Janucá: se acerca la Fiesta de las Luminarias

Janucá es la Fiesta de las Luminarias, por un lado, por la historia del cántaro encontrado en un templo profanado, un pequeño cántaro que alcanzaba para un día, pero duró para ocho días, permitiendo que se fabrique nuevo aceite para que la luz eterna pueda estar encendida.Según otras fuentes, se debe a que ocho lanzas fueron encendidas y colocadas en el Templo oscuro al momento de su reconquista. Pero más allá de ello, Janucá es la Fiesta de las Luminarias porque la luz de esta historia trasciende a la anécdota histórica y se transforma en un paradigma de la respuesta judía frente a la crisis.Cuando analizamos Janucá, tenemos que verlo desde varias ópticas.Por un lado, el intento del pueblo judío por tener su autonomía religiosa e ideológica. Por otro, el aspecto militar, que relata cómo un pueblo se levanta en armas bajo el liderazgo de Matitiahu, y de sus cinco hijos.Pero Janucá también representa un ascenso espiritual.Hay una discusión en el Talmud, en Masejet Shabbat, donde se pregunta “¿Qué es Janucá?”, y la respuesta recuerda el milagro, y no la gesta militar. En el párrafo siguiente se describe una discusión entre las casas de Hillel y Shamai sobre cómo debía encenderse la Janukía. Shamai planteaba que la sorpresa mayor del milagro se daba en el primer día, por lo tanto, en el primer día debían encenderse ocho velas e ir disminuyendo hasta llegar a una el último día. Hillel en cambio, decía, “maalim vakodesh ve lo moridim”, se crece en santidad y no se debe decrecer. Esa idea - no sé si la más lógica pero sí la con mayor sentido- es la que prosperó y llegó hasta nuestros días. Por eso en el primer día encendemos una vela y así sucesivamente hasta que en el último encendemos la Janukía completa. Entonces Janucá representa no solamente una anécdota en la historia del pueblo judío, que tiene varias fuentes, como el libro de los “Macabeos”, “Antigüedades Judías”, e incluso “La Guerra de los Judíos” de Flavio Josefo, sino que simboliza un arquetipo que se repite en la historia del pueblo judío. Ante una crisis, la respuesta judía es el atrevimiento. Así como los Macabeos se atrevieron a encender una luz, sabiendo que no era suficiente el aceite, y después se produjo el milagro, así el pueblo de Israel sigue creando milagros. Como decía David Ben-Gurión: "En Israel, para ser realista, debes creer en los milagros". Y así se estableció el Estado de Israel. Cuando se declaró la independencia no había suficiente “aceite” como para resguardar las fronteras y crear un Estado. Sin embargo, cuando se tomó la iniciativa, se produjo el milagro.No siempre el milagro fue fácil de alcanzar.En los guetos, el milagro consistía en salvaguardar la honra del pueblo judío. Así, los héroes de las revueltas, de guetos y campos de exterminio quedaron en la memoria colectiva como un antecedente vital de que la sangre de Israel no debe fluir como el agua. En síntesis, la Fiesta de las Luminarias —Jag Urim— así se la denomina en hebreo (de muchos “or”, de muchas luces), tiene distintas facetas y acá describimos solamente una parte de ellas.El resto aparecerá durante la historia de nuestro pueblo. Que siempre sean para bendición, para resguardar la identidad judía, para preservar nuestra particularidad y para que la honra de Israel sea eterna.Jag Urim Sameaj. Una hermosa y significativa celebración de Janucá para toda nuestra comunidad y para todo el pueblo de Israel.

El Fondo Kychenthal Hecht del Archivo Judío de Chile ingresa al Registro Nacional del Programa “Memoria del Mundo” de UNESCO

El patrimonio documental de Chile sumó un nuevo capítulo relevante: el Fondo Kychenthal Hecht, custodiado por el Archivo Judío de Chile, fue oficialmente incorporado al Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO. El reconocimiento destaca el valor histórico y humano de esta colección, que reúne la memoria de una familia judía que encontró refugio en el país tras huir del nazismo.El Programa Memoria del Mundo, creado por la UNESCO en 1992, busca proteger y garantizar el acceso al patrimonio documental mundial. Su labor se centra en la preservación de acervos históricos, la promoción de buenas prácticas archivísticas y la difusión de estos materiales para que puedan ser utilizados por investigadores y la ciudadanía. En Chile, la iniciativa es impulsada por el Comité Nacional Memoria del Mundo (MoWChile), dependiente del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, encargado de evaluar y postular fondos que contribuyen a ampliar la memoria histórica del país.Chile ya cuenta con varios fondos reconocidos en instancias nacionales, regionales e internacionales del programa. Entre ellos figuran el Fondo de los Jesuitas de América, los Archivos de Derechos Humanos vinculados al periodo de dictadura y la emblemática publicación Lira Popular. Todos estos acervos dan cuenta de la diversidad de expresiones, épocas y experiencias que conforman la memoria documental del país.En ese panorama, el Fondo Kychenthal Hecht destaca por la profundidad de su testimonio. La colección reúne más de 3.000 documentos producidos entre 1897 y 1972, entre ellos cartas, fotografías, certificados, pasaportes, autobiografías, material audiovisual y cuadernos de notas, dibujos. Los documentos retratan la vida de la familia Kychenthal–Hecht, quienes llegaron a Chile en 1939 escapando de la persecución nazi, y se convirtieron en parte de la comunidad judía chilena que reconstruyó su vida lejos de Europa.El acervo fue donado al Archivo Judío de Chile en 2018. Desde entonces, el equipo de la institución ha trabajado en su organización, digitalización y descripción, permitiendo que hoy sea accesible y consultado tanto por especialistas como por quienes buscan comprender la historia de las migraciones y del exilio en Chile.Su incorporación al Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo marca un paso importante en el reconocimiento del patrimonio documental de la inmigración judía en el país. También reafirma la importancia de preservar testimonios que permiten reconstruir historias familiares atravesadas por la violencia, la pérdida y la resiliencia, pero también por la integración y el aporte cultural.El reconocimiento, además, compromete al Archivo Judío de Chile a asegurar la preservación a largo plazo del fondo, garantizar su accesibilidad y continuar impulsando su puesta en valor. Esto permitirá que sus documentos sigan siendo una fuente clave para estudios sobre migración, memoria del Holocausto y procesos de asentamiento de comunidades judías en América Latina.Con esta incorporación, el Registro Nacional Memoria del Mundo en Chile amplía su diversidad y reafirma la necesidad de proteger memorias que, aunque surgidas de experiencias dolorosas, forman parte esencial de la historia colectiva. El Fondo Kychenthal Hecht se consolida, así como un testimonio invaluable de desplazamiento, reconstrucción y memoria.Agradecemos a la Familia Kychenthal-Bab por su generosidad al compartir este valioso material. Les invitamos a apoyar y ser parte de una institución única, Archivo Judío de Chile.

Gabriel Dukes: “Vivimos rodeados de gente, pero profundamente solos, desnudos”

Gabriel Dukes cuenta que empezó a escribir casi por accidente. En el diario La Segunda le pidieron una columna sobre el duelo: “Me pareció aburridísima, así que preferí contar historias”, dice. Durante dos años escribió una cada semana: relatos sobre la angustia, la depresión, la enfermedad, el divorcio. “Ahí nació el doctor Lev”, recuerda.En 2017, una de esas historias se convertiría en su primera novela, “MalaMente”, que alcanzó tal impacto que fue seleccionada por el Consejo Nacional de la Cultura, las Artes y las Letras para la distribución de libros en las bibliotecas públicas del país.Dukes ha ejercido roles de liderazgo en salud mental a nivel nacional y ha realizado un trabajo comunitario activo: fue vicepresidente del Vaad Hajinuj —institución que coordina la educación judía en Chile— y ha participado en seminarios sobre el Holocausto en Israel.Tras la buena recepción de “MalaMente”, lanza “El psicoanalista desnudo”, también protagonizada por el doctor Lev, quien se describe con una fuerte identidad judía, y que vuelve para compartir su devenir con el lector: la relación distante con su hija, la enfermedad de su padre, el suicidio de un paciente y la muerte de su único hermano. Una novela que combina profundidad psicológica con crítica social.Para Fernando Araos, psicoanalista y expresidente de la Asociación Psicoanalítica de Chile, “Lev invita a entrar en su consultorio, en su vida y en las instituciones que matizan la su existencia… Desamparos y mezquindades, altruismo, miserias; por ahí va el protagonista con su historia, que es también la nuestra”. Ese es precisamente uno de los elementos distintivos de la novela. El autor dice que cada persona hace su lectura y que le sorprende qué cosas destacan: “Algunos terminan llorando, otros con rabia, otros con pena. Lo importante es que no solo entiendan el relato, sino que lo sientan. Quiero que lo vivan afectivamente, que se identifiquen con Lev”, explica Dukes.Lo confirma el escritor y periodista, Marcelo Simonetti: “Una de las premisas de una buena historia consiste en hacer que esta le importe al lector. Y Gabriel se las arregla bastante bien en hacer que el relato nos importe, empatizamos con Lev desde el inicio, porque de algún modo le pasan las cosas que nos pasan a nosotros”.¿Por qué Lev?“Lev significa corazón en hebreo. Yo creo que un psicoanalista, para ejercer su oficio, necesita sentir con el paciente. La empatía es por el corazón, no por la razón. Por eso Lev es humano: se contradice, se equivoca, arrastra cosas a su vida personal, transgrede límites, llega tarde. Es un psicoanalista, pero por sobre todo, un ser humano con fortalezas y vulnerabilidades, sensible al devenir de la vida”.¿Y usted, es así en su práctica?“Uno trata de hacerlo lo mejor posible. Con los años uno aprende que los modos de funcionamiento de las personas están muy arraigados. Una buena terapia no transforma a alguien en otra persona: lo ayuda un poco, lo alivia, lo hace entenderse más y llevar una mejor vida. Ayudar un poco es siempre mucho. Aceptar eso es un gran alivio para el terapeuta”.¿Cuánto tienen sus personajes de usted o de sus pacientes?“Inevitablemente algo mío hay. Pero más bien, la estructura que propongo en la novela me permite reflexionar sobre temas que me interesan. Por ejemplo, al doctor Lev lo construí como un hombre muy solo. La soledad lo vuelve frágil. Quise que estuviera expuesto a la intemperie emocional. Eso permite que los acontecimientos lo golpeen más. Además, Lev arrastra un duelo antiguo y terrible que determina su manera de ser”. ¿Es la soledad la mayor fragilidad humana?“Creo que la soledad deja a las personas desnudas y expuestas frente a la vida. El título del libro —El psicoanalista desnudo— lo pensé en ese doble sentido: la desnudez como intimidad, como una invitación a mirar lo privado de un oficio muy íntimo, pero también como vulnerabilidad. Hoy vivimos en una sociedad donde el hombre está muy solo”.¿Cómo lee la soledad a nivel sociológico, desde el psicoanálisis?“Los fenómenos sociales son multidimensionales y altamente complejos: se pueden comprender desde la sociología, la filosofía o el psicoanálisis. El psicoanálisis aporta al entendimiento de los fenómenos sociales, pero se requiere una mirada multidisciplinaria. La sociedad entendida como un grupo de personas hace exactamente lo contrario de lo que propone el psicoanálisis. Mientras esta disciplina invita a sesiones frecuentes, silencios largos, pensamiento pausado, la gente valora lo inmediato y privilegia la acción por sobre el pensamiento. Y eso tiene consecuencias”.¿En qué se nota que actuamos más de lo que pensamos?“En que muchas veces las personas apuradas toman malas decisiones. Muchas acciones requieren reflexión, quietud, tiempo. Hoy, sobre todo por las redes sociales, pensar se vuelve difícil. Entonces las personas se equivocan en aspectos fundamentales de la vida. El psicoanálisis ofrece un espacio donde la acción está suspendida para que el pensamiento pueda aparecer. Eso cambia mucho las cosas”.¿Cómo detener la acción para dejar entrar el pensamiento?“Ese es uno de los motivos por los que escribo. El acceso al psicoanálisis es limitado, pero un libro puede acercar a la gente al modo de pensar del psicoanalista. La novela está escrita en primera persona y en tiempo presente, lo que permite que el lector se tome de la mano del doctor Lev y se convierta, de algún modo, en psicoanalista. Claro que, al poco tiempo el lector comienza, estimulado por la lectura, a hacer su propia reflexión sobre temas que lo van tocando. En cierto sentido se transforma en paciente.En Chile, donde los problemas de salud mental son profundos, ¿cómo ve la situación un psicoanalista?“Freud, al observar el crecimiento del nazismo, dijo que el ser humano tiene impulsos que pujan por expresarse, que la cultura viene a domesticar los impulsos; pero que ésta a su vez, es muy frágil, como una piel que se desprende con facilidad. Hay que recordar que Freud vivió la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Hoy la sociedad está muy polarizada, la gente anda enojada, con rabia y con una carga agresiva muy alta. Existe un descontento asociado a la idea de resolver rápido problemas tremendamente complejos que requieren tiempo. La subjetividad propia está imponiéndose a los intereses de los demás. Esto contribuye al sentimiento de soledad.¿Cómo invitaría a leer esta nueva historia del doctor Lev?“Es entretenida, pero también profunda. El desafío es descubrir lo que está detrás de la narración. Es una invitación a viajar junto al doctor Lev. Busco que los lectores vivan con el corazón —lev— la gama de sentimientos que atraviesan la historia, y que puedan conmoverse con ella”.“El psicoanalista desnudo” está disponible en www.editorialforja.cl y en librerías de todo el país y también en Buscalibre. 

La Ficción de la “Nueva Siria”

El 8 de diciembre de 2024 marcó el fin de una era. La caída del régimen de Bashar al-Assad, largamente pronosticada y finalmente ejecutada con una celeridad asombrosa, abrió una ventana de incertidumbre estratégica. Un año después, bajo la presidencia de transición del yihadista Ahmed al-Sharaa, Siria no ha encontrado la paz. Ha entrado, en cambio, en una fase peligrosa de “estabilidad de la inestabilidad”, un equilibrio precario que representa un desafío de seguridad más volátil e inmediato para Israel que la amenaza del Estado baazista que lo precedió.La comunidad internacional, y Washington en particular, ha apostado por la figura de al-Sharaa, como un intento de evitar el vacío de poder total y fomentar un diálogo con Israel que podría llevar a un acuerdo de seguridad en la frontera sur. No obstante, esta apuesta ignora la realidad material del nuevo liderazgo sirio.Al-Sharaa, líder de un régimen que aún lucha por consolidar su autoridad sobre una red de 130 milicias reempaquetadas como un “nuevo ejército sirio”, enfrenta enemigos letales, siendo el más peligroso el que reside en casa. La amenaza de golpe o asesinato contra Al-Sharaa es alta, según indican análisis de seguridad. Los elementos más extremistas dentro de su círculo, muchos de ellos con antecedentes yihadistas, consideran la apertura a Occidente y, crucialmente, las negociaciones de un acuerdo de seguridad con Israel bajo el auspicio de EE. UU. como una “bandera roja” ideológica inaceptable.El riesgo estratégico no es, por lo tanto, la intención de al-Sharaa, sino su potencial fracaso. Un golpe de Estado o un magnicidio detonaría el escenario más temido: el colapso, la desintegración y el caos total.En este “Día Después” del líder de transición, Siria se convertiría en un campo de batalla de todos contra todos, permitiendo el resurgimiento de grupos como ISIS y, lo que es directamente relevante para Jerusalén, la rápida revitalización de las infraestructuras terroristas pro-iraníes y palestinas como Hamas y la Yihad Islámica en el sur.La amenaza más sensible y compleja para Israel es, sin embargo, la humanitaria. La caída de la autoridad central en Damasco expondría a las minorías sirias a una ola de venganza sectaria y masacres. En particular, la población Drusa, concentrada en la región de Suwayda y en las laderas del Monte Hermón, se convertiría en un objetivo primordial para los grupos islamistas extremistas. Los incidentes de marzo y julio de 2025 contra las poblaciones alauita y drusa por parte de fuerzas del nuevo régimen sirvieron como una prueba de capacidad que podría escalar dramáticamente en el caos.El destino de los cerca de medio millón de drusos sirios es un imperativo ético y estratégico para Israel. El colapso obligaría al país a adoptar una política proactiva inmediata, que incluiría planes operativos para la defensa, la evacuación y la asistencia humanitaria, potencialmente requiriendo el control o la creación de zonas de seguridad en el lado sirio de la frontera. Esto, inevitablemente, aumentaría la fricción con las poblaciones civiles sunitas locales, algunas de las cuales ya ven con recelo las incursiones tácticas de las Fuerzas de Defensa de Israel en la zona fronteriza.La política de Israel desde la caída de Assad se ha centrado en dos pilares: la prevención del atrincheramiento terrorista y la consolidación de la zona fronteriza desmilitarizada a lo largo del Golán, con incursiones como la ocurrida en Beit Jinn el 27 de noviembre de 2025. Sin embargo, este enfoque se ve limitado por la diplomacia.La negociación de un acuerdo de seguridad bajo patrocinio estadounidense con Al-Sharaa es una limitación operacional. Israel está siendo disuadido de realizar el necesario “cortar el pasto” estratégico —es decir, ataques aéreos y operativos preventivos contra las células terroristas chiitas y palestinas restantes— por temor a desestabilizar a al-Sharaa, el único interlocutor viable. Esta contención táctica, dictada por la conveniencia diplomática de la Casa Blanca, corre el riesgo de permitir que los grupos hostiles refuercen sus plataformas de ataque, dejando a Israel más vulnerable el día que el régimen de al-Sharaa inevitablemente se fracture.Siria no se está curando. El país sigue sumido en una profunda crisis de gobernabilidad, economía colapsada y una fragmentación política sin precedentes. La comunidad internacional, al centrarse en la retórica de la “normalización” con al-Sharaa, está abrazando una ficción e Israel debe prepararse para la realidad: que la estabilidad siria es fugaz y que el caos, cuando llegue, exigirá una respuesta de defensa, rescate y contención coordinada, asumiendo los costes operacionales y diplomáticos de ser el garante final de la seguridad en la región. El reto ya no es sólo contener a Irán, sino gestionar el pandemónium en su puerta.

Harold Kroto, Premio Nobel de Química

Harold Walter Kroto nació en Inglaterra el 7 de octubre de 1939 en una familia de inmigrantes judíos polacos y alemanes que huyeron de la Alemania nazi en la década de 1930. Desde su infancia, mostró una curiosidad insaciable por el mundo que lo rodeaba. Creció en un entorno donde la educación y el aprendizaje eran valorados a pesar que su padre era sastre y su madre ama de casa. Esta familia trabajadora le inculcó la importancia de la educación, lo que lo motivó a sobresalir en sus estudios. A lo largo de su vida escolar, Kroto se destacó en materias científicas, especialmente en química y física. Después de completar sus estudios secundarios, Kroto estudió química en la Universidad de Sheffield. Se graduó en 1961 y continuó su formación realizando un doctorado en química, donde comenzó a explorar las propiedades de las moléculas de carbono. Tras completar su doctorado, Kroto comenzó su carrera académica en la Universidad de Sussex en 1967. Después realizó estudios postdoctorales en Canadá y en los Laboratorios Bell de USA. Durante este tiempo, trabajó en varios proyectos que lo llevaron a investigar la química del carbono en profundidad. Su enfoque innovador y su capacidad para pensar de manera creativa lo distinguieron en el campo de la química. A medida que avanzaba en su carrera, comenzó a recibir reconocimiento internacional por sus contribuciones a la ciencia. Uno de los hitos más significativos en su carrera fue el descubrimiento de los fullerenos en 1985. Este descubrimiento se produjo durante un experimento en el que Kroto y su equipo utilizaron un láser para vaporizar carbono, creando una nube de átomos de carbono; a medida que estos átomos se enfriaban, comenzaron a unirse en estructuras esféricas, formando los fullerenos. Estos son moléculas que tienen una forma similar a un balón de fútbol y están compuestos por 60 átomos de carbono. Este descubrimiento fue revolucionario, ya que abrió nuevas áreas de investigación en química, física y materiales. La estructura única de los fullerenos les confiere propiedades excepcionales, en aplicaciones que van desde la medicina hasta la nanotecnología. Estas moléculas fueron nombradas a propuesta de Kroto con el nombre de backminsterfullerene (abreviado fullerene) en honor del arquitecto Richard Backminster Fuller, quién creó la cúpula geodésica. En 1996, fue galardonado con el Premio Nobel de Química por su descubrimiento de los fullerenos. Además, ha recibido numerosos otros premios y distinciones a lo largo de su carrera. Entre ellos se encuentran el Premio Copley de la Royal Society y el Premio de la Royal Society of Chemistry. En 1990 fue nombrado miembro de la Royal Society de Londres y en 1996 fue nombrado Sir por la reina Isabel II. Harold Kroto no solo se ha destacado en la investigación, sino que también ha dedicado gran parte de su carrera a la educación y la divulgación científica. Su conexión con el arte y la cultura ha influido en su enfoque creativo hacia la ciencia. Kroto ha compartido su vida con su esposa Margaret Hunter, con quien ha criado a sus hijos, a quienes Kroto ha tratado de transmitirles la importancia de la educación y la curiosidad intelectual. Aunque fue criado como judío, ha afirmado que la religión nunca tuvo ningún sentido para él, y se autodenomina como un devoto ateo. Harold Kroto falleció en Inglaterra el 30 de abril de 2016.

