Democráticos y confiables, pero con tareas pendientes a nivel local
Los vinos chilenos:
Por LPI
Pero primero, algunas cifras sobre la industria del vino en el país. Chile es el cuarto país exportador de vinos a nivel mundial. Tiene 212.000 hectáreas de vides. 70,2% de las uvas producidas por Chile son destinadas a vino, y un 26% a uvas de mesa; el resto (3,9%) se destina a uvas pasas. China, Inglaterra, Estados Unidos y Brasil, son algunos de los principales mercados a los que se exporta el vino nacional.
Felipe Kaumann, de JJ Importadora, que comercializa vinos de todo el mundo -chileno, francés, español, portugués, alemán y norteamericano, entre otros- en Chile y Brasil, comenta que el vino nacional es conocido en el mundo “como un Volkswagen Golf. Es un vino confiable, que puede agradar a todos, que entrega satisfacción y alegría, y se puede maridar con prácticamente todas las comidas”.
Es –además- un vino económico, de USD $ 10 o $ 12 la botella, y es difícil vender a un precio más caro que ese. Y agrega: “Hoy en día la gente espera de un vino chileno que sea fácil de tomar, que sea agradable”.
Por su parte, Sven Bruchfeld, de Polkura Wines, da cuenta de cómo el vino ha posicionado la marca “Chile” en el mundo. “Chile está firmemente establecido como un actor clave en la escena vitivinícola mundial. En la mayoría de las tiendas de vino del mundo hay una sección “Chile” y no es raro ver banderitas chilenas o mapas con la ubicación de los viñedos. A uno se le hincha un poco el pecho. Definitivamente no hay ningún otro producto chileno que pueda ostentar algo así. El vino chileno es “el” embajador de Chile en términos de imagen país. Si bien el salmón o la fruta también tienen su espacio, no hay como el vino en ese sentido”.
Sin embargo, el enólogo coincide con Kaufmann en el diagnóstico de que “Chile fue y sigue siendo “Bueno, bonito y barato”. “Cheap and cheerful”. Buena relación precio calidad. Desde el punto de vista comercial eso no es necesariamente una mala cosa, pero limita. Argentina en ese sentido lo ha hecho diferente, promocionando afuera especialmente los vinos de mayor valor. No es raro llegar a una tienda a ofrecer vinos chilenos relativamente caros y que te respondan que para vino chileno el cliente busca un menor precio. “Rico tu vino pero demasiado caro para Chile”. Eso independiente de la calidad que es reconocidamente de nivel mundial”.
Kaufmann afirma que, en términos de preferencias, los vinos chilenos que son preferidos en el extranjero son “el Carmenere y también el Cabernet Sauvignon, con su carga de pimentón, que la gente puede compartir en una cena y no gastar tanto”.
Para Bruchfeld, de Polkura, no es tan fácil determinar una preferencia. “Yo no sé realmente si existe un vino preferido de chilenos o extranjeros, pero cerca del 30% del viñedo chileno es Cabernet Sauvignon. Si ese número se ha mantenido es porque se trata de nuestra cepa más exitosa. El Syrah o El Carmenere no alcanzan el 10% cada uno”, señala.
Y eso que la viña de la que es socio fundador –y que actualmente produce del orden de 100.000 botellas al año- se ha especializado en Syrah. “Soy fanático del Syrah. Tuve la suerte de trabajar con Syrah desde que llegó a Chile y luego en Australia y Francia me tocó también ver la cepa con otros ojos. Lo bonito del vino es que no hay una sola preferencia. Si bien existen tendencias, hay una audiencia para todo. Es uno de los productos más democráticos en ese sentido”.
No obstante, es crítico de los hábitos de consumo que hay en Chile: “Mucha Coca Cola en las mesas y poco vino. En Chile el consumo per cápita es de 14 litros al año. De todos los países productores de vino, es por lejos la cifra más baja. En Chile se toman vinos baratos, sin ser necesariamente el motivo los eventuales problemas de poder adquisitivo. La mayoría de gente cree que un vino de $ 7.000 es caro y siente que no vale la pena pagar más. Pero al mismo tiempo gastan mucho en otros bienes. Nada de malo con eso. La responsabilidad es nuestra. Es nuestra labor educar el paladar”.