“Siento que todos debemos aportar, aunque sea un granito de arena, para la continuidad del judaísmo y el amor a Eretz Israel, tanto en Chile como en el mundo”
Por LPI
Paulo, ¿hace cuánto tiempo eres parte de la Comunidad NBI y que te motivó a acercarte a ella?
-Soy parte de la NBI (antes Bnei Jisroel o Bnei Israel) desde siempre, mi familia toda la vida perteneció a la comunidad. Y a pesar de que en algunos momentos con mi señora transitamos por otras instituciones, decidimos permanecer en la NBI y hacer nuestra vida judía en torno a esta comunidad. La NBI definitivamente es uno de los pilares que nos conecta con nuestro judaísmo, como lo son también nuestra familia, nuestros amigos y el colegio de nuestros hijos. Lo que nos motivó a continuar siendo parte de la NBI es que consideramos que representa nuestros valores y perfil como familia, donde la identidad judía y el aprecio por nuestra historia y tradiciones juegan un rol preponderante y central.
¿Desde cuándo eres parte del Directorio?
-Entré al Directorio de la comunidad en la presidencia de Claudio Wortsman, en el año 2015, como Pro-Tesorero. Lo hice porque siempre me ha motivado la participación comunitaria y siento que todos debemos aportar, aunque sea un granito de arena, para la continuidad del judaísmo y el amor a Eretz Israel, tanto en Chile como en el mundo. En 2017 continué en el Directorio, esta vez presidido por Tomás Münzer, y fui durante esos dos años Tesorero de la Comunidad. Finalmente, en 2019 formamos el equipo del Directorio actual, el cual tengo el honor de liderar.
¿Cuál es tu sello en el liderazgo de la comunidad?
-Personalmente tengo un estilo muy horizontal de liderazgo y me gusta que todo el equipo tenga un rol y participe activamente; tenemos actualmente el Directorio más joven y con mayor participación femenina de las últimas décadas.
¿Cuáles son, para ti, los principales valores que definen a esta comunidad?
-Generalmente reconocen en nosotros características como la sencillez, la calidez, la sobriedad, el ser una comunidad acogedora. Buscamos ser lo que llamamos una “Kehilá Kedosha” como misión central. Pienso también que somos una institución consistente con nuestros principios y hoy en día bien diversa en cuanto a las familias que la componen. Nos gusta fomentar la participación y el crecimiento familiar, la educación, la cultura, el respeto a nuestros adultos mayores y generar continuamente vitalidad y atraer a la juventud, que es el futuro de nuestra institución y de nuestro pueblo.
¿Y qué crees que la distingue de otras comunidades?
-Primero quiero decir que aquí no hay comunidades mejores ni peores, cada una tiene sus propias características y cada persona o familia judía encuentra en alguna de las comunidades de nuestro Ishuv el espacio de participación que le acomode y se ajuste a más a su forma de ser, a sus expectativas y a su mirada de la vida.
Pero si tuviera que mencionar algunos aspectos que, más que diferenciarnos, consideramos centrales para nosotros, repito lo que mencioné anteriormente, ser una comunidad acogedora, donde todos podamos ser parte, donde cuidamos y transmitimos nuestras tradiciones, y donde fomentamos en todos nuestros socios y amigos el amor al judaísmo y a Am Israel.
¿Quiénes asisten a la NBI? Es decir, ¿cómo podrías definir a quienes forman parte de la comunidad?
-Como mencioné, hoy tenemos un grupo de miembros y amigos bastante diverso. Desde familias originales de la comunidad, hasta jóvenes que han visto en nuestra propuesta un espacio donde vivir y desarrollar su judaísmo, pasando por muchísimas familias que en el tiempo se han incorporado y que, en lo central, comparten los valores, visión y estilo de nuestra comunidad.
¿Qué actividades desarrollan habitualmente?
-Desde ya las actividades continuas de culto como las Tefilot y Shabatot semanales, todos los jaguim de nuestro calendario, etc. Tenemos grupos de estudio con nuestros Rabanim Alejandro Bloch y Pablo Gabe, diferentes presentaciones, conversatorios y charlas durante el año, sobre múltiples temáticas; variadas actividades para adultos, jóvenes y niños; en este último grupo destacamos a Tikvá como la tnuá que activa bajo el paraguas de la NBI. Realizamos proyectos de Tikún Olam y acción social que convocan a muchos voluntarios, especialmente jóvenes. Este año hemos realizado algunos proyectos especiales entre los que se destaca “Lejem”, con el cual muchas personas miembros y no de la comunidad preparan jalot semanalmente y éstas se entregan como donación a comunas de escasos recursos (por ahora Quilicura), lo cual ha sido sumamente gratificante.
¿Y cómo han activado en esta pandemia? ¿Cómo ha sido la respuesta de la comunidad, también, a estas actividades?
-Como todas las instituciones del Ishuv, y en general como todos en el mundo, tuvimos que adaptarnos rápidamente. Nuestra prioridad fue que nuestra gente se sintiera acompañada y contenida, y que supiera que la comunidad estaba con ellos en esos momentos de dificultad y extrañeza. Nuestros Rabanim y staff trabajaron duramente, con el apoyo de voluntarios y miembros de nuestro directorio, para generar contenidos, programas, proyectos, y que gracias a la tecnología de hoy fue posible llevar a cabo, muchas veces con gran participación. En todo aquello que pudimos continuamos con el calendario habitual, por ejemplo en el caso de las Tefilot semanales. En Shabat generamos una instancia previa (que llamamos Hajaná le Shabat) y posterior (con la transmisión de la Havdalá). Quisimos estar presente y nos preocupamos de mantener contacto continuo con nuestra gente, por ejemplo llamándolos y entregándoles “kits” para la celebración de Shabat. La verdad la respuesta de las personas ha sido maravillosa, en general tenemos un feedback de mucho aprecio y una muy buena participación en las actividades que se han desarrollado.
Finalmente, ¿si tuvieras que invitar a los lectores de La Palabra a conocer la comunidad, qué les dirías?
-Que participen de alguna de nuestras actividades, y que así nos puedan conocer, son muy cordialmente bienvenidos. Creemos firmemente en la colaboración transversal comunitaria, creemos que es el camino que como comunidad judía debemos seguir, y de esa forma promover la unión de los judíos en Chile. Si hay algún espacio en que puedan encontrar en nuestra propuesta algo de interés, las puertas están abiertas para todos.