Desde el desierto de Yehudá: y la construcción de un hogar en Israel

De Santiago al corazón del desiertoCuando Michelle Saraga, Haichelis de soltera, recuerda su infancia en Chile, lo hace con gratitud. Creció rodeada de comunidad, impregnada del espíritu sionista que marcó a toda una generación de jóvenes judíos. “Crecimos insertos en una kehilá maravillosa”, cuenta. “A través de las tnuot y el colegio hebreo se nos enseñó un amor por Israel muchas veces más grande que el de los propios israelíes”.Ese vínculo, sembrado desde niña, floreció con fuerza años más tarde, durante su viaje de estudios a Israel. “Sentí que este era mi lugar”, confiesa. “Me tomó tiempo tomar la decisión, pero poco a poco mi familia fue viniendo: primero mi hermana, luego mi mamá y mis otros hermanos. Eso me dio el empujón final para hacer Aliá”.En 2009, Michelle dejó atrás Santiago y comenzó una nueva vida en el Medio Oriente. Hoy vive en Cfar Eldad, un pequeño ishuv enclavado en Gush Etzion, en pleno desierto de Yehudá. Allí, junto a su esposo colombiano y sus dos hijos —Avital, de 12 años, y Gabriel, de 9—, ha construido no solo su hogar, sino también su propio emprendimiento familiar: una empresa dedicada a la construcción y el diseño.Adaptarse y reconstruirseEl camino no fue fácil. “El proceso es duro, lleno de desafíos”, reconoce. Aunque había estudiado en el Colegio Hebreo y contaba con una base en el idioma, enfrentarse a la vida cotidiana en Israel fue una historia completamente distinta. “Tenía un hebreo básico que me sirvió para empezar, pero me tomó varios años sentirme segura para trabajar en mi profesión”.Durante ese tiempo, Michelle hizo de todo: limpió casas, trabajó en restaurantes, abrió un pequeño gan (jardín infantil) y poco a poco retomó su carrera como arquitecta. “Comencé con proyectos pequeños, y con el tiempo, a punta de perseverancia, fui creciendo. Hasta el día de hoy sigo construyendo mi camino”, dice con una sonrisa que mezcla orgullo y humildad.La vida en Israel, asegura, es intensa. “El israelí es apasionado, directo, fuerte. Todo se vive con intensidad. Pero al mismo tiempo, hay un sentido de comunidad y de propósito que no se compara con nada. Acá realmente me siento en casa”.Pertenecer a una tierra y a un puebloEl entorno donde vive refuerza esa conexión. Gush Etzion es una zona profundamente simbólica, marcada por la historia del pueblo judío y su retorno a la tierra ancestral. “Vivimos en un ishuv donde el amor por Israel es lo principal. Mis hijos crecen día a día amando esta tierra. El respeto y agradecimiento hacia los jayalim (soldados) que dan su vida para que podamos vivir es incondicional. Todo eso nos da un sentido de pertenencia muy fuerte”, relata.Para Michelle, criar hijos israelíes es una de las mayores satisfacciones de su vida. “No hay nada más gratificante que verlos amar su país, sentirse parte de su historia, hablar su idioma y crecer sabiendo que están construyendo el futuro de Am Israel”, dice con emoción. “Siento que formar mi familia aquí es el logro más importante que he tenido”.Desafíos cotidianos y resilienciaLa adaptación cultural también ha tenido sus momentos difíciles. “El israelí es gritón, muchas veces no le interesa darte un buen servicio, y caer en el hospital ha sido toda una prueba de paciencia”, confiesa riendo. Pero rápidamente añade: “Al final uno se adapta. Uno aprende a entender que detrás de ese tono fuerte hay un corazón enorme”.Los desafíos, explica, son constantes: “Partiendo por el idioma, que el de mis hijos no es el mismo que el mío”, dice entre risas. Pero a pesar de todo, siente que el país acoge y acompaña a quienes llegan. “Israel está cada día más comprometido con los olim jadashim. Hay una red de apoyo que te sostiene. El israelí, cuando ve que luchas, te tiende la mano”.Una fe compartida en el futuroMichelle no ignora los tiempos difíciles que vive el país, marcados por tensiones internas y amenazas externas. Pero en su voz hay esperanza. “Me gusta sentir que acá pertenecemos, que tenemos algo muy fuerte por lo que luchar. Israel atraviesa momentos duros, con mucha división interna, pero creo que el sentido de pertenencia nos va a ayudar a salir adelante. Solo si estamos unidos podremos enfrentar los desafíos como pueblo”.Su mirada se ilumina cuando habla de la vida diaria en Israel: “Es un país pequeño, pero lleno de vida. Hay una energía única, una mezcla de idiomas y culturas que se siente en cada esquina. Israel es un poco de cada olé jadash, un mosaico donde cada persona que llega aporta algo de sí misma”.“Israel es nuestro hogar”A quienes sueñan con hacer Aliá, Michelle les deja un mensaje simple pero profundo: “Que se vengan. Este es su hogar. Israel es un lugar tan pequeño y tan hermoso, y aquí pertenecemos”.Y concluye con una frase que resume su historia y su sentir: “Israel no es solo un país. Es una historia viva que elegimos habitar cada día, con esfuerzo, con amor y con fe”.Ficha de la EntrevistadaNombre completo: Michelle Saraga (Haichelis de soltera)Profesión: Arquitecta – especializada en diseño y construcción residencialLugar de residencia: Cfar Eldad, ishuv en Gush Etzion, Desierto de Yehudá, IsraelAño de aliá:2009Familia: Casada, madre de dos hijos: Avital (12) y Gabriel (9)Emprendimiento: Cofundadora de una empresa familiar dedicada a la construcción y el diseño arquitectónico en IsraelFormación: Título de Arquitectura obtenido en Chile, Estudios en el Colegio Hebreo, donde aprendió hebreo y desarrolló su vínculo con el sionismo y la identidad judía, diversos cursos de diseño y gestión de proyectos en IsraelIdiomas: Español, hebreo e inglésValores que la inspiran: Amor por Israel, unidad del pueblo judío, esfuerzo personal y sentido de pertenenciaFrase destacada: “Israel no es solo un país. Es una historia viva que elegimos habitar cada día, con esfuerzo, amor y fe”.

publicado hace 7 días

Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina

Eric Kandel nació en Viena el 7 de noviembre de 1929, antes de la Segunda Guerra Mundial. Sus padres eran comerciantes y se aseguraron de que recibiera una sólida educación primaria. A medida que la influencia nazi crecía, también lo hacía la persecución de la población judía de Austria, que entonces incluía a muchos líderes en ciencia y medicina. Su familia se mudó a los Estados Unidos justo después de la anexión nazi. Asistió a la Yeshiva de Flatbush y se hizo fluente en hebreo y Jumash, además de una educación secular de primera clase. A lo largo de su vida, atribuyó esto como la base de su curiosidad intelectual. Kandel se sintió atraído por la Historia, y obtuvo su primer título en la Universidad de Harvard con una disertación sobre la actitud ante el nacional socialismo de tres escritores alemanes: Carl Auckmayer, Hans Carossa y Ernst Jünger. Bajo la influencia de una compañera de estudios y de los padres de ella, ambos psicoanalistas, Kandel se interesó por la biología de la motivación y por los procesos conscientes e inconscientes de la memoria. Luego fue a la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. Tenía la intención de practicar psicoanálisis, pero su carrera dio un giro cuando se inscribió en un laboratorio que trabajaba en neurociencia celular. Luego fue al NIH, a las universidades de Nueva York y Columbia, investigando la base biológica del aprendizaje y la memoria. Se dio cuenta de que para hacerlo necesitaba el modelo animal más simple y básico y eligió el caracol marino Aplysia Su formación posterior se repartió entre la Neurofisiología y la Psiquiatría en las universidades de Massachusetts, Harvard y París. En 1965 fue nombrado director del Centro de Neurobiología de la Universidad Columbia, en cuyo laboratorio concentró su actividad investigadora sobre neurotransmisores.El cerebro está compuesto por numerosas células nerviosas que se comunican entre sí mediante el envío de señales eléctricas y químicas, las que controlan nuestro cuerpo y nuestro comportamiento. Eric Kandel estudió cómo se almacenan los recuerdos en estas células nerviosas. Su descubrimiento más importante se produjo en 1970, mientras estudiaba el Aplysia, con un sistema nervioso simple, en que, a medida que el caracol aprendía, las señales químicas modificaba la estructura de las sinapsis, donde se envían y reciben dichas señales. Posteriormente, demostró que la memoria a corto y largo plazo se forma mediante señales diferentes. Esto se cumple en todos los animales que aprenden, desde los moluscos hasta el ser humano. Kandel relaciona algunos de sus hallazgos con las ideas básicas acerca del conocimiento propuestas por el empirismo y por el racionalismo durante el siglo XVII. Así, mientras Locke sostenía que no había conocimiento innato y que todo se debía al aprendizaje, Kant sostenía que nacemos con ciertos esquemas innatos. La realidad les da la razón en parte a los dos. La anatomía del circuito neural es un ejemplo sencillo del conocimiento a priori kantiano, mientras que las modificaciones de las conexiones particulares dentro de ese circuito reflejan la influencia de la experiencia.Miembro de numerosas academias, Kandel recibió el Premio Nobel de Medicina el año 2000. A lo largo de su carrera, identificó su experiencia con el antisemitismo y su educación judía como un componente formativo de su vida. De 96 años, está casado con Denise y tienen dos hijos.

publicado hace 7 días

Jánuca en la Municipalidad de Lo Barnechea

Lo Barnechea es una comuna caracterizada por su diversidad y por la convivencia armoniosa de distintas tradiciones religiosas. En sus calles conviven sinagogas, iglesias y templos de distintas denominaciones, todos acompañados por una municipalidad que promueve activamente la libertad de culto y el respeto entre comunidades.Con este espíritu nació la Oficina Municipal de Asuntos Religiosos (OMAR), encargada de gestionar y fortalecer las políticas comunales en materia religiosa, brindando asesoría técnica para la obtención de personalidad jurídica, acompañando a líderes comunitarios, orientando postulaciones a fondos concursables y actuando como puente entre las entidades religiosas locales y la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos. También lidera y apoya la realización de celebraciones y eventos religiosos que requieren coordinación con el municipio, espacios públicos u otras instituciones del Estado.La OMAR de Lo Barnechea es la única en el país dirigida por una persona de la comunidad judía, lo que ha permitido fortalecer el diálogo interreligioso. Este año se han realizado dos desayunos de encuentro, encabezados por el alcalde Felipe Alessandri y representantes de todas las religiones, incluidos rabinos del Círculo Israelita y de Aish HaTorá.En este contexto, se celebrará por segunda vez Jánuca en Lo Barnechea, una festividad que convoca tanto a vecinos judíos como no judíos en un gesto de luz, encuentro y comunidad. Este evento refleja el compromiso permanente del municipio, de la OMAR y del alcalde con crear las condiciones necesarias para que cada vecino pueda vivir su fe con tranquilidad, respeto y plena libertad, avanzando en temas prácticos como el uso del espacio público, estacionamientos y otras gestiones que mejoran la vida religiosa de todos.Invitamos a toda la comunidad a participar en esta ceremonia para compartir y encender juntos la luz de la diversidad y la amistad.Jueves 18 de diciembre a las 18:30 hrs.

publicado hace 7 días

Una noche de luz con cello y piano para celebrar Jánuca

Para compartir el encendido de la cuarta vela de Jánuca, el área de Extensión Cultural del Círculo Israelita ha organizado un inédito concierto de Schubert, Beethoven y Chopin.Las intérpretes son la pianista Dafna Barenboim, quien estudió en la Escuela Moderna de Música, el Instituto de Música de la Universidad Católica, la Universidad de Indiana (EE. UU.), Mannes School of Music y Robert Abramson Dalcroze Institute.Elisa R. Sádaba es chelista. Estudió en Yale y en el Boston Conservatory, entre otros. Además de su carrera como intérprete, enseña violonchelo en el Conservatorio de la Universidad Mayor y en la Universidad de Chile. Conversamos con ellas para conocer su pasión y detalles del concierto que ofrecerán a la comunidad.Dafna, muchos te conocíamos como alguien dedicado a la música desde el colegio. ¿Siempre supiste que dedicarías tu vida a esto?"No siempre supe. Cuando era bien chica quería ser psicóloga de guaguas. Tocaba piano y a los ocho años gané un concurso, después vinieron otros y se fue dando. En cuarto medio, mi profesora de piano me dijo que no me iba a hacer más clases hasta que yo decidiera. Y decidí que yo quería seguir. Lo decidí conscientemente, porque a veces no estudiaba como debería haber estudiado."Elisa, ¿cuándo decidiste dedicarte a la música?“Cuando tenía unos cinco años, llegó una chica con un cello y se sentó a tocar: cuando empezó a sonar, yo no podía creer lo que estaba escuchando. Me enamoré y le dije a mi madre que yo quería hacer eso, y desde entonces siempre tuve claro que quería dedicarme al cello.Ha sido una de las decisiones más claras que he tenido en mi vida”.¿Quiénes marcaron de manera más profunda su identidad musical?Dafna: “Por una parte es algo con lo que uno nace, como que uno lo recibió. Y eso no lo puedo explicar con palabras, es algo bien mágico. La otra parte es lo que uno recibe de los profesores. Todos mis profesores han ayudado y me han entregado conocimiento para poder convertirme en lo que soy como músico y como persona, como pianista, en distintas etapas de la vida.”Elisa: “Es una pregunta muy complicada. Yo diría que sí o sí, los primeros referentes musicales que podría tener son profesores como Roman Jablonsky, Iñaki Echepare; todos me han marcado y han sido referencias. Después uno escoge dónde estudiar por el profesor. En mi caso, fui a Yale porque estaba Aldo Parisot, y después fui al Boston Conservatory porque estaba Rhonda Rider.En segundo lugar, diría que hay artistas que a uno lo marcan en diferentes periodos de la vida. No podría nombrar uno o dos, pero al final uno admira a distintos artistas en distintos momentos de la vida porque va cambiando tu apreciación”.Dafna: ¿Por qué dices que tu carrera es parte inseparable de tu identidad?"Ser pianista es como parte de mí. No lo puedo separar de quien soy. Está en constante desarrollo. El piano me eligió a mí y las cosas se van dando por algo. Yo necesito la música, necesito estudiar y necesito tocar. Me hace muy bien. También hay una sanación en ello”.Elisa, tu formación ha sido en instituciones de élite. ¿Cómo ha marcado eso tu perfil profesional?“La exigencia era enorme. En cada clase se espera que estés tocando un nivel muy alto, sin bajar la intensidad y eso era muy estresante, pero me hizo estar muy segura de haber decidido ser chelista, de haber estudiado la carrera de música y comprometerme a llevar un estilo de vida en que tienes que estudiar todos los días.Además, te enseña a ser riguroso contigo mismo para lo que uno enfrenta después”.Sueles presentarte con Dafna: ¿Qué las une?“Tocamos juntas hace varios años y primero nos unió la música, después la amistad. Hoy somos familia, básicamente.A veces, con algunas personas, las cosas funcionan mágicamente, y Dafna es una de esas personas. Uno hace clic y no hacen falta palabras”.¿Cómo eligieron las piezas para el concierto en el Mercaz?Dafna: “Nos pidieron que fuera algo alegre. Pensamos en que las variaciones de Beethoven, que están escritas sobre un tema de Händel, de Judas Maccabeo. Entonces, me pareció muy lindo tocarlo en Jánuca. Además, las variaciones están escritas justo para cello y piano.Por otra parte, la “Polonesa” de Chopin es alegre, tiene una parte de baile, y Schubert, que es un compositor con quien siento una conexión especial, porque este año estamos con esa pieza, que quisimos compartir con todos, porque es preciosa”.Invitación:Ven a disfrutar de la música junto a estas destacadas artistas, y a encender en comunidad la cuarta vela de Jánuca, la “Fiesta de las Luces”.Miércoles 17 de diciembre a las 19:15Entrada liberada. Se solicita puntualidad.Inscripción en socios@cis.cl

publicado hace 7 días

Impacto económico de la inteligencia artificial: una historia en desarrollo

Qué duda cabe, la inteligencia artificial irá haciéndose notar en la economía con cada vez mayor fuerza, entendiendo que hace eficiente la resolución problemas complejos, pero también apunta a la operatoria de procesos. La historia nos muestra que cambios disruptivos como el que se está configurando, impulsa a las economías, lo que se manifestará con nitidez en las próximas décadas. El primer gran salto en crecimiento en la historia moderna se reconoce a fines de 1700 con la revolución industrial, que cambió definitivamente la economía mundial. En 1882, con la invención del motor eléctrico, las fuentes de energía se multiplicaron, llevando a incrementos importantes de productividad. En los 90s, el desarrollo de internet y las comunicaciones digitales revolucionaron la forma de relacionarnos, llevando a un nuevo impulso en el crecimiento.La evidencia muestra que la adopción de tecnologías toma tiempo, aunque los plazos se acortan cada vez más. La máquina a vapor, que marcó la revolución industrial, tardó más de 100 años en extenderse globalmente. El motor eléctrico lo hizo en 50 años e internet en solo cinco. De cualquier manera, la velocidad con la que se adoptan los cambios en cada país depende de sus características y cuestiones culturales. Destaca la flexibilidad, los incentivos a la innovación, el hambre por buscar nuevas formas de hacer las cosas y, por cierto, la educación.Algunas estimaciones respecto al impacto de la inteligencia artificial plantean un alza entre 1 y 2% en la productividad, y aún más alto en el caso de economías bien preparadas. Pero lo cierto es que se trata de un fenómeno en desarrollo y cualquier estimación tiene hoy una enorme dosis de incertidumbre. Se trata de una cuarta revolución industrial que cambiará procesos y formas de enfrentar los desafíos prácticos, llevando a caminos aún por descubrir. Algunos se quedan con la percepción de que eliminará los trabajos y procesos fáciles de automatizar, lo que causa algún temor. Pero lo cierto es que el impulso en el crecimiento, tal como muestran experiencias equivalentes del pasado, generará nuevos empleos, potenciando aquellos en que el uso de la nueva herramienta es esencial.Entender los alcances de este fenómeno y prepararnos para su uso es una urgencia. Como lo muestra el ranking recién publicado por Capital Economics para medir la capacidad de adaptación de nuevas tecnologías, EEUU, que encabeza el ranking con una nota 70 en una escala de 1 a 100, mientras Israel da cuenta de valores cercanos a 52. Los países europeos reconocen cifras en torno a 40, en tanto América Latina cierra el ranking con una pobre puntuación de 15. Mirando a Chile, se advierte que la educación no está preparando a las nuevas generaciones como el panorama exige. La capacitación en las empresas es extremadamente limitada como para disponer de trabajadores que lidien con las nuevas herramientas y le saquen el debido provecho. La cultura pro-innovación es aún insuficiente, a pesar de que se han ido creando espacios a través de ecosistemas que apoyan el emprendimiento. Si no nos ponemos en acción para abordar los enormes desafíos que se levantan frente a nuestros ojos, las brechas que vemos con las economías mejor preparadas, con visión de largo plazo, se incrementarán. Es probable, además, que las diferencias de ingreso por segmento social se amplíen si no llevamos esta nueva cultura a cada rincón del país y capacitamos a todos para su uso. El reloj avanza rápido.

publicado hace 8 días

Kavod haMet: el precepto judío de honrar la vida, incluso en la muerte

ZAKA nace de una necesidad concreta: después de atentados y accidentes, restos humanos dispersos por el lugar quedaban sin reconocimiento y sin entierro adecuado. Su nombre —Zihuy Korbanot Ason, “Identificación de Víctimas de Desastre”— resume su tarea. Formalmente constituida en la década de 1990, la organización creció a partir de jóvenes religiosos que comprendieron que la preservación de la dignidad del muerto es un mandato máximo en la tradición judía: “Para salvar a los vivos, para honrar a los muertos”. Desde entonces, ZAKA se convirtió en la estructura principal en Israel para la recuperación, embalaje y documentación de restos humanos tras atentados, accidentes y desastres naturales. Una tarea sagrada: la halajá y el deber humanPara muchos voluntarios, lo que hacen es la mitzvá suprema: devolver al fallecido la posibilidad de inhumación completa y respetuosa. La norma religiosa que exige enterrar a un difunto “lo más entero posible” impulsa la minuciosidad: buscar hasta el último fragmento, identificarlo, reunirlo y entregarlo a sus familiares o a las autoridades competentes. Esa exigencia técnica y moral convirtió a ZAKA en un puente entre la ley religiosa, la medicina forense y las fuerzas de seguridad. Las descripciones de quienes hacen el trabajo hablan por sí solas. Voluntarios de ZAKA se entrenan para entrar a escenarios que otros no pueden soportar: restos humanos, escenas de violencia extrema, cadáveres desmembrados. En entrevistas recogidas por organizaciones y medios, los rescatistas cuentan la carga emocional y la disciplina necesaria. Yossi Landau, veterano de ZAKA, lo resume en frases repetidas en reportes: su misión es recuperar cuerpos para que los familiares tengan a quién llorar y enterrar. “En el judaísmo, una persona debe ser enterrada completa. Recuperamos lo que podamos; es la mayor mitzvá que puedes hacer por otro”, explicó en una crónica. Human Rights Watch entrevistó a diez voluntarios que sirvieron tras el 7 de octubre y documentó el peso psicológico que cargan: describen escenas que “no se borran” y la sensación de cumplir una función esencial cuando todo lo demás parece desmoronarse. El 7 de octubre: una labor que se volvió centralZAKA no es improvisación: sus brigadas reciben formación en identificación forense, primeros auxilios, procedimientos de preservación de restos y coordinación con policía y fuerzas de emergencia. La organización opera en decenas de distritos y cuenta con unidades reconocidas por el Estado; además, mantiene presencia internacional y ha sido desplegada en catástrofes fuera de Israel en misiones humanitarias. Antes de octubre de 2023, ZAKA ya era conocida por su trabajo en atentados e incidentes masivos; tras el 7/10 su actividad se multiplicó tanto en volumen como en visibilidad. Dicho ataque, colocó a ZAKA en un rol especialmente público y desgastante. Tras las escenas de violencia y los secuestros masivos, los equipos se movilizaron a numerosos frentes para recuperar restos y ayudar en la identificación de víctimas. La magnitud y crudeza del atentado —con civiles asesinados en terreno abierto, cuerpos dispersos y heridas atroces— exigió una intensidad de trabajo pocas veces vista. Human Rights Watch y otros informes recogieron las experiencias de los rescatistas que, a su vez, fueron la primera línea para dar dignidad a las víctimas en medio del horror. Cuando han ocurrido intercambios entre Israel y Hamas —ya sea de prisioneros, rehenes o cuerpos— ZAKA ha estado presente en la recepción, la identificación y la documentación de las víctimas devueltas. La recuperación de cuerpos entregados o recuperados por las fuerzas implica una cadena de custodia estricta y un abordaje que combina forense, religioso y diplomático. Informes sobre la devolución de cuerpos —como la cobertura sobre la recuperación de rehenes fallecidos— subrayan el papel de ZAKA: identificar, verificar y devolver los restos a familias en condiciones de respeto y certificación. En mayo de 2024, cuando se recuperaron cuerpos de rehenes, medios documentaron la llegada de los restos, la participación de equipos forenses y las familias que recibieron a sus seres queridos; ZAKA formó parte de ese proceso de restitución y reconocimiento. El costo humano: trauma, recogimiento y sentidoQuienes trabajan en ZAKA insisten en que el trabajo no es “heroísmo” exhibido, sino servicio a la humanidad y cumplimiento de un mandato. A la vez, reconocen el peso del trauma: meses después de los episodios más duros llegan las emociones. Voluntarios hablan de noches sin dormir, de recuerdos que invaden la vida cotidiana, y de la necesidad de apoyo psicológico. La organización, por su magnitud y visibilidad, también ha sido objeto de donaciones y apoyo público que permitieron sostener la operación intensiva después de octubre, cuando la demanda fue extrema. La exposición pública y el trabajo en zonas conflictivas han traído también debates: cómo coordinar con fuerzas militares, cómo asegurar la cadena de custodia en contextos bélicos, y cómo proteger la salud mental de los voluntarios. Informes de derechos humanos señalaron que la visibilidad de ZAKA en la escena hizo que sus voluntarios fueran entrevistados y que sus relatos sirviesen para documentar crímenes; al mismo tiempo, la organización ha debido administrar una enorme presión mediática, logística y emocional. El gesto que sostiene: memoria, dignidad y justiciaZAKA encarna una confluencia singular: ley religiosa, ciencia forense y acción comunitaria. Su labor recuerda que, aun en la violencia más extrema, el reconocimiento del cadáver, su identificación y su entierro respetuoso son formas de resistencia moral: una manera de afirmar que la humanidad de la víctima no se pierde, que cada nombre cuenta. Para las familias, la identificación y la entrega de restos es una etapa clave del duelo; para la sociedad, es prueba y memoria. El trabajo de ZAKA no es solo técnica: es un gesto ritual y humano que sostiene a la comunidad en los días más oscuros. Mientras los debates políticos sobre guerra y seguridad continúan, en los escombros y en las morgues hay personas que buscan fragmentos, fotografían, documentan y devuelven. Son voluntarios que recuerdan la enseñanza clásica: honrar al muerto es honrar a la vida. En ese puente entre la ley, la ciencia y el corazón, ZAKA sigue recogiendo —literal y simbólicamente— lo que queda de nosotros, para que nuestras historias no se pierdan en la violencia. RECUADROS: Citas de voluntarios de ZAKA tras el 7 de octubreEstas citas muestran no solo la brutalidad del 7 de octubre, sino el compromiso profundo de los voluntarios de ZAKA: llevar dignidad, consuelo y cierre a familias destruidas, aun frente al horror. Son voces que recuerdan que cada cuerpo cuenta, cada nombre importa, y cada acto de rescate es una plegaria hecha acción."Les digo a los voluntarios que estamos en una misión. Es una misión sagrada. Está en nuestra religión... Vamos a lograr que todos tengan una tumba y un lugar donde su familia pueda venir y decir una bendición y dar una bendición". Yossi Landau (Jefe de Operaciones del sur de ZAKA) Líder del equipo que coordinó recuperación de cuerpos tras los ataques, incluyendo zonas rurales y comunidades al sur. (AJC)"No tenía idea de por dónde empezar... Descubrí que el hombre recibió un disparo en la cabeza. Después de eso, levanté la cabeza y comencé a ver cuerpos esparcidos por la carretera de izquierda a derecha”. Jamal Waraqi (Voluntario árabe-israelí de ZAKA). Estuvo en la ciudad de Sderot, una de las primeras ciudades atacadas; describe el shock inicial al llegar a escenas de masacre. (Times of Israel)"Nunca habíamos visto algo así, ni en escala ni en brutalidad". Eli Turjeman (Voluntario veterano de ZAKA). Trabajó en el centro forense tras el 7 de octubre identificando cuerpos, comparando con otros desastres previos; su testimonio resalta la magnitud emocional del evento. (ynetglobal)“No se puede borrar lo que vimos allí... Es algo que la mente de una persona normal no puede manejar”. Elchanan Shachaf (Voluntario de ZAKA). También en las operaciones de identificación en Shura base y otras zonas; su frase refleja el trauma persistente que enfrentan quienes hacen este trabajo. (ynetglobal)“El siete de octubre había este camino maldito, el camino 232. Era imposible seguir conduciendo. Todo el camino condujimos entre los autos de las víctimas, docenas de ellos”. Oz Avizov (comandante de la unidad de resiliencia de ZAKA). Dirige programas de apoyo psicológico y resiliencia para los voluntarios; recuerda escenas de carreteras llenas de autos de víctimas tras el ataque. (Zaka)“Los eventos a los que estuvieron expuestos estaban en una escala que nadie había encontrado antes... Hay recuerdos que nunca podremos borrar”. Atzmon Meshulam (Líder del departamento de resiliencia de ZAKA). Coordina retiros terapéuticos y apoyo psicológico para voluntarios de ZAKA; sus palabras subrayan la magnitud del trauma y la necesidad de ayuda continua. (Times of Israel)

publicado hace 15 días

David Morris Lee, Premio Nobel de Física

David Morris Lee nació el 20 de enero de 1931 en Nueva York en el seno de una familia judía de clase media. Como muchos científicos judíos de su generación, Lee creció en un entorno familiar que fomentaba la disciplina, la curiosidad científica y la excelencia académica, características que marcarían toda su trayectoria profesional. Lee cursó sus estudios de pregrado en Harvard, donde obtuvo el grado de Bachelor of Arts en 1952. Posteriormente, realizó estudios de posgrado en Yale, donde se doctoró en Física en 1959. Tras completar su formación, se incorporó al departamento de física de la Universidad de Cornell, con la cual mantuvo un estrecho vínculo durante toda su carrera académica, llegando a ocupar el cargo de Profesor de Física y Profesor Emérito. El aporte científico más relevante de Lee se produjo en 1970, cuando descubrió el fenómeno de la superfluidez del helio-3, un estado cuántico de la materia que aparece a temperaturas extremadamente bajas, cercanas al cero absoluto. Observó un cambio repentino en sus propiedades físicas, indicando un estado completamente nuevo de la materia, un estado superfluido, en el cual el líquido fluye sin fricción ni viscosidad y manifiesta efectos cuánticos a escala macroscópica. Este hallazgo representó un avance fundamental en la comprensión de la mecánica cuántica macroscópica y de la física de bajas temperaturas, aportando una nueva dimensión al estudio de los sistemas cuánticos colectivos. Por este trabajo, recibió el Premio Nobel de Física en 1996. A lo largo de su carrera, destacó no solo por su rigor experimental, sino también por su dedicación a la docencia y la formación de nuevas generaciones de físicos. Fue miembro de la American Physical Society, de la National Academy of Sciences y de la American Academy of Arts and Sciences, entre otras instituciones de prestigio internacional.Aunque no existen registros de una práctica religiosa activa, su identidad judía se inscribe dentro de una tradición cultural que valora la educación, el pensamiento crítico y la búsqueda del conocimiento, factores que influyeron notablemente en su formación intelectual. Su pertenencia a la comunidad judía, aunque principalmente cultural, refleja un marco de valores centrado en la educación y la investigación como medios de desarrollo humano y social. En este sentido, Lee forma parte de una extensa tradición de científicos judíos cuya contribución al conocimiento ha sido determinante en la ciencia moderna. El judaísmo según Lee explora la identidad y la cultura judía más allá de la religión y el nacionalismo, centrándose en cómo los lazos sociales y la historia compartida pueden mantener una identidad judía secular. Su trabajo analiza cómo la condición social judía ha influido en la cultura y si el judaísmo moderno y puede persistir sin prácticas religiosas o sin la nación de Israel. Las ideas clave incluyen la existencia de un judaísmo basado en la cultura y la comunidad, la identidad a través de la aculturación y la posibilidad de una identidad judía que no esté ligada al nacionalismo.David Morris Lee falleció el 17 de mayo de 2024, dejando un legado científico de profundo impacto en la física contemporánea y en la comprensión de los fenómenos cuánticos a bajas temperaturas. David M. Lee es considerado uno de los pioneros de la física moderna, y su trabajo abrió el camino para el estudio de aplicaciones en superconductividad y tecnología cuántica.

publicado hace 15 días

Una historia con dos caminos

El 29 de noviembre de 1947 las Naciones Unidas votaron a favor de reconocer el derecho del pueblo judío a restablecer un Estado en la Tierra de Israel. La Resolución 181 de la ONU, conocida como el Plan de Partición, ofreció a judíos y árabes un camino hacia la autodeterminación. La parte judía reconoció el plan como una propuesta innovadora y un reconocimiento del derecho del pueblo judío a tener un estado independiente en su patria histórica. La parte árabe rechazó de plano el Plan de Partición, optando por la vía de la confrontación.La comunidad judía que residía en la Tierra de Israel, pequeña y vulnerable en aquel entonces, aprovechó la oportunidad con sentido de urgencia y determinación. El moderno Estado de Israel se convirtió en una democracia próspera, un centro global de innovación, ciencia y arte, y una nación que fomenta la cooperación internacional y entrega ayuda humanitaria en todo el mundo.El mundo árabe, en cambio, respondió a la misma encrucijada histórica negándose a transigir y avanzar. El rechazo árabe al Plan de Partición no condujo a la consecución de un Estado palestino, sino a guerras, el desplazamiento de judíos y árabes, y décadas de oportunidades perdidas. En 1947, los palestinos podrían haber levantado un Estado propio junto a Israel. En su lugar, optaron por la guerra. Las consecuencias se han sentido desde entonces. Los líderes palestinos dedicaron décadas y enormes recursos a atacar a Israel, en lugar de fomentar la coexistencia.La historia de Israel desde 1947 se sustenta en un desarrollo exitoso, basado en la resiliencia y la perseverancia, prueba de que la claridad moral y el compromiso pragmático pueden coexistir. Israel ha declarado y demostrado constantemente su voluntad de vivir en paz con sus vecinos árabes, buscando acuerdos y alianzas con quienes estén dispuestos a seguir un camino similar. Así se ha logrado firmar la paz con Egipto y Jordania, y se han normalizado relaciones diplomáticas con Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos.Hoy, el contraste es marcado. Israel, más pequeño que muchos de sus vecinos, se erige como un centro tecnológico, una economía abierta y una sociedad pluralista. Mientras tanto, muchos de los regímenes que en su día declararon que destruirían a Israel se han enfrentado a agitación política, pobreza y conflictos internos. Esta situación es especialmente evidente en la Franja de Gaza, donde Hamás ha instalado una ideología yihadista que se compromete explícitamente con la destrucción de Israel. Esto representa una amenaza existencial no solo para la población civil israelí, sino también para cualquier esperanza de coexistencia pacífica. El rechazo de Hamás a los acuerdos, su glorificación de la violencia y su explotación de la población palestina han perpetuado el sufrimiento y obstaculizado todo intento de construir un futuro en paz. Sus acciones reflejan la versión más extrema de la misma corriente que en 1947 enarboló la negativa a aceptar la legitimidad del Estado de Israel.El legado del 29 de noviembre debe recordar al mundo, y en particular a Medio Oriente, que el futuro se forja con decisiones. El pueblo judío eligió la aceptación, el acuerdo y la construcción. Los líderes palestinos eligieron el rechazo, la negación y la destrucción. Setenta y ocho años después, los resultados de esos dos caminos están a la vista de todos.La existencia de Israel hoy no es solo un hecho político; es una victoria moral, un testimonio del poder de la fe, la resiliencia y el derecho perdurable del pueblo originario a tener su estado en la Tierra de Israel. Pese a todo, persiste la esperanza de que, algún día, nuestros vecinos palestinos tomen la misma decisión que Israel tomó en 1947: aceptar la legitimidad del otro y construir un futuro digno de compartir.

publicado hace 15 días

Se cumplen 78 años del Plan de Partición

El Plan de Partición de la ONU, aprobado el 29 de noviembre de 1947, fue uno de los hitos diplomáticos más influyentes del siglo XX. Su objetivo era claro: dividir el Mandato Británico sobre Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe, para poner fin a décadas de tensiones irreconciliables. Para el pueblo judío representó la concreción de un anhelo de dos milenios; para el liderazgo árabe, un proyecto inaceptable. A casi ocho décadas, su legado sigue siendo central para entender el conflicto vigente.Un diagnóstico temprano: la Comisión Peel de 1937El concepto de partición no nació en la ONU. Diez años antes, en 1937, la Comisión Peel —enviada por Londres para investigar la violencia creciente en Palestina— llegó a una conclusión que cambiaría la historia: árabes y judíos no podían coexistir bajo un mismo aparato político.El informe propuso dividir el territorio y poner fin al Mandato Británico. Aunque la idea fue rechazada, instaló por primera vez el debate sobre la necesidad de dos entidades políticas separadas.La ONU toma el controlTras la Segunda Guerra Mundial y el trauma del Holocausto, la situación en Palestina se volvió insostenible. El Reino Unido, incapaz de frenar los ataques entre ambas comunidades, entregó el problema a la recién creada ONU.El Comité Especial para Palestina (UNSCOP) retomó la conclusión de la Comisión Peel y propuso la Resolución 181, aprobada el 29 de noviembre de 1947, que estableció la partición del territorio y un estatus internacional para Jerusalén.El apoyo diplomático fue inusual: Estados Unidos y la Unión Soviética, rivales en casi todo, coincidieron por única vez en respaldar la creación de un Estado judío.El rechazo árabeLa dirigencia árabe palestina rechazó el plan de plano. Lo consideró un acto de fragmentación y sostuvo que la presencia judía no debía ampliarse ni institucionalizarse. Sus demandas incluían detener la inmigración judía, prohibir nuevas compras de tierras y evitar cualquier reconocimiento de un “hogar nacional judío”.La oposición árabe significó que el plan nunca pudiera implementarse pacíficamente: la guerra de 1947-1949 terminó fijando las líneas de control territorial, no la diplomacia. Así, la partición “real” fue el resultado del conflicto armado, no de la Resolución 181.Un mapa difícil Los propios defensores del proyecto sabían que partir el territorio era una tarea casi imposible. Palestina era pequeña, con poblaciones mezcladas y una economía profundamente interdependiente.Carreteras, redes de agua, cultivos y mercados estaban interconectados. Separar esas piezas sin generar rupturas sociales, económicas y logísticas era prácticamente imposible. Las fronteras sugeridas por la ONU reflejaban esa complejidad.La importancia históricaSin comprender ese punto de partida, resulta imposible entender la lógica, los desafíos y los fracasos que han acompañado décadas de búsqueda de una solución duradera. De él se desprenden tanto las guerras que marcaron la región como los múltiples intentos de paz que, hasta hoy, siguen basándose en la misma idea central: la creación de dos estados para dos pueblos.Un nuevo comienzo para el pueblo judíoPara el pueblo judío, la partición representó un nuevo comienzo y la concreción de un largo anhelo. Después de siglos de persecuciones, expulsiones y antisemitismo —culminados en la tragedia del Holocausto— la posibilidad de tener un Estado propio significaba dejar atrás la vida como minoría vulnerable y recuperar la capacidad de decidir su destino.El reconocimiento internacional del derecho del pueblo judío a un hogar nacional en su tierra ancestral abrió la puerta a la construcción de una nación que siempre mantuvo a Israel y a Jerusalem como centro y referencia cultural y religiosa.  La misma tierra (Israel), el mismo idioma (hebreo) y la misma fe (judaísmo)  

publicado hace 15 días

La pluma judía detrás de Uzi Rock y Abi Gold

“Soy una persona en constante búsqueda, sin saber a veces lo que está buscando”, comienza esta entrevista Diego, más conocido por su nombre en hebreo y pseudónimo, Shmuel Fuks. Esa inquietud lo define. La escritura no fue un camino recto, sino una serie de intentos que partieron a los 12 años, cuando quiso redactar un libro de guerra en una libreta. No pasó de cinco páginas, pero aquella derrota temprana lo animó a volver años más tarde con poesías, cuentos cortos y, finalmente, novelas.Orientador vocacional y psicólogo de formación, especializado en psicoterapia adolescentes, adultos y estimulación cognitiva adultos mayores, reconoce que escuchar a otros le dio material para imaginar historias. “Escribir es una especie de catarsis, incluso terapéutica”, explica, y lo hace siempre desde un espacio de soledad buscada, donde nacen sus mejores ideas.El escritor que no quiere llamarse escritorCon humildad, asegura que la etiqueta de “escritor” le queda grande. “Simplemente me gusta escribir”, dice. Hoy tiene tres publicaciones: un libro de cuentos para niños y dos novelas de aventuras protagonizadas por Uzi Rock y Abi Gold, héroes que enfrentan misiones al estilo “elige tu propia aventura”. Su objetivo es claro: entretener y enseñar. “Me gusta que cuando alguien lea, quede una moraleja o enseñanza”.De niño devoraba los libros de la serie Los Hollister y las novelas de Agatha Christie que guardaba su abuela. Más tarde, los volúmenes de “Elige tu propia aventura” lo marcaron profundamente. En el cine, los espías de James Bond o la saga de Misión Imposible también dejaron huella. Todo ello confluyó en sus novelas actuales, que combinan acción, misterio y valores.Judaísmo en clave narrativaAunque insiste en que sus obras no son religiosas, reconoce que el judaísmo siempre está presente. “El judaísmo le ha entregado al mundo valores y enseñanzas. Yo trato de camuflar esas ideas en alguna historia”. En sus libros, la honestidad, la responsabilidad y la solidaridad están al centro.Los protagonistas, Uzi Rock y Abi Gold, reflejan distintas facetas: uno fuerte y reflexivo, el otro más cercano al lector, con miedos pero también valentía. Ambos encarnan una ética universal: se puede triunfar sin romper reglas. El desafío de escribir “kasher”Uno de los retos más grandes fue crear historias atractivas que a la vez fueran aptas para niños y jóvenes de familias religiosas. “Debía esforzarme al máximo para que fueran entretenidas, con un buen argumento y totalmente respetuosas”, comenta. En su segunda novela, incluso abordó la Segunda Guerra Mundial y a los nazis, con cuidado y respeto.Proyección y futuroActualmente sus libros se pueden encontrar en el Instituto Hebreo, el Maimónides School y en Amazon. Está en conversaciones con editoriales para llegar a un público más amplio. Acaba de terminar la última entrega de la saga de Uzi Rock y no descarta explorar otros géneros.¿Un sueño? Ver sus historias en cine o televisión. “Me gustaría que fueran fieles al libro, porque la imaginación siempre entrega más. Pero si llegaran a la pantalla, significaría que fue todo un éxito. Ese sería un sueño cumplido”.Dónde Comprar: Instituto Hebreo, el Maimónides School y en Amazon o directamente con Diego a su mail shalomjai@gmai.com

publicado hace 15 días

El olvidado éxodo de los judíos de los países árabes

Las comunidades judías en países árabes tienen raíces que se remontan a siglos antes del surgimiento del islam. Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XX, entre 700.000 y 850.000 judíos que habían vivido durante generaciones en ciudades como Bagdad, El Cairo o Trípoli se vieron obligados a abandonarlo todo. Tras la creación de Israel, estas comunidades enfrentaron hostilidad, violencia, expropiaciones y, finalmente, el exilio.Según Ron Prosor, diplomático y escritor israelí, “la partida de los judíos de los países árabes no fue casual; se debió al fracaso de los líderes árabes de eliminar a Israel con un ataque militar en 1948. Los judíos fueron detenidos arbitrariamente, torturados y despojados de sus bienes”. Sobre la falta de reconocimiento internacional, afirma que refleja “una especie de cooperación con los estados árabes que pretenden borrar toda memoria de la historia judía en sus tierras”.Violencia, pogromos y operaciones de evacuaciónA la presión política se sumó la violencia directa contra los judíos en varios países árabes. Libia vivió disturbios antijudíos incluso antes de 1948, mientras que en Irak los atentados y persecuciones se intensificaron después de la creación de Israel. Ante esta realidad, cerca del 90% de los judíos de países árabes llegó como refugiado al recién fundado Estado de Israel, que debió organizar complejas operaciones de rescate para trasladar a comunidades enteras.La Operación Ezra y Nehemías (1951-1952) trasladó entre 120.000 y 130.000 judíos iraquíes a Israel, mientras que la Operación Alfombra Mágica (1949-1950) evacuó a casi toda la comunidad judía de Yemen mediante vuelos especialmente organizados. La mayoría de estos migrantes, despojados de sus bienes, llegó en extrema vulnerabilidad.La diferencia entre dos historiasLa historia de los refugiados judíos y la de los refugiados palestinos tomó caminos muy distintos. Mientras los palestinos fueron desplazados en el contexto de la guerra iniciada con la invasión árabe al naciente Estado de Israel, este nuevo país recibió e integró a los judíos expulsados del mundo árabe como ciudadanos con plenos derechos.En 1948, algunos líderes árabes pidieron a parte de la población palestina evacuar temporalmente mientras sus ejércitos intentaban “eliminar” a Israel. Muchos nunca pudieron regresar y quedaron en campamentos, siendo catalogados como refugiados. Con el tiempo, su número creció de unas 600.000 personas a más de cinco millones, al ser el único grupo del mundo cuyo estatus de refugiado es hereditario.En contraste, los judíos expulsados de países árabes fueron absorbidos por Israel y se integraron activamente en su sociedad, reconstruyendo su vida desde cero.Los nuevos inmigrantes se convirtieron en una parte esencial de la población israelí. Su llegada transformó la demografía y la cultura de Israel, enriqueciendo su sociedad con tradiciones, música y gastronomía de sus países de origen.Falta de reconocimientoEl éxodo provocó la desaparición casi total de comunidades judías que habían florecido durante siglos en ciudades emblemáticas de Medio Oriente y el Norte de África. Para muchos mizrajíes, la migración no fue solo un traslado físico, sino una ruptura cultural, emocional y personal.Pese a su magnitud, este éxodo ha sido poco reconocido y a menudo eclipsado por otras narrativas sobre los desplazamientos en la región, sobre todo al presentar a los palestinos como si fueran los únicos refugiados de 1948. Sin embargo, recordarlo es fundamental para valorar tanto el dolor como la fortaleza de quienes, obligados a partir, supieron reinventarse y preservar su identidad.Además, permite subrayar el papel del Estado de Israel, que acogió a la mayoría de los desplazados y reafirmó su función de hogar nacional del pueblo judío.Recordar este éxodo no es solo un acto de justicia histórica: es reconocer que el pueblo judío sobrevivió nuevamente a la expulsión y reconstruyó su vida en su hogar ancestral. Su memoria merece ser reconocida como parte integral de la historia del Medio Oriente, una historia que ha sido selectivamente olvidada.

publicado 21 Noviembre 2025

Peter Diamond, Premio Nobel de Economía

Peter A. Diamond nació en los Estados Unidos en 1940, de ascendencia judía. Sus abuelos emigraron a los Estados Unidos a comienzos del siglo XX; por parte de la madre vinieron de Polonia y del padre de Rusia y de Rumania a vivir en Nueva York. Ambos padres de Peter nacieron en el año 1908, crecieron en Nueva York y nunca vivieron fuera de la zona metropolitana. Comenzó sus estudios en la escuela pública en el Bronx. Cuando la familia se muda a Long Island, asiste a las escuelas públicas suburbanas. Se graduó summa cum laude (con honores) en Matemáticas en la Universidad de Yale en 1960, y tres años más tarde se doctoró en Ciencias Económicas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde se encuentra trabajando desde 1966, primero como profesor asociado; en 1970 Diamond fue promovido a profesor titular y luego se desempeñó como jefe del Departamento de Economía en 1985 hasta 1986 y fue nombrado profesor emérito del instituto en 1997. Diamond ha realizado casi íntegramente su carrera laboral en este conocido centro de estudios, salvo un pequeño período en la Universidad de Berkeley.Su obra teórica, centrada en el desempleo, los sistemas impositivos, la seguridad social, la reforma de las pensiones, el consumo privado y los ciclos económicos, están condensados en una extensa bibliografía que incluye una docena de libros y cerca de 140 publicaciones en revistas especializadas. Diamond ha dedicado gran parte de su carrera profesional al análisis de la política de Seguridad Social estadounidense, así como de sus análogos en otros países, como China. En numerosos artículos y libros, ha presentado análisis de los programas de bienestar social en general y de la administración de la seguridad social estadounidense en particular. Con frecuencia ha propuesto ajustes de políticas, como aumentos graduales pero pequeños en las contribuciones a la seguridad social utilizando tablas para ajustar los cambios en la esperanza de vida y un aumento en la proporción de los ingresos sujetos a impuestos.Una de sus contribuciones más notables es su investigación sobre la Teoría de búsqueda de empleo, que explica cómo los buscadores de empleo y los empleadores se encuentran entre sí a través de un proceso de búsqueda y emparejamiento, lo que conduce a un desempleo persistente incluso cuando hay vacantes disponibles. También ha analizado exhaustivamente las implicaciones del seguro de desempleo, las políticas del mercado laboral y los salarios de eficiencia. Su investigación proporciona información sobre cómo las políticas pueden afectar los niveles de empleo y la eficiencia económica.Miembro de la Academia Nacional de las Ciencias estadounidense, ha recibido importantes galardones durante su carrera, entre los que destacan el CES (2000), los premios Killian (2003 y 2004) y Samuelson (2003), el galardón Jean-Jacques Laffont (2005), y el reconocimiento Robert M. Ball (2009). En 2010, Peter Diamond recibió el Premio Nobel de Ciencias Económicas por su análisis de los mercados con fricciones de búsqueda, una contribución fundamental para comprender la economía laboral. Durante las décadas de 1980 y 1990 trabajó como consejero del Consejo Asesor sobre Seguridad Social de EEUU y Barack Obama, al acceder a la presidencia, propuso su nombre como candidato a la Junta de Gobierno de la Reserva Federal. Está casado con Kate Myrick y tiene dos hijos.

publicado 21 Noviembre 2025

Entre Tel Aviv y Santiago: la voz latina de Gabriela Trebitsch

Vivir en Israel nunca fue una idea ajena para Gabriela Yael Trebitsch Tapia, Gaby para los amigos. Casada con Dan, israelí, y madre de dos hijas —Sol (11) y Amanda (9)—, Gabriela llegó a Tel Aviv en 2019 con una maleta cargada de proyectos, ilusión y la decisión firme de construir una vida en el país que siempre sintió propio. Ingeniera Civil Industrial, consultora digital y cantante de música latina, hoy encarna el espíritu de muchos olim: resiliencia, amor por Israel y una conexión profunda entre identidad y propósito.El salto hacia una nueva vida“Siempre estuvo presente la idea de hacer Aliá”, cuenta Gabriela. “Mi marido es israelí y sabíamos que en algún momento lo haríamos. Pensamos que sería más fácil la adaptación para nuestras hijas si lo hacíamos antes de que entraran al colegio”.El proceso, recuerda, no fue sencillo. “Uno está cómodo en su rutina, con el trabajo, amigos y la familia en Chile. Sentí que nunca iba a haber un momento perfecto; simplemente había que decidirse. Al llegar tuve mucho apoyo de la familia de mi marido y de mis propios parientes en Israel, lo que me hizo sentir en casa. Pero dejar a mi núcleo en Chile fue, sin duda, lo más difícil”.Música, identidad y pasiónGaby no solo cambió de país: también redirigió su carrera profesional y vital. Durante la pandemia de 2020, decidió dar un nuevo enfoque a su vida. “Siempre amé la música, pero la había dejado en segundo plano. En plena pandemia pensé: si no es ahora, ¿cuándo? Así que empecé a cantar profesionalmente, enfocándome en la música latina y mis raíces culturales”.Desde entonces ha realizado numerosos shows en Israel, desde tributos a Mercedes Sosa hasta presentaciones bailables en distintas ciudades y teatros del país. “Estoy lanzando mi primer álbum de música latina con canciones originales y versiones de temas israelíes muy conocidos. Por ejemplo, hice una versión salsa de una canción de Idan Raichel, y otra de Keren Peles y Avi Ochayon (compositores de la canción de Eurovisión). Es un honor que artistas de ese nivel hayan aprobado mis versiones”.Adaptarse con corazón y comunidadLa vida cotidiana en Tel Aviv le mostró a Gaby una nueva forma de entender la comunidad. “La vida de barrio acá es maravillosa. Mis hijas caminan solas al colegio, juegan con sus amigos cerca, y se genera un ambiente muy especial. En Chile, todo se concentra en el colegio o la sinagoga; en Israel, se vive en la calle. Las fiestas nacionales y religiosas se sienten en cada esquina”, cuenta con entusiasmo.Recuerda que uno de los factores que más facilitó su adaptación fue involucrarse desde el inicio con los padres del jardín infantil de sus hijas. “Acá la mayoría de los niños asisten a jardines y colegios públicos. Después de clases, todos se reúnen a jugar en la plaza, y eso permite conocer a otras familias. Así se va construyendo una red de apoyo que termina siendo fundamental”, explica.Con el tiempo, aprendió a comprender el estilo directo del israelí promedio. “Al principio pueden parecer un poco duros, pero en realidad son personas muy abiertas, alegres y sinceras. En Chile uno escribe ‘por favor, ¿podrías enviarme el informe?’. En Israel simplemente dicen: ‘necesito el informe para mañana’. Es una comunicación más frontal y asertiva, sin vueltas. Creo que ahí tenemos mucho que aprender de ellos”.Aunque llegó dominando el hebreo, Gabriela reconoce que aún le cuesta enfrentar la burocracia y los trámites. “Hay que tener paciencia y no dudar en pedir ayuda cuando es necesario”, comenta. Hoy también forma parte activa de la Comunidad Chilena en Israel, donde se desempeña como Directora de Cultura y Finanzas. “Nuestro objetivo es conectar y representar a los chilenos que hicieron Aliá”, concluye.Resiliencia en tiempos difícilesEl 7 de octubre de 2023 marcó un antes y un después para todos en Israel. “Fue una sensación de incertidumbre total. Dos años después seguimos en guerra, y sigue siendo duro. Hay secuestrados que no han vuelto, y a veces parece que nos hemos acostumbrado a las alarmas. Pero también sientes que, incluso en medio de la guerra, Israel es el lugar más seguro para vivir como judío”.Para Gabriela, la música también ha sido una forma de sanar. “Cantar, conectar con la gente, transmitir alegría, es mi manera de resistir y de agradecer la vida en este país”.Consejos y sentido de pertenenciaSu mensaje para quienes están pensando en hacer Aliá es claro: “Si lo estás considerando, no esperes el momento perfecto. No existe. Prepárate, estudia hebreo antes de venir, y busca redes de apoyo. Es un proceso que exige esfuerzo, pero vale la pena”.Al reflexionar sobre su identidad, Gabriela sonríe: “Pasé de ser una chilena judía a ser una olá de Chile en Israel. Chile, Israel y el judaísmo son tres partes inseparables de mí. Cada una me construye y me acompaña donde esté”.Ficha de la entrevistadaNombre completo: Gabriela Yael Trebitsch TapiaLugar de residencia: Tel Aviv, IsraelProfesión: Ingeniera Civil Industrial, consultora en Ecommerce y cantante de música latinaAño de aliá: 2019Familia: Casada con Dan, madre de Sol (11) y Amanda (9)Proyectos actuales: Lanzamiento de su primer álbum de música latina con versiones de temas israelíes e inéditosRol comunitario: Directora de Cultura y Finanzas en la Comunidad Chilena en IsraelMensaje clave: “No esperes el momento perfecto para hacer aliá. Atrévete y prepárate: el esfuerzo vale la pena”.

publicado 21 Noviembre 2025

Alejandro Fosk: “La educación lo es todo; apoyar a los niños es nuestra misión”

FOBEJU es la fundación que, desde hace años, garantiza algo esencial para la comunidad judía: que ningún niño o joven quede fuera de la educación judía por razones económicas.Hoy la fundación acompaña a 110 familias y 190 niños y niñas del Instituto Hebreo, entregando becas que les permiten formarse, crecer y participar plenamente de la vida escolar y comunitaria. La necesidad es enorme: se requieren más de 900 millones de pesos al año para cubrir becas.La Fundación ha desarrollado múltiples formas de donar: aportes únicos, membresías “Amigos FOEJU”, compra de certificados solidarios y una tienda con productos judaicos. Además, permite donaciones de empresas en Chile y aportes desde Estados Unidos con beneficios tributarios. Conversamos con su presidente, Alejandro Fosk, quien nos contó qué lo mueve: “Es muy bonito dar… La tzedaká es algo para el alma. Pedir es hacerle un favor a quien está dando, porque se le entrega la posibilidad de mejorar como persona, más aún cuando se trata de que un niño tenga educación judía”.Fosk – quien se declara orgulloso del trabajo “24/7” del equipo que sostiene la operación diaria- recuerda un dato que lo marcó: “Hace dos años, de nueve alumnos con puntaje nacional, seis eran becados”. Para él, ese dato lo resume todo.“El impacto que tiene una beca sobre un niño, sobre una familia, la posibilidad de trascender y generar movilidad social, es tremendo. La educación lo es todo —afirma—. Por eso tenemos que apoyar al colegio y a los niños. Esa es nuestra misión”.—¿Qué motivó esta campaña?“Necesitamos 900 millones de pesos cada año solo para cubrir becas. Hacia final de año estábamos 150 millones lejos de la meta, por eso, desde el 9 de octubre al 9 de noviembre hicimos esta campaña para reunir lo que faltaba y asegurar la permanencia de esos 190 alumnos en el Instituto Hebreo".—¿A qué atribuyes el éxito de la recaudación?“Fue un buen modelo. Contamos con muchísimos voluntarios: uno por cada nivel del colegio, exalumnos, apoderados… Y el domingo 9 de noviembre hicimos una Llamatón, dedicándonos exclusivamente a llamar a posibles donantes para pedirles un aporte único, y a nuestros “Amigos  FOBEJU”, para que hicieran un esfuerzo adicional en el marco de la campaña.Estamos muy contentos: cumplimos la meta para financiar becas, y es la primera vez que lo logramos de esta forma”.—¿Cómo mantendrán el compromiso de los donantes ahora que la campaña terminó?“Esta campaña fue momentánea, pero el trabajo continúa como siempre, enfocándonos en buscar recursos de diferentes formas que nos permitan llegar a públicos diversos. Seguiremos con actividades como campeonatos deportivos, impulsando el “Legado” de los IV Medios, luego con el SOAP solidario y muchas otras. No se trata solo de llamar y pedir: buscamos cumplir la meta por distintas vías. Hay que reinventarse constantemente, porque es un desafío permanente y creciente.Las solicitudes de beca se han duplicado en tres años, porque la situación económica de muchas familias se ha deteriorado, por lo que hacemos grandes esfuerzos por cumplir y concientizar que esto es tarea de todos. En este sentido, es clave que las nuevas generaciones tomen la posta, porque antes teníamos una pirámide de grandes donantes; hoy es al revés: son los “Amigos  FOBEJU”, las donaciones pequeñas y medianas, las que sostienen la fundación”.La importancia de donar: un especial llamado a las empresasAlejandro explica que: “ FOBEJU busca amigos, y un amigo puede donar mil pesos o un millón; lo importante es comprometerse mensualmente para asegurar continuidad.A nivel de empresas, entregamos certificados de donación y ahora también contamos con mecanismos para donaciones desde el extranjero con beneficios tributarios. Es algo muy importante en lo que queremos enfocarnos el próximo año”, enfatiza.Todos podemos ser parte  FOBEJU no solo entrega becas: construye futuro, comunidad y continuidad. Cada aporte —grande o pequeño— cambia una vida, y cada vida cambiada, fortalece al pueblo judío. La misión sigue, y todos podemos ser parte. Recuerda que puedes hacer donaciones o hacerte amigo en el siguiente link. https://fobeju.donando.cl/TestimoniosComo parte del llamado, FOBEJU reunió a donantes y becados en distintos videos. Es así como Karina y Daniel se conocen.Mientras ella cuenta que aporta a FOḄEJU por la continuidad del judaísmo, Daniel se acerca y le dice: “Gracias, porque soy una de las personas a las que ayudaste; ojalá algún día pueda hacer la misma mitzvá que tú”, lo que sorprende y emociona a Karina.Del mismo modo se conocen Esteban y Gali; ella se acerca muy emocionada para conocerlo y agradecerle. Él se alegra y le dice: “Yo estuve en tu misma situación”.

publicado 21 Noviembre 2025

Nombres que nos cuentan: Raíces, identidad y memoria judía

El nombre es mucho más que una designación: es herencia, pacto y memoria. En la tradición judía, lleva la fuerza de generaciones, el eco de los antepasados y la conexión con D-os. Sin embargo, la historia muestra que los nombres también han debido transformarse, adaptarse y, a veces, ocultarse. A lo largo de los siglos, millones de judíos —desde los conversos de la España medieval hasta las familias en la diáspora moderna— debieron negociar entre la identidad espiritual y las exigencias sociales o legales de su entorno.Hoy, en comunidades como la chilena, esa dualidad sigue viva: nombres que cambian de idioma, apellidos que conservan historias de exilio y decisiones que, más allá del sonido, hablan de pertenencia.El origen sagrado del nombreDesde las primeras generaciones bíblicas, el cambio de nombre tuvo un sentido espiritual. Abram pasó a ser Abraham, Sarai se transformó en Sara y Jacob se convirtió en Israel. En todos esos casos, el nuevo nombre representaba un pacto, una misión, una identidad renovada ante D-os. No era un simple gesto lingüístico: era una transformación del ser.Esa importancia trascendental se mantuvo en los siglos siguientes. Los nombres hebreos —Moshé, Rivka, Yaakov, Sarah— se acompañaban con “ben” o “bat”, marcando la filiación: Yaakov ben Yosef, Rivka bat Leah. Cada nombre era un puente entre lo individual y lo colectivo, entre la persona y su linaje.Sin embargo, con la diáspora y la dispersión del pueblo judío, los nombres comenzaron a convivir con otros idiomas y culturas. Surgió así la costumbre de tener un nombre hebreo y otro secular, adaptado al contexto local. En la comunidad se usaba el hebreo; afuera, el nombre que permitía integrarse. Esa dualidad se convirtió en una estrategia de supervivencia identitaria.La doble onomástica: entre la fe y la necesidadEl fenómeno de la “doble onomástica” —el uso simultáneo de un nombre judío y otro público o local— fue una herramienta de adaptación ante presiones políticas, religiosas y sociales. Ya en tiempos antiguos, Saulo se hacía llamar Pablo para moverse entre comunidades romanas. En la Europa medieval, Moshé podía figurar como Moses en los documentos latinos, o como Maurice en Francia. No era sólo una traducción: era, muchas veces, un acto de protección.En la península ibérica, durante los siglos de persecución, los judeoconversos se vieron obligados a adoptar nombres cristianos para sobrevivir. Esa doble identidad —un nombre para la comunidad, otro para el registro civil— era un delicado equilibrio entre memoria y adaptación. El cambio no significaba olvido, sino resistencia silenciosa.El mismo fenómeno se observó en el Imperio Otomano, donde los sefardíes adaptaron sus nombres según el idioma que usaran. Un hombre podía ser Yitzhak en hebreo, Ishak en turco e Isaac en ladino. Según estudios históricos, era común que una persona tuviera hasta cuatro nombres distintos, dependiendo de si hablaba con su rabino, un comerciante o un funcionario estatal. En todos los casos, el nombre hebreo quedaba reservado para el espacio íntimo, comunitario o espiritual.Apellidos impuestos: control estatal y pérdida de elecciónDurante siglos, los judíos no usaron apellidos fijos como los que hoy conocemos. Eso cambió a fines del siglo XVIII, cuando varios gobiernos europeos —entre ellos el del emperador José II en el Imperio Austriaco— decretaron que todos los judíos debían adoptar un apellido permanente. Fue un cambio forzado, parte de un proceso de control administrativo y fiscal.Algunos eligieron nombres poéticos o naturales —Rosenbaum (“árbol de rosa”), Goldstein (“piedra de oro”)—, mientras que otros recibieron apellidos impuestos, a veces ridículos o despectivos, asignados por burócratas que no comprendían la dimensión identitaria del acto. La onomástica se convirtió así en un instrumento de registro y también de subordinación.Identidad, leyes y discriminaciónEn la España cristiana, el cambio de nombre fue una condición necesaria —aunque nunca suficiente— para acceder a derechos legales o sociales. Los estatutos de “limpieza de sangre” excluían a los conversos y sus descendientes de cargos públicos, universidades y órdenes religiosas, incluso si llevaban nombres plenamente cristianos. El nuevo nombre abría puertas, pero no borraba la sospecha.Los problemas iban más allá de lo simbólico. En testamentos y documentos legales, los nombres múltiples o cambiantes causaban confusión. Había disputas hereditarias, propiedades sin sucesión reconocida, e incluso familias perseguidas por usar nombres “ambiguos”. La Inquisición vigilaba de cerca a quienes, pese a su nombre cristiano, mostraban signos de judaizar. Cambiar de nombre era, en muchos casos, cuestión de vida o muerte.Esa tensión entre la identidad íntima y la identidad pública acompañó a generaciones. Muchos conversos conservaron nombres hebreos en secreto, transmitidos de padres a hijos, mientras en la esfera oficial usaban otros. La historia del pueblo judío está llena de esa dualidad: sobrevivir sin renunciar del todo.Migraciones y nuevas adaptacionesCon las grandes migraciones judías hacia América —desde fines del siglo XIX—, los nombres viajaron, se transformaron y, en algunos casos, se simplificaron. En puertos de entrada como Ellis Island en Estados Unidos, muchos judíos optaron voluntariamente por adaptar sus nombres: Shlomo se volvió Sam, Yitzhak se transformó en Isaac, Katznelson se acortó a Katz.Contrario al mito popular, las investigaciones de la Biblioteca Pública de Nueva York demuestran que los funcionarios no “cambiaban” apellidos al azar. Fueron los propios inmigrantes quienes decidieron adaptarse para integrarse mejor, buscando una pronunciación más simple o una grafía más cercana al idioma local.Esos cambios, sin embargo, no significaron pérdida de identidad. En los nuevos países, los nombres judíos siguieron siendo una marca de pertenencia y un puente con la tradición.Hebraización: volver al origenCon la creación del Estado de Israel en 1948, muchos judíos decidieron hebraizar sus nombres como acto de orgullo nacional. Fue una inversión simbólica de siglos de ocultamiento. David Grün se convirtió en David Ben-Gurión; Golda Mabovitch en Golda Meir; Yitzhak Rabinovich en Yitzhak Rabin. Renombrarse ya no era una imposición externa, sino una elección voluntaria: un retorno al idioma del Tanaj y a la raíz ancestral.Esa tendencia continúa hasta hoy, especialmente entre quienes hacen aliá. Adoptar un nombre hebreo no implica renegar del pasado, sino reconectarse con la historia colectiva del pueblo judío.Nombres como memoria y resistenciaCambiar o mantener un nombre nunca ha sido una decisión trivial en la historia judía. A veces fue una cuestión legal; otras, un acto espiritual; muchas, una estrategia de supervivencia. Pero siempre, en el fondo, un recordatorio de pertenencia.Cuando en Chile escuchamos apellidos como Perelmuter, Toiber, Mizrahi o Benarroch, escuchamos más que fonemas extranjeros: escuchamos ecos de exilio, de fe, de adaptación y de continuidad. Cada nombre guarda una historia de desplazamiento y arraigo, de persecución y esperanza.Los nombres —como los pueblos— evolucionan. Algunos cambian de idioma, otros de sonido; algunos se esconden, otros se proclaman con orgullo. Pero todos cuentan lo mismo: la capacidad infinita del pueblo judío para sostener su identidad, aun cuando el mundo le exigió transformarla.Porque cada nombre, en hebreo o en español, en la calle o en la sinagoga, dice quiénes somos, de dónde venimos y, sobre todo, hacia dónde queremos seguir caminando.----Apellido Origen / SignificadoCohen: “Sacerdote” (linaje levítico bíblico)Levy: Tribu de Leví, también sacerdotalGoldberg: Alemán, “montaña de oro” (posible descripción geográfica o prestigio)Mizrahi: “Oriental” o “del este”, usado para judíos de Medio Oriente / norte de ÁfricaAl-Fassi: Alude a Fez (ciudad en Marruecos), típico en comunidades Magrebíes----¡Historias, secretos y curiosidades que esconden siglos de identidad!1. “Ben” y “Bat” siguen vivosAún hoy, en ceremonias religiosas, se mantiene la fórmula ancestral: David ben Yosef o Lea bat Miriam. Es un eco directo de cómo se nombraban los antepasados hace más de 2.000 años.2. Apellidos que nacieron por decretoMuchos “apellidos típicamente judíos” —como Rosenberg, Goldstein o Katz— no son bíblicos. Fueron impuestos en el siglo XVIII por los gobiernos del Imperio Austriaco y Ruso para registrar y controlar a las comunidades.3. Un mismo nombre, muchos idiomasUn mismo judío podía tener varios nombres según el idioma del lugar:Moshe → Moses → MauriceYitzhak → Ishak → IsaacRivka → Rebecca → Rebeca¡Una identidad políglota antes de que existiera el pasaporte!4. En América, el cambio fue elecciónEl mito dice que los funcionarios de Ellis Island “anglicanizaban” los nombres, pero no es cierto: la mayoría eligió voluntariamente adaptarlos al llegar, buscando oportunidades o evitar discriminación.5. Hebraizar: un acto de orgulloCon el nacimiento del Estado de Israel, muchos adoptaron nombres hebreos para reconectar con sus raíces:David Grün → David Ben-GuriónGolda Mabovitch → Golda MeirYitzhak Rabinovich → Yitzhak Rabin¡No fue moda, fue identidad nacional!6. Doble nombre, doble vidaDurante siglos, los judíos mantuvieron un nombre “externo” y uno “interno”. En los registros podía decir Juan Pérez, pero en casa seguía siendo Yojanán ben Itzjak. Una forma silenciosa de resistencia cultural. 7. El nombre como herencia espiritualEn la tradición ashkenazí se acostumbra poner el nombre de un familiar fallecido; en la sefardí, de uno vivo. Ambas formas honran la continuidad familiar, una manera simbólica de decir: “tu historia sigue conmigo”.8. En Chile, una identidad pluralEn la comunidad judía chilena actual es común usar un nombre hebreo dentro de la sinagoga y otro español o inglés en la vida civil. Esa dualidad mantiene viva la tradición, adaptada al contexto moderno.9. Nombres con historia, no modasLo que hoy suena “típicamente judío” en realidad es fruto de siglos de exilio, adaptación y resistencia. Cada nombre cuenta una travesía, un hogar perdido y otro reconstruido.----Recuadro destacado:“Los nombres no eran solo algo que llevamos: son ventanas al exilio, a la adaptación, a la forma en que fuimos vistos por otros… y cómo nos vimos nosotros.” — reflexión de @UnpackedMedia

publicado 14 Noviembre 2025

Walter Kohn, Premio Nobel de Química

Kohn publicó más de 200 artículos de investigación.Walter Kohn nació en Viena en 1923. En el otoño de 1939, Kohn dejó Viena en uno de los últimos transportes de niños a Inglaterra, donde fue internado como “extranjero enemigo”. El año siguiente fue enviado a Canadá, donde posteriormente se unió al ejército canadiense como soldado de infantería. Sus padres, Salomon y Gittel Kohn, murieron en Auschwitz. En Montreal, Kohn comenzó a desarrollar su interés por las ciencias exactas. Estudió matemáticas y física en la Universidad de Toronto, donde se licenció en 1945. Continuó su formación académica en la misma universidad, donde obtuvo un máster en matemática aplicada en 1946. En 1947, Kohn se trasladó a la Universidad de Harvard para completar su doctorado en física. A lo largo de su vida profesional, Kohn desempeñó funciones en algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, incluida la Universidad de Harvard y la Universidad de California en San Diego, en la que fue secretario del departamento de física entre 1961 y 1963. Su carrera académica culminó en la Universidad de California en Santa Bárbara, donde fundó y dirigió el Instituto de Física Teórica. Su trabajo más importante fue su teoría de la densidad funcional que revolucionó la forma como los científicos comprenden las estructuras y calculan las propiedades de las moléculas. Kohn propuso que, en lugar de hacer cálculos extremadamente complejos de los movimientos de cada electrón, bastaba con conocer la distribución de electrones en un espacio dado, lo que permite realizar cálculos mucho más eficientes y precisos para estudiar las estructuras de las moléculas y sus interacciones. Las aplicaciones de esta teoría son vastas, y se ha utilizado con éxito en áreas como la química computacional, la fisicoquímica y el estudio de mecanismos enzimáticos y catalíticos. Kohn también realizó importantes contribuciones en otras ramas de la física. Fue pionero en el estudio de la física de semiconductores, superconductividad y catálisis, áreas que son fundamentales para la tecnología moderna. Kohn publicó más de 200 artículos de investigación en revistas científicas de prestigio, consolidándose como una de las figuras más influyentes en la física moderna. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y distinciones que validaron su contribución al avance de la ciencia. Fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 1998 por su contribución pionera de las propiedades moleculares y los procesos químicos. Fue miembro de las Academias Nacional de Ciencias de Estados Unidos, de Arte y Ciencias Americana, de Ciencias de Rusia, de Ciencias de Baviera, Internacional de Ciencia Cuántica Molecular, de la Sociedad Filosófica Estadounidense, y de la Royal Society de Londres. Kohn estuvo profundamente involucrado en la vida judía. En la Universidad de California jugó un papel decisivo en la fundación del Departamento de Estudios Judíos; también se desempeñó en el consejo asesor Hillel y participó regularmente en sesiones de estudio de Torá. Mantuvo estrechos lazos con colegas israelíes y fue profesor visitante de la Universidad Hebrea, el Instituto Weizmann y la Universidad de Tel Aviv. Fue un opositor de la investigación de armas nucleares. Estuvo profundamente interesado en la música clásica, la historia y la literatura, y en patinar bien entrado en los setenta años. Falleció el 19 de abril de 2016 en California a los 93 años. A Kohn le sobrevive su esposa Mara, siete hijos de dos matrimonios y tres nietos.

publicado 14 Noviembre 2025

Homenaje a Sima Nisis de Rezepka en el marco del Centenario de WIZO

El pasado lunes 3 de noviembre, en una ceremonia cargada de emoción y recuerdos, fue develada una placa en memoria de Sima Nisis de Rezepka Z.L., destacada directora y fundadora del departamento de Cultura de WIZO Chile hace 47 años, en compañía de su familia: su esposo Salo Rezepka, sus hijas Dalia y Lili , su hermana Raquel Nisis de Hasson y su sobrina Yael Hasson.Sima fue una mujer profundamente comprometida con la labor social y comunitaria de WIZO, tanto en Chile como en Israel. Su dedicación, energía y amor por el trabajo voluntario dejaron una huella imborrable en todas las personas que compartieron con ella.A lo largo de su vida, combinó su trayectoria académica con un incansable espíritu de servicio, siendo ejemplo de liderazgo femenino, solidaridad y entrega hacia las causas que promovían el bienestar de mujeres, niños y familias en situación vulnerable.En la tarde del mismo día, durante la ceremonia de inauguración de la Semana del Centenario de WIZO, se entregó además, de manera póstuma, el Reconocimiento Rebecca Sieff a la memoria de Sima. Este galardón, que lleva el nombre de la fundadora de WIZO, representa uno de los más altos honores dentro de la organización, otorgado a mujeres que han demostrado una trayectoria ejemplar de compromiso, liderazgo y servicio comunitario.Recibir el Reconocimiento Rebecca Sieff es un testimonio del impacto que Sima tuvo en la vida institucional de WIZO y en la comunidad en general. Su legado sigue inspirando a nuevas generaciones de javerot a continuar su camino con el mismo compromiso y pasión que ella demostró en cada uno de sus proyectos.La jornada no solo fue un tributo a su memoria, sino también una reafirmación de los valores que Sima encarnó: solidaridad, educación, justicia social y amor por Israel. Su recuerdo seguirá siendo un faro que ilumina el quehacer de WIZO y de todas las mujeres que creen en la fuerza transformadora del trabajo conjunto.

publicado 14 Noviembre 2025

Mamdani y los judíos estadounidenses

La comunidad tiene la necesidad de repensar cómo está enfrentando una situación que quizás no mejore tras el antisemitismo desatado estos últimos años en las calles de NY.Notable la victoria electoral de Zohran Mamdani, aunque no sorpresiva, ya que era previsible desde su triunfo en las primarias. Una mayoría absoluta lo convirtió en alcalde, y la derrota es conjunta de republicanos, el centro político y de los demócratas más moderados. Y a pesar de que no figuraba en la papeleta, hasta Trump fue derrotado, ya que terminó asumiendo un innecesario protagonismo plebiscitario.La lista de perdedores también incluye a una comunidad históricamente ligada a los demócratas como lo es la comunidad judía, y dado el rechazo de Mamdani a todo lo que Israel representa, esta columna se referirá a los judíos estadounidenses.En EEUU la comunidad judía es la más numerosa fuera de Israel, y hasta la guerra iniciada por Hamas el 7 de octubre de 2023 y el estallido de judeofobia a través del mundo, cuando se hablaba de la comunidad estadounidense usualmente se hacía referencia a su poder e importancia, exactamente lo que hoy parece cuestionado, toda vez que después de las multitudinarias manifestaciones en contra de Israel, somos quizás testigos de un cambio de época en relación al tradicional apoyo bipartidista que acostumbraba a existir.La población judía representa hoy alrededor del 2,4% del total en EEUU, aunque según estadísticas del FBI concentra en los últimos años el mayor nivel de ataques por razones de odio contra cualquier religión o minoría. “Los judíos no se distribuyen solo religiosamente, sino que están concentrados en ciudades grandes, con Nueva York disputándole a Tel Aviv y Jerusalén el cetro de la urbe judía más poblada”, por lo que a su interior, se reproducen las distintas divisiones del pueblo judío entre laicos y religiosos, así como en cada uno de estos grupos están representadas las distintas ramas no solo religiosas entre corrientes reformista, conservadora y ortodoxa, sino que también entre laicos, ateos y solo agnósticos, como también en uno y otro, distintas posiciones políticas e ideológicas. A ello se agregan las tradicionales divisiones entre asquenazíes (mayoritaria en NY), como también sefardíes y mizrajim.La Página Judía publica el 13 de mayo de 2024 una encuesta realizada por la Federación UJA de Nueva York, según la cual 1,4 millones de judíos residirían en la ciudad de Nueva York y sus alrededores, lo que incluye los cinco distritos neoyorquinos (Manhattan, Brooklyn, Queens, el Bronx y Staten Island), así como el condado de Westchester y Long Island, información que cifra en 37% la tasa de matrimonios mixtos y en 13 000 los sobrevivientes del Holocausto, residiendo la mayoría en Brooklyn.Es una comunidad de gran diversidad, con diferentes orígenes nacionales (incluyendo israelíes) entre quienes no han nacido en EEUU, diversidad que impide ponerlos a todos en un mismo saco, y que desmiente la afirmación antisemita de que los judíos actúan en grupo y en forma muy similar unos y otros. Más aún, una de las sorpresas para analistas, comentaristas y medios de comunicación, fue encontrarse con algo que ha dado mucho de qué hablar como lo fue la cantidad de judíos que aparecieron votando por Mamdani, lo que tiene una explicación.La cobertura del comportamiento de los judíos a veces se distorsiona por culpa de los propios judíos, ya que, al no ser una religión proselitista, el debate público está influenciado por visiones no siempre certeras, a veces hechas por admiradores y personas de buena voluntad hacia los judíos, como es el caso de la Historia de los Judíos de Paul Johnson, que, por ejemplo, le dedica poca cantidad de páginas a un hecho tan importante en la historia judía como lo fue la expulsión de España.Además, la cobertura de esta última guerra y las manifestaciones antisemitas posteriores a través de Occidente han sufrido no solo del problema de cuánta información distorsionadora proviene de Hamas, como también que, en la actual prensa internacional, viejos mensajes de odio sobre Israel y los judíos han sido maquillados en nuevo formato.Dicho lo anterior, no deja de llamar la atención el comportamiento electoral judío en Nueva York, aunque no del todo sorpresivo, por mucho que se sitúe el apoyo al ganador en alrededor de un tercio de los judíos que acudieron a votar. Es legítimo dejar planteado el tema, ya que los que apoyaron a Mamdani actuaron en forma parecida a esos latinoamericanos que también lo respaldaron, ya que quienes desde allí vinieron conocen con exactitud del repetido fracaso al que conducen esas atractivas ofertas de gratuidad generalizada.De hecho, la historia de Israel refleja episodios semejantes en cuanto a comportamiento electoral, en el caso de aquellos judíos religiosos y antisionistas que consideran un error histórico la creación del Israel moderno ya que esperan al Mesías, y la propia aparición del Estado no solo acarrea negociaciones entre las distintas corrientes sionistas que en 1948, poco después de la Declaración de Independencia, pudieron haberse enfrentado hasta por las armas en el caso del barco Altalena, como también hubo una negociación entre Ben Gurión y los religiosos. Más aún, existe un componente instrumental que lleva aún hoy a partidos religiosos a apoyar gobiernos de derecha como el actual de Netanyahu por las prebendas que se entregan a cambio de esos votos en el parlamento o en el caso de aquellos gobiernos de izquierda que han hecho tradicionalmente concesiones a los kibutzim.Hay, por lo tanto, un tema de clientelismo que también se ha visto tradicionalmente en el voto judío en NY, sobre todo en comunidades de alta concentración y en que la sugerencia de los líderes tiene gran influencia en cómo se vota, tal como ocurre con ciertas comunidades ortodoxas y que ha favorecido repetidamente a los demócratas. En Israel se agrega el importante número de legisladores de la Lista Árabe Unida, quienes participan en muchas negociaciones y votaciones.Es decir, en su comportamiento electoral tanto Israel como NY son lugares de especial diversidad, lo que se notó en esta elección, donde el voto judío a Mamdani en forma resumida provino de juventud judía como también de grupos religiosos antisionistas, que en algunos casos extremos han tenido en Israel contactos con los ayatolás iraníes, con el antiguo Ministerio de Asuntos Judíos de la OLP de Arafat y han participado en las conferencias mundiales organizadas por la ONU y que han buscado deslegitimar a Israel como ocurrió con Ginebra en 1978, Durban en 2001 y la conmemoración de su 20 aniversario en 2021, como también en la votación de los 70, donde la Asamblea General hizo equivalencia de Sionismo y Racismo, en forma tan injusta que se vieron obligados a cambiar de opinión posteriormente.¿Me gusta lo que pasó en esta elección de Nueva York? No, no me gusta, como tampoco me agradó el antisemitismo desatado estos últimos años en las calles de NY o en las universidades de la Ivy League, entre ellas, algunas de las más prestigiosas del mundo. Para mi persona, la comunidad judía de EEUU era el estándar mundial para los judíos fuera de Israel. Siempre lo destacaba, pero ya no más. “Creo que lo que ocurrió estos últimos años fue tan inesperado, que me dio la impresión de que hubo un shock de tal entidad, que fue difícil asimilarlo en toda su magnitud, y todo indica que no estaba preparada ni ella ni sus líderes para tan gigantesca manifestación de odio, como tampoco lo estaba yo”.Pero ya ha pasado suficiente tiempo, y creo que la autocrítica es necesaria, toda vez que tanto en la elección como en el antisemitismo desatado en calles y universidades, me hubiese gustado ver más presencia, más adaptación a una nueva realidad donde todo puede empeorar en vez de mejorar, por lo que es necesaria una constante revisión de si las tácticas que fueron tan adecuadas en el pasado lo siguen siendo en esta nueva realidad.Me preocupa que esté ocurriendo en EEUU, ya que si ocurre aquí y la comunidad no reacciona con la fuerza que podría hacerlo en un país cuya estructura jurídica y legal se lo permite, ¿dónde entonces fuera de Israel podrían hacerlo los judíos con éxito?, además que hoy tendría apoyo abierto del actual gobierno de Donald Trump. Una razón adicional por la que se debiera actuar con la mayor determinación posible es que en la historia judía hay dos tragedias muy grandes, precisamente cuando se sentían contentos, valorados e integrados, no solo en Alemania con el Holocausto nazi, sino también en la España de 1492, con la expulsión ordenada vía Edicto por los reyes católicos, hasta el día de hoy recordada con emoción y amor por los judíos sefardíes.La verdad es que me hubiese gustado que la comunidad hubiese hecho más de lo que hizo para enfrentar el vendaval antisemita de los últimos años, elementos que trato en detalle en un libro de reciente aparición (“En Defensa de Israel”, 461 pp., Amazon libros) como también me hubiese gustado ver que se formara un amplio frente que atrajera a los más diferentes sectores que estén disponibles para enfrentar la judeofobia, al igual que para abordar los cambios que están experimentando, tanto EEUU como el partido Demócrata en relación a los judíos e Israel, donde el resultado electoral que motiva esta columna va a tener amplia influencia en quienes piensan igual al alcalde electo, toda vez que se inaugura un periodo de primarias para definir candidatos a gobernadores, representantes, senadores para las elecciones de medio término que tendrán lugar en 2026.Del mismo modo, es imprescindible revisar los procesos internos que están teniendo lugar al interior de la comunidad. Al respecto, me hubiese gustado que a nivel local y al más alto nivel nacional, en primerísimo lugar, se abordaran procesos como el preocupante giro crítico de Israel que está teniendo lugar entre los jóvenes de la comunidad, en cierto modo, réplica de lo que está ocurriendo con otros jóvenes estadounidenses. En sentido parecido, también me gustaría que se atacara el tema que se hizo público para todos del “fuego amigo” de quienes por razones político-ideológicas o solo religiosas acudieron a esas manifestaciones anti-Israel, permitiéndole a quienes odian decir que no era cierto que estaban contra los judíos, ya que solo eran contrarios al “sionismo”, lo cual era y es mentira.Creo que la comunidad, además de estudiar el cambio de tácticas y estrategias que no están dando resultado en esta nueva y deteriorada realidad, debiera abordar el problema de quienes tal como ocurrió en la reciente elección de NY, dicen representar a los judíos hablando contra Israel, algunas o muchas veces sin vida comunitaria, y solo apareciendo como tales por una especial vestimenta identificatoria o algún distante apellido, para hacer ver que esas personas solo se representan a sí mismas, como también trabajar muy activamente en un frente muy amplio de defensa del derecho a ser diferente, sobre todo, si la tradición por la cual se lucha, tiene una continuidad de miles de años que nadie más puede exhibir.Me gustarían dos cosas, dos ejemplos a ser seguidos. El primero es el del Reino Unido, donde el partido Laborista ya pasó por la experiencia que su similar, el partido Demócrata está iniciando en EEUU. Me parece destacable lo que hizo la comunidad judía en el otro lado del Atlántico, donde hubo una resistencia al hecho que el partido Laborista fuera tomado por un liderazgo antisemita encabezado por un experimentado político como Jeremy Corbyn. Fue una reacción exitosa a distintos niveles, denunciando la situación a los organismos del Estado que vigilaban comportamientos contrarios a la ley, acción en los medios de comunicación que hicieron inelegibles a los laboristas mientras perduró el antisemitismo, accionar de gran visibilidad de los miembros judíos del parlamento, cuyo resultado final fue la sanción judicial y administrativa al laborismo y el reemplazo de Corbyn, lo que permitió el triunfo laborista en la última elección general, el año pasado.Nada semejante se aprecia en EEUU ni por parte de la comunidad judía a nivel nacional como tampoco de aquellos miembros judíos del partido Demócrata que aparecen como arrinconados, por la acción de quienes conforman el squad dentro de ese partido, grupo que crece al igual que el éxito del discurso de quienes piensan igual a Mamdani.El segundo ejemplo es para mí el de la comunidad afroamericana, ya que han sido los únicos a los que les he escuchado una gran verdad, que a pesar del racismo que han sufrido, hoy a ellos no les habría pasado lo que les ocurrió a los judíos en las universidades y en las calles de Nueva York. Pienso que la comunidad judía hoy debiera imitarlos, sobre todo, en el automatismo y la unidad con la que se reacciona con consecuencias inmediatas para quienes tienen actitudes racistas que violan la ley. Por lo demás, sería una vuelta de mano a lo que Martin Luther King decía en los 60, que en su lucha aspiraba a lograr el mismo estatus que habían alcanzado los judíos, a quienes siempre dio las gracias por su apoyo a la lucha por los derechos civiles, además de tener palabras amables para Israel y el sionismo.Todo esto es necesario, ya que la comunidad judía ha sufrido un retroceso medible en pérdida de disuasión, toda vez que lo que ha pasado los últimos años ha derribado muchos mitos sobre el “poder” judío en universidades, empresas, medios de comunicación, Hollywood, etc., ya que este sinceramiento no es necesariamente bueno, toda vez que esa situación perjudica lo que con anterioridad existía, cuando aquellos que odiaban a los judíos, se autolimitaban por esa visión del poder judío, que hoy se ha demostrado, si no equivocada, al menos mucho menor de lo que se suponía.Hay una serpiente que ha abandonado el nido, se despliega por todas partes, y necesita una actitud diferente frente a lo que seguirá pasando, toda vez que se ha normalizado el ataque a judíos en las calles y en el sistema educativo, además de los medios de comunicación. Al respecto, los judíos pueden estar cumpliendo su antiguo rol de canario en la mina, ya que lo que a ellos les pasa puede anticipar situaciones similares para la sociedad entera y el país en su conjunto.Después de la victoria de Mamdani, lo que ocurra entre los Demócratas es importantísimo, ya que de ello depende si estas manifestaciones de antisemitismo giran hacia la marginalidad o siguen alimentando la corriente principal, toda vez que también influyen otros procesos, tales como que hemos presenciado una manifestación de arrogancia fatal, cuando tantos votantes piensan que algo que ha fracasado reiteradamente en otras partes, como la idea de almacenes de propiedad estatal o municipal va a tener éxito solo porque ahora lo intentarían habitantes de Nueva York, otra evidencia de la latinoamericanización de la política que ha tenido lugar en este país. Quizás lo vivido en NY es otro ejemplo de una característica de nuestra época, la ilusión del conocimiento, donde influyen la internet y las redes sociales, desde el momento que se ha instalado la ilusión de creer que para tomar buenas decisiones simplemente bastaría con haber leído 10 líneas en el celular, idea contra la que ya alertó Umberto Eco a fines del siglo pasado.A la votación para alcalde de NY se le aplica la doble regla de la democracia, en el sentido que si las votaciones son limpias y legítimas como lo fue la del 5 de noviembre, el resultado siempre se respeta, guste o no. Sin embargo, del mismo modo, los votantes deben siempre hacerse responsables de sus decisiones.Es en este contexto que la comunidad judía tiene la necesidad de repensar cómo está enfrentando una situación que quizás no mejore. No tengo la respuesta, más allá de que se necesita una adecuación, una revisión de cuán bien o mal se sigue funcionando en el nuevo contexto que se vive, en el sentido que existe toda una estructura de instituciones que relacionan a la comunidad con la sociedad que la rodea en EEUU, que sin duda prestó inmensos servicios que se transformaron en ejemplo para otros países, pero la realidad que le servía de sustento ha sido cambiada hasta hacerse irreconocible.Estoy convencido de que en relación con la judeofobia la situación es tan mala que puede empeorar, por lo que se deben acabar todos los complejos, para así aprovechar lo mejor que ofrece EEUU, un sistema judicial de derechos, reflejados en la constitución y las leyes.No es solo un problema de recursos, lo es también de voluntad para revisar lo que se está haciendo, para así tener la seguridad de que se pueden buscar respaldos y apoyos, con más ruido y mayor presión pública. En otras palabras, la situación es lo suficientemente dramática para concluir que solos no se puede, ya que se puede estar ingresando a la etapa de la rana hervida, aquel cuento donde la moraleja es que, si la rana es hervida en agua caliente, reacciona y salta fuera de la olla, pero si se comienza a hervir en agua helada, se adormece y así, casi sin darse cuenta termina siendo cocinada.Lo que a mí me indica que podríamos estar ingresando a esta etapa, es cuando el mismo Mamdani que hizo un discurso de aceptación tan desafiante que me hizo recordar a Chávez jurando en Caracas sobre “una Constitución moribunda”, poco después invitaba a algo tan poco creíble como “acabar con la lacra del antisemitismo”, el mismo que lo normalizó a un nivel desconocido para ser alcalde de la principal ciudad del mundo, que tanto contribuyó a la creación del capitalismo moderno junto a la revolución industrial inglesa. En su campaña, se dedicó a resaltar solo los defectos y abusos de EEUU, no sus aportes y grandezas, al mismo tiempo de tener un profundo rechazo a la idea misma de Occidente y en la práctica, homenajear al subdesarrollo.*Reproducción autorizada por el autor. Publicada en Infobae (09-11-2025)comunidad tiene la necesidad de repensar cómo está enfrentando una situación que quizás no mejore tras el antisemitismo desatado estos últimos años en las calles de NY

publicado 07 Noviembre 2025

Sydney Brenner, Premio Nobel de Medicina

Sydney Brenner nació el 13 de enero de 1927 en Sudáfrica, hijo de inmigrantes judíos, de padre lituano y madre letona. Su padre era reparador de calzado y vivían en la parte trasera de la zapatería; él nunca aprendió a leer o escribir pero hablaba ruso, yidish, inglés, afrikáans y zulú. A diferencia de su padre, Sydney aprendió a leer a una edad temprana, y cursó el kínder en la escuela de una clienta de la reparadora de calzado. Brenner estudiaba demasiado rápido, terminó los primeros tres años de primaria en un año, la primaria le tomó cuatro años, y terminó el bachillerato en 1941 antes de cumplir los quince años. Su tío Harry le regaló un microscopio con el que hacía sus observaciones personales; al año siguiente se mudó a la Facultad de Medicina, ahí comenzó a interesarse por la biología celular. En 1942, a los quince años con una beca de 60 libras por año, Brenner pudo ir a la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo para estudiar medicina. Llevando sándwiches para el almuerzo, se iba en bicicleta todas las mañanas a la estación de tren para ir a Johannesburgo, y luego caminaba hasta la Universidad.Como era el más joven de su generación, le ofrecieron hacer un curso extra en ciencias, para que al graduarse tuviera 21 años y pudiera ejercer la medicina. Finalmente Brenner terminó haciendo una Maestría en Ciencias, en fisiología celular y citogenética, y trabajando como técnico de laboratorio para mantenerse. Cuando retomó sus materias de medicina, ya no le interesaban tanto, menos cuando había rechazado una oferta para estudiar en Oxford para terminarlas. Al graduarse de medicina ya estaba convencido de dedicarse a la investigación, así que postuló para hacer su doctorado en la Universidad de Oxford. En 1952 Brenner se casó con May Covitz, que estaba haciendo su doctorado en Psicología. Interesado en el ADN, Brenner sabía que en Cambridge Jim Watson y Francis Crick estaban tratando de resolver la estructura del ADN. Cuando dieron con la estructura correcta, Sydney fue a Cambridge en 1953 para verla y entender la complementación de bases nitrogenadas. A partir de ahí Brenner se iluminó científicamente. Después regresó a Sudáfrica donde estableció un laboratorio en la Facultad de Medicina de Sudáfrica, desde donde colaboró para resolver el código genético.En 1956, Francis Crick le consiguió un puesto en el Laboratorio de Biología Molecular (MRC). Ellos compartieron oficina durante 20 años en Cambridge, y en ella gestaron las ideas que los llevaron por separado a las aventuras de la formación del cerebro y de las actividades complejas del sistema nervioso. Sus principales aportes científicos fueron el descubrimiento del ARN mensajero (mRNA), que transporta la información genética del ADN a los ribosomas para la síntesis de proteínas, ayudó en el desciframiento del código genético, contribuyendo a establecer cómo las secuencias de ADN determinan las secuencias de aminoácidos.Obtuvo el Premio Nobel de Medicina 2002 por sus descubrimientos sobre la regulación genética del desarrollo de órganos y la muerte celular programada (apoptosis). Fue conocido por su mente brillante y su humor agudo. Fundó y dirigió varios institutos de investigación. Su trabajo sentó las bases para la genética moderna, la neurobiología y la biología del desarrollo. Falleció el 5 de abril de 2019 a los 92 años en Singapur.

publicado 07 Noviembre 2025

Cristales

La noche cae sobre Alemania y Austria, de entre las sombras una horda de camisas pardas y negras asaltan las propiedades de los judíos. La violencia es extrema. Casas y negocios son saqueados, las sinagogas y los colegios comunitarios son incendiados. 90 judíos son asesinados y miles son internados en el campo de Dachau. La noche del 9 de noviembre de 1938 será recordada como el último pogromo antes del camino sin retorno al exterminio. La orden de Goebbels era clara, los judíos deben pagar por todos los crímenes, reales o imaginarios, que cometieron contra el pueblo alemán. La ignominia debía ser total, por lo que se les obligó a las víctimas a pagar los daños que sufrieron las propiedades públicas y la de los alemanes arios. El primer día el mundo se horrorizó. Al segundo día el mundo protestó. Al tercer día el mundo olvidó. Nadie quiso recibir a los que buscaban refugio, quizás se merecían el castigo, nada nuevo en la historia de los judíos en Europa. El continente donde nació la democracia una vez más miró para otro lado. Tímidas voces protestaron, pero no fueron escuchados. El ruido de los cristales al ser pisoteados ensordecía la súplica de las víctimas. La señal era clara, a nadie les importan los judíos.Lo que parecía que no volvería a ocurrir, ocurrió. Esta vez no eran camisas pardas y negras, esta vez fueron pañuelos y cintillos. Nuevamente Europa abandonó a los judíos, nuevamente los judíos quedaron solos. Esta vez los judíos decidimos defendernos, ya no creemos en la bondad del mundo, ya no confiamos. Nuestra defensa fue formidable, alzamos la espada para decir basta. El pueblo se unió como en la época de David. Quienes nos quieren gritaron en nuestro favor. Nuestra defensa incluyó a todos los que antes no pudieron hacerlo. No más cristales rotos.La Kristallnacht debe servir de ejemplo para alertar como el odio es capaz de generar violencia. Cuando una sociedad acepta discursos extremistas y xenófobos se vuelve cómplice. Los judíos de esta generación debemos estar alertas ante estos discursos. Debemos ser la voz de los que no la tienen o no la han tenido. Nuestro pueblo ha sido víctima de muchos cristales rotos y es por eso por lo que nuestro deber es denunciar a los nuevos odiadores. 10 de noviembre de 1938, los cristales están por todas las calles. Es imposible no pisarlos. Como sonoros testigos le claman al mundo solidaridad y justicia. Cada pedazo de cristal es una lágrima. Cada brillo que salga de sus entrañas es el recordatorio de nuestra resiliencia. Como la luz del templo, el brillo jamás se apagará.

publicado 31 Octubre 2025

Vitaly Lazarevich Ginzburg, Premio Nobel de Física

Vitaly Lazarevich Ginzburg nació en Moscú el 4 de octubre de 1916 en una familia judía. Su padre era ingeniero y su madre médica. Cuando Vitaly cumplió 11 años, fue enviado a una escuela francesa. En 1931, cuando terminaba su séptimo curso, fue enviado a escuelas de formación profesional, pero renunció a incorporarse. A sus 15 un amigo consiguió entrar como ayudante de un laboratorio de rayos X. En 1933 decidió presentarse a la Universidad Estatal de Moscú, pero tendría que completar los tres cursos de enseñanza secundaria que no había estudiado, que completó en tres meses, pero no fue admitido porque no era miembro de la Liga de Jóvenes Comunistas, ni obrero, ni sus padres eran proletarios. Vitaly tuvo que asistir como oyente a las clases de Ciencias Físicas. Al año siguiente consiguió incorporarse como alumno regular, pero fueron capacitados como oficiales. En 1937 se casó con una compañera de estudios, con quien tuvo una hija; en 1946 la pareja se divorció. En el cuarto curso Ginzburg eligió Óptica. En 1940 defendió su tesis de grado y, en calidad de posgraduado, fue admitido en el Instituto Lébedev de Física. El 22 de junio de 1941 los nazis invadieron Rusia y el Instituto Lébedev fue evacuado a Kazan. En 1942 defendió su tesis doctoral en la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad de Moscú. Cuando los nazis alcanzaron el Volga, se afilió al Partido Comunista. En 1945, la Universidad de Gorki propuso a Ginzburg como profesor invitado, lo que aceptó. Enseñó propagación de ondas de radio en la ionosfera. Ese año conoció a Nina Ermakova, con quien se casó en 1946. Ginzburg deseaba ser profesor en la Universidad Estatal de Moscú y enviaba frecuentes solicitudes, que siempre fueron denegadas al provenir de un judío casado con una contrarrevolucionaria. En 1947, dentro de la campaña antisemita del gobierno, el Ministerio de Educación anuló su nombramiento en la Universidad de Gorki. Paradójicamente, sería la bomba de hidrógeno la que le salvaría la vida. En 1948 se creó un grupo de alta seguridad con la misión de fabricar una bomba termonuclear. Las primeras propuestas fueron de Sájarov y Ginzburg, consistentes en el uso de Litio-6 como combustible, lo que haría posible la bomba de hidrógeno soviética. Ginzburg formuló también la teoría de la propagación de ondas electromagnéticas en plasmas, la del origen de la radiación cósmica, la de emisión de radio de los púlsares y la de la superconductividad.En 1953 Ginzburg fue elegido miembro de la Academia de Ciencias de la URSS, recibió los Premios Estatal y Lenin y entre 1989 y 1991 fue diputado del Soviet Supremo. En 1991 la Real Sociedad de Astronomía le otorgó una Medalla de Oro. Fue galardonado con el Premio Wolf y la Medalla de Oro Lomonósov. Fue también elegido miembro extranjero de nueve Academias de Ciencias. En noviembre de 2001, Ginzburg se jubiló y en 2003 recibió el Premio Nobel de Física por sus contribuciones a la teoría de los superconductores y superfluidos. Ginzburg escribió centenares de artículos científicos y más de una docena de libros. Formó parte del Congreso Ruso-Judío, combatiendo el antisemitismo y defendiendo el Estado de Israel. Falleció el 8 de noviembre de 2009 en Moscú y fue sepultado donde reposan los restos de ilustres políticos, escritores y científicos rusos.

publicado 31 Octubre 2025

¡Mazal Tov por los 40 años de la filial Maimonides de B'nai B'rith!

Palabras del Presidente Maimónides:“Corría el año 1985, Cecilia y yo nos habíamos casado un año antes. Los dos veníamos de un mundo, digamos… no tan judío, amigos, trabajos hasta familias judías y no judías, al menos en mi caso. Había ya viajado a Israel, pensando más en la radioterapia en Israel, mi trabajo y pasión, que en la tierra prometida. Pero había vuelto con el bichito del judaísmo, metido en los huesos, en la médula de los huesos, donde se forma la sangre.Queríamos tener más vínculos con judíos, pero no tan judíos, abiertos progresistas, palabra vilipendiada hoy, y con razón. Recordé de un seminario en el hotel amancay de Reñaca, al que me había llevado mi amigo Danny Szewkis, a un personaje que me había fascinado, Raúl Bitran, prohombre, magnético, inteligente, había sido secretario general de la Universidad de Chile, junto al rector más famoso quizás desde Andres Bello, Edgardo Boeninger. (que me perdonen Domeyko, Valentín Letelier y DON Juan Gómez Milla)”.Se alinean los astros“En la maleta de mi auto encuentro una revista de una institución de nombre impronunciable, Bnai Brith, pero la revista era interesante, y el director ejecutivo de la institución de raro nombre era…. Raúl Bitran. Ceci y yo decidimos ir a verlo, y ver que tal era la Bnai Brith.La dirección estaba en la revista, Lyon 1933, fuimos una tarde noche, y tocamos el timbre, rinnnng rinnng, se abre la puerta y un señor amablemente nos hace pasar, “Hola, buscamos a Raúl Bitran, ¿está? Si está, pase, ¿me dan sus nombres? ¿Claro, Luis Schwartzmann y Cecilia Frenkel (el burro primero) y tú, ¿cómo te llamas? Alejandro, me dijo él. (Alejandro ya tiene más de 47 años en la institución).Al rato apareció Raúl. Se acordaba de mí, cuanto honor. “Lucho, tú eres el que no votó por mí en la universidad”, me dijo. Pa que le conté eso pensé.Queremos pertenecer a la Bnai Brith, es posible ¿? “Claro, pero mira la casualidad, está aquí un médico joven, ¿tú te dedicas a algo con medicina, cierto?, que quiere hacer una nueva logia. ¿¿¿Logia??? Qué diablos será esto.Apareció el joven médico, Rodolfo Klein y nos contó de su proyecto, una nueva logia de gente joven había que rejuvenecer la Bnai Brith. ¿Les suena eso? A usted que ya llegó hasta aquí leyendo. Al poco tiempo aparecían los brotes de lo que sería la gran filial MAIMONIDES”.Buscar incautos “Dany y su hermano Moishe con la Mimi y Rosita, claro, por supuesto, el negro Cohen con Elizabeth, claro, Gabriel Pilowsky y Selma Abaud, adentro; Roberto Gurovich y Rosi Camhi también, Felipe Kohen y Marta Frías, Alejandro Felzenstein e Isabel Recher y por supuesto Rudy Klein y Deborah Shaoul. Quedamos inscritos en el chárter ¿? Dice en letras grandes:  BNAI BRITH INTERNATIONAL BENEVOLENCE, BROTHERLY LOVE, AND HARMONY. Sí, está en inglés, el lenguaje de D-s decía un jefe mío (si está en inglés, todos creen que es cierto).Que se sepa, se otorgó una carta, que en el distrito veinte, los descritos arriba conforman la filial Maimónides con el número 3250. Qué número tenemos. Tiene sellos dorados, letras góticas y cinco firmas (un vicepresidente no firmó), por eso quizás son siempre dos vicepresidentes. Parece una cosa seria. Lo es. Crecimos, nos transformamos en lo que somos hoy día, una filial vibrante, grande, más de 50 miembros, la presidenta de la Bnai Brith está en nuestra filial, varios exdirectores ejecutivos están o estuvieron en la Maimónides, dirigentes comunitarios, hombres y mujeres exitosos, pero sobre todo GENTE BUENA. Buena gente”. A manera de epílogo “La Maimonides de B'nai B'rith es importante. Lo ha sido para muchos de nosotros que nos ha marcado la vida, para bien, hicimos amistades para toda la vida. En ese momento no lo percibíamos siquiera, pero hoy, 40 años después, nos salta en la cara, como una de las cosas más positivas de que formamos parte. Acrecentamos nuestro judaísmo, valoramos más la amistad y el cariño, aprendimos a convivir y no solo vivir, en fin, crecimos como personas y como judíos.  Y lo hicimos en benevolencia, fraternidad y concordia. Pasamos las dificultades propias del crecimiento y adolescencia, tuvimos escisiones que causaron dolor y angustia, pero, quién diría, nos fuimos consolidando, casi sin proponerlo, como una de las filiales más importantes de Bnai Brith Chile. Y para nosotros por supuesto la más importante del mundo. Hoy cumplimos 40 años y estamos en todas las instituciones judías, aportando, hinchando, pero sobre todo cultivando nuestro judaísmo. Y apoyando a Israel”.- Luis Schwartzmann HassonFundador de la filial y casualmente hoy: Presidente de Filial Maimónides, B’nai B'rith.

publicado 31 Octubre 2025

Del kibutz a la minería chilena

Tecnología israelí para enfrentar la crisis hídrica en ChileFundada por el israelí Oron Wegman, Relix Water se dedica a implementar, en Chile y América Latina, soluciones de desalinización y tratamiento de aguas con sello de innovación y rapidez. Desde la minería del norte hasta los campos del centro-sur, la empresa busca transformar el acceso al agua con ingeniería israelí adaptada a la realidad local.En un país donde el agua se ha convertido en un tema tan urgente como complejo, una compañía con raíces israelíes está demostrando que la innovación puede cruzar océanos para resolver problemas concretos. Con más de 17 años de experiencia, combina la ingeniería de procesos desarrollada en Israel con fabricación local para ofrecer soluciones que, literalmente, hacen brotar el agua donde no la hay.Detrás de este proyecto está Oron Wegman, su CEO y fundador, nacido y criado en el kibutz más lindo de Israel. Esa infancia, marcada por la vida comunitaria y la austeridad en el uso del agua, moldeó su visión: “El agua no es simplemente un recurso, es un bien vital que se gestiona colectivamente”, explica. Y esa filosofía, asegura, sigue guiando su manera de liderar.Israel y Chile: climas difíciles, soluciones compartidasPara Wegman, Chile es un terreno fértil para la tecnología hídrica israelí. Ambos países comparten desafíos similares: climas áridos, geografías exigentes y dispersión territorial. En el norte chileno, el agua superficial y subterránea está al límite de su capacidad, y en el centro-sur, las sequías prolongadas golpean tanto a comunidades rurales como a grandes industrias. “Vimos en Chile no solo una necesidad crítica, sino también la voluntad de adoptar soluciones innovadoras”, señala.Ese puente tecnológico se traduce en plantas desalinizadoras modulares y sistemas de tratamiento de agua adaptados a las condiciones extremas de la minería y la agricultura chilena. El modelo de Relix es claro: tecnología israelí, fabricación local en Chile, instalación en terreno en modalidad plug & play. Resultado: una planta operativa en tiempo reducido. Minería y agricultura: dos frentes, una misma urgenciaEn minería, la vara es alta: operar en altitud, cumplir estrictas exigencias ambientales y garantizar un suministro constante. Relix ya ha instalado más de 40 plantas en Chile y Perú, incluyendo proyectos para Minera Centinela, Spence, Escondida y Codelco, algunos bajo contratos Build, Operate, Transfer donde se encargan de todo, desde el diseño hasta la operación.En agricultura, el desafío es lograr eficiencia y sostenibilidad, adaptándose a productores de distintas escalas. Aquí entran en juego las plantas de ósmosis inversa, sistemas de riego inteligente y venta de insumos especializados.“Aprendimos a no imponer nuestras ideas, escuchar primero, adaptar después”, resume Wegman.Innovación israelí al servicio de ChileUno de los ejes que mantiene vivo el dinamismo de Relix es la conexión y el diálogo permanente de Wegman con el ecosistema de startups israelíes especializadas en agua. “Israel tiene un ecosistema único de innovación, y nuestro rol es actuar como puente”, comenta. Cada innovación pasa por un proceso de adaptación y certificación para asegurar que funcione en las condiciones específicas de Chile.En Relix, la sustentabilidad no es un apartado del plan comercial, sino parte del diseño inicial de cada planta. Se busca recuperar hasta un 95% del agua tratada, operar con eficiencia energética y minimizar la huella ambiental. Los datos respaldan el enfoque: litros reutilizados, energía ahorrada, tiempo de instalación reducido. “El objetivo es cumplir e incluso superar las normativas, ganando la confianza de comunidades, empresas y autoridades”, afirma Wegman.Un liderazgo con los pies en la tierraWegman no es un ejecutivo de oficina: su liderazgo es cercano, activo y tangible. Recorre personalmente las plantas de tratamiento de agua, conoce cada etapa de los procesos y mantiene una comunicación directa y fluida con su equipo técnico. Su manera de dirigir se basa en la experiencia en terreno y en la búsqueda constante de la mejora continua, lo que le permite no solo dirigir con eficacia, sino también impulsar la innovación desde la práctica.Su estilo de gestión, heredado del kibutz, combina responsabilidad colectiva, rapidez en la toma de decisiones y disposición para ensuciarse las manos cuando es necesario. En un sector donde cada día cuenta, ese pragmatismo marca la diferencia.Chile como laboratorio de solucionesAunque Relix está presente en Perú, Colombia, Ecuador e Israel, Wegman considera que Chile tiene un rol particular: es un “laboratorio de soluciones”. El país ofrece un entorno técnico exigente, con industrias que valoran la innovación y un ecosistema profesional capaz de implementar mejoras rápidas. Esa combinación ha permitido desarrollar modelos de gestión y tecnologías que luego se exportan a otros países.“Chile es más que un mercado; es un espacio para probar, mejorar y demostrar que las soluciones funcionan”, asegura.Propósito y negocio: dos caras de la misma monedaPara Wegman, un buen negocio debe generar impacto positivo. Por eso, cada proyecto de Relix busca un “doble retorno”: técnico y económico, pero también social o ecológico. Mejorar la eficiencia en minería significa reducir el impacto ambiental; instalar riego inteligente implica cuidar un recurso cada vez más escaso; trabajar con comunidades rurales fomenta empleo y educación hídrica.La inspiración proviene de la propia historia israelí: transformar la escasez en oportunidad. “Ese es el mensaje que queremos transmitir en cada planta y cada decisión”, afirma.Un mensaje para la próxima generaciónA la hora de dirigirse a jóvenes emprendedores, especialmente de la comunidad judía, Wegman es directo: “No esperen a que todo esté perfecto para empezar”. Los anima a asumir riesgos, construir desde la pasión y entender que el impacto real puede nacer de pasos pequeños pero constantes. “Nuestra comunidad sabe de resiliencia y creatividad. Úsenla, y no emprendan solos: hagan comunidad, colaboren, pregunten, ayuden”.En tiempos en que Chile enfrenta un futuro hídrico incierto, la historia de Relix y de Oron Wegman es una muestra de cómo la tecnología, la cooperación y la visión pueden cruzar fronteras y transformar realidades. Desde un kibutz en Israel hasta las faenas mineras en el desierto de Atacama, el agua sigue siendo el hilo conductor de una misión que une dos países y un mismo propósito: que nunca falte donde más se necesita. 

publicado 24 Octubre 2025

La canción que conectó a Israel con su dolor más profundo

A veces una melodía puede decir más que mil discursos. Eso ocurrió cuando Noa Tishby, reconocida actriz, productora y activista israelí, escuchó “Die With a Smile”, la colaboración entre Bruno Mars y Lady Gaga.En su artículo para Rolling Stone, Tishby describe cómo esta balada romántica se convirtió en una inesperada cápsula del dolor, el amor y la resiliencia que vivió Israel tras el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023.“Cuando escuché la letra —‘Si el mundo se acabara mañana, moriría contigo sonriendo’— sentí que hablaba de nosotros, de las parejas que se abrazaron bajo las bombas, de los que enviaron un último mensaje antes de ser asesinados o secuestrados”, escribió Tishby.Para ella, la canción trasciende el amor romántico: se trata de la conexión humana ante la posibilidad de perderlo todo, un eco de lo que tantas familias israelíes experimentaron aquel día.Del dolor a la memoriaEl 7 de octubre de 2023 quedó grabado en la historia de Israel y del pueblo judío como el pogromo más grande desde la Shoá. Más de 1.200 personas fueron brutalmente asesinadas y más de 250 fueron secuestradas por Hamás. Tishby, quien en ese momento servía como enviada especial de Israel para combatir el antisemitismo y la deslegitimación del país, vivió de cerca la ola de odio que siguió a la masacre.“El mundo parecía perder empatía. Muchos justificaban o relativizaban el horror. Pero para los israelíes, el 7 de octubre no es un evento político: es personal, íntimo, humano”, escribió.En su texto, Tishby relata que escuchar “Die With a Smile” se transformó en un acto de duelo colectivo. En redes sociales, decenas de israelíes comenzaron a compartir videos con la canción, acompañados de fotos de sus seres queridos asesinados o secuestrados.“Fue como una oración contemporánea”, dijo Tishby. “Una manera de decir: aún en el horror, seguimos eligiendo el amor”.El arte como espejo del traumaTishby —autora del best seller Israel: A Simple Guide to the Most Misunderstood Country on Earth— sostiene que el arte puede servir como un espejo que devuelve humanidad a quienes han sido despojados de ella. “En medio del ruido político, una canción nos recordó que detrás de cada titular hay historias de amor interrumpidas, promesas rotas y risas que ya no volverán”, señala.Bruno Mars, quien se presentó en Israel pocas semanas antes de los ataques, también fue mencionado en su columna. Su show en Tel Aviv reunió a más de 60.000 personas y fue una celebración de alegría previa a la tragedia. La ironía del destino no pasó desapercibida: “Poco antes de la oscuridad, Israel cantó con Bruno Mars. Esa energía quedó suspendida en el aire, como una memoria de lo que éramos y de lo que esperamos volver a ser”, escribió Tishby.Una voz que trasciende fronterasNoa Tishby no es una figura nueva en el escenario internacional. Desde Hollywood, donde desarrolló una exitosa carrera en televisión y cine, ha utilizado su visibilidad para defender la verdad sobre Israel y promover el diálogo intercultural.Fue la primera persona en ocupar el cargo de enviada especial de Israel para combatir el antisemitismo (2022–2023), y ha sido invitada a foros de Naciones Unidas, universidades y medios globales para hablar sobre educación, derechos humanos y memoria histórica.Su postura no busca negar el sufrimiento palestino, sino subrayar la humanidad compartida que debe sostener cualquier conversación sobre paz y justicia.“Podemos llorar por los inocentes de ambos lados, pero no podemos justificar el terrorismo. El arte, la música, la empatía: eso es lo que nos mantiene humanos”, escribió en su artículo.Del horror al humanismoEl testimonio de Tishby es también un llamado a la acción emocional: no dejar que el dolor se transforme en indiferencia. A través de “Die With a Smile”, muchos israelíes encontraron una forma de expresar su duelo sin palabras, de reconectarse con la esperanza y con la promesa de que la vida, pese a todo, continúa.En los kibutzim devastados, en los hogares vacíos, en los conciertos suspendidos, la canción comenzó a sonar como un eco sanador. “Morir con una sonrisa” dejó de ser una frase de amor y se convirtió en un símbolo de resistencia.“Quizás no podamos evitar la muerte —dice Tishby—, pero podemos elegir cómo vivir, a quién amar, qué recordar. Esa elección es el mayor acto de esperanza”.En tiempos donde las palabras suelen dividir, Noa Tishby recordó que una canción puede unir. “Die With a Smile” no habla solo de morir con una sonrisa, sino de vivir con propósito, incluso cuando el mundo parece romperse. Porque, como dice ella, “amar es el acto más radical que nos queda”.--Nombre completo: Noa TishbyNacida en: Tel Aviv, Israel, 1977Profesión: Actriz, productora, escritora y activistaCarrera artística: Participó en exitosas series israelíes y estadounidenses; fue productora ejecutiva de la adaptación norteamericana de BeTipul (In Treatment de HBO).Activismo: Enviada especial de Israel para combatir el antisemitismo (2022–2023).Libros: Israel: A Simple Guide to the Most Misunderstood Country on Earth (2021).

publicado 24 Octubre 2025

Joel Mokyr, Premio Nobel de Economía 2025

Joel Michael Mokyr nació el 26 de julio de 1946 en Leiden, Países Bajos. Proviene de una familia judía que sobrevivió el Holocausto. Su padre falleció cuando Mokyr tenía alrededor de un año. Se trasladó a Israel con su madre durante su infancia y creció en Haifa. En cuanto a su formación académica, obtuvo una Licenciatura en Economía e Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, M.Phil. y Ph.D. en economía en la Universidad de Yale. Desde 1974, Mokyr comenzó su trayectoria docente en la Universidad Northwestern en Estados Unidos, donde ha sido profesor de economía e historia. También ha mantenido vínculos con la Universidad de Tel Aviv. Su especialidad es historia económica europea (siglos XVIII al XX), investigando los fundamentos del crecimiento económico, la innovación tecnológica, el rol del conocimiento científico, las instituciones y los factores culturales que facilitan el progreso económico sostenido.El 13 de octubre de 2025 se le otorgó el Premio Nobel de Economía conjuntamente con Philippe Aghion y Peter Howitt “por haber identificado los prerrequisitos para un crecimiento sostenido mediante el progreso tecnológico”. En la divulgación del premio, la Academia resaltó que, aunque nuevas tecnologías pueden impulsar el crecimiento, varias condiciones deben cumplirse, y que el estancamiento económico ha sido históricamente la norma. A lo largo de su carrera, Mokyr ha sido reconocido por otras distinciones como el Premio Balzan en historia económica y ha sido miembro de academias como la Academia Neerlandesa de Ciencias.En su análisis de cómo las sociedades generan conocimiento y progreso tecnológico, Mokyr utiliza la tradición judía de enfatizar la educación como ejemplo del tipo de normas culturales que impulsan el crecimiento. Mokyr se centra en la importancia histórica de los factores culturales e institucionales como impulsores del crecimiento económico. En un artículo para “The Atlantic”, señala que, en el mundo judío, históricamente se buscaba la sabiduría en textos sagrados como la Torá y el Talmud. Argumenta que el enfoque en la educación, y no su condición de minoría, fue la razón clave por la que los judíos se involucraron en actividades como el comercio. Según esta interpretación, la tradición intelectual judía se convirtió en una forma de capital humano.Ha escrito sobre una amplia gama de temas, incluyendo la hambruna irlandesa y la historia del teletrabajo. La investigación por la que recibió el Nobel aborda una pregunta que nunca tendrá una respuesta plenamente satisfactoria: ¿por qué despegó el crecimiento económico? Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el PIB no aumentó. Luego, a mediados del siglo XVIII, se disparó. Mokyr valora enormemente el poder de las ideas para explicar este cambio. El argumento de “Una cultura de crecimiento”, publicado en 2016, es sencillo. Alrededor del siglo XVII, las normas culturales europeas cambiaron de una manera que favoreció la experimentación y los descubrimientos científicos y, posteriormente, la comercialización de esas ideas. Comprender los acontecimientos recientes, como la crisis financiera mundial de 2007-2009 y la pandemia de la COVID-19, requiere una comprensión de la historia económica. Conocer cómo los gobiernos del pasado afrontaron crisis y plagas ayuda a afrontar mejor las actuales. Sin embargo, durante mucho tiempo, el comité del Nobel ignoró a los economistas con inclinaciones históricas. Está casado con Margalit Birnbaum, quien es profesora de bioquímica y biología molecular. Tienen dos hijas.

publicado 24 Octubre 2025

“Estos dos años han sido una pesadilla"

Se lo ve caminar con soltura por el Estadio Israelita antes del acto de conmemoración del ataque del 7 de octubre, en donde tuvo un rol central. Ha recorrido la mayoría de las comunidades, lo conocen y ya se siente en casa. Antes de llegar a nuestro país, Peleg Lewi fue diplomático en Angola, Colombia, Hungría, Francia, Japón y China. En Paraguay tuvo el desafío de reabrir la embajada israelí, lo que permite avizorar una gestión diplomática esperanzadora en Chile.Hijo de padre uruguayo y madre argentina, nacido en Montevideo, tiene un acento latinoamericano que resulta familiar. Es además muy cercano, lo que facilita la conversación.Embajador, ¿cómo recuerda el 7 de octubre?“A las seis y media de la mañana sonaron las alarmas y comenzaron a caer los cohetes. Quince minutos después, mi hermano y su familia estaban en mi puerta, porque ellos no tenían refugio y vinieron al mío. Al principio veíamos las noticias, pero como soy empleado del Ministerio, empecé a recibir más información. Sin embargo, hasta las últimas horas del día no se sabía exactamente lo que estaba pasando. Eso fue lo peor: la incertidumbre, la angustia de no entender la magnitud del ataque.Para nosotros fue el día más difícil. El sentimiento más grande que tuve fue la incertidumbre: no saber lo que estaba pasando, no saber qué hacer o cómo ayudar. Esa es la peor sensación, cuando uno no puede ayudar a quien está en peligro porque no tiene conocimiento de lo que ocurre”.¿Cómo han sido estos dos años?“Una pesadilla. Recién ahora, con el regreso de los secuestrados vivos, tenemos aire para respirar. Por supuesto que estamos esperando a quienes ya no están con nosotros, pero ver una y otra vez las fotos y los videos de las familias reunidas, nos da aire para continuar. Ahora Israel puede comenzar un proceso de reconstrucción, junto con la diáspora y la comunidad judía, para definir quiénes somos ahora y hacia dónde vamos. Recién hoy estamos en posición de iniciar ese camino”. El Embajador Lewi llegó a Chile precisamente en este dramático periodo, representando a un país que no veía su supervivencia amenazada desde hace décadas. Cuenta que esta es la tercera vez que ejerce como embajador y que ha sido bien recibido por autoridades y la prensa. También dice que le sorprenden los ataques personales en redes sociales: “Nunca vi algo así”, y destaca que la comunidad judía lo ha hecho sentir en casa: “Me han recibido con los brazos abiertos”.Aunque aún no presenta credenciales, ya entregó la copia, lo que le permite trabajar normalmente. Agrega que está muy contento en Santiago y que quiere volcarse al gran desafío de representar a Israel en Chile.¿Por qué dice que es un desafío mayor?“Porque el actual gobierno nos ha puesto dificultades, tanto a Israel como a la comunidad judía. Es evidente que las relaciones bilaterales no están en su mejor momento y hay demasiada crítica hacia Israel.Nosotros recibimos la crítica con mucho amor, pero lo que pedimos al gobierno es que sea objetivo. No todo es blanco y negro y no hay que escoger un lado del conflicto.Además, está el desafío de que el conflicto palestino-israelí no debe importarse a Chile. Acá judíos y palestinos son, ante todo, chilenos. Creo que Chile tiene bastantes quiebres y asuntos internos que resolver como para importar un conflicto.Tenemos casi 80 años de relaciones diplomáticas que no se pueden romper en un segundo. Entonces, nuestro trabajo hoy en día en la Embajada es normalizar las relaciones, mantener el diálogo no solamente con el gobierno chileno, sino también con toda la comunidad chilena”.¿El conflicto ya no está importado?“Está, claro que sí. Pero no hay ninguna razón para seguir calentándolo. O sea, hay un problema de diálogo aquí, en Chile, como en otros países. El mundo está polarizado.Yo creo que la comunidad judía ha tratado de mantener el diálogo, de construir puentes, pero para bailar un tango hacen falta dos personas. Entonces, esperemos que la comunidad palestina sea más constructiva. Es decir, que sepa construir y no dañar lo que existe.Además, hay que separar bien a la comunidad judía de Chile, que son primero chilenos. No son responsables de lo que hace un gobierno de Israel. La comunidad judía de Chile es responsable de la comunidad judía de Chile: punto. Por eso también creo que, si hay críticas sobre el gobierno israelí, no hay que esconderlas”.Al mostrarle un medicamento de TEVA y preguntarle ¿Qué es Israel?, responde:“Es esto (apunta al medicamento). Israel es la solución para el futuro. Creo que el mundo no puede avanzar sin Israel. En cualquier ámbito te digo donde está la participación de Israel.No hay una empresa multinacional exitosa que no tenga un centro de R&D, (Research and Development), en Israel. No existe. El que dice boicot está equivocado, porque no tendría GPS, ni celular, no tendría nada”.Nos quedamos con gusto a poco, pero vendrán más conversaciones. Lo importante es confiar en que a veces, el trabajo más importante de un embajador no es la política, sino enseñar a ver las cosas desde otra perspectiva.

publicado 17 Octubre 2025

Isaac Caro, Roman Yosif y Gabriel Zaliasnik opinan

Cuando el fuego se apagaPor Gabriel Zaliasnik, Profesor de Derecho Pena Facultad de Derecho, Universidad de Chile. Expresidente de la CJCh.Escribo esta columna a solo horas que, finalmente, tras 738 días desde la barbarie perpetrada por grupos terroristas palestinos el 7 de octubre de 2023, el conflicto en Gaza llegue a su fin y se liberen los últimos 48 civiles secuestrados, vivos y muertos. El acuerdo de Sharm el Sheij, impulsadopor Washington y apoyado por el mundo árabe y musulmán, marca un punto de inflexión. Lo que no logró el indolente apaciguamiento europeo ni el antisemitismo de Sánchez en España, ni las condenas estériles de la ONU, lo consiguió el Presidente Donald Trump con resión decidida sobre Hamas. Su firme claridad moral —no la fría e interesada equidistancia ni las mal intencionadas palabras vacías de Petro o Boric- abrieron en definitiva la puerta a la paz.Esta guerra no era inevitable. Fue impuesta cuando Hamas con intenciones genocidas asesinó, secuestró y convirtió a inocentes en escudos humanos. Israel respondió como cualquier democracia que se defiende del terrorismo. El acuerdo da un respiro a millones, pero es innegable que estos años rompieron algo profundo: el espejismo de normalidad de la vida judía en todo el mundo. Desde el 7 de octu-bre, cada día nos recuerda que el antisemitismo no desapareció tras el Holocausto de 6 millones de judíos, solo dormía. Cuando el yiha-dismo lo despertó, lo hizo con furia. Las máscaras cayeron y muchos entendimos, con dolor, quiénes estaban realmente a nuestro lado.Pero de ese horror también brotó una certeza. El pueblo judío ya no es un huésped en la historia de otros, sino que un actor libre y soberano en su tierra milenaria, con lengua, sueños y destino propios.Israel no es un accidente geopolítico, sino la prueba viva de la continuidad y renacimiento judío. La guerra reafirmó que por su existencia no debe pedir disculpas. Su firmeza no fue arrogancia sino supervivencia. De allí que la extrema izquierda islamofascista que tanto exigía un cese al fuego unilateral, hoy no celebre.Ahora toca mirar hacia adelante. Gaza debe reconstruirse, pero sobre nuevos fundamentos: desradicalización y educación para la paz. Nunca más un niño debe ser usado como escudo ni convertido en terrorista. Ningún aula debe dedicarse a impartir odio. La ayuda internacional debe estar condicionada al desarme, la rendición de cuentas y la edificación de instituciones civiles palestinas fuertes y no corruptas. Solo así podrá nacer un futuro compartido en el que la prosperidad sustituya al martirio.Hay en el esfuerzo de Trump un nuevo comienzo, uno en que ya no se cuestione la legitimidad de Israel como único estado judío, y uno en que se sienten las bases para la autodeterminación palestina, viviendo en paz y seguridad. Nada lo expresa mejor que la letra de la canción “A new day will rise” de la cantante israeli Yuval Raphael en el festival Eurovision 2025: “Un nuevo día surgirá, la vida continuará. /Todos lloran, no llores solo. /La oscuridad se desvanecerá, todo el dolor pasará. /Pero nos quedaremos, incluso si dices adiós.*Reproducción autorizada por el autor.Publicada en Diario La Tercera. (14-10-2025)--Volver a casa para un nuevo comienzoPor Roman Yosif Capdeville, Director del Círculo Israelita de Santiago.Describir desde las emociones más profundas lo que hemos vivido en las últimas horas parece una tarea imposible. Lo único que podemos afirmar es que estamos cerrando un ciclo largo, complejo y agotador, especialmente para las familias de los secuestrados, para toda la sociedad israelí y para las comunidades judías del mundo que hemos seguido este proceso día a día desde el 7 de octubre de 2023. Nuestro compromiso sionista nunca estuvo tan fuerte como en estos meses.Como generación, somos privilegiados. Hemos sido testigos de la era dorada del desarrollo de la vida judía y del Estado de Israel, nacida en la posguerra y tras 2.000 años de persecuciones. Y hoy también tenemos la fortuna de presenciar el inicio de una nueva etapa en la historia del Estado Judío y de Medio Oriente en general.Nunca antes habíamos estado tan cerca de una estabilización en las relaciones de Israel con sus vecinos árabes y con el mundo musulmán. La cumbre de Sharm El Sheik del lunes, con Trump a la cabeza, es un ejemplo de ello. Allí no solo participaron países moderados como Jordania, Egipto y Arabia Saudita, sino también Qatar, uno de los principales financistas del Hamas, e Indonesia, el país musulmán con mayor población del mundo. Ver esas imágenes llena de esperanza, pues todos muestran voluntad política de poner fin a la guerra provocada por Hamas y sus aliados iraníes, avanzar en la ampliación de los Acuerdos de Abraham y, sobre todo, construir una Gaza sin islam radical y abrir una posible convivencia en paz entre el futuro Estado Palestino e Israel.Hace algo más de un año, tuve la oportunidad de viajar con un grupo de dirigentes comunitarios a Israel para conmemorar Yom Haatzmaut. Fue quizás una de las conmemoraciones más tristes en la historia reciente, en plena guerra, en medio del duelo y la incertidumbre que enfrentaba el país. La tensión social, los secuestrados, los reservistas en movilización, la economía afectada y los cuestionamientos al gobierno de Bibi Netanyahu. En ese momento había mucha confusión, división y poca claridad respecto al futuro. Hoy, tras estos meses, hemos llegado a aquel día con un alto costo en vidas humanas, en salud mental, en cohesión social y en antisemitismo global. Sin embargo, la comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, presenta un plan audaz. Habrá que ver los pasos de su real implementación que nos ilusiona a todos. La pregunta que queda en el aire es: ¿Qué viene para la interna de Israel ahora?La imagen que captamos en mayo de 2024 es de un Israel de contrastes. Por un lado, el Tel Aviv de la innovación y los startups billonarios, con el Bnei Brak, donde a pocas cuadras, el mundo ultraortodoxo vive en condiciones de pobreza y lejanía de la modernidad. También tenemos el Israel de los ashkenazim liberales y de las universidades de clase mundial, pero también el Israel Mizrahi, cada vez más relevante, con su cultura más tradicional. oriental y conservadora. A esto hay que sumar las grandes ciudades, donde el valor del metro cuadrado alcanza el de Manhattan, versus las comunidades agrícolas como en el Neguev, que continúan luchando contra el desierto con innovación.Estas diferencias profundas, a veces algo irreconciliables según demógrafos como Sergio Della Pergola, enriquecen a un Israel diverso y lo convierten en una potencia cultural, económica, militar y social única en el mundo.Pero, tras el fin de esta guerra, Israel debe enfocarse en revisar su sistema político fragmentado, sus políticas públicas respecto a la comunidad ultraortodoxa, y en avanzar en la integración de la población árabe-israelí. Es fundamental repensar su estrategia de defensa, manteniendo alianzas con Occidente, pero sin depender exclusivamente de ellas para enfrentar futuros escenarios de agresión.Todos estos desafíos de largo plazo requieren consensos y una visión de Estado, tal vez apuntando a un nuevo gobierno de unidad nacional. La sociedad israelí necesita potenciar a sus liderazgos moderados, aislar a los más radicales y asegurar la sostenibilidad del Estado para sus próximos 77 años, que estará en juego durante esta etapa decisiva.Lo positivo es que, tras la masacre del 7 de octubre y la guerra en múltiples frentes que siguió, se abre un nuevo escenario para diseñar, con liderazgo, fuerza y sabiduría, el futuro del Pueblo Judío.Desde Chile, también podemos ser parte de esa construcción. Es momento de fortalecer nuestra comunidad: más amable, más integrada, con menos odios y con menos deslegitimación entre instituciones. Lo anterior con un foco especial en ser fuertes por dentro para los desafíos que tenemos hacia el exterior, donde nadie sobra. Tenemos todos una responsabilidad ética con nuestro pasado y con la continuidad judía de nuestros hijos, que al igual que en Israel, requiere más Ahavat Jinam (amor gratuito) para asegurar una vida judía plena, profunda y significativa.La invitación es compleja y simple a la vez: Hinei ma tov umanaim shevet ajim gam yajad, aprovechemos este momento de catarsis colectiva como pueblo, para que este volver a casa simbolice volver a ser más hermanos y caminar más juntos que nunca este nuevo comienzo.Am Israel Jai.--Acuerdo de paz Israel-Hamás: Alcances y limitaciones Por Isaac Caro, Universidad Alberto HurtadoEl 13 de octubre de 2025 será considerado como un día histórico para Israel y para el conjunto de Medio Oriente. En primer lugar, tuvo lugar la liberación de 20 rehenes israelíes que fueron capturados en el ataque llevado a cabo por Hamás en contra de Israel el 7 de octubre de 2023. Aquel día el movimiento islamista asesinó a unas 1.200 personas, tomando como rehenes a unas 250. En segundo lugar, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un discurso ante la Knesset o parlamento israelí, celebrando el cese al fuego y el regreso de los rehenes, anunciando un nuevo amanecer para la región. Anteriormente, sólo tres presidentes estadounidenses se habían dirigido ante la Knesset.  En marzo de 1979, el discurso de Jimmy Carter se dio en el contexto de las negociaciones que llevaron a los Acuerdos de Campo David, en virtud de los cuales Egipto e Israel firmaron un tratado de paz. Posteriormente, después de los Acuerdos de Oslo entre Israel y la Organización de Liberación Palestina, en octubre de 1994 Bill Clinton se dirigió a los legisladores israelíes. En la década siguiente, el 15 de mayo de 2008, George W. Bush pronunció un discurso con motivo del 60 aniversario de la fundación del Estado de Israel. El tercer hecho, también significativo, refiere a la firma del acuerdo de paz alcanzado por Israel y Hamás, suscrito en la ciudad egipcia de Sharm el Sheik, por el presidente Trump y los máximos dirigentes de Egipto, Turquía y Qatar, que actuaron como mediadores de este convenio. En una ceremonia que contó con la presencia de más de 20 jefes de Estado y de Gobierno se selló un acuerdo impulsado por el presidente estadounidense y que genera esperanzas para una paz duradera en la guerra de Gaza, como primer paso para una solución al largo conflicto israelí-palestino. El acuerdo, de 20 puntos, establece, entre otras cosas, un cese al fuego, la liberación de rehenes israelíes, la excarcelación de presos palestinos, lo cual se ha cumplido, faltando que Hamás libere a los rehenes muertos en cautivero. Además, quedan muchos temas que parecieran ser difíciles de resolver, como el desarme definitivo del grupo terrorista Hamás, la reconstrucción de Gaza, la retirada completa de las fuerzas de defensa israelíes, y la forma de gobierno en Gaza. Al respecto, se establece la conformación de una “junta de paz”, presidida por el presidente Trump, con la participación del exprimer ministro británico, Tony Blair, así como el despliegue de “fuerzas policiales palestinas” con el apoyo de Egipto y Jordania. A pesar de todas sus limitaciones, el acuerdo abre un camino de esperanza hacia una paz duradera en la región, que sea consistente con la ampliación de los Acuerdos de Abraham, en que nuevos países árabes reconozcan y entablen por primera vez relaciones diplomáticas con Israel, y se avance en la fórmula de dos Estados, que incluya fomentar las condiciones para la creación de un “futuro Estado palestino”, como lo estipula el punto 19 del acuerdo. 

publicado 17 Octubre 2025

László Krasznahorkai, Premio Nobel de Literatura

Laszló Krasznahorkai nació el 5 de enero de 1954 en Gyula, Hungría. Su padre, György Krasznahorkai, era abogado y su madre Júlia Pálinkás, una administradora de seguridad social. Él es judío por parte de su padre. Su abuelo paterno cambió su apellido Korin a Krasznahorkai en 1931. Laszló dice que sus raíces le fueron ocultadas durante la era comunista en Hungría. Aunque el judaísmo no es un tema central en su obra, el trasfondo judío y su historia familiar de persecución influyen en los temas de su literatura. En una entrevista se refirió a su identidad como “mitad judío” y comentó sobre el creciente antisemitismo en Hungría, diciendo que si las cosas continuaban así, “pronto seré enteramente judío”. Desde 1968 hasta 1972 asistió a la enseñanza media en  Gyula, especializándose en Latín y luego en 1973 estudió Derecho en la universidad József Attila; en 1976 se trasladó a la Universidad Eötvös Loránd in Budapest desde 1976 hasta 1978. De 1978 a 1983 estudió el lenguaje húngaro en la Facultad de Humanidades, donde obtuvo su grado. Su tesis se enfocó en el escritor Sandor Marai luego de su exilio del régimen comunista en 1948. Al completar sus estudios, comenzó a trabajar como escritor; su primera novela, Sátántangó, de 1985, captó la atención internacional, que lo estableció como un líder en la literatura húngara. La historia familiar de ocultamiento y supervivencia, en el contexto de la Hungría comunista, que suprimía las identidades minoritarias, se conecta con los temas recurrentes de su obra, como la desintegración moral, la resiliencia espiritual y el colapso social. Su novela “Guerra y guerra” incluye un protagonista llamado Korin, el apellido original de su abuelo. Su traducción al inglés recibió el Best Translated Book Award en 2013. Es una descripción sombría y conmovedora de la vida en una granja colectiva en decadencia. El libro se convirtió en un referente de la literatura húngara y posteriormente fue adaptado en una película de siete horas. Sus novelas posteriores, entre ellas “La melancolía de la resistencia”, consolidaron su reputación como escritor visionario que explora el colapso moral y existencial.Su obra, a menudo apocalíptica y existencialista, puede interpretarse como un reflejo de la historia de Europa del Este en el siglo XX, incluyendo las persecuciones y los legados del Holocausto. Aunque Krasznahorkai se inspira en una amplia gama de tradiciones filosóficas y religiosas, su trasfondo judío forma parte de las experiencias humanas que explora su literatura.  Es una de las figuras literarias más aclamadas de Europa Central. Sus obras son conocidas por su prosa compleja y cautivadora, y su profundidad filosófica, que a menudo explora la tensión entre la esperanza y la desesperación en el mundo moderno. En 2015, ganó el Premio Booker británico por su trayectoria y dijo que esperaba que esto le permitiera acceder a un público más amplio. En octubre de 2025, recibió el Premio Nobel de Literatura “por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”. Al ser preguntado por las imágenes apocalípticas en su obra, dijo: “Quizá soy un escritor que escribe novelas para lectores que necesitan la belleza en el infierno”. Krasznahorkai estuvo casado con Anikó Pelyhe desde 1990 hasta su divorcio. En 1997 se casó con Dóra Kopcsányi, sinóloga y diseñadora gráfica; tene tres hijos.

publicado 10 Octubre 2025

Baruch Samuel Blumberg, Premio Nobel de Medicina

Baruch Samuel Blumberg nació el 28 de julio de 1925 en Nueva York en el seno de una familia judía ortodoxa. A veces, algo que se aprende de niño o adolescente, queda grabado en la mente por el resto de la vida; Ese fue el caso de Baruch Samuel Blumberg, cuyos estudios judaicos lo llevaron a ser médico y más adelante a descubrir una de las enfermedades más letales en el ser humano y su posible prevención. Estudió en la yeshiva de Flatbush y después asistió a la preparatoria Far Rockaway en Queens. Después de hacer su servicio militar en el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, Blumberg estudió matemáticas y medicina en la universidad de Columbia. Se graduó en 1951 y trabajó como médico varios años, después se inscribió en la universidad de Oxford para hacer un doctorado en bioquímica. Décadas más adelante, fue designado Maestro del prestigioso colegio de Balliol en Oxford (fundado en 1263); fue el primer norteamericano y el primer científico en recibir ese título.En 1960, Blumberg descubrió el antígeno de la hepatitis B y pronto demostró que el virus era una de las principales causas de cáncer de hígado. Su equipo empezó a trabajar en una prueba para la detección y en una vacuna; exitosamente produjeron ambas. Aunque Blumberg tenía la patente de la vacuna, la regaló para que cualquiera pudiera usar sus descubrimientos gratis y salvar cuántas vidas fueran posibles. En un estudio que se hizo a los 30 años de haber salido al público, se descubrió que la vacuna había reducido la infección de un 20% a un 2% en la población, y había evitado el 90% de las muertes por cáncer de hígado. Por eso muchos la han llamado “la primera vacuna contra el cáncer”.Blumberg recibió el premio Nobel en Medicina por su trabajo con la hepatitis B, y sus “descubrimientos con respecto a mecanismos nuevos que originan y diseminan enfermedades infecciosas.” En 1992 fundó en un trabajo conjunto la Fundación por la Hepatitis B. Esta asociación se dedica a ayudar a personas contagiadas a sobrellevar de mejor manera la enfermedad en su vida diaria; además, otorga financiamiento para fomentar la investigación hacia la recuperación. En el entretanto, Blumberg enseñó medicina y antropología en la universidad de Pensilvania. Sorprendentemente, también dirigió el Instituto de Astrobiología de la NASA; fue presidente de la Sociedad Filosófica de América; un miembro distinguido del Consejo Científico y Médico para la Asesoría, al igual que del Congreso de Bibliotecas. Trabajó en el Instituto Nacional de la Salud y el Instituto para la Investigación del Cáncer.Blumberg fue observante de la Torá toda su vida, y rara vez faltaba a su clase de Talmud. El afirmaba que sus estudios judíos lo habían impulsado a ser médico, pues desde joven le permitieron educar y refinar su mente para destacar en ámbitos académicos. Además su primordial interés en la medicina surgió gracias a la frase talmúdica, donde se afirma que “si alguien salva a una vida, salva al mundo entero”. Con méritos se ha dicho que Blumberg “previno más muertes de cáncer que cualquier otra persona en este mundo”. Casado con Jean Liebesman, Blumberg falleció el 5 de abril de 2011,​ poco después de pronunciar un discurso en la NASA.

publicado 10 Octubre 2025

Viaje al “Cómo entender lo inentendible”

Hay amistades que son como raíces: profundas, invisibles para los demás, pero que sostienen y nutren toda una vida. La nuestra nació en el Gan del Instituto Hebreo, un lugar que no solo nos dio educación formal, sino también un marco de valores, identidad y pertenencia que marcaron para siempre nuestro camino. En esas aulas aprendimos hebreo, celebramos jaguim y conocimos de cerca la historia y el compromiso con Am Israel. Pero lo más importante, y algo que sólo te lo da el Hebreo, forjamos una amistad que se transformó en un lazo inseparable, sólido y ejemplar, que ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo un pilar fundamental para nuestras vidas. Esa amistad, se hizo extensiva en Israel, al reencontrarnos con otros 15 ex compañeros de la generación del IH, recordando momentos y anécdotas de nuestra infancia y juventud.Ese mismo espíritu y amistad se potenció en Tzeirei Ami, nuestro movimiento juvenil, donde reforzamos los valores recibidos en el colegio y nuestras respectivas familias, incorporando liderazgo y un profundo sentido de sionismo. Allí entendimos que ser judíos no era solo una identidad cultural, sino un compromiso activo con nuestras raíces y con Israel. Con gran emoción, también pudimos reencontrarnos con Rina y Zeev, Shlijim en Tzeirei Ami hace 40 años, quienes dejaron una huella imborrable en nuestra formación y en nuestro vínculo con Israel y el judaísmo.Por eso, cuando el 7 de octubre nos golpeó tan de cerca, no dudamos en dar un paso al frente. Cinco amigos de la infancia, decidimos emprender juntos un viaje a lo que siempre nos dijeron sería la tierra de leche y miel, pero que hoy también es un lugar de preguntas dolorosas y realidades difíciles de digerir. Durante una intensa semana recorrimos lugares impensados y en ocasiones indeseados. Conversamos con personas de todos los rincones del mosaico israelí. Hombres y mujeres, de izquierda y de derecha, religiosos y seculares, Jayalim en servicio, padres de soldados solitarios (Jayalim bodedim), voceros de la Tzavá (Roni Kaplan), incluso con un amigo que hice en mi juventud en España y que hoy es periodista y corresponsal en medio oriente (Sal Emergui), todo esto en un intento de entender lo inentendible.Junto a Keren Hayesod, tuvimos la oportunidad de visitar Ben Yakir, una aldea que acoge a jóvenes en situación de riesgo social. Allí conocimos de cerca la esperanza que hoy reciben gracias a la reciente donación de la División Femenina de Chile, que permitió la creación de un moderno centro tecnológico destinado a entregarles herramientas y abrirles un futuro mejor, pese a las duras adversidades que les ha tocado enfrentar.Con una emoción aún mayor, también recorrimos el Centro Terapéutico de la aldea, un espacio que guarda un significado muy especial para nosotros: los cinco fuimos parte de su materialización en nuestra juventud, cuando me tocó presidir la división Dor Hemshej de Keren Hayesod. Verlo en funcionamiento, ayudando a tantos jóvenes a sanar y salir adelante, fue profundamente conmovedor. Y al mismo tiempo doloroso, porque producto de la guerra, este centro se ha transformado, lamentablemente, en el espacio más solicitado de toda la aldea.Estremecedor fue visitar el Kibutz Nir Oz, acompañados por Yftaj, hijo de uno de sus fundadores. Con gran emotividad, y a ratos con la voz quebrada y las palabras atascadas en la garganta, nos relató lo macabro y doloroso que fue vivir el 7 de octubre de 2023. Entre cenizas, escombros y silencios que gritaban, escuchamos de primera fuente historias imposibles de asimilar. Historias que mostraban lo más oscuro de la condición humana, tan crueles que cuesta llamarlas humanas. Y entendimos, con rabia y desgarro, que los responsables no eran personas, sino que verdaderos monstruos.El momento más desgarrador fue al detenernos frente a la casa de la familia Bibas. En su fachada aún colgaban fotos de esos niños de sonrisa inocente y mirada enternecedora, abrazados a sus padres. Imágenes que parecían gritar lo que el corazón no alcanza a procesar. Imposible no preguntarse ¿cómo se puede seguir viviendo después de tanto dolor? ¿Cómo aceptar que una familia, con toda una vida y un futuro por delante, como cualquiera de nuestras propias familias, haya visto truncado una vida que apenas comenzaba a escribirse?Mientras recorríamos el kibutz, escuchamos el crujir de las maderas de las primeras casas que comenzaban a ser demolidas. Y entonces, con la voz entrecortada, lágrimas contenidas y pausas que dolían más que las palabras, Yftaj nos explicó la decisión del Kibutz: por más recuerdos y vida que hubiera en esas paredes, después de las atrocidades del 7 de octubre, “No queremos vivir en un Auschwitz”, nos dijo. Y en ese silencio que siguió a sus palabras, sentimos de golpe la magnitud del dolor de un pueblo que, a pesar de todo, sigue luchando por levantarse.También visitamos otros lugares cargados de un peso emocional imposible de describir. Uno de ellos fue el lugar donde ocurrió la masacre del Festival Nova: allí, donde casi 400 jóvenes fueron asesinados y 44 secuestrados, simplemente por bailar y cantar en un festival que paradójicamente celebraba la paz.Caminar por ese espacio fue estremecedor. Cada rincón parecía contar una historia, cada foto y cada nombre eran un recordatorio de sueños interrumpidos. Sentimos en la piel la fragilidad de la vida al imaginar a esos jóvenes, tan llenos de energía, de ganas de vivir, de disfrutar, de construir futuro, siendo víctimas de una tragedia inconcebible.No muy lejos de allí nos encontramos con el llamado “cementerio de autos”. Decenas de vehículos acribillados permanecen como testigos mudos de la barbarie. Allí fueron asesinados cruelmente quienes intentaron escapar de las balas asesinas, buscando desesperadamente salvarse para poder seguir escribiendo sus propias historias. Las balas en las carrocerías, los vidrios quebrados y las huellas de violencia transforman a esos autos en un memorial desgarrador de lo que no debería haber ocurrido jamás.Tuvimos también la oportunidad de visitar el centro de rehabilitación ADI, principalmente destinado a los soldados heridos en la guerra y en el cual también cuenta con el apoyo de Keren Hayesod. Allí, en un ambiente cargado de humanidad y resiliencia, escuchamos testimonios que nos estremecieron profundamente. Cada historia relataba no solo el instante en que fueron heridos, sino también el duro y a la vez esperanzador proceso de rehabilitación que hoy enfrentan. Fueron relatos que nos golpearon el corazón y al mismo tiempo nos mostraron la fuerza y determinación de quienes, pese al dolor, luchan día a día por volver a levantarse.Fuimos parte de la tradicional manifestación cada sábado en el Kikar Hajatufim, acompañando a cientos de miles de israelíes que clamaban, con un grito unánime, por el pronto regreso de los rehenes y por la tan anhelada paz para Israel y el mundo.Allí, entre banderas, cantos y plegarias, escuchamos los testimonios de quienes lograron volver del cautiverio y, sobre todo, la voz quebrada de los familiares de aquellos que ya cumplían 700 días secuestrados. Sus palabras, entre lágrimas y esperanza, se proyectaban sobre grandes pantallas que mostraban los rostros de sus seres queridos: imágenes de hijos, padres, hermanos, con sonrisas congeladas en el tiempo, esperando volver a ser abrazados.Pero junto a este intenso y necesario recorrido, también pudimos reencontrarnos con el Israel que tanto queremos y recordamos: el de las playas llenas de familias, risas y juventud; el de las mesas compartidas en restaurantes y cafeterías repletas de vida, aromas y esperanzas; en esas conversaciones que siempre terminamos con un brindis por la amistad, por un Israel seguro y por la continuidad del pueblo judío.Porque más allá del dolor y la complejidad de lo vivido, este viaje fue también una celebración: de la amistad que perdura y se fortalece con los años, del compromiso inquebrantable con nuestro pueblo y de la certeza de que, incluso en tiempos oscuros, lo que nos sostiene son la unidad y los vínculos verdaderos.Y quizás esa sea la mayor enseñanza que nos llevamos: que no se trata de intentar entender lo inentendible, sino de acompañar, escuchar y abrazar, de estar presentes, hoy más que nunca, con Israel, nuestras instituciones y la comunidad judía, porque así y solo así, más unidos que nunca, podremos dar continuidad a nuestro milenario pueblo judío.Am Israel Jai

publicado 03 Octubre 2025

“No contribuye en nada a poner fin a la guerra en Gaza”

Contexto del boicot y la contra carta A principios de septiembre de 2025, el movimiento Film Workers for Palestine reunió a alrededor de 4.000 artistas que se comprometieron a no colaborar con festivales, productoras o instituciones culturales israelíes que, en su visión, estén implicadas en “genocidio y apartheid” en Gaza. En respuesta, más de 1.200 artistas, bajo organizaciones como Creative Community for Peace y The Brigade, firmaron una carta en la que rechazan ese boicot. Denuncian que se está confundiendo arte con política, y que la cultura no debería ser un campo para acusaciones generalizadas ni para castigos colectivos. Los argumentos de quienes firmaron la cartaUno de los puntos clave que alegan los firmantes es que el boicot cultural no contribuye significativamente a poner fin a la guerra en Gaza. Según ellos, medidas simbólicas como estas no logran cambios en terreno, no terminan con la violencia ni con la crisis humanitaria. Otro argumento central es que al boicotear based on nacionalidad o por asociación, se corre el riesgo de castigar a personas o instituciones que pueden no estar alineadas con las decisiones del gobierno israelí, pero que trabajan en ámbitos culturales u independientes. Se denuncia también que estas campañas pueden fomentar antisemitismo al tratar de forma colectivizada a artistas por su origen. Firmantes como Mayim Bialik, Debra Messing, Liev Schreiber, y otros, han expresado que esta carta pretende defender el diálogo, preservar la libertad artística y evitar que se silencien voces críticas dentro de Israel. También piden que las acciones culturales no fomenten la división. Críticas al boicot: eficacia y consecuenciasQuienes apoyan la carta anti-boicot señalan que la medida no logra resultados concretos sobre el terreno: no frena los bombardeos, no libera rehenes, no mejora la ayuda humanitaria ni produce presión política efectiva que lleve a negociaciones creíbles para el fin de la guerra. Además, advierten que este tipo de boicots puede generar un efecto contraproducente: polarización, censura implícita, y marginar a artistas que podrían estar buscando construir puentes o denunciar injusticias desde dentro. Se plantea también que el activismo cultural debe enfocarse en lo que une más que en dividir, especialmente en contextos de alta sensibilidad política. Reflexión: ¿cultura como instrumento de cambio?La tensión entre cultura, política y protesta es antigua. En este caso, la carta “anti-boicot” surge como rechazo a lo que muchos ven como un uso superficial de la cultura para presionar, sin estrategias concretas, que alivien el sufrimiento en Gaza. La pregunta que queda es qué formas de activismo cultural son útiles cuando la urgencia de los daños bondadosos es grande. ¿Cuándo sirve más alzar la voz que cortar colaboraciones? ¿En qué medida el arte debe tomar partido o mantenerse independiente?Para los firmantes, la cultura debe ser espacio de conversación y cuestionamiento, no de exclusión generalizada. Su posición es que las medidas de boicot pueden tener una motivación simbólica comprensible, pero no acompañan soluciones reales ni alivian directamente a quienes sufren.ConclusiónLa carta de 1.200 artistas que defiende a Israel del boicot cultural plantea un argumento claro: este tipo de acciones simbólicas no contribuyen de forma tangible a detener la guerra en Gaza ni a mejorar la situación de los civiles afectados. Más allá de la polarización mediática, este debate invita a pensar cómo el arte y la cultura pueden aportar realmente al diálogo, al entendimiento mutuo y a la construcción de paz, en lugar del aislamiento y la confrontación.-- Fuente: VIS A VIS: “La carta que firmaron más de 1.000 artistas para defender a Israel del boicot: ‘No contribuye en nada a poner fin a la guerraen Gaza’” (25 de septiembre de 2025). También artículos relacionados en Tomatazos, Voz.us y Espinof que reportan la carta contra el boicot.