Una visión a la crisis de la sequía desde las soluciones, más que del problema
Marcos Kulka, de Fundación Chile:
Por LPI
Especializada en la generación de desarrollo sostenible, es liderada por Marcos Kulka, Gerente General. Como nos explica, “nos llamamos “Do tank” porque, obviamente, hay una revisión importante de la parte técnica, pero después operamos dentro en el sistema: por ejemplo, en el tema de la educación, estamos interviniendo colegios y aplicando mejores prácticas; en el mundo del emprendimiento, estamos invirtiendo en Start Ups y tenemos un fondo de capital de riesgo. Además de generar estudios, que son nuestra hoja de ruta, estamos implementando soluciones in situ, por eso nos llamamos así. Porque somos mucho más de hacer, porque además al estar implementando las cosas te vas dando cuenta de cuáles son las complejidades del problema en cuestión, para poder ir reflexionando, modificando, adaptando y buscando nuevas soluciones”.
¿Cuáles son áreas de acción de la Fundación Chile?
-Principalmente en el plano de la innovación, ir buscando nuevos caminos a problemáticas u oportunidades que le ayuden finalmente al país para ir avanzando al desarrollo, que es lo que nosotros llamamos generar un desarrollo sostenible. Y lo hacemos de distintas maneras, desde creando nuevas empresas, nuevas Start Ups, que han derivado en la creación de nuevas industrias para el país, siendo la más conocida la salmonicultura, que llevó a Chile a tener la segunda producción a nivel mundial, o la industria de los berries, el aceite de oliva, las carnes al vacío que uno ve en el supermercado, y desarrollando valles nuevos para vinos. Dentro de eso, fuimos los primeros que armamos fondos de capital de riesgo en Chile, antes de que se promulgara incluso la ley de fondos. Y en el presente, un hito importante es que fuimos los que partimos con todo el tema de la energía solar, creamos una planta sin subsidio que finalmente se vendió a una empresa de Estados Unidos.
Hoy en día estamos en varios temas también. Estamos ayudando a ver cómo resolver la problemática del agua, estamos ayudando a ver cómo resolver de forma más inteligente el problema del plástico, viendo cómo resolver el tema de los relaves, y -en el capital humano- enfocados en el desarrollo, es decir, abocados a ver cómo a través de la transformación digital vamos a ir reconvirtiendo la formación de la gente, para que pueda ser preparada para esta economía digital. Y, obviamente, a nivel de los colegios, a nivel de educación, ir viendo cómo en un mundo tan cambiante y tan dinámico poder formar y enseñar a los estudiantes habilidades del futuro, habilidades que tienen que ver más con el tema de pensamiento crítico, trabajo colaborativo, desarrollo de la creatividad, en fin.
Nuestro modelo está basado muy fuertemente en lo que es la innovación abierta, es decir, vamos buscando las soluciones de distintos actores. Entonces, tenemos mucha relación con el sector público, con el sector privado, con universidades, y centros tecnológicos a nivel nacional y a nivel internacional, para ir buscando distintas posibilidades y soluciones a problemas que son complejos.
También tienen una línea de innovación en educación, a través de Educar Chile.
-Sí, en educación tenemos distintas cosas, uno es el Portal Educar Chile, qué es por lejos el portal más visitado en el ámbito de educación. Más del 30% de los profesores está suscrito a este portal, y la cantidad de recursos para que los profesores puedan preparar sus clases, para que los alumnos pueden ir encontrando parte del contenido que se requiere… ya perdí la cuenta, deben haber varios miles de recursos virtuales. Tenemos esa plataforma, que es muy potente y también distintos programas donde ayudamos con mejores prácticas a colegios, muchos de ellos vulnerables, para ver cómo ir incorporando las nuevas metodologías de aprendizaje. Tenemos innovación en lo que se llama aprendizaje por ABT, Aprendizaje Basado en Proyectos. Por ejemplo, en el Norte tenemos varios proyectos en donde se les pide a los estudiantes que desarrollen distintas soluciones, pero basados en un recurso que ellos conocen, que es el sol. Entonces, territorialmente los identifican con el sol y ven cómo generan cultivos para esas zonas, pero a través de energía solar. Los estudiantes se involucran mucho mejor, y entienden mejor el problema para buscar una solución.
En el año 2018, Fundación Chile lanzó el estudio “Radiografía del agua”, que por primera vez le ponía números a la crisis de la sequía, en cuanto a kilómetros cuadrados afectados, zonas en las que impacta mayormente la crisis…
-Venimos viendo el tema agua hace mucho tiempo. Indudablemente que el fenómeno, en el mundo, es un temazo. A nivel mundial la población se ha multiplicado por tres, sin embargo el consumo de agua se ha multiplicado por seis. Eso, sumado a la crisis climática que todos conocemos, el aumento de la temperatura, la baja de precipitaciones, entre otros factores, ha causado problemas en todo el mundo. Y Chile está entre los países más vulnerables a la crisis climática y eso es súper importante recalcarlo, porque ahora viene la COP 25, que va a reunir a 190 países en Chile, donde se abordará principalmente el tema de la crisis climática y la baja de las emisiones, la mitigación de emisiones de CO2 para evitar el calentamiento global, para evitar que aumente más de 1,5° de temperatura post revolución industrial. Por qué te cuento todo esto, porque se habla mucho de la mitigación y la bajada de emisión de CO2, qué es importante, pero para Chile es mucho más importante lo que se llama “Adaptación al cambio climático”, porque el país está en una posición de vulnerabilidad muy importante
Lo que hicimos nosotros fue que, hace más de tres años, juntamos a 50 organizaciones, distintas ONG’s, empresas tecnológicas y gremios, para abordar la problemática del agua, y sacamos lo que se llamó la “Radiografía del agua”, que dio cuenta de cuál es la situación en Chile, cuáles son las zonas más vulnerables y dónde se podían producir distintos problemas en base a lo que analizamos en seis cuencas, y qué problemas se iban a producir si se seguía tal cual como veníamos. Y bajo ese análisis, además de análisis complementarios, hicimos este documento.
Además, presentamos las posibles soluciones al problema, entregando más de 200 propuestas que tienen que ver con ámbitos asociado a la institucionalidad, a mayor eficiencia, a nuevas fuentes de agua y temas de observación. Entonces, cuando uno ve la crisis del agua, lo que ha pasado es que -básicamente- lo que se esperaba que ocurriera en el año 2030 está pasando hoy día.
A nivel del problema, creo que hay una conciencia absoluta de que estamos en una crisis importante, hay un déficit de agua de un 78% por ciento, desplegado en todo el territorio, y hay algunas zonas que están más afectadas que otras, como Atacama y Coquimbo y la zona central, como lo vemos acá en Santiago.
¿Y qué pasa con el costo de esas soluciones?
-Nosotros analizamos las soluciones en términos de coste, de inversiones y en términos de cuánto cambio regulatorio se necesitaría para implementarlas, de la misma forma respecto de cómo afectaría social y ambientalmente. Lo típico que uno ve y escucha se refiere a soluciones de infraestructura, por ejemplo desalar agua o construir embalses, que son soluciones caras y toman mucho tiempo en ser aprobadas e implementadas, sin contar -en el caso de los embalses- con su impacto medioambiental. También están analizadas las carreteras hídricas, llevar agua de una zona donde hay abundancia a una donde no hay, ya sea con carreteras superficiales, que van por fuera, a carretera submarinas, como se traslada el petróleo.
Hay un montón de soluciones que pueden ser de corto plazo, que en su gran mayoría tienen que ver con gestión, y que en un 80% no requieren un cambio de ley. Nosotros estimamos que, al menos, un 52% pueden ser implementadas el corto plazo y un 40% en un mediano plazo. Además, en un 80% de esas soluciones generan un aporte ambiental, porque muchas contribuyen a los ecosistemas hídricos.