China, fue muy difícil porque éramos mejores amigas. Se suponía que nos escribiríamos, pero nunca lo hicimos y nunca más volví a escuchar de ella. No sé lo que le pasó… quizás murió en la guerra, pero no estoy segura”, relató Betty en ese entonces, como se puede ver en su testimonio grabado en video y alojado en el portal del USC Shoah Foundation´s Visual History Archive.Ana y Betty se vieron por última vez en 1939, después de la Noche de los Cristales Rotos. La familia de Ana María había conseguido visas para Chile, mientras que la de Betty emigraría primero a Shangai y luego a Australia, para finalmente establecerse en Estados Unidos. Prometieron mantenerse en contacto, pero esa fue la última vez que supieron de la otra. Hasta ahora. Los esfuerzos por lograr la reunión entre Ana María y Betty empezaron en noviembre del 2020, tras la charla online de conmemoración de la Noche de los Cristales Rotos organizada por la Red LAES, una institución que se creó durante la pandemia y que une a distintas instituciones latinoamericanas para la enseñanza del Holocausto, entre las que se encuentra el Museo Interactivo Judío de Chile. En ese evento estaba conectada Ita Gordon, una archivista del USC Shoah Foundation, -organización sin fines de lucro creada por Steven Spielberg en 1994, que tiene como objetivo grabar y conservar los testimonios de supervivientes y otros testigos de distintos genocidios, con la que el MIJ tiene una importante alianza educativa- quien se interesó en el testimonio de Ana María. Buscando entre los más de 55.000 archivos llegó al testimonio de Betty Grebenschikoff, quien en su entrevista menciona que la había estado buscando.Lo que siguió fue una serie de llamadas de teléfono e intercambio de información entre USC Shoah Foundation, el Museo del Holocausto de Florida -donde Betty es una activa participante- y el Museo Interactivo Judío de Chile, institución donde Ana María trabaja como voluntaria dando su testimonio en el museo y en colegios. Después de muchas reuniones y una gran preparación, Betty y Ana María se reencontraron a través de una video-llamada. Ana María recordaba a Betty por su nombre de soltera, Ilse Kohn. “Ser testigo de esta reunión y ver a Ana María y Betty junto a sus familias, felices y sanas, es por lejos el mejor triunfo sobre el odio”, manifestó uno de los participantes del encuentro virtual. Este encuentro entre dos amigas que no se veían hace más de 80 años fue posible gracias al trabajo de la Red LAES -Red Latinoamericana para la Enseñanza de la Shoá-, una organización compuesta por 14 instituciones latinoamericanas dedicadas a recordar el genocidio de 6 millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, que desarrollan actividades de divulgación y generan espacios educativos en relación al Holocausto con un enfoque latinoamericano. Por otra parte, la alianza estratégica entre el MIJ y la USC Shoah Foundation permite tener un importante número de testimonios de sobrevivientes del Holocaustos indexados, lo que facilita el trabajo de conservación de la memoria. Y, en última instancia, es un verdadero milagro que ambas estén vivas y recuerden sus historias de sobrevivencia para transmitirlas a las siguientes generaciones. Hoy, tanto Ana María como Betty son voluntarias en museos judíos: Ana María trabaja en el Museo Interactivo Judío de Chile y Betty en The Florida Holocaust Museum, donde cuentan sus testimonios e historias de vida. Las dos tienen 91 años, escribieron sus autobiografías y están planificando un reencuentro para septiembre de este año. La familia de Betty nunca la había escuchado hablar alemán pero, gracias a las conversaciones con Ana María, su idioma materno está mejorando poco a poco. Ana María filmó un documental, “El Ave Fénix: historias de una sobreviviente”, que está disponible en YouTube y Betty publicó un libro llamado “Once my name was Sara”.