Rosh Hashaná: buscando verdad, justicia y paz.
Recuerde enviar sus preguntas al e-mail: comunicaciones@cis.cl
Por Gachi Waingortin
Lo primero sería la búsqueda de la verdad. Acceder a la verdad en nuestro fuero más íntimo no siempre es fácil. Solemos ser los objetivos más inmediatos de nuestras propias mentiras. Recordemos lo que enseñó Adin Szteinsaltz en su visita a Chile: ¿A quién se puede engañar? A D´s no se lo puede engañar. La gente no es tonta, no se deja engañar. Por lo tanto, solo queda engañarse a uno mismo. Pero engañar a un tonto, no es ninguna gracia.
Si nuestro ser se sostiene sobre los tres pilares de Rabán Shimón ben Gamliel, lo primero que debemos buscar en nosotros mismos es la verdad. ¿Somos lo suficientemente auténticos? ¿Cuál es nuestra verdad? ¿Qué es lo que somos en realidad? Buscar la verdad dentro de nosotros implica un trabajo de “investigación” profundo. Si fuéramos periodistas de un programa de televisión, ¿dónde miraríamos? ¿Qué preguntas haríamos? ¿En qué áreas mandaríamos un “agente encubierto” para que transparente lo que de verdad somos? En Rosh Hashaná debemos mirarnos en un espejo y ser honestos con nosotros mismos. Solamente así podremos avanzar a la siguiente etapa, la búsqueda de la justicia.
¿Qué significa la justicia cuando se trata de nuestro ser interior? Nuestra capacidad de juicio suele distorsionarse cuando la aplicamos a nosotros mismos, pues somos proclives a tender a los extremos. A veces somos demasiado estrictos y nos lapidamos por errores que no son tan graves. O somos demasiado indulgentes y justificamos actitudes que no dejaríamos pasar en otros. Parashat, Shoftim, nos dice “Tzédek, tzédek tirdof”, justicia, justicia perseguirás. Y la repetición de la palabra “justicia” se interpreta muchas maneras, entre ellas, las que dice que debemos perseguir la justicia cuando nos conviene y cuando no nos conviene. Cuando nos toca evaluarnos, muchas veces sentimos que no nos conviene ser justos. Cuando la pugna es de uno mismo contra uno mismo es muy difícil administrar justicia. Habernos acercado a la verdad ayuda, pero llegar a la justicia exige un esfuerzo adicional.
La Torá nos ofrece otra idea para lograrlo: la declaración, enunciada dos veces, en Shemot 21:24-26 y en Vaikrá 24:19, que dice: “Ojo por ojo, diente por diente”. No se trata de la “ley del talión”, no se trata de venganza. Es la exigencia de una reparación justa y proporcional al daño. ¿Qué estamos haciendo mal y debemos reparar? Si debemos buscar la justicia, es imperativo que ponderemos correctamente nuestros errores y hagamos las reparaciones correspondientes, tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos. Ni más, ni menos.
Si somos capaces de encontrar la verdad y, en base a ese conocimiento íntimo, actuar de un modo que sea justo para con nosotros mismos, estaremos más cerca de alcanzar la paz interior. La paz es la sensación de estar haciendo lo correcto en el lugar correcto, en el momento correcto, con las personas correctas. Y es esa paz la que nos dará la tranquilidad necesaria para poder seguir buscando nuestras verdades. Es un círculo virtuoso.
Parashat Shoftim nos pide que nos pongamos jueces y policías. Que seamos nuestros propios policías, nuestros propios reporteros en búsqueda de las llaves de la autenticidad. Y nuestros propios jueces, para juzgarnos con honestidad y también con misericordia. Durante todo el mes de Elul, cada día el shofar nos recordó que nos estábamos acercando a Iom Hadín, el día del juicio. En Rosh Hashaná, no debemos dejar pasar por alto esta oportunidad que nos ofrece nuestro calendario: un momento de autoevaluación, de una búsqueda sincera de nuestras verdades, de la consecución de un juicio justo que nos permita alcanzar, para este año que comienza, la tan necesaria y anhelada paz